jueves, 6 de abril de 2017

FALLECE YEVGUENI YEVTUSHENKO, EL ÚLTIMO GRAN POETA SOVIÉTICO


Fue uno de los poetas más importantes de la década de los 60. El autor falleció a los 84 años en EE UU, donde residía. En 1989 fue elegido diputado del Soviet Supremo de la URSS.


El legendario poeta Evgueni Yevtushenko ha fallecido en EE UU, donde vivía y trabajaba como profesor en la Universidad de Tulsa, Oklahoma, desde 1991.

Su mujer, María Nóvikova había informado la víspera de su hospitalización en un estado grave pero que seguía trabajando en su último libro. "Murió en paz, rodeado de su familia", dijo hoy la viuda a los medios rusos.

Yevtushenko fue el último representante de la generación de los 60, una serie de poetas y bardos de la época de Jruschov compuesa por Robert Rozhdestvenski, Andréi Voznesenski, Bulat Okudzhava, Bella Ajmadulina (su primera mujer), entre otros.

En el poema de Yevtushenko 'Bratski GES' (Estación hidroeléctrica Bratski) se dice: "En Rusia un poeta es más que un poeta". Este verso se convirtió en un aforismo y en un manifiesto personal. Fue leal a las autoridades soviéticas y dedicó poemas a Lenin y Stalin, por lo que fue criticado por otros miembros de la intelligentsia, como Joseph Brodsky.

Yevtushenko es autor de más de 150 obras, entre poemas, historias y canciones. Una de las más famosas es su poema Babi Yar, de 1961, escrito en Kiev y que recuerda el asesinato de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente Dmitri Shostakóvich escribió una sinfonía basada en este poema.

Yevtushenko fue uno de los miembros más jóvenes de la Uni´´on Soviética de Escritores. En sus obras se dirigía a los trabajadores y a la gente normal y los leía ante gran cantidad de público, bien en teatros o en fábricas. En 1963 estuvo nominado al Premio Nobel de Literatura.

En 2013 le amputaron una pierna pero sigui´ó dando clases y escribiendo. En el año 2015 hizo una gran gira a través de 26 ciudades rusas leyendo sus poemas. Posteriormente le recetaron cardioestimulantes.

Fuente: Rusia Hoy


Yevtushenko sobre la vida, el rencor, la tolerancia y el alma rusa


La ejecución de Stenka Razin

En Moscú, en la blanca y amurallada ciudad,
un ladrón calle abajo arranca con un pan de centeno.
No tiene miedo de ser linchado.
No hay tiempo para panes…
¡Es que ya traen a Stenka Razin!
El Zar está bebiendo vino dulce de malvazia,
ante un espejo suizo
se aprieta una espinilla en la cara,
y se pone el anillo real de esmeraldas
y en la plaza…
¡Ya traen a Stenka Razin!
Como un pequeño barril
que sigue a un barril más grande
un bebé corre hacia su madre
mascando un dulce con sus dientes de leche.
¡Hoy día es feriado!
¡Es que ya traen a Stenka Razin!
Un comerciante entra a empujones
echando flatulencias con olor a arvejas.
Dos bufones irrumpen apurados galopando como caballos.
Borrachos pícaros llegan tambaleándose
¡Ya traen a Stenka Razin!
Unos viejos, cubiertos de costras por todo el cuerpo,
casi muertos,
llevando gruesos cordeles amarrados a sus cuellos
murmuran algo,
y caminan casi arrastrándose…
¡Ya traen a Stenka Razin!
Y también muchachas bien despabiladas
saltando un poco ebrias de sus camas
embadurnadas con pedazos de pepinillos en sus caras
entran trotando
con una picazón en sus muslos
¡Ya traen a Stenka Razin!
Y con gritos de las esposas de la Guardia Real
escupiendo para todos los lados
en una destartalada carreta
él
como si estuviera arriba de un barco
aparece en camisa blanca.
Viene en silencio,
cubierto con los escupitajos de la muchedumbre,
que él no se limpia ni le preocupa,
sólo sonríe con sarcasmo
y se ríe de sí mismo:
“ ¡Stenka, Stenka,
tú eres como una rama
que ha perdido todas sus hojas!
¡Y querías entrar a Moscú!
Y pues ahora tú estás entrando a Moscú …
Pues muy bien entonces,
¡escúpanlo
¡escúpanlo!
¡escúpanlo!
Es una farándula gratis después de todo.
Buenas gente,
ustedes siempre escupen
a esos
quienes les desean el bien.
El escribano del Zar me golpea deliberadamente entre sus dientes,
repitiendo,
implacablemente:
“Decidiste lanzarte contra el pueblo, ¿no es así?
¡Tú sabrás ahora contra quienes lo hiciste!”
Me contuve pero sin bajar mis ojos.
Escupí mi respuesta con mi propia sangre:

“¡Contra los dueños de la tierra,
es cierto!
¡Contra el pueblo,
nunca!
No reniego de mí mismo,
¡He elegido mi propio destino!
Ante ustedes,
el pueblo, me arrepiento
pero no por lo que el escribano del Zar desea.
Es mi cabeza la culpable.
Ya lo veo,
y me he sentenciado a mí mismo.
Estuve siempre a medio camino
contra las cosas
cuando realmente debí haber llegado hasta el final.
He pecado en esto,
porque en un mundo guiado por el demonio
yo fui un gran estúpido.
Soy un pecador
porque siendo un enemigo de la esclavitud
fui realmente un esclavo de mí mismo,
He sido un pecador
al querer levantarme en rebelión
para tener un mejor Zar.
¡No hay Zares nobles!
¡fuiste un loco
Stenka!
¡tú ahora morirás por nada! ”
Pero sobre los hocicos,
las caras de cerdos de la gente
las sucias cajas
de los recolectores de impuestos
y los cambiadores de dinero,
como una luz a través de la neblina,
Stenka
vio
los rostros.
Vale la pena verlos sin una lágrima en sus ojos,
estar sobre el patíbulo al lado de la horca,
porque más pronto que tarde
los rostros
crecerán amenazantes
en la propia cara de los rostros anónimos…
Y tranquilamente
(por cierto que él no había vivido en vano)
Stenka dejó caer su cabeza doblada
y su mejilla cayó hacia el hueco cortado de su cuello
y desde la parte de atrás de su cabeza ordenaron:
“cortar, el hacha…”
La cabeza comenzó a rodar,
ardiendo en su propia sangre,
y con una voz ronca la cabeza habló:
“no muero en vano…”
Desde el ensangrentado lugar de ejecución,
allí,
donde estaban los pobres,
la cabeza lanzó una mirada
como hacia unas anónimas cartas…
Espantado,
el pobre sacerdote que temblaba corrió sobre la cabeza
deseando cerrar los ojos de Stenka.
Furiosos,
parecidos a la reacción de una bestia salvaje
sus ayudantes la apartaban de su manos.
La cabeza del Zar
temblaba al ver esos ojos diabólicos,
el capitán de Vladimir Monomakh comenzó a estremecerse
y cruelmente,
regocijándose de su triunfo,
la cabeza de Stenka
explotó en carcajadas
sobre la cabeza del Zar!

(1964)

Traducción de Javier Campos. N del T: Stenka Razin (1630-1671) fue un líder cosaco que organizó una rebelión en el sur de Rusia contra la nobleza y la burocracia del Zar Aleksey Mikhailovich. Fue apresado y ahorcado en la Plaza Roja de Moscú en 1671. El compositor ruso Dmitri Shostakovich compuso un poema sinfónico basado en este poema de Yevtushenko y con el mismo título: “La ejecución de Stenka Razin”

No hay comentarios: