viernes, 30 de enero de 2009

37 ANIVERSARIO DEL "DOMINGO SANGRIENTO"


"Sunday, Bloody Sunday" es una canción de la banda irlandesa de rock U2. Es la canción de apertura y tercer single del álbum War (1983). Fue escrita a raíz de los incidentes del llamado Domingo Sangriento de 1972, en el que murieron 14 personas; su letra describe el horror sentido por un observador de "Los problemas" en Irlanda del Norte.

Domingo Sangriento (1972)

El Domingo Sangriento de 1972, fue una jornada de incidentes ocurridos en Derry, Irlanda del Norte, el domingo 30 de enero de 1972. Aquella tarde, más de 15.000 personas se manifestaron en contra del internment -una medida que consistía en encarcelar sin juicio a los sospechosos de pertenecer al IRA- por la cual se había encarcelado a centenares de personas, muchas de ellas inocentes. La manifestación se inició pacíficamente, aunque la tensión se respiraba en el aire. Un regimiento de paracaidistas, uno de los cuerpos más duros del ejército inglés, había sido enviado a Londonderry.

Un pequeño grupo de manifestantes, apartado del núcleo principal, comenzó a lanzar piedras a una barricada, tras la que se parapetaban algunos soldados. Estos respondieron al principio con gas, balas de goma y agua a presión. Instantes después las tropas británicas salieron de las barricadas, abriendo fuego contra los manifestantes. Trece personas murieron, y fueron heridas más de treinta, a disparos del Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido. Una decimocuarta víctima moriría meses más tarde. Posteriormente se demostró que todos ellos iban desarmados.

Historia

El domingo 30 de enero de 1972, en un incidente que desde entonces se calificaría como Domingo Sangriento, 13 hombres y niños no armados murieron a causa de los disparos de la fuerza paracaidista británica después de una manifestación organizada por la Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte en el barrio del Bogside de la ciudad de Derry, en Irlanda del Norte. La manifestación fue promovida entre otros por Ivan Cooper para protestar por la encarcelación sin juicio de gente irlandesa, predominantemente católica, en Irlanda del Norte. En la ciudad de Derry, en aquellos momentos, los nacionalistas habían establecido un área "no-go" (donde no podían operar las fuerzas del orden británicas) en lo que se conoció como Free Derry, y que abarcaba los barrios del Bogside y Creggan. Las autoridades británicas habían prohibido que la marcha traspasara las "fronteras" de dicha área (en contra de la convocatoria inicial de los manifestantes, que preveían acabar la marcha en el centro de Derry). Para evitar incidentes, los organizadores solicitaron y consiguieron el compromiso de las dos facciones del IRA activas en aquel momento (IRA Oficial e IRA Provisional) de que suspendieran sus actividades ese día, para conseguir una marcha pacífica y multitudinaria. Además, a la vista de la prohibición de salir del Derry Libre, durante la marcha se decidió abandonar el recorrido inicial y terminar la concentración en la Free Derry corner, la famosa esquina de las calles Fahan y Lecky con la pintada You are now entering Free Derry. Fue entonces cuando, desgajándose del grupo principal, un grupo de unos cien manifestantes siguió opr William St. y paró junto a una de las barricadas, increpando a los soldados que las ocupaban, lanzando piedras y botellas. Unos minutos después las tropas británicas se lanzaron contra los manifestantes; en otra zona, varias tanquetas se adentraron por Rossville St. Ante la huida de los manifestantes, los británicos abrieron fuego.

Las víctimas

Trece personas murieron a disparos de los paracaidistas británicos:

* Jackie Duddy (17 años), fue alcanzado por un disparo en el hombro en el aparcamiento de Rossville Park. La bala le atravesó saliendo por la parte izquierda del pecho.[2] Cuatro testigos declararon que le abatieron mientras corría desarmado huyendo de los disparos. Tres de ellos afirmaron haber visto a un soldado apuntar deliberadamente hacia él.

* Patrick Joseph Doherty (31), fue tiroteado por la espalda mientras se arrastraba buscando refugio. Doherty fue sujeto de una serie de fotografías, tanto antes como después de su muerte, llevadas a cabo por el fotógrafo francés Gilles Peress. Aunque el testimonio de un soldado le señalaba como portador de un arma que habría disparado contra las tropas británicas, posteriormente el informe Widgery reconoció que en las fotografías se le observaba desarmado, y las pruebas forenses buscando residuos de haber utilizado un arma fueron negativas.

* Bernard McGuigan (41) que había estado escondido en la esquina de los pisos Rossville, salió agitando un pañuelo blanco para avisar de sus intenciones, tratando de llegar hasta Patrick Doherty, que yacía moribundo. En su camino recibió un disparo en la cabeza. (en la imagen).

* Hugh Gilmore (17) fue abatido cuando corría hacia los pisos Rossville huyendo de los disparos.Tenía heridas de bala en la parte derecha y la parte izquierda del pecho, además de en el brazo derecho. Posiblemente las heridas las causaron dos balas.

* Kevin McElhinney (17) fue alcanzado por disparos por la espalda mientras se arrastraba buscando refugio. Dos testigos declararon que iba desarmado. La bala le entró por la nalga izquierda, saliendo por la parte izquierda de su pecho, cerca del hombro.

* Michael G. Kelly (17) recibió un tiro en el estómago mientras permanecía junto a la barricada de escombros junto a los pisos de Rossville St. El informe Widgery aceptó que iba desarmado.

* John Pius Young (17) fue herido de bala en la cabeza mientras estaba en la barricada de escombros.Dos testigos declararon que estaba desarmado.

* William Noel Nash (19) recibió un tiro en el pecho cerca de la barricada.Los testigos declararon que Nash estaba desarmado e iba en ayuda de uno de los heridos cuando fue abatido.

* Michael M. McDaid (20) fue herido de bala en la cara junto a la barricada mientras se alejaba de los paracaidistas. La trayectoria de la bala, que entró por su mejilla izquierda saliendo por la parte superior derecha de su espalda, indica que podría haber sido abatido por un tirador desde las posiciones que las tropas ocupaban sobre las murallas de la ciudad.

* James Joseph Wray (22) fue herido y posteriormente rematado por disparos a corta distancia, cuando yacía en el suelo. Testigos que no fueron llamados para declarar para el informe Widgery afirmaron que Wray estaba pidiendo ayuda, gritando que no podía mover las piernas, cuando fue disparado por segunda vez.Un testigo (el padre O'Keefe) afirmó que iba desarmado.

* Gerald Donaghy (17) fue herido en el estómago mientras corría buscando refugio entre Glenfada Park y Abbey Park. Fue llevado a una casa vecina, donde le examinó un doctor. Allí se le vaciaron los bolsillos, intentando identificarlo. Una fotografía posterior de la policía mostraba el cadáver de Donaghy con varias bombas de clavos en los bolsillos. Ni los que le registraron en la casa ni el oficial médico que certificó su muerte poco después declararon haber visto ninguna bomba. Donaghy era miembro del Fianna-Éireann, un movimiento juvenil conectado con el IRA.Paddy Ward declaró en una investigación posterior que le había entregado dos bombas de clavos a Donaghy unas horas antes.

* Gerald (James) McKinney (34) fue abatido justo después de Gerald Donaghy. Los testigos declararon que McKinney había estado corriendo detrás de Donaghy. Cuando le vio caer, se detuvo y levantó los brazos, gritando "¡No disparen! ¡No disparen!". En ese momento recibió un disparo en el pecho.

* William A. McKinney (27) fue tiroteado por la espalda cuando intentaba ayudar a Gerald McKinney (con el que no le unía parentesco, pese al apellido). Abandonó el refugio en el que estaba para ayudar a William.

* John Johnson (59) fue herido en una pierna quince minutos después de haberse iniciado el tiroteo. Murió por causa de sus heridas cuatro meses y medio más tarde, en junio de 1972. Johnston fue la única víctima que no asistió a la marcha; iba de camino a visitar a un amigo en Glenfada Park.

Consecuencias

El primer ministro británico, Edward Heath, encargó una investigación inmediata tras los incidentes a su Ministro de Justicia, Lord Widgery. Dicha investigación fue presentada en menos de tres meses, y sus conclusiones exoneraban a los soldados que habían participado en la matanza, al entender que actuaban en defensa propia. No se demostró que ninguna de las víctimas, u otros manifestantes, fueran armados. Aunque el recrudecimiento de las actividades del IRA contra el gobierno británico había empezado tres años antes del Domingo Sangriento, la organización terrorista todavía era débil y pequeña; de hecho, graffitis en muchas lugares antes del día fatídico afimaban que IRA significaba I Ran Away (Yo huí), aludiendo claramente a la inactividad y supuesta falta de valentía que demostraba en dicha época. De cualquier manera, el Domingo Sangriento impulsó la posición y aumentó el número de reclutamientos de la banda. Los disturbios que siguieron a esta jornada llevaron a la suspensión de la Asamblea de Irlanda del Norte y la imposición del gobierno directo desde Londres. El recuerdo del Domingo Sangriento cubre muchas otras acciones violentas en la historia posterior del país, seguramente porque fue llevada a cabo por el Gobierno Británico y no por paramilitares. Ante las dudas no resueltas durante veinte años, en 1998 el entonces primer ministro británico Tony Blair encargó una "nueva investigación judicial completa".

Letra

I cant believe the news today
Oh, I cant close my eyes and make it go away
How long...
How long must we sing this song?
How long? how long...

cause tonight...we can be as one
Tonight...

Broken bottles under childrens feet
Bodies strewn across the dead end street
But I wont heed the battle call
It puts my back up
Puts my back up against the wall

Sunday, bloody sunday
Sunday, bloody sunday
Sunday, bloody sunday (sunday bloody sunday...)
(allright lets go!)

And the battles just begun
Theres many lost, but tell me who has won
The trench is dug within our hearts
And mothers, children, brothers, sisters torn apart

Sunday, bloody sunday
Sunday, bloody sunday

How long...
How long must we sing this song?
How long? how long...

cause tonight...we can be as one
Tonight...
Tonight...

Sunday, bloody sunday (tonight)
Tonight
Sunday, bloody sunday (tonight)
(come get some!)

Wipe the tears from your eyes
Wipe your tears away
Wipe your tears away
I wipe your tears away (sunday, bloody sunday)
I wipe your blood shot eyes (sunday, bloody sunday)

Sunday, bloody sunday (sunday, bloody sunday)
Sunday, bloody sunday (sunday, bloody sunday)
(here I come!)

And its true we are immune
When fact is fiction and tv reality
And today the millions cry
We eat and drink while tomorrow they die

The real battle yet begun (sunday, bloody sunday)
To claim the victory jesus won (sunday, bloody sunday)
On...

Sunday bloody sunday
Sunday bloody sunday...

Traducción

No puedo creer las noticias de hoy
No puedo cerrar mis ojos y dejarlas pasar.
¿Cuánto tiempo, cuánto tiempo debemos cantar esta canción?
¿Cuánto tiempo, cuánto tiempo?
Porque esta noche
Podemos ser uno, esta noche.

Botellas quebradas bajo los pies de los niños
Cuerpos esparcidos a lo largo de una calle sin salida.
Pero no prestaré atención a la llamada de la batalla
Pongo mi espalda, pongo mi espalda contra la pared.

Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.
Oh, vamos.

Y la batalla acaba de comenzar
Hay muchas perdidas, pero dime quién ha ganado?
Las fosas cavadas dentro de nuestros corazones
Y madres, niños, hermanos, hermanas
Separados.

Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.

¿Cuánto tiempo, cuánto tiempo debemos cantar esta canción?
¿Cuánto tiempo, cuánto tiempo?
Porque esta noche
Podemos ser uno, esta noche.

Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.

Seca las lagrimas de tus ojos
Sécate las lagrimas
Yo secaré tus lagrimas.
Yo secaré tus lagrimas.
Yo secaré tus ojos inyectados de sangre.

Domingo, domingo sangriento.
Domingo, domingo sangriento.

Y es verdad que somos inmunes
Cuando el hecho es ficción y la TV realidad.
Y hoy millones lloran
Comemos y bebemos mientras mañana ellos morirán.

La batalla verdadera acaba de comenzar
Para reclamar la victoria que ganó Jesús
En...

Domingo, domingo sangriento
Domingo, domingo sangriento..

VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=JFM7Ty1EEvs

jueves, 29 de enero de 2009

"EL ARTE Y LA SOCIEDAD"

Margarita Nelken, (Julio Romero de Torres, 1929). Museo de Julio Romero de Torres (Excmo. Ayuntamiento de Córdoba).

ARTÍCULO DE MARGARITA NELKEN PUBLICADO EN LA REVISTA LAS ESPAÑAS HACE 50 AÑOS

La falta de equilibrio, de concordancia pudiéramos decir, que hoy se observa en todos los grados y en todos los aspectos de la vida, aparece en forma realmente aguda en la creación artística, y en las relaciones entre el arte y la sociedad. Y ello, hasta el extremo de hacer de estas relaciones, algo cada vez más difícil e inestable, y de hacer cada vez más difícil la aceptación de la obra de arte por la sociedad, de una parte, y, de otra, de dificultar la posibilidad, para el artista, de crear conforme a los dictados de su espíritu y de su corazón.
Baldío fuere tratar disimulárselo: pese a la aparente intensidad de la vida artística en algunos países; pese a la abundancia de exposiciones, de publicaciones dedicadas a la vida de las artes, etc., las dificultades materiales de la vida actual convierten el arte en algo superfluo; en un lujo, del que parece que podría cómodamente prescindirse. Si a esta verdad de base se añade el que la creación artística, ya de por si, camina a tientas, para hallar por fin –¡y a costa de cuanto dolor!– el lugar que le corresponde, en un mundo del que ha de ser expresión viva, y, por lo tanto, NECESARIA, la disconformidad que hoy convierte la obra de arte, no sólo en una superfluidad, sino, con frecuencia, en una contradicción, impónese cual el carácter más trágico del arte contemporáneo.
Una cosa afírmase indiscutible: el arte disociado de la sociedad ya no puede ser, por no tener ya razón primordial de ser. La formula individualista que perduraba desde el Renacimiento ha muerto: un pintor, un escultor, ya no le pueden pedir, a una sociedad en que no cabe el mecenazgo privado, que acepte, como interpretación suya, la expresión puramente objetiva de una inquietud, ni siquiera la expresión subjetiva de una certidumbre. Trátase, pues, y he aquí una cuestión de vida, o de extinción por falta de razón para vivir, trátase, pues, de encontrarle, a la creación artística, el lugar que 1ógicamente le cuadra; en una sociedad en que el artista, al expresar su propia sensibilidad, pueda desempeñar el papel de heraldo colectivo. Dicho de otro modo: trátase, para el arte, de ser tenido por necesario, ya que no por indispensable.
Mas el publico, en su inmensa mayoría, siempre aparece rezagado –cuando no hostil– con respecto a su expresión artística. Dejemos de lado las declaraciones demagógicas fuera de lugar en una exposición objetiva de los hechos: un cromo, un retrato de tipo ampliación fotográfica. La mayoría del público los acoge con más benevolencia que la obra de arte que no le resulta lo bastante placentera. Pasadas las épocas en las cuales la creación artística, estatua de triunfador en los Juegos o catedral, significaba una expresión al alcance de todos, porque era cotidiana de sus manifestaciones o de sus esperanzas. El lenguaje artístico queda hermético para los no especializados; y no son las aportaciones de un «snobismo» en busca de tráficos comerciales las que podrían contradecir el aserto. El cuadro de caballete, independiente de todo ideal religioso; la escultura independiente de la arquitectura –arte colectivo este último por excelencia; el arte, en una palabra, considerado cual simple deleite para la vista, o realce del lujo de la morada de una minoría privilegiada, tal como lo instauró el Renacimiento, había paulatinamente, a lo largo de una evolución de las ideas y las costumbres que iba, a un tiempo, a dilatar infinitamente los horizontes de la mayoría, y a limitarlos a las necesidades inmediatas, el arte había de desembocar en nuevas torres de marfil [sic.].
Pues, he aquí precisamente en donde reside la falta de equilibrio del arte actual: en su carencia de lógica en relación con la sociedad. Veamos, por ejemplo, las obras clasificadas bajo el marchamo de «arte abstracto»: nos encontramos como, en una época que aspira, con verdadera angustia, a su justa expresión colectiva, unos artistas, la mayor parte de los cuales créense próximos a los sentimientos de las grandes masas populares, tornan a edificar, paradójicamente, esas torres de marfil, cuyos perjuicios no se cansan de proclamar. Nos hallamos, por lo tanto, en la obligación de situar con toda claridad este arte de hoy, sin dejarnos llevar de condescendencias extrañas a la creación artística y, asimismo, sin volvernos, voluntaria o inconscientemente, de espaldas a las exigencias de nuestro tiempo y, por supuesto, sin dejarse llevar de la ilusión de ignorar la dificultad, para procurar excusarla.
Ante todo, paréceme que conviene no confundir la aureola que nimba ciertos artistas de hoy con el resplandor de su obra en sí. Tocóme en suerte en los días postreros, y casi iba a decir en las horas postreras de la Barcelona republicana; tocóme en suerte el pronunciar, en su Ateneo, la ultima conferencia de índole cultural: acerca de la personalidad y obra de Picasso. Lo cual me permitió juzgar con conocimiento de causa las reacciones del «gran público» ante un arte que muchos, y no todos beocios, tienen por harto difícil de penetrar en sus intenciones. El público de mi conferencia lo integraban principalmente combatientes, llegados con permiso de los frentes cercanos; trabajadores –hombres y mujeres– de las fábricas de guerra. La amenaza enemiga pesaba literalmente sobre nosotros, ya que los bombardeos eran punto menos que continuos. Y bien: ese auditorio de combatientes directamente llegados de la línea de fuego, de obreros, de mujeres constreñidas, desde largos meses, a privaciones de todas clases, y al agotamiento nervioso del riesgo de cada segundo; ese auditorio que, además arriesgaba la vida para venir a escuchar una conferencia sobre arte, en un local enclavado precisamente en el barrio más expuesto de la ciudad; ese auditorio prestaba apasionada atención a las digresiones sobre Picasso y su obra. ¿Quiere ello decir que, aisladamente enfrentado con un cuadro de Picasso, este cuadro habría provocado su emoción? Francamente, no lo creo. Creo más bien que la personalidad del pintor; la actitud de este, que se le iba explicando; el hecho de que Picasso «estaba con él», y de que, al estar con él, una voz de resonancias mundiales hablaba en nombre de cada uno de estos hombres y de estas mujeres, de cada joven combatiente y de cada obrero anciano, y de cada obrera insuficientemente alimentada, de cuantos componían ese auditorio; creo que era ese hecho, sentido profundamente, tácitamente comprendido por todos, el que, en aquel instante, le imponía, a la obra del pintor, el acento de una expresión colectiva, comprensible indistintamente para todos.

“El arte y la sociedad” fue publicado en el nº 11 de la revista Las Españas el 29 de enero de 1949.
Fuente: Cultura moderna, nº 1 (2005).

Margarita Nelken Mausberger (Madrid, 1896 - México, 1968). Escritora, crítica de arte, pintora y política española. Su compromiso socio-político le llevó a formalizar su militancia en el Partido Socialista en 1931, en cuyas listas se presentó a las elecciones generales como candidata por la provincia de Badajoz, llegando a ser elegida diputada, al igual que en 1933 y 1936. Posteriormente, desde la militancia en el sector "largocaballerista" del PSOE, el más radical en sus planteamientos, pasó a las filas del Partido Comunista de España, al que se adhirió en otoño de 1936 tras organizar la Unión de Mujeres Antifascistas, organización afín al PCE. Acabada la guerra, hubo de partir al exilio. Primero se instaló en Francia, luego en la URSS (donde perdió la vida un hijo suyo en 1944, alistado como oficial del ejército soviético en la II Guerra Mundial) y, por último, en México, en donde retomó sus aficiones literarias y artísticas hasta que llegó su muerte en 1968.

miércoles, 28 de enero de 2009

"JULIO GONZÁLEZ VERSUS PABLO PICASSO"


EXPOSICIÓN CONJUNTA DE AMBOS ARTISTAS EN EL IVAM

La relación de Julio González con Pablo Picasso ha sido uno de los encuentros más fecundos del arte del sigo XX. Para el primero fue un estímulo fundamental que le permitió progresar rápidamente en el camino experimental que había iniciado con sus primeros trabajos así como le permitió familiarizarse con las construcciones cubistas que Picasso había hecho con planchas metálicas, cartón o madera.

Por su parte González aportó su experiencia en la forja del metal que sentaría las bases de un nuevo lenguaje escultórico que él mismo definiría mediante la conocida expresión “dibujar en el espacio”.

La exhibición del conjunto de 84 dibujos que componen el álbum núm. 7 de Las señoritas de Aviñón, propiedad de la Fundación Picasso de Málaga, junto a una selección de 50 obras de los fondos del IVAM de Julio González, profundizará en este fértil y productivo intercambio.

Con la incorporación del cuaderno nº 7 de dibujos preparatorios para Las señoritas de Aviñón, la Fundación Pablo Ruiz Picasso ha conseguido incluir dentro de su colección las primeras piezas únicas de su patrimonio picassiano a la vez que supone una presencia en colecciones españolas, de bocetos preparatorios de la emblemática pintura con la que surge el arte contemporáneo.

El álbum núm. 7 es uno de los 16 cuadernos y varios bocetos individuales que Picasso realizó como trabajo preparatorio a Las señoritas de Aviñón. En sus 60 hojas de papel blanco rayado el artista realizó en París, entre mayo y junio de 1907, un total de 84 dibujos para los que utilizó tinta china, lápiz grafito y gouache rojo. Los temas de estos dibujos, con abundantes variantes, son perfiles de animales, entre los que destaca un águila que preside la portada y las primeras hojas, desnudos femeninos que van siguiendo un creciente proceso de esquematización asimilando las figuras a los modelos del arte africano, a los castellers catalanes, en la que es la única presencia conocida de este elemento en el corpus picassiano, apuntes de naturalezas muertas con tratamiento protocubista y un retrato de Raimonde, la niña que adoptó temporalmente en compañía de Fernande Olivier.

Esta riqueza iconográfica en la que se unen los deseos de innovación con el apego a las tradiciones catalanas y la presencia de lo más cercano e íntimo, convierte este cuaderno en un fascinante repertorio de obras de Picasso en un momento clave y decisivo de su evolución.

Fecha: Hasta el 26 de abril de 2009

Más información: www.ivam.es

martes, 27 de enero de 2009

DECLARACIÓN DEL 27 DE ENERO DE 1925

BUREAU DE RECHERCHES SURRÉALISTES (LOUIS ARAGON, ANTONIN ARTAUD, JACQUES BARON, JOE BOUSQUET, J.-A. BOIFFARD, ANDRÉ BRETON, JEAN CARRIVE, RENÉ CREVEL, ROBERT DESNOS, PAUL ELUARD, MAX ERNST, T. FRAENKEL, FRANCIS GÉRARD, MICHEL LEIRIS, GEORGES LIMBOUE, MATHIAS LÜBEC, GEORGES MALKINE, ANDRÉ MASSON, MAX MORISE, PIERRE NAVILLE, MARCEL NOLL, BENJAMIN PÉRET, RAYMOND QUÉNEAU, PHILIPPE SOUPAULT, DÊDÉ SUNBEAM, ROLAND TUAL)

En relación a una falsa interpretación de nuestras intenciones extendida absurdamente entre el público,
Tenemos que declarar lo que sigue a toda la torpe crítica literaria, teatral, filosófica, exegética y también teológica de nuestro tiempo:

1º Nosotros no tenemos nada que ver con la literatura,
Pero estamos capacitados, como todo el mundo, para servirnos de ella en caso de necesidad.

2º El SURREALISMO no es un nuevo o más fácil medio de expresión, ni tampoco una metafísica de la poesía;
Es un medio de liberación total del espíritu y de todo lo que se le parece.

3º Estamos completamente decididos a hacer una Revolución.

4º Hemos unido la palabra SURREALISMO a la de REVOLUCIÓN únicamente para indicar el carácter desinteresado, puro y completamente desesperado de esta revolución.

5º No pretendemos en absoluto cambiar las costumbres de los hombres, pero pensamos mostrarles claramente la fragilidad de sus pensamientos, y sobre qué inestables pilares, sobre qué sótanos han edificado sus tambaleantes casas.

6º Lanzamos a la Sociedad esta advertencia solemne:
Que se cuide de no apartarse del camino, pues nosotros estaremos pendientes de cada uno de los pasos en falso de su espíritu.

7º En cada recodo de su pensamiento, la Sociedad nos encontrará.

8º Somos especialistas de la Rebelión.
No hay forma de acción que no seamos capaces de emplear en caso de necesidad.

9º Anunciamos especialmente al mundo occidental: el SURREALISMO existe
— Pero, ¿qué es este nuevo ismo que ahora se agarra a nosotros?
— El SURREALISMO no es una forma poética.
Es un grito del espíritu que vuelve sobre sí mismo y está completamente decidido a romper, con desesperación, sus barreras, y, si fuera necesario, con martillos materiales.

Fuente: Crítica, Tendencia y Propaganda. Textos sobre Arte y Comunismo, 1917-1954. Juan José Gómez (ed.). Ediciones ISTPART. Sevilla, 2004

lunes, 26 de enero de 2009

85 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE VLADIMIR LENIN

Funeral de Lenin. Filas de obreros cerca de La Casa de los Sindicatos. 23-27 de enero de 1924. El líder revolucionario había fallecido el 21 de enero de 1924.

TESTAMENTO DE LENIN

A fines de diciembre de 1922 el ya inválido Lenin, desde cama, comenzó a dictar una carta al XIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, en donde expone sus opiniones sobre ciertas propuestas, incluyendo la de ampliar el Comité Central del partido y, de interés en vista de la subsiguiente historia, su opinión sobre ciertos miembros propuestos para puestos de liderazgo en el CC y el partido. Esta carta, a la que se ha solido llamar el "testamento" político de Lenin, se leyó a los delegados del Congreso, realizado en mayo de 1924, quienes por verlo como parte de la discusión interna del Congreso no la publicitaron en el momento. Luego, por la opinión negativa de Stalin en que en ella se expresa, la carta fue suprimida hasta después del XX Congreso del Partido Comunista de la URRS en 1956, año en que fue publicada en el nº 9 de la revista Kommunist.


CARTA AL CONGRESO (22 diciembre 1922 - 4 enero 1923)

Yo aconsejaría mucho que en este Congreso se introdujesen varios cambios en nuestra estructura política.
Desearía exponerles las consideraciones que estimo más importantes.
Lo primero de todo coloco el aumento del número de miembros del CC hasta varias decenas e incluso hasta un centenar. Creo que si no emprendiéramos tal reforma, nuestro Comité Central se vería amenazado de grandes peligros, caso de que el curso de los acontecimientos no fuera del todo favorable para nosotros (y no podemos contar con eso).
También pienso proponer al Congreso que, dentro de ciertas condiciones, se dé carácter legislativo a las decisiones del Gosplán, coincidiendo en este sentido con el camarada Trotsky, hasta cierto punto y en ciertas condiciones.
Por lo que se refiere al primer punto, es decir, al aumento del número de miembros del CC, creo que esto es necesario tanto para elevar el prestigio del CC como para un trabajo serio con objeto de mejorar nuestro aparato y como para evitar que los conflictos de pequeñas partes del CC puedan adquirir una importancia excesiva para todos los destinos del Partido.
Opino que nuestro Partido está en su derecho de pedir a la clase obrera de 50 a 100 miembros del CC, y que puede recibirlos de ella sin hacerla poner demasiado en tensión sus fuerzas. Esta reforma aumentaría considerablemente la solidez de nuestro Partido y le facilitaría la lucha que sostiene, rodeado de Estados hostiles, lucha que, a mi modo de ver, puede y debe agudizarse mucho en los años próximos. Se me figura que, gracias a esta medida, la estabilidad de nuestro Partido se haría mil veces mayor.
Lenin 23.XII.22 Taquigrafiado por M. V.


II

Continuación de las notas.
24 de diciembre del 22

Por estabilidad del Comité Central, de que hablaba más arriba, entiendo las medidas contra la escisión en el grado en que tales medidas puedan, en general, adoptarse. Porque, naturalmente, tenía razón el guardia blanco de Rússkaya Mysl (creo que era S. F. Oldenburg) cuando, lo primero, en el juego de esas gentes contra la Rusia Soviética ponía sus esperanzas en la escisión de nuestro Partido y cuando, lo segundo, las esperanzas de que se fuera a producir esta escisión las cifraba en gravísimas discrepancias en el seno del Partido.
Nuestro Partido se apoya en dos clases, y por eso es posible su inestabilidad y sería inevitable su caída si estas dos clases no pudieran llegar a un acuerdo. Sería inútil adoptar unas u otras medidas con vistas a esta eventualidad y, en general, hacer consideraciones acerca de la estabilidad de nuestro CC. Ninguna medida sería capaz, en este caso, de evitar la escisión. Pero yo confío que esto se refiere a un futuro demasiado lejano y es un acontecimiento demasiado improbable para hablar de ello.
Me refiero a la estabilidad como garantía contra la escisión en un próximo futuro, y tengo el propósito de exponer aquí varias consideraciones de índole puramente personal. Yo creo que lo fundamental en el problema de la estabilidad, desde este punto de vista, son tales miembros del CC como Stalin y Trotsky. Las relaciones entre ellos, a mi modo de ver, encierran más de la mitad del peligro de esa escisión que se podría evitar, y a cuyo objeto debe servir entre otras cosas, según mi criterio, la ampliación del CC hasta 50 o hasta 100 miembros.
El camarada Stalin, llegado a Secretario General, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, y no estoy seguro que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia. Por otra parte, el camarada Trotsky, según demuestra su lucha contra el CC con motivo del problema del Comisariado del Pueblo de Vías de Comunicación, no se distingue únicamente por su gran capacidad. Personalmente, quizá sea el hombre más capaz del actual CC, pero está demasiado ensoberbecido y demasiado atraído por el aspecto puramente administrativo de los asuntos.
Estas dos cualidades de dos destacados jefes del CC actual pueden llevar sin quererlo a la escisión, y si nuestro Partido no toma medidas para impedirlo, la escisión puede venir sin que nadie lo espere.
No seguiré caracterizando a los demás miembros del CC por sus cualidades personales. Recordaré sólo que el episodio de Zinoviev y Kamenev en Octubre no es, naturalmente, una casualidad, y que de esto se les puede culpar personalmente tan poco como a Trotsky de su no bolchevismo.
En cuanto a los jóvenes miembros del CC, diré algunas palabras acerca de Bujarin y de Piatakov. Son, a mi juicio, los que más se destacan (entre los más jóvenes), y en ellos se debería tener en cuenta lo siguiente: Bujarin no sólo es un valiosísimo y notabilísimo teórico del Partido, sino que, además, se le considera legítimamente el favorito de todo el Partido; pero sus concepciones teóricas muy difícilmente pueden calificarse de enteramente marxistas, pues hay en él algo escolástico (jamás ha estudiado y creo que jamás ha comprendido por completo la dialéctica).
25.XII. Viene después Piatakov, hombre sin duda de gran voluntad y gran capacidad, pero a quien atraen demasiado la administración y el aspecto administrativo de los asuntos para que se pueda confiar en él en un problema político serio.
Naturalmente, una y otra observación son valederas sólo para el presente, en el supuesto de que estos dos destacados y fieles militantes no encuentren ocasión de completar sus conocimientos y de corregir su unilateral formación.
Lenin 25.XII.22 Taquigrafiado por M. V.

SUPLEMENTO A LA CARTA DEL 24 DE DICIEMBRE DE 1922

Stalin es demasiado brusco, y este defecto, plenamente tolerable en nuestro medio y en las relaciones entre nosotros, los comunistas, se hace intolerable en el cargo de Secretario General. Por eso propongo a los camaradas que piensen la forma de pasar a Stalin a otro puesto y de nombrar para este cargo a otro hombre que se diferencie del camarada Stalin en todos los demás aspectos sólo por una ventaja, a saber: que sea más tolerante, más leal, más correcto y más atento con los camaradas, menos caprichoso, etc. Esta circunstancia puede parecer una fútil pequeñez. Pero yo creo que, desde el punto de vista de prevenir la escisión y desde el punto de vista de lo que he escrito antes acerca de las relaciones entre Stalin y Trotsky, no es una pequeñez, o se trata de una pequeñez que puede adquirir importancia decisiva.
Lenin Taquigrafiado por L. F.
4 de enero de 1923


III

Continuación de las notas.
26 de diciembre de 1922

La ampliación del CC hasta 50 ó incluso 100 miembros debe perseguir, a mi modo de ver, un fin doble o incluso triple: cuanto mayor sea el número de miembros del CC, más gente aprenderá a realizar el trabajo de éste y tanto menor será el peligro de una escisión debida a cualquier imprudencia. La incorporación de muchos obreros al CC ayudará a los obreros a mejorar nuestro aparato, que es pésimo. En el fondo lo hemos heredado del viejo régimen, puesto que ha sido absolutamente imposible rehacerlo en un plazo tan corto, sobre todo con la guerra, con el hambre, etc. Por eso podemos contestar tranquilamente a los "críticos" que con sonrisa burlona o con malicia nos señalan los defectos de nuestro aparato, que son gentes que no comprenden nada las condiciones de nuestra revolución. En cinco años es imposible por completo reformar el aparato en medida suficiente, sobre todo atendidas las condiciones en que se ha producido nuestra revolución. Bastante es si en cinco años hemos creado un nuevo tipo de Estado en el que los obreros van delante de los campesinos contra la burguesía, lo que, considerando las condiciones de la hostil situación internacional, es una obra gigantesca. Pero la conciencia de que esto es así no debe en modo alguno cerrarnos los ojos ante el hecho de que, en esencia, hemos tomado el viejo aparato del zar y de la burguesía y que ahora, al advenir la paz y cubrir en grado mínimo las necesidades relacionadas con el hambre, todo el trabajo debe orientarse al mejoramiento del aparato.
Según me imagino yo las cosas, una decenas de obreros incluidos en el CC pueden, mejor que cualquiera otro, entregarse a la labor de revisar, mejorar y rehacer nuestro aparato. La Inspección Obrera y Campesina, a la que en un principio pertenecía esta función, ha sido incapaz de cumplirla y únicamente puede ser empleada como "apéndice" o como auxiliar, en determinadas condiciones, de estos miembros del CC. Los obreros que pasen a formar parte del CC deben ser preferentemente, según mi criterio, no de los que han actuado largo tiempo en las organizaciones soviéticas (en esta parte de la carta, lo que digo de los obreros se refiere también por completo a los campesinos), porque en ellos han arraigado ya ciertas tradiciones y ciertos prejuicios con los que es deseable precisamente luchar.
Los obreros que se incorporen al CC deben ser, de preferencia, personas que se encuentren por debajo de la capa de los que en los cinco años han pasado a ser funcionarios soviéticos, y deben hallarse más cerca de los simples obreros y campesinos, que, sin embargo, no entren, directa o indirectamente, en la categoría de los explotadores. Creo que esos obreros, que asistirán a todas las reuniones del CC y del Buró Político, y que leerán todos los documentos del CC, pueden ser cuadros de fieles partidarios del régimen soviético, capaces, lo primero, de dar estabilidad al propio CC y, lo segundo, de trabajar realmente en la renovación y mejoramiento del aparato.
Lenin Taquigrafiado por L. F. 26.11.22.


IV

Continuación de las notas.
27 de diciembre de 1922
Sobre la concesión de funciones legislativas al Gosplán

Esta idea la sugirió el camarada Trotsky, me parece, hace ya tiempo. Yo me manifesté en contra, porque estimaba que, en tal caso, se produciría una falta de concordancia fundamental en el sistema de nuestras instituciones legislativas. Pero un examen atento del problema me lleva a la conclusión de que, en el fondo, aquí hay una idea sana: el Gosplán se halla algo al margen de nuestras instituciones legislativas, a pesar de que, como conjunto de personas competentes, de expertos, de hombres de la ciencia y de la técnica, se encuentra, en el fondo, en las mejores condiciones para emitir juicios acertados.
Sin embargo, hasta ahora partíamos del punto de vista de que el Gosplán debe presentar al Gobierno un material críticamente analizado, y que las instituciones gubernamentales deben ser las encargadas de resolver los asuntos públicos. Yo creo que en la situación actual, cuando los asuntos públicos se han complicado extraordinariamente, cuando a cada paso hay que resolver así como vienen los problemas en que se necesita el dictamen de los miembros del Gosplán sin separarlos de los problemas en los que no se necesita, e incluso más aún, resolver asuntos en los que unos puntos requieren el dictamen del Gosplán mientras que otros puntos no lo requieren, se debe dar un paso en el sentido de aumentar la competencia del Gosplán.
Este paso lo concibo de tal manera que las decisiones del Gosplán no puedan ser rechazadas según el procedimiento corriente en los organismos soviéticos, sino que para modificarlas se requiera un procedimiento especial; por ejemplo, llevarlas a la reunión del CEC de toda Rusia, preparar el asunto cuya decisión deba ser modificada según instrucciones especiales, redactándose, según reglas especiales, informes por escrito con objeto de sopesar si dicha decisión del Gosplán debe ser anulada; marcar, en fin, plazos especiales para modificar las decisiones del Gosplán, etc.
En este sentido creo que se puede y se debe coincidir con el camarada Trotsky, pero no en lo de que la presidencia del Gosplán debe ocuparla una personalidad destacada, uno de nuestros jefes políticos, o el Presidente del Consejo Supremo de la Economía Nacional, etc. Me parece que en este asunto el factor personal se entrelaza hoy día demasiado íntimamente con el problema de principio. Creo que los ataques que ahora se escuchan contra el Presidente del Gosplán, camarada Krzhizhanovski, y el Vicepresidente, camarada Piatakov, y que se lanzan contra los dos, de tal manera que, de una parte, escuchamos acusaciones de extremada blandura, de falta de independencia y de carácter, mientras que, de otra parte, escuchamos acusaciones de grosería, de trato cuartelero, de falta de una sólida preparación científica, etc., creo que estos ataques son expresión de los dos aspectos del problema, desorbitándolos hasta el extremo, y que lo que nosotros necesitamos realmente en el Gosplán es una acertada combinación de los dos tipos de carácter, modelo de uno de los cuales puede ser Piatakov y del otro Krzhizhanovski.
Creo que a la cabeza del Gosplán debe haber una persona con preparación científica en el sentido técnico o agronómico, que posea una experiencia larga, de muchas decenas de años, de trabajo práctico, bien en la técnica, bien en la agronomía. Creo que esa persona debe poseer no tanto aptitudes administrativas como amplia experiencia y capacidad para atraerse a la gente.
Lenin 27.XII.22 Taquigrafiado por M. V.


V

Continuación de la carta acerca del carácter legislativo de las decisiones del Gosplán.
28.XII.22

He advertido que ciertos camaradas nuestros, capaces de influir decisivamente en la orientación de los asuntos públicos, exageran el aspecto administrativo, el cual, naturalmente, es necesario en su lugar y en su tiempo, pero que no hay que confundir con el aspecto científico, con la amplia comprensión de la realidad, con la capacidad de atraerse a la gente, etc.
En toda institución pública, particularmente en el Gosplán, se necesita la unión de estas dos cualidades, y cuando el camarada Krzhizhanovski me dijo que había incorporado al Gosplán a Piatakov y se había puesto de acuerdo con él acerca del trabajo, yo di mi consentimiento, reservándome, por una parte, ciertas dudas, y confiando a veces, por otra parte, que lograríamos en este caso la combinación de ambos tipos de hombre de Estado. ¿Se ha cumplido esta esperanza? Ahora hay que aguardar y ver algún tiempo más lo que resulta en la práctica, pero en principio yo creo que no puede ponerse en duda que esta unión de caracteres y tipos (de personas, de cualidades) es indudablemente necesaria para el buen funcionamiento de las instituciones públicas. Me parece que en este punto la exageración del "celo administrativo" es tan nociva como toda exageración en general. El dirigente de una institución pública debe poseer en el más alto grado la capacidad de atraerse a la gente y unos conocimientos científicos y técnicos lo bastante sólidos como para controlar su trabajo. Esto es lo fundamental. Sin ello el trabajo no puede ir por buen camino. Por otro lado, es muy importante que sepa administrar y que tenga un digno auxiliar o auxiliares en este terreno. Es dudoso que estas dos cualidades puedan encontrarse unidas en una sola persona, y es dudoso que ello sea necesario.
Lenin Taquigrafiado por L. F. 28.XII.22


VI

Continuación de las notas sobre el Gosplán.
29 de diciembre de 1922

Por lo visto, el Gosplán va convirtiéndose en todos los sentidos en una comisión de expertos. A la cabeza de tal institución no puede por menos de figurar una persona de gran experiencia y de amplios conocimientos científicos en el terreno de la técnica. La capacidad administrativa debe ser en el fondo una cosa secundaria. El Gosplán debe gozar de cierta independencia y autonomía desde el punto de vista del prestigio de esta institución científica, y el motivo de que así sea es uno: la honestidad de su personal y su sincero deseo de hacer que se cumpla nuestro plan de construcción económica y social.
Esta última cualidad, naturalmente, ahora sólo se puede encontrar como excepción, porque la inmensa mayoría de los hombres de ciencia, de los que como es lógico se compone el Gosplán, se hallan inevitablemente contagiados de opiniones y prejuicios burgueses. Controlar su labor en este aspecto debe ser tarea de una cuantas personas, que pueden formar la dirección del Gosplán, que deben ser comunistas y seguir de día en día, en toda la marcha del trabajo, el grado de fidelidad de los hombres de ciencia burgueses y cómo abandonan los prejuicios burgueses, así como su paso gradual al punto de vista del socialismo. Este doble trabajo, de control científico y de gestión puramente administrativa, debería ser el ideal de los dirigentes del Gosplán en nuestra República.

Lenin. Taquigrafiado por M. V. 29 de diciembre del 22

¿Es racional el dividir en tareas sueltas el trabajo que lleva a cabo el Gosplán? o al contrario, ¿no debe tenderse a formar un círculo de especialistas permanentes a quienes controle sistemáticamente la dirección del Gosplán y que puedan resolver todo el conjunto de problemas que son de incumbencia suya? Yo creo que es más racional lo último, y que se debe procurar la disminución del número de tareas sueltas temporales y urgentes.
Lenin 29 de dic. de 1922. Taquigrafiado por M. V.


VII

Continuación de las notas.
29 de dic. de 1922

(PARA EL APARTADAO RELATIVO AL AUMENTO DEL NUMERO DE MIEMBROS DEL CC)

Al mismo tiempo que se aumenta el número de los miembros del CC, deberemos, a mi modo de ver, dedicarnos también, y yo diría que principalmente, a la tarea de revisar y mejorar nuestro aparato, que no sirve para nada. Para este objeto debemos valernos de los servicios de especialistas muy calificados, y la tarea de proporcionar estos especialistas debe recaer sobre la IOC (Inspección Obrera y Campesina).
La tarea de combinar a estos especialistas de la revisión con conocimientos suficientes y a estos nuevos miembros del CC, debe ser resuelta en la práctica.
Me parece que la IOC (como resultado de su desarrollo y de nuestras perplejidades acerca de su desarrollo) ha dado en resumen lo que ahora observamos: un estado de transición de un Comisariado del Pueblo especial a una función especial de los miembros del CC; de una institución que lo revisa todo por completo a un conjunto de revisores, escasos en número, pero excelentes, que deben estar bien pagados (esto es particularmente necesario en nuestro tiempo, en que las cosas se pagan, y atendiendo a que los revisores se colocan donde mejor les pagan).
Si el número de miembros del CC es debidamente aumentado y un año tras otro se capacitan en la dirección de los asuntos públicos con la ayuda de estos especialistas altamente calificados y de los miembros de la Inspección Obrera y Campesina, prestigiosos en todos los terrenos, yo creo que daremos acertada solución a este problema que durante tanto tiempo no podíamos resolver.
En resumen: hasta 100 miembros del CC y todo lo más de 400 a 500 auxiliares suyos, miembros de la IOC, que revisen según las indicaciones de los primeros.
Lenin 29 de dic. de 1922 Taquigrafiado por M. V.

Continuación de las notas.
30 de diciembre de 1922

ACERCA DEL PROBLEMA DE LAS NACIONALIDADES O SOBRE LA "AUTONOMIZACION"

Me parece que he incurrido en una grave culpa ante los obreros de Rusia por no haber intervenido con la suficiente energía y dureza en el decantado problema de la autonomización, que oficialmente se denomina, creo, problema de la unión de las repúblicas socialistas soviéticas.
Este verano, cuando el problema surgió, yo me encontraba enfermo, y luego, en el otoño, confié demasiado en mi restablecimiento y en que los plenos de octubre y diciembre me brindarían la oportunidad de intervenir en el problema. Pero no pude asistir ni al Pleno de octubre (dedicado a este problema) ni al de diciembre, por lo que no he llegado a tocarlo casi en absoluto.
He podido sólo conversar con el camarada Dzerzhinski, que ha vuelto del Cáucaso y me ha contado cómo se halla este problema en Georgia. También he podido cambiar un par de palabras con el camarada Zinoviev y expresarle mis temores sobre el particular. Lo que me ha dicho el camarada Dzerzhinski, que presidía la comisión enviada por el Comité Central para "investigar" lo relativo al incidente de Georgia, no ha podido dejarme más que con los temores más grandes. Si las cosas se pusieron de tal modo que Ordzhonikidze pudo llegar al empleo de la violencia física, según me ha manifestado el camarada Dzerzhinski, podemos imaginarnos en qué charca hemos caído. Al parecer, toda esta empresa de la "autonomización" era falsa e intempestiva en absoluto.
Se dice que era necesaria la unidad del aparato. ¿De dónde han partido estas afirmaciones? ¿No será de ese mismo aparato ruso que, como indicaba ya en uno de los anteriores números de mi diario, hemos tomado del zarismo, habiéndonos limitado a ungirlo ligeramente con el óleo soviético?
Es indudable que se debería demorar la aplicación de esta medida hasta que pudiéramos decir que respondemos de nuestro aparato como de algo propio. Pero ahora, en conciencia, debemos decir lo contrario, que nosotros llamamos nuestro a un aparato que en realidad nos es aún ajeno por completo y constituye una mezcla burguesa y zarista que no ha habido posibilidad alguna de superar en cinco años, sin ayuda de otros países y en unos momentos en que predominaban las "ocupaciones" militares y la lucha contra el hambre.
En estas condiciones es muy natural que la "libertad de separarse de la unión", con la que nosotros nos justificamos, sea un papel mojado incapaz de defender a los no rusos de la invasión del ruso genuino, chovinista, en el fondo un hombre miserable y dado a la violencia como es el típico burócrata ruso. No cabe duda que el insignificante porcentaje de obreros soviéticos y sovietizados se hundiría en este mar de inmundicia chovinista rusa como la mosca en la leche.
En defensa de esta medida se dice que han sido segregados los Comisariados del Pueblo que se relacionan directamente con la psicología de las nacionalidades, con la instrucción en las nacionalidades. Pero a este respecto nos surge una pregunta, la de si es posible segregar estos Comisariados por completo, y una segunda pregunta, la de si hemos tomado medidas con la suficiente solicitud para proteger de veras a los no rusos del esbirro genuinamente ruso. Yo creo que no las hemos tomado, aunque pudimos y debimos hacerlo.
Yo creo que en este asunto han ejercido una influencia fatal las prisas y los afanes administrativos de Stalin, así como su saña contra el decantado "social-nacionalismo". De ordinario, la saña siempre ejerce en política el peor papel.
Temo igualmente que el camarada Dzerzhinski, que ha ido al Cáucaso a investigar el asunto de los "delitos" de esos "social- nacionales", se haya distinguido en este caso también sólo por sus tendencias puramente rusas (se sabe que los no rusos rusificados siempre exageran en cuanto a sus tendencias puramente rusas), y que la imparcialidad de toda su comisión la caracterice suficientemente el "guantazo" de Ordzhonikidze. Creo que ninguna provocación, incluso ninguna ofensa puede justificar este guantazo ruso, y que el camarada Dzerzhinski es irremediablemente culpable de haber reaccionado ante ello con ligereza.
Ordzhonikidze era una autoridad para todos los demás ciudadanos del Cáucaso. Ordzhonikidze no tenía derecho a dejarse llevar por la irritación a la que él y Dzerzhinski se remiten. Al contrario, Ordzhonikidze estaba obligado a comportarse con un comedimiento que no se puede pedir a ningún ciudadano ordinario, tanto más si éste es acusado de un delito "político". Y la realidad es que los social-nacionales eran ciudadanos acusados de un delito político, y todo el ambiente en que se produjo esta acusación sólo así podía calificarlo.
A este respecto se plantea ya un importante problema de principio: cómo comprender el internacionalismo.
Lenin30.XII.22 Taquigrafiado por M. V.

Continuación de las notas.
31 de diciembre de 1922
ACERCA DEL PROBLEMA DE LAS NACIONALIDADES O SOBRE LA "AUTONOMIZACION" (Continuación)
En mis obras acerca del problema nacional he escrito ya que el planteamiento abstracto del problema del nacionalismo en general no sirve para nada. Es necesario distinguir entre el nacionalismo de la nación opresora y el nacionalismo de la nación oprimida, entre el nacionalismo de la nación grande y el nacionalismo de la nación pequeña.
Con relación al segundo nacionalismo, nosotros, los integrantes de una nación grande, casi siempre somos culpables en el terreno práctico histórico de infinitos actos de violencia; e incluso más todavía: sin darnos cuenta, cometemos infinito número de actos de violencia y ofensas. No tengo más que evocar mis recuerdos de cómo en las regiones del Volga tratan despectivamente a los no rusos, de cómo la única manera de llamar a los polacos es "poliáchishka", de que para burlarse de los tártaros siempre los llaman "príncipes", al ucraniano lo llaman "jojol", y al georgiano y a los demás naturales del Cáucaso los llaman "hombres del Cápcaso".
Por eso, el internacionalismo por parte de la nación opresora, o de la llamada nación "grande" (aunque sólo sea grande por sus violencias, sólo sea grande como lo es un esbirro) no debe reducirse a observar la igualdad formal de las naciones, sino también a observar una desigualdad que de parte de la nación opresora, de la nación grande, compense la desigualdad que prácticamente se produce en la vida. Quien no haya comprendido esto, no ha comprendido la posición verdaderamente proletaria frente al problema nacional; en el fondo sigue manteniendo el punto de vista pequeñoburgués, y por ello no puede por menos de deslizarse a cada instante al punto de vista burgués.
¿Qué es importante para el proletario? Para el proletario es no sólo importante, sino una necesidad esencial, gozar, en la lucha proletaria de clase, del máximo de confianza por parte de los componentes de otras nacionalidades. ¿Qué hace falta para eso? Para eso hace falta algo más que la igualdad formal. Para eso hace falta compensar de una manera o de otra, con su trato o con sus concesiones a las otras nacionalidades, la desconfianza, el recelo, las ofensas que en el pasado histórico les produjo el gobierno de la nación dominante.
Creo que no hacen falta más explicaciones ni entrar en más detalles tratándose de bolcheviques, de comunistas. Y creo que en este caso, con relación a la nación georgiana, tenemos un ejemplo típico de cómo la actitud verdaderamente proletaria exige de nuestra parte extremada cautela, delicadeza y transigencia. El georgiano que desdeña este aspecto del problema, que lanza desdeñosamente acusaciones de "social-nacionalismo" (cuando él mismo es no sólo un "social-nacional" auténtico y verdadero, sino un basto esbirro ruso), ese georgiano lastima, en esencia, los intereses de la solidaridad proletaria de clase, porque nada retarda tanto el desarrollo y la consolidación de esta solidaridad como la injusticia en el terreno nacional, y para nada son tan sensibles los "ofendidos" componentes de una nacionalidad como para el sentimiento de la igualdad y el menoscabo de esa igualdad por sus camaradas proletarios, aunque lo hagan por negligencia, aunque la cosa parezca una broma. Por eso, en este caso, es preferible exagerar en cuanto a las concesiones y a la suavidad para con las minorías nacionales, que pecar por defecto. Por eso, en este caso, el interés vital de la solidaridad proletaria, y por consiguiente de la lucha proletaria de clase, requiere que jamás miremos formalmente el problema nacional, sino que siempre tomemos en consideración la diferencia obligatoria en la actitud del proletario de la nación oprimida (o pequeña) hacia la nación opresora (o grande).
Lenin Taquigrafiado por M. V. 31.XII.22

Continuación de las notas.
31 de diciembre de 1922

¿Qué medidas prácticas se deben tomar en esta situación?

Primera, hay que mantener y fortalecer la unión de las repúblicas socialistas; sobre esto no puede haber duda. Lo necesitamos nosotros lo mismo que lo necesita el proletariado comunista mundial para luchar contra la burguesía mundial y para defenderse de sus intrigas.
Segunda, hay que mantener la unión de las repúblicas socialistas en cuanto al aparato diplomático, que, dicho sea de paso, es una excepción en el conjunto de nuestro aparato estatal. No hemos dejado entrar en él ni a una sola persona de cierta influencia procedente del viejo aparato zarista. Todo él, considerando los cargos de alguna importancia, se compone de comunistas. Por eso, este aparato se ha ganado ya (podemos decirlo rotundamente) el título de aparato comunista probado, limpio, en grado incomparablemente mayor, de los elementos del viejo aparato zarista, burgués y pequeñoburgués, a que nos vemos obligados a recurrir en los otros Comisariados del Pueblo.
Tercera, hay que castigar ejemplarmente al camarada Ordzhonikidze (digo esto con gran sentimiento, porque somos amigos y trabajé con él en el extranjero, en la emigración), y también terminar de revisar o revisar nuevamente todos los materiales de la comisión de Dzerzhinski, con objeto de corregir el cúmulo de errores y de juicios parciales que indudablemente hay allí. La responsabilidad política de toda esta campaña de verdadero nacionalismo ruso debe hacerse recaer, claro, sobre Stalin y Dzerzhinski.
Cuarta, hay que implantar las normas más severas acerca del empleo del idioma nacional en las repúblicas de otras nacionalidades que forman parte de nuestra Unión, y comprobar su cumplimiento con particular celo. No hay duda que, con el pretexto de unidad del servicio ferroviario, con el pretexto de la unidad fiscal, etc., tal como ahora es nuestro aparato, se deslizará un sinnúmero de abusos de carácter ruso puro. Para combatir esos abusos se necesita un especial espíritu de inventiva, sin hablar ya de la particular sinceridad de quienes se encarguen de hacerlo. Hará falta un código detallado, que sólo tendrá alguna perfección en caso de que lo redacten personas de la nacionalidad en cuestión y que vivan en su república. A este respecto, de ninguna manera debemos afirmarnos de antemano en la idea de que, como resultado de todo este trabajo, no haya que volver atrás en el siguiente Congreso de los Soviets, es decir, de que no haya que mantener la unión de las repúblicas socialistas soviéticas sólo en sentido militar y diplomático, y en todos los demás aspectos restablecer la autonomía completa de los distintos Comisariados del Pueblo.
Debe tenerse presente que el fraccionamiento de los Comisariados del Pueblo y la falta de concordancia de su labor con respecto a Moscú y los otros centros, pueden ser paralizados suficientemente por la autoridad del Partido, si ésta se emplea con la necesaria discreción e imparcialidad; el daño que pueda sufrir nuestro Estado por la falta de aparatos nacionales unificados con el aparato ruso es incalculablemente, infinitamente menor que el daño que representaría no sólo para nosotros, sino para todo el movimiento internacional, para los cientos de millones de seres de Asia, que debe avanzar al primer plano de la historia en un próximo futuro, después de nosotros. Sería un oportunismo imperdonable si en vísperas de esta acción del Oriente, y al principio de su despertar, quebrantásemos nuestro prestigio en él aunque sólo fuese con la más pequeña aspereza e injusticia con respecto a nuestras propias nacionalidades no rusas. Una cosa es la necesidad de agruparse contra los imperialistas de Occidente, que defienden el mundo capitalista. En este caso no puede haber dudas, y huelga decir que apruebo incondicionalmente estas medidas. Otra cosa es cuando nosotros mismos caemos, aunque sea en pequeñeces, en actitudes imperialistas hacia nacionalidades oprimidas, quebrantando con ello por completo toda nuestra sinceridad de principios, toda la defensa que, con arreglo a los principios, hacemos de la lucha contra el imperialismo. Y el mañana de la historia universal será el día en que se despierten definitivamente los pueblos oprimidos por el imperialismo, que ya han abierto los ojos, y en que empiece la larga y dura batalla final por su emancipación.
Lenin 31.XII.22 Taquigrafiado por M. V.
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Fuente: Marxists Internet Archive
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domingo, 25 de enero de 2009

V JORNADA LAICISTA: MANIFIESTO DE RIVAS VACIAMADRID

PREÁMBULO

Las personas asistentes, a título individual o como representantes de las asociaciones laicas abajo firmantes, tras los debates y exposiciones realizados durante la celebración de la V Jornada Laicista de Rivas Vaciamadrid.

Constatamos, por un lado, el avanzado grado de secularización de la sociedad española, así como la creciente diversidad de creencias, tanto de origen religioso como de cualquier otra naturaleza (atea, agnóstica,…), mientras por otro, se mantienen enormes privilegios económicos y simbólicos en beneficio de la Iglesia católica.

Consideramos que la presencia de las creencias religiosas en el espacio público educativo segrega a los alumnos en función de sus creencias, atenta contra su libertad de conciencia, dificultando su libre desarrollo intelectual y su autonomía moral, e introduce un factor tremendamente perturbador del clima escolar.

Entendemos que el doctrinarismo religioso en la escuela pública no viene avalado por ningún mandato constitucional.

Observamos, con preocupación, la frecuente confusión entre los ámbitos público (de carácter universal) y religioso (de carácter particular), inundando de símbolos confesionales las ceremonias políticas, así como garantizando la presencia institucional en un sinfín de ritos y ceremonias religiosas. Esta connivencia con las creencias religiosas (católicas, especialmente) se completa con una presencia permanente en cárceles, hospitales y ejército, financiada además con fondos públicos, y por tanto, de todos l@s ciudadan@s.

Entendemos que todos estos privilegios confesionales señalados no están basados en las disposiciones de la Constitución. Muy al contrario, la clave de bóveda de esta clara deriva confesional del Estado, desde 1979, debemos buscarla en los Acuerdos concordatarios y en la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. En este sentido afirmamos que mientras sigan existiendo estas figuras jurídicas, la Transición en materia de creencias y convicciones seguirá siendo una tarea pendiente y cada vez más lejana.

Por todo ello, los abajo firmantes enunciamos los siguientes

PRINCIPIOS

Nos comprometemos tanto con la defensa del derecho de Libertad de Conciencia de todos los individuos, como con la autonomía de lo político (y, por tanto, de lo público) frente a las creencias o convicciones particulares, tanto de índole religiosa como de cualquiera otra naturaleza.

Nos comprometemos, asimismo, con la defensa de la igualdad, no sólo en términos formales, sino explicitada en una práctica política de vigilancia permanente, para que no se produzca discriminación alguna contra ningún ser humano, en el libre ejercicio de sus derechos ciudadanos.

Rechazamos la utilización de conceptos como “culturas” o “civilizaciones”, que habitualmente sólo sirven para enmascarar el sometimiento de las conciencias individuales a dictados comunitaristas, que sustituyen las múltiples identidades de las personas por una exclusiva característica dominante de categorización, que suele ser la religión.

Pensamos que las organizaciones sociales basadas en creencias religiosas deben gozar del mismo trato, a efectos jurídicos, que aquellas cuyo sustrato sean las creencias no religiosas: unas y otras deben someterse al derecho común, sin exigir privilegios públicos de orden económico o institucional.

Rechazamos por confusionista cualquier adjetivación sobre los conceptos de laicismo y laicidad que no esté sustentada en la libertad de conciencia individual, la igualdad de todas las creencias ante la ley (religiosas o no), la separación de las iglesias y el Estado y la autonomía moral y de juicio de cada persona, que sólo puede estar basada en una escuela pública, laica y gratuita.
Ante esta situación, nos planteamos los siguientes

DESAFÍOS

Creemos que ha llegado el momento de que los partidos políticos que se autodenominan laicos sean consecuentes con su ideario y transformen en leyes su aparente voluntad laicista. La clara disonancia entre lo que dicen y lo que hacen en esta materia, impide, por otra parte, que se articule una mayoría social visible que ponga coto a la maraña jurídica confesional que sólo favorece a la jerarquía católica y a sus intereses.

Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones sociales y sindicales para que, lejos de sentir el laicismo como ajeno, perciban que con su defensa lo que está en juego es la calidad de nuestra convivencia democrática y nuestra propia condición de ciudadanos libres e iguales.

Instamos a la creación de plataformas cívicas, políticas y sindicales que, de forma coordinada, creen una mayoría social activa que trabaje por la consecución de los objetivos expuestos, y que pueda promover, y respaldar, una iniciativa política hoy inexistente. Debemos dar comienzo a la Transición en materia de creencias.

Las frecuentes agresiones efectuadas por distintos grupos de presión, instrumentalizando a veces a las instituciones públicas, presionan continuamente de forma desigual sobre los ciudadanos que, tomados individualmente, se ven inermes ante ellas. Es hora de que se articulen, en las instituciones públicas locales, organismos que, al modo de un Defensor de la Libertad de Conciencia, tengan como misión específica velar por este derecho fundamental así como por la igualdad ante la ley en relación con las creencias, la etnia o el género.

Las creencias de orden religioso o de cualquiera otra naturaleza no son, por sí mismas, factores de cohesión social. Los únicos factores de cohesión en un Estado que se pretende laico, son la libertad de conciencia de cada individuo, la igualdad ante la ley, la justicia social, la solidaridad y los derechos humanos. Por tanto, nos comprometemos a desarrollar nuestra actividad en torno a los valores que dimanan de estos principios.

En un Estado en el que ninguna creencia tiene carácter estatal, sus servidores y funcionarios se deben exclusivamente a la función pública para la que han sido designados, y sus servicios son de interés general. La universalidad de la esfera pública no puede confundirse con la particularidad de una creencia religiosa, sus ritos o sus símbolos. Así pues, declaramos que cuando en el ejercicio de la función pública los servidores del Estado (justicia, sanidad,…) contemplan compromisos de conciencia que provocan situaciones de injusticia, que se traduce en obstaculizar la aplicación de leyes aprobadas por el Parlamento, están de hecho, burlando la justicia democrática.

Debemos contribuir a la extensión del laicismo entre los sectores con creencias religiosas (especialmente católicas), a través de la discusión y el debate democrático y la búsqueda de la unidad de acción en torno a los principios políticos y jurídicos expresados en este Manifiesto. Sin la confluencia de este gran cúmulo de personas en las tareas laicas resultará sumamente difícil romper nuestra actual imagen pública antirreligiosa (extendida interesadamente por los voceros de la jerarquía católica), así como poner en pie un importante movimiento laicista con una cierta capacidad de acción.

Las fuerzas políticas que dominan los diversos poderes del Estado, en sus distintos niveles, se muestran especialmente remisas a alterar la actual situación de privilegios de la Iglesia católica debido, fundamentalmente, a las consecuencias electorales. La fuerza de los cambios precisos no surgirá desde las cúpulas de tales poderes políticos si no hay un empuje de la sociedad que lo exija...y que se lo permita. En el último año transcurrido las reivindicaciones laicistas se han multiplicado como nunca anteriormente, se han expresado en todos los medios, han dado a luz organizaciones nuevas en múltiples territorios. Este es el camino. Esta la tarea actual. Multiplicarnos, organizarnos, coordinarnos y hacernos oír. Desde esta ya no tan pequeña localidad que hoy nos acoge, modesto ejemplo de reivindicaciones laicas en el ámbito local, donde su Ayuntamiento ha creado la primera Oficina Municipal de Defensa de los Derechos Civiles.

Hacemos un llamamiento a tod@s l@s ciudadan@s para que se comprometan en la extensión de los principios aquí expuestos, demanden su implantación en los ámbitos públicos, asuman los desafíos aquí señalados y se coordinen en organizaciones y acciones que posibiliten que podamos convertirlos en realidad.

En Rivas Vaciamadrid, a 24 de enero de 2009

viernes, 23 de enero de 2009

"LA MUJER DEL ANARQUISTA"

Título Original: La mujer del anarquista
Género: Drama
Año: 2008
País: España, Francia
Duración: 1 h, 57 min.
Fotografía: Jean-François Robin
Música: Zacarías M. de la Riva
Guión: Marie Noëlle
Director: Peter Sehr, Marie Noëlle
Intérpretes: Juan Diego Botto, María Valverde, Ivana Baquero, Pere Arquillé, Irene Montalá, Biel Durán, Nina Hoss, Jean-Marc Barr, Adrià Collado, Irene Visedo, Laura Morante.

Distribuidora: Alta Films (www.altafilms.com)

En el invierno de 1937, la joven Manuela y su hija Paloma recorren las calles de la ciudad sitiada. Su marido, el abogado Justo Álvarez Calderón, lucha contra Franco en dos frentes: en la radio, donde se ha convertido en “la voz de la revolución”, y en las trincheras que rodean Madrid. Es la prueba viviente de que los héroes libertarios saben defender sus palabras con las armas si es necesario. El amor, la fe en la justicia y la fuerza de los lazos familiares son los pilares de esta historia basada en un hecho real.

Para Justo, cuyo nombre refleja su carácter, su mujer y sus hijos son lo más preciado. Por ellos arriesga su vida cada día, ya que quiere conseguir que vivan con dignidad, una dignidad que sólo le parece posible en un clima de libertad política.

Mientras Justo se encuentra en el norte de España, un bombardeo de la “Legión Cóndor” destruye el hogar familiar. Manuela y sus hijos deben buscar refugio en la oficina de Justo, en la que ya se esconde la familia de su secretario, que se encuentra en las mismas condiciones. Justo consigue evitar los bombardeos y llegar hasta su familia. Manuela no lo sabe, pero esa será la última vez que se vean en mucho tiempo.

La guerra llega en toda su tragedia y Justo desaparece en medio de la retirada del ejército republicano. Durante diez años, Manuela no sabrá si su marido está vivo o muerto.

El terror y las denuncias son los medios a través de los que los vencedores se hacen fuertes. Francisco, hermano de Justo, con el que nunca se llevó bien, trabaja para el nuevo gobierno. Pero hace lo posible por ayudar a Manuela, de quien siempre ha estado secretamente enamorado.

Otra tragedia sacude la vida de Manuela: Rafael, su hijo de cuatro años, muere en un accidente. La Segunda Guerra Mundial no sólo asola Europa, además, ha terminado con todas las posibilidades de encontrar a Justo en Francia. Lo único que ayuda a Manuela a sobrevivir durante esos años de dificultades, pobreza y abandono es su habilidad para mantener viva la esperanza y el amor que siente por su marido.

En el momento en que cree que ha tocado fondo, una revelación pone su mundo del revés. Al finalizar la Guerra Mundial, una foto de un grupo de prisioneros del campo de concentración de Mauthausen publicada en un periódico francés les pone sobre la pista de dónde se encuentra Justo.

Manuela y Justo se vuelven a encontrar en un pequeño pueblo de Francia, y, a pesar de que ambos están felices de volverse a ver, se dan cuenta de que los años de separación les han cambiado.

Aunque marcado por sus experiencias en la guerra y el campo de concentración, Justo no desiste en su lucha por la democracia. Ahora forma parte activa de la resistencia clandestina que, desde el exterior, ayuda a los grupos libertarios españoles que luchan contra Franco. Poco a poco, Manuela y Justo conseguirán superar sus diferencias y reconstruir su familia gracias al amor, la confianza y su fe inquebrantable en la justicia.

TRAILER EN ESPAÑOL: http://es.youtube.com/watch?v=gaFWgB0k7pU

jueves, 22 de enero de 2009

CURSO DE INTRODUCCIÓN AL MARXISMO, DE LA FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES MARXISTAS


"EMANCIPACIÓN Y MARXISMO"
23 de enero – 26 de junio de 2009


El viernes 23 de enero comienza, un año más, el Curso de introducción al Marxismo de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM). El propósito de este curso abierto, que es también foro de debate y discusión de las ideas marxistas y anticapitalistas, ha sido y sigue siendo el de ser un lugar de encuentro y aprendizaje, además de espacio de creación, donde las teorías y prácticas de la historia de los movimientos emancipadores se confrontan con la actualidad del mundo del trabajo y de la cultura.

Desde la aparición en el panorama político y cultural español de la FIM, ésta ha jugado un importante rol de creación y análisis. En el marco de sus cursos, publicaciones y seminarios, que se vienen impartiendo desde los años de su fundación, han estado presentes todos los rincones de la historia cultural española y universal; la filosofía, la sociología, la historia, la literatura, el cine, o la economía.

El curso, de acceso libre, constará de dos bloques. En el primero los ponentes invitados trazarán un cuadro general introductorio a conceptos y problemáticas que están en el núcleo del pensamiento crítico, y se enmarcan en la historia del marxismo como práctica y programa de investigación.

En el segundo bloque, se dará un repaso a diferentes personalidades y movimientos políticos que han marcado el desarrollo del pensamiento revolucionario y emancipador a lo largo del último siglo, desde la perspectiva de la permanente construcción de un programa para el socialismo del siglo XXI.

Todas las actividades se realizarán en el local de la FIM, Calle Alameda nº 5, 2º Izq. (Madrid), a las 19 horas.

PROGRAMA:

PRIMER MÓDULO. CONCEPTOS FUNDAMENTALES

Capital y trabajo
Diego Guerrero, Profesor Titular de Economía Aplicada de la UCM.
Viernes 23 de enero.

El materialismo histórico
Juan Trías Vejarano, Catedrático de Historia del Pensamiento de la UCM.
Por confirmar.

La libertad en Marx
Montserrat Galcerán, Catedrática de Filosofía de la UCM.
Jueves 29 de enero.

Las clases sociales en Karl Marx
Daniel Lacalle, Sociólogo y Responsable de la Sección de Economía y Sociedad de la FIM.
Viernes 6 de febrero.

El marxismo latinoamericano
Manuel Monereo, Fundación de Investigaciones Marxistas.
Viernes 13 de febrero.

El Capital y la filosofía
Agustín Morán, Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES).
Viernes 30 de febrero.

Marxismo(s) analítico(s)
César Rendueles, doctor en filosofía y profesor asociado de sociología en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
Jueves 26 de febrero.

El capitalismo español en el siglo XXI
Armando Fernández Steinko, Profesor Titular de Sociología de la UCM.
Viernes 6 de marzo.

SEGUNDO MÓDULO. HISTORIA Y FUTURO DEL MARXISMO

Lenin

Francisco Fernández Buey, Catedrático de Filosofía del Derecho, Moral y Política de la Universidad Pompeu i Fabra de Barcelona.
Viernes 13 de marzo.

Espartaquismo, la revolución truncada
David Arrabalí, sociólogo y Coordinador del Grupo Municipal de IU en Málaga.
Viernes 20 de marzo.

Trotsky y trotskismos
Jaime Pastor, Profesor Titular de Ciencias Políticas en la UNED.
Jueves 26 de marzo.

Alejandra Kollontai
Mila de Frutos, feminista.
Viernes 3 de abril.

Bertolt Brecht
César de Vicente Hernando, Centro de Documentación Crítica (CDC).
Viernes 17 de abril.

Los historiadores marxistas británicos
Francisco Erice, Profesor Titular de historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo.
Viernes 8 de mayo.

Angela Davis. Raza, género y capital
Clara Alonso, investigadora del Instituto de la Mujer, miembro del Comité Central de la UJCE y del Consejo Político Federal de IU.
Viernes 15 de mayo.

Althusser y nosotros
Carlos Fernández Liria, Profesor Titular de la Facultad de Filosofía de la UCM.
Viernes 22 de mayo.

Nuevos feminismos
Carmen Romero Bachiller, Profesora de Teoría de la Sociología de la UCM.
Viernes 29 de mayo.

Literatura y marxismo
David Becerra Mayor, investigador de la Facultad de Filología de la UAM, Sección de Estética de la FIM.
Viernes 5 de junio.

Psicoanálisis y proletariado
Carlos Enríquez del Arbol, Asociación de Estudios Marxistas (ADEM).
Viernes 12 de junio.

Ecología y economía crítica
Ramón Fernández Durán, Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro de Ecologistas en Acción.
Viernes 19 de junio.

Zizek y Badiou
Antonio J. Antón, traductor y Sección de Pensamiento de la FIM.
Viernes 26 de junio.

miércoles, 21 de enero de 2009

"UNA MIRADA CRÍTICA SOBRE EL GRAN ESPECTÁCULO DEL MUNDO"


ARTÍCULO DE JOSÉ ANTONIO PÉREZ TAPIAS PUBLICADO EN GRANADA HOY EL 31 DE DICIEMBRE DE 2007, CON MOTIVO DEL 40 ANIVERSARIO DE LA PUBLICACIÓN DE LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO, DE GUY DEBORD

Es una máxima de nuestro tiempo que nada puede estropear un buen espectáculo. Recordemos cómo no hace mucho nos enteramos horrorizados que aquella mujer, que fue puesta en el aprieto de acceder a una reconciliación televisada en directo con el hombre que había sido su pareja, fue asesinada a los pocos días por él; supimos entonces que era el maltratador de quien había intentado alejarse. La obscenidad de un programa conducido sin empacho alguno hacia el corazón de una relación marcada por la violencia para, sin consideración hacia los riesgos de la víctima, convertirlo en espectáculo, tiene su correlato a pie de calle en esas conductas de adolescentes dedicados a grabar en sus móviles las palizas dadas a personas débiles escogidas como objeto de su despiadada diversión, para acabar colgando en Internet los golpes y vejaciones que les infligen. Son ejemplos de la espectacularización cotidiana de la violencia que alberga nuestra sociedad. En ella, los medios de comunicación constantemente suministran imágenes de catástrofes o accidentes en las que el dolor y la muerte quedan reducidos a momentos álgidos del reality show a gran escala en el que estamos inmersos. No falta la publicidad más extravagante que ofrece cosas tales como viajes a los glaciares del hemisferio sur para apreciar en directo su desaparición a cuenta del aumento de temperatura provocado por los humanos de las sociedades desarrolladas. Al fin y al cabo, tal turismo antiecológico revestido de plañidera sensibilidad hacia lo que ocurre en la naturaleza no responde sino a los parámetros del consumo desbocado que retroalimenta la infernal máquina de una economía regida por el principio del máximo beneficio. Todo ello, a lo que tan sucintamente aludimos, son epifenómenos del capitalismo globalizado que estructura mundialmente nuestra realidad como sociedad del espectáculo. Tal fue el diagnóstico que de ella hizo Guy Debord hace cuarenta años, con una perspicacia y capacidad de anticipación que de ninguna manera quedaron agotadas con el Mayo del 68 que tanto acusó su influjo.

En 1967 se publica La sociedad del espectáculo por quien había sido propulsor de la llamada “Internacional Situacionista”, tratando de llegar al fondo de lo que ocurre en una sociedad en lo que todo resulta pervertido por el fetichismo de la mercancía. El arte mismo, hasta en sus formas vanguardistas de impugnación del orden establecido, es engullido como objeto de consumo. Tras proponer “construir situaciones” en las que se hiciera realidad la superación del arte identificándolo con la vida –trasunto de la propuesta marxiana de superación de la filosofía en la praxis-, Debord escribió su principal obra comenzando con palabras que se hacen eco de las que encontramos en El Capital: “La vida entera de las sociedades en las que imperan las condiciones de producción modernas se anuncia como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo directamente experimentado se ha convertido en una representación”.

Debord quería poner de relieve no sólo la primacía del espectáculo en una sociedad donde es decisivo el papel de los medios audiovisuales de comunicación, sino además cómo toda ella se organiza espectacularmente en un interminable juego de apariencias. Tal es el requerimiento de un capitalismo que espolea de continuo el consumo de mercancías desplazando el ser al tener y el tener al parecer. Después de todo, “el espectáculo es el reverso del dinero” (capital), presentando la imagen invertida de lo que en verdad ocurre en un mundo donde las relaciones humanas están mercantilizadas. Recubriendo el vacío que tal mercantilización agranda de continuo, que es el del nihilismo que la dinámica capitalista induce, “el espectáculo es la reconstrucción material de la ilusión religiosa”, mantenida así en sociedades secularizadas. Con su organización como gran espectáculo que se retroalimenta continuamente la sociedad legitima la dinámica económica sobre la que se apoya y la política que sirve a ella, de manera que el espectáculo –insiste Debord- opera como “discurso ininterrumpido que el orden actual mantiene sobre sí mismo, su monólogo autoelogioso”.

Parafraseando a Calderón, podemos decir desde Debord que el gran espectáculo del mundo es el traje a medida con que es revestida la realidad social por el capitalismo de nuestro tiempo. No hay más guión que el que el mercado reescribe a diario para que el espectáculo prosiga en la alocada representación que hace de sí una humanidad alienada que sólo puede librarse de la tragedia de su audestrucción –en vano, si no cambia dicho guión- manteniendo indefinidamente la reproducción del mismo. El gran espectáculo del mundo, para seguir sin término según el imperativo del mercado, lo abarca todo: todo se compra y se vende. Así, se mercantiliza, es decir, se “espectaculariza”, desde la política hasta la intimidad de las personas, desde la muerte hasta la vida, desde los logros tecnológicos hasta las catástrofes medioambientales. La obscenidad no tiene límites, ni en las pantallas de televisión, ni en las páginas de Internet. El cinismo del capitalismo contemporáneo, como corresponde al nihilismo que la dinámica del mercado potencia con su efectiva transmutación de todos los valores en valor económico, se instala descaradamente en la mentira, con el agravante, como señalaba Debord, de que “la mentira no contradicha se torna locura”.

Hablar al modo calderoniano del “gran espectáculo del mundo” no conlleva un mero exceso retórico. La “sociedad del espectáculo” –y su locura autodestructiva- es mundial, como ya lo entrevió Debord siguiendo a Marx, antes de que estuviéramos metidos en la globalización de nuestro presente: “Con el desarrollo del capitalismo, el tiempo irreversible se ha unificado mundialmente. La historia universal se ha convertido en realidad porque el mundo entero se ha unido bajo el despliegue de ese tiempo. Pero esta historia, que es la misma en todas partes a la vez, no es aún más que el rechazo intrahistórico de la historia. El tiempo de la producción económica, segmentado en fragmentos abstractos e iguales, es lo que se manifiesta en todo el planeta como uno solo y el mismo día. El tiempo irreversible unificado es el del mercado mundial y, consecuentemente, el del espectáculo mundial”.

En la “sociedad del espectáculo”, amnésica en la simultaneidad de su presentismo, la conciencia histórica se ve alienada y, por tanto, la historia no se toma en serio. Sin memoria no hay verdadera esperanza y la ausencia de una y otra son síntomas claros de la pérdida de sentido que socava una cultura donde el vacío se hace presente. La sociedad del espectáculo corresponde al momento en que un “capitalismo cínico” se señorea sobre el mundo que él mismo unifica como “global”.

José Antonio Pérez Tapias es filósofo.

martes, 20 de enero de 2009

NOVEDAD DE LA EDITORIAL DOBLE J: "LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO", DE GUY DEBORD

Colección El Arte de Pensar
Editorial Doble J
Rústica, 186 pp.
ISBN-13: 978-84-96875-53-1
25 €/$
Disponible en
www.amazon.com

“Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación”.

Un clásico del siglo XX para comprender el siglo XXI. Publicado en 1967, La sociedad del espectáculo proporciona una certera reinterpretación del marxismo, sobre todo del concepto de fetiche de la mercancía aplicado a las condiciones del capitalismo contemporáneo. Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como la declinación del ser en tener, y del tener en simplemente parecer. Esta condición en la cual la realidad se ha substituido por su imagen representa el momento histórico contemporáneo, cuando la mercancía completa su colonización de la vida social: las relaciones entre mercancías han suplantado las relaciones entre las personas y, en estas, la identificación pasiva con el espectáculo suplanta la actividad genuina. “El espectáculo no es una colección de imágenes, escribe Debord, en cambio, es una relación social entre la gente que es mediada por imágenes.”

La presente edición ha corrido a cargo de la editorial hispanoalemana Doble J por encargo del Círculo de Cultura Socialista, y se encuadra en la colección El arte de Pensar, cuya nueva entrega incluye, entre otros, El pensamiento político de la derecha de Simone de Beauvoir y Un ensayo sobre la liberación de Herbert Marcuse. Se trata de una nueva traducción del colectivo madrileño Maldeojo que además incluye la áspera polémica entre Guy Debord y Gerard Lebovici con el editor Jesús Castellote sobre la nunca publicada traducción española a cargo de este último. Asimismo se incluye un apéndice donde Maldeojo analiza y señala detalladamente los errores de la traducción de José Luis Pardo para la edición de 1999 publicada por Pretextos.

NOVEDAD DE LA EDITORIAL DOBLE J: "UN ENSAYO SOBRE LA LIBERACIÓN", DE HERBERT MARCUSE

Colección El Arte de Pensar
Rústica, 112 pp.
Editorial Doble J
ISBN-13: 978-84-96875-51-7
15 €/$
Disponible en
www.amazon.com

Un ensayo sobre la liberación es una crítica del estado del bienestar burocrático y su deriva represiva, además de un análisis de las características y los retos de la izquierda bajo el capitalismo tardío, En definitva, una herramienta esencial para comprender las condiciones de una alianza alternativa a la situación actual.

“Lo que se denuncia como «utópico» no es ya aquello que «no tiene lugar» ni puede tenerlo en el mundo histórico, sino más bien aquello cuya aparición se encuentra bloqueada por el poder de las sociedades establecidas,” afirma Marcuse. Escritas poco antes de las revueltas de mayo de 1968, las tesis que presenta Marcuse en Un ensayo sobre la liberación siguen ciertamente vigentes. La clase obrera tradicional, agrupada en organizaciones monolíticas, tiende a integrarse en el capitalismo avanzado. Mientras tanto aparece una constelación de movimientos liberadores «en acto», incluyendo los estudiantes, los movimientos de liberación del tercer mundo, los habitantes de los «ghettos» de las ciudades, los desempleados, los precarios y los intelectuales no conformistas. Todos ellos coinciden en lo que Marcuse denomina el «Gran Rechazo» de las condiciones existentes, que es a su vez el punto de partida para su confluencia futura en un movimiento político y social.”

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