lunes, 31 de diciembre de 2018
100 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA SOCIALISTA SOVIÉTICA DE BIELORRUSIA
El 1º de enero de 2019 se cumplen 100 años de la fundación de la República Socialista Soviética de Bielorrusia.
La RSS de Bielorrusia fue creada el 1 de enero de 1919 como República Socialista Soviética Bielorrusa, pero esta pasó a ser el 27 de febrero la República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa; la república fue refundada como República Socialista Soviética de Bielorrusia el 31 de julio de 1920 y desaparecería el 26 de diciembre de 1991, con la disolución de la Unión Soviética.
La República Socialista Soviética de Bielorrusia fue uno de los cuatro miembros fundadores de la Unión Soviética en 1922, junto con la RSS de Ucrania, la RFSS de Transcaucasia y la RSFS de Rusia.
El Himno de la RSS de Bielorrusia fue usado entre 1955 y 1991. Fue compuesto por Nestar Sakalowski, y la letra es obra de Mihas Klimovich. La melodía del Himno de la RSS de Bielorrusia es usada ecomo el actual himno nacional de la República de Bielorrusia, pero con diferente letra.
LETRA DEL HIMNO DE RSS DE BIELORRUSIA TRADUCIDA AL CASTELLANO
Somos bielorrusos, con la Rusia fraternal,
Buscando juntos caminos afortunados.
En luchas por libertad, en luchas por el destino,
Ganamos nuestros estandartes de las victorias.
El nombre de Lenin nos ha unido,
El Partido nos lidera en la búsqueda de la felicidad.
¡Gloria al partido! ¡Gloria a la Madre Patria!
¡Gloria a ti, pueblo bielorruso!
Reuniendo fuerzas, pueblo de Bielorrusia,
En una unión fraternal, en una poderosa familia.
¡Por siempre debemos, hombres libres,
Vivir en una feliz y libre tierra!
El nombre de Lenin nos ha unido,
El Partido nos lidera en la búsqueda de la felicidad.
¡Gloria al partido! ¡Gloria a la Madre Patria!
¡Gloria a ti, nuestro pueblo libre!
La amistad de pueblos – la fuerza de pueblos,
Para la felicidad es el camino soleado.
¡Orgullosamente nos levantamos a alturas de cielo,
Estandarte del Comunismo – bandera de la alegría!
El nombre de Lenin nos ha unido,
El Partido nos lidera en la búsqueda de la felicidad.
¡Gloria al partido! ¡Gloria a la Madre Patria!
¡Gloria a ti, nuestro pueblo soviético!
domingo, 30 de diciembre de 2018
"RETRATO DE UNA MUJER TRABAJADORA DE LA FÁBRICA DE BOMBILLAS DE BERLÍN NARVA", DE NURIA QUEVEDO
Retrato de una mujer trabajadora de la fábrica de bombillas de Berlín Narva
Nuria Quevedo
1974
Oleo sobre lienzo
Stadtmuseum Berlin
El retrato de la joven trabajadora surgió de la empresa estatal de la RDA Narva, que se dedicaba a la fabricación de bombillas. La joven trabajadora había sido condecorada con la medalla de oro a la "Heroína del Trabajo". Ella posaba para el retrato en el apartamento-estudio de la artista en la calle Skandinavische del distrito de Lichtenberg en Berlín, llegando a menudo directamente de un agotador turno nocturno.
Nuria Quevedo, nacida el 18 de marzo 1938 en Barcelona, es pintora y artista gráfico. Nuria Quevedo es hija de exiliados republicanos que emigraron en 1952 a Berlín. El tema del exilio y la sensación asociada de dislocación es el tema principal de Quevedo. Núria Quevedo estudió desde 1958 hasta 1963 en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Berlín-Weissensee en el campo de los gráficos, con los profesores Arno Mohr, Wittkugel Klaus Werner y Klemke. Desde 1963 trabaja por cuenta propia, en los años 70 crearon numerosas ilustraciones de libros. Con el tiempo, como un estudiante de maestría de Werner Klemke (1968 a 1971) en la Academia de Artes de la RDA comienza a acercarse de forma autodidacta a la pintura. En 1986 se convirtió en miembro de la Academia de Artes de la RDA, de la que sale de la 1991. De 1994 a 1996 Nuria Quevedo fue profesor visitante en el Instituto de Caspar David Friedrich, de la Universidad de Greifswald. Desde 1997 vive y trabaja entre Berlín y Sant Feliu de Guíxols (España / Cataluña).
En la RDA recibió los siguientes premios:
1974: Premio Max-Lingner de la Academia del Arte de la RDA
1979: Premio del Arte de RDA
1982: Premio Goethe de la Ciudad de Berlin
1988: Premio del Arte del FDGB
1988: Premio Nacional de la RDA
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Realismo Socialista
sábado, 29 de diciembre de 2018
LO QUE DISEÑAMOS SERÁ CONSTRUIDO POR ALGUIEN MÁS: EL PELIGRO QUE ENFRENTAN LOS OBREROS, EN EL DOCUMENTAL "EN EL HOYO"
Título: En el hoyo
Fecha de Estreno: 25 de Agosto 2006
Duración: 85 min.
País: México
Género: Documental
Director: Juan Carlos Rulfo
Guión: Juan Carlos Rulfo
Producción: Eugenia Montiel, Juan Carlos Rulfo
Compañía Productora: La Media Luna Producciones / Euphoria Films México
Edición: Leduc Navarro, Valentina
Sonido: Brucshtein, Natalia | Santos, Mauricio
Música: Leonardo Heiblum
Fotografías: Ana Lorena Ochoa
Sinopsis: Por cada puente construido -advierte un proverbio mexicano-, el diablo exige almas para que estos se mantengan en pie. Incluso en el México contemporáneo "todo proyecto necesita un alma en su fundación", comenta una de las trabajadoras del "Segundo Piso" del Anillo Periférico del Distrito Federal.
Físicamente pequeño pero implacablemente comprometido y carismático, el "Chabelo" enfrenta tenazmente cada momento del día, sucio, agotado y poniendo en riesgo su vida, pero con calma y resignación. Su colega, el "Grande", es un albañil tosco y misántropo que no tiene miedo a entregarse a sus demonios personales y tampoco a los peligros de la fosa y la construcción. El "Guapo" añora con nostalgia el amor, mientras piropea desde las alturas a las mujeres que pasan por la obra.
El documental "En el hoyo" (2006), del cineasta mexicano Juan Carlos Rulfo, presenta la extenuante realidad de los trabajadores en obras urbanas de gran envergadura, tomando como caso de estudio la construcción del segundo nivel del Anillo Periférico al sur de la Ciudad de México, un enorme puente al que llamaron "El Segundo Piso".
La cinta, que recibió el premio al mejor documental internacional en el Festival de Cine de Sundance, nos muestra el lado humano de la obra a través de las historias personales de algunos de sus obreros, revelando la cotidianidad de un trabajo que se realiza en arriesgadas condiciones y con la muerte rondando entre las máquinas y fierros.
Un documental que nos recuerda que todo lo que proyectamos será en algún momento construido, ladrillo a ladrillo, por alguien más. ¿Pensamos en esto a la hora de diseñar?
Un hermoso día comenzó la construcción de un puente. Era el puente más largo de la ciudad. Excavaciones, polvo, concreto y albañiles, muchos albañiles, los personajes de esta historia.
Mitos y realidades: almas a cambio de una construcción exitosa
"Todas los obras grandes necesitan almas para que (las) amarre, es como si les echaras abono. (...) Mucha gente aquí se ha muerto y es por eso. Muchos de mis compañeros los han visto y ellos ya están muertos, andan penando. Esas almas no se fueron tranquilas, prácticamente las vendieron", comenta una de las encargadas de seguridad de la construcción.
Estas creencias, a pesar de formar parte de una serie de mitos locales, dan cuenta del peligro constante al que se enfrentan sus obreros. Porque aunque se tomen todas las medidas de seguridad disponibles, la muerte ronda en los sitios de trabajo: un porcentaje de muertes que parece ser inevitable para terminar de levantar la obra en su totalidad. En muchos casos los obreros pasan a ser un número, perdiendo toda su individualidad. Por eso el valor de esta cinta.
Un enorme foso de tierra y escombros se transforma en el escenario donde surge una profunda amistad entre los obreros. Una obra de infraestructura pública, que debe avanzar lo más rápido posible para ser entregada a la ciudad, es por algunos meses el espacio donde un grupo de hombres establece relaciones profundas, una especie de hermandad con abundantes risas y bromas, que probablemente termine al poner la última piedra en el lugar. Personas que conviven en la ciudad en una especie de paréntesis, en un espacio físico momentáneo y en continuo cambio que sólo ellos podrán habitar alguna vez.
Algunos obreros son más optimistas que otros, pero en sus comentarios aparece esa desigualdad que los tiene literalmente "en el hoyo". Obreros que a pesar de no haber estudiado tienen una gran cantidad de valiosos conocimientos y destrezas; aprendidas en terreno, con la experiencia y sabiduría que entrega el paso de los años. Como comenta otro de los trabajadores, "me dedico a todo, menos a nada". ¿A qué arquitecto no le gustaría tener estos conocimientos constructivos?
La cinta es la suma de las vivencias y tareas diarias del Chabelo, el Grande, Agustín, Vicencio, Tomás, el Guapo, el Chómpiras y Natividad, trabajadores que por primera vez tienen nombre y apellido, historias, un pasado y un futuro por venir. Un grupo de obreros que trabaja sin saber muy bien para quién; que llega a la obra para "ganarse la vida" y que termina encontrando un espacio lleno de experiencias, compañerismo y crecimiento. Obreros que aunque no los veamos, forman parte fundamental de nuestra arquitectura y su posibilidad de concretarse.
Fuente: José Tomás Franco. "Lo que diseñamos será construido por alguien más: el peligro que enfrentan los obreros, en el documental 'En el hoyo'" 03 may 2018. Plataforma Arquitectura. Accedido el 23 Dic 2018. ISSN 0719-8914
Fecha de Estreno: 25 de Agosto 2006
Duración: 85 min.
País: México
Género: Documental
Director: Juan Carlos Rulfo
Guión: Juan Carlos Rulfo
Producción: Eugenia Montiel, Juan Carlos Rulfo
Compañía Productora: La Media Luna Producciones / Euphoria Films México
Edición: Leduc Navarro, Valentina
Sonido: Brucshtein, Natalia | Santos, Mauricio
Música: Leonardo Heiblum
Fotografías: Ana Lorena Ochoa
Sinopsis: Por cada puente construido -advierte un proverbio mexicano-, el diablo exige almas para que estos se mantengan en pie. Incluso en el México contemporáneo "todo proyecto necesita un alma en su fundación", comenta una de las trabajadoras del "Segundo Piso" del Anillo Periférico del Distrito Federal.
Físicamente pequeño pero implacablemente comprometido y carismático, el "Chabelo" enfrenta tenazmente cada momento del día, sucio, agotado y poniendo en riesgo su vida, pero con calma y resignación. Su colega, el "Grande", es un albañil tosco y misántropo que no tiene miedo a entregarse a sus demonios personales y tampoco a los peligros de la fosa y la construcción. El "Guapo" añora con nostalgia el amor, mientras piropea desde las alturas a las mujeres que pasan por la obra.
El documental "En el hoyo" (2006), del cineasta mexicano Juan Carlos Rulfo, presenta la extenuante realidad de los trabajadores en obras urbanas de gran envergadura, tomando como caso de estudio la construcción del segundo nivel del Anillo Periférico al sur de la Ciudad de México, un enorme puente al que llamaron "El Segundo Piso".
La cinta, que recibió el premio al mejor documental internacional en el Festival de Cine de Sundance, nos muestra el lado humano de la obra a través de las historias personales de algunos de sus obreros, revelando la cotidianidad de un trabajo que se realiza en arriesgadas condiciones y con la muerte rondando entre las máquinas y fierros.
Un documental que nos recuerda que todo lo que proyectamos será en algún momento construido, ladrillo a ladrillo, por alguien más. ¿Pensamos en esto a la hora de diseñar?
Un hermoso día comenzó la construcción de un puente. Era el puente más largo de la ciudad. Excavaciones, polvo, concreto y albañiles, muchos albañiles, los personajes de esta historia.
Mitos y realidades: almas a cambio de una construcción exitosa
"Todas los obras grandes necesitan almas para que (las) amarre, es como si les echaras abono. (...) Mucha gente aquí se ha muerto y es por eso. Muchos de mis compañeros los han visto y ellos ya están muertos, andan penando. Esas almas no se fueron tranquilas, prácticamente las vendieron", comenta una de las encargadas de seguridad de la construcción.
Estas creencias, a pesar de formar parte de una serie de mitos locales, dan cuenta del peligro constante al que se enfrentan sus obreros. Porque aunque se tomen todas las medidas de seguridad disponibles, la muerte ronda en los sitios de trabajo: un porcentaje de muertes que parece ser inevitable para terminar de levantar la obra en su totalidad. En muchos casos los obreros pasan a ser un número, perdiendo toda su individualidad. Por eso el valor de esta cinta.
Un enorme foso de tierra y escombros se transforma en el escenario donde surge una profunda amistad entre los obreros. Una obra de infraestructura pública, que debe avanzar lo más rápido posible para ser entregada a la ciudad, es por algunos meses el espacio donde un grupo de hombres establece relaciones profundas, una especie de hermandad con abundantes risas y bromas, que probablemente termine al poner la última piedra en el lugar. Personas que conviven en la ciudad en una especie de paréntesis, en un espacio físico momentáneo y en continuo cambio que sólo ellos podrán habitar alguna vez.
Algunos obreros son más optimistas que otros, pero en sus comentarios aparece esa desigualdad que los tiene literalmente "en el hoyo". Obreros que a pesar de no haber estudiado tienen una gran cantidad de valiosos conocimientos y destrezas; aprendidas en terreno, con la experiencia y sabiduría que entrega el paso de los años. Como comenta otro de los trabajadores, "me dedico a todo, menos a nada". ¿A qué arquitecto no le gustaría tener estos conocimientos constructivos?
La cinta es la suma de las vivencias y tareas diarias del Chabelo, el Grande, Agustín, Vicencio, Tomás, el Guapo, el Chómpiras y Natividad, trabajadores que por primera vez tienen nombre y apellido, historias, un pasado y un futuro por venir. Un grupo de obreros que trabaja sin saber muy bien para quién; que llega a la obra para "ganarse la vida" y que termina encontrando un espacio lleno de experiencias, compañerismo y crecimiento. Obreros que aunque no los veamos, forman parte fundamental de nuestra arquitectura y su posibilidad de concretarse.
Fuente: José Tomás Franco. "Lo que diseñamos será construido por alguien más: el peligro que enfrentan los obreros, en el documental 'En el hoyo'" 03 may 2018. Plataforma Arquitectura. Accedido el 23 Dic 2018.
viernes, 28 de diciembre de 2018
"10 AÑOS DEL KPD", DE ERNST THÄLMANN, EN EL CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA ALEMÁN
"10 AÑOS DEL KPD", DE ERNST THÄLMANN
Diez años de historia del Partido Comunista de Alemania, que son diez años llenos de luchas revolucionarias de la clase trabajadora alemana, diez años llenos de heroísmo proletario, diez años llenos de experiencias y enseñanzas ideológicas, políticas y organizativas para nuestro partido.
El 4 de agosto de 1914 se había echado abajo de golpe la máscara tras la cual, sobre la base del desarrollo imperialista de Alemania y la educación de una aristocracia de trabajadores, se había ocultado el proceso de aburguesamiento de la socialdemocracia alemana hasta entonces. El 4 de agosto fue para las masas de los trabajadores socialistas con conciencia de clase un golpe terrible, una decepción dolorosa. Ya no existía el partido ni la Internacional Socialista para la cual habían luchado y en la cual habían creído.
La bandera roja de la lucha de clases proletaria yacía manchada y traicionada sobre el suelo. Allí estaba aquel pequeño grupo de luchadores intrépidos, con Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Leo Jogiches, Franz Mehring y otros al frente, los que en el derrumbe generalizado del movimiento socialista en Alemania sostuvieron la bandera de la Internacional y no desesperaron, desplegaron de nuevo la bandera del movimiento proletario socialista. Karl Liebknecht alzó en el Parlamento la lucha más afilada contra la guerra imperialista y sus cómplices y políticos socialpatriotas, Rosa Luxemburgo escribió en prisión el Folleto Junius sobre “La crisis de la socialdemocracia”, después de que ella y Franz Mehring hubieran fundado la revista “Die Internationale”, que todavía hoy es el órgano de nuestro partido, que como consecuencia de la censura militar guillermina solo pudo publicarse un número lamentablemente. Bajo la dirección de Leo Jogiches, el magistral organizador de propaganda revolucionaria ilegal, publicaron las Cartas de Espartaco. El “Grupo Internacional”, posteriormente Liga Espartaquista, inició su gran trabajo revolucionario contra la guerra.
Poco a poco se concentraban también en amplias masas de trabajadores los cuadros de la vanguardia proletaria contra la política traidora socialchovinista. Llegó entonces la fundación del USPD, en cuya dirección tenían superioridad elementos socialpacifistas y centristas, pero cuyos miembros se reclutaban en su mayor parte de sectores revolucionarios y con conciencia de clase de la clase obrera.
El año 1918 trajo la gran huelga de trabajadores de la munición en Alemania y Austria en enero, la primera señal de que la ola de la Revolución rusa, el Octubre victorioso, no se interrumpe en la frontera de la Rusia soviética, sino que empieza a avanzar en los restantes países beligerantes, especialmente en las Potencias Centrales. Después siguió el 9 de noviembre, la hora del nacimiento de la revolución alemana, y a la vez la hora del nacimiento del Partido revolucionario de la clase trabajadora alemana, el KPD. En el cambio de año de 1918 a 1919 se celebró el día de la fundación del Partido. Solo dos semanas después fueron alevosamente asesinados sus fundadores y grandes líderes revolucionarios, Karl y Rosa, por los bandidos blancos de los socialdemócratas de Noske. El primer embate a la vanguardia revolucionaria del proletariado alemán por parte de la burguesía, con ayuda de la socialdemocracia, sería ahogado en la sangre de los obreros.
La derrota fue inevitable. Entonces el joven, y recién nacido en la lucha revolucionaria, Partido Comunista no fue capaz de apoderarse del liderazgo de las masas proletarias. Los cobardes y fluctuantes líderes del USPD evitaron por todos los medios una organización útil de la rebelión proletaria, por mucho que las masas de trabajadores del USPD fueran decididas a la lucha revolucionaria. Y también la propia Liga Espartaco estaba lastrada en ese tiempo por todas las debilidades y ambigüedades ideológicas que respondían a la falta de experiencia revolucionaria de toda la clase obrera alemana.
Pero sin embargo, la sangre de los mejores líderes del proletariado alemán y de los caídos con ellos en el campo de batalla no fue olvidada en vano. La terrible lección de aquella lucha de enero y de los crímenes bestiales de Noske, Ebert, Wels y Scheidemann sentó las bases para el ascenso del partido revolucionario de la clase trabajadora alemana, el KPD! El papel del partido como el único guía de las masas proletarias en la organización de la revolución, eso era lo que los mejores y más revolucionarios elementos de la clase trabajadora alemana empezaban a aprender de la derrota.
Se sucedieron grandes luchas revolucionarias. En el partido de masas de los trabajadores revolucionarios, el USPD, se acentuó el proceso de división de clases entre los cobardes y desgraciados líderes centristas, los Kautsky, Dittmann, Crispien y Hilferding, por un lado, y los trabajadores que empujan hacia el partido de la revolución proletaria y a la Internacional Comunista, por otro. La Liga Espartaco superó con el Congreso de Heidelberg aquellas enfermedades infantiles sindicalistas y antiparlamentarias que suponían un obstáculo para el desarrollo de las masas. Después del Congreso de Halle del USPD se consumó la unión entre la mayoría del USPD y la Liga Espartaco; el VKPD1 , el partido de masas revolucionario del trabajador alemán, fue así forjado. Pero el camino de las amargas experiencias que los trabajadores alemanes debían andar, antes de que ellos llevaran (a) su partido revolucionario hacia esa madurez, claridad y unidad con la que el partido de Lenin pudo triunfar en la Revolución rusa, en el octubre ruso, ese camino de desarrollo interno, era todavía largo y difícil. El Golpe de Estado de Kapp, (las acciones de) Marzo de 1921, Octubre de 1923, que fueron las siguientes lecciones más decisivas, en virtud de las cuales se consumó el lento y complicado proceso de bolchevización del partido comunista.
Precisamente porque nuestro partido surgió de los mejores y más revolucionarios elementos de la socialdemocracia de la época antes de la guerra, (siendo) los únicos que no habían participado de la traición de Ebert y Scheidemann, fue naturalmente no solo rico en aquellas buenas y revolucionarias tradiciones del movimiento obrero socialista, sino (que), al mismo tiempo, (se vio) cargado de algunos restos de la debilidad de la socialdemocracia.
La lucha contra las vacilaciones y desviaciones oportunistas, pequeñoburguesas, la lucha contra cualquier tendencia que quisiera apartar al partido del camino hacia el bolchevismo y quisiera aproximarlo a la socialdemocracia, y que buscaban introducir falsas ilusiones acerca del desarrollo hacia el socialismo, acerca del Estado, del SPD, del centrismo en las filas del partido revolucionario, esta lucha contra las camarillas alrededor de Levi y Reuter-Fiesland en 1921, contra Brandler y Thalheimer en 1923, más tarde contra la variedad ultraizquierdista del liquidacionismo, fueron los pasos necesarios e inevitables de la maduración y clarificación interna, motivo por el cual el KPD debía consagrarse en la cima de su deber histórico. Este proceso de maduración y lucha ideológica todavía no ha finalizado a día de hoy. Las resoluciones del VI Congreso Mundial2 golpean la resistencia de un pequeño grupo liquidacionista bajo la dirección de Brandler y Thalheimer, que luchan contra las leyes básicas del comunismo y desarrollan su actividad contra el partido y contra el Kommintern para convertirse en abiertos enemigos del partido.
10 años del KPD: Crecido y convertido en más maduro en la lucha contra el imperialismo y la socialdemocracia. La historia de nuestro partido, desde los inicios de la lucha antiimperialista del Grupo Espartaco en la pasada Guerra Mundial, pasando por las lecciones de las luchas y derrotas revolucionarias y de los enfrentamientos internos, hasta el presente, es un gran proceso único de preparación de la vanguardia revolucionaria de los trabajadores alemanes en su inmensa misión histórica que la Historia revolucionaria requiere de vosotros, la instauración de la dictadura proletaria también en Alemania!
Estas experiencias, estas lecciones capacitan a nuestro partido para esas grandes y cada vez mayores tareas revolucionarias que nos encontremos por delante. Cuando sea iniciado el crimen imperialista de la guerra de intervención del país de los trabajadores y campesinos, la fortaleza del socialismo, la única patria de los trabajadores en todo el mundo -la Unión Soviética-, el KPD sabrá entonces, fiel a las lecciones y la praxis de nuestro gran maestro Lenin, llevar a cabo sus tareas revolucionarias: la conversión de la guerra imperialista en la guerra civil contra la propia burguesía, el hermanamiento con el Ejército Rojo de la Rusia soviética en la lucha contra el imperialismo, la fundación de la República Soviética alemana!
10 años del KPD. A pesar de todo. Noviembre 1928
1 Partido Comunista Unido de Alemania (VKPD) era la denominación oficial del partido después del congreso de unificación del USPD (izquierda) con el KPD en diciembre de 1920, hasta el congreso del KPD en Jena en agosto de 1921.
2 Se refiere al VI Congreso Mundial de la Internacional Comunista celebrado del 17 de julio al 1 de septiembre de 1928 en Moscú
Traducción: La Espina Roja
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Alemania,
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Política
jueves, 27 de diciembre de 2018
MONUMENTO DEDICADO A LA CONSTITUCIÓN SOVIÉTICA (1918-1941)
En septiembre de 1918, el Presidium del Mossoviet (el equivalente soviético al Ayuntamiento de Moscú) organizó un concurso para construir un monumento dedicado a la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia publicada ese mismo año. El lugar elegido fue el centro de la plaza Soviétskaya, junto a la calle Tverskaya, en substitución de la recién desaparecida escultura ecuestre del general de la infantería zarista y héroe de guerra Mijaíl Skóbeliev, nacido en 1843 y muerto en 1882 en circunstancias nunca aclaradas. Las fotografías que nos han llegado de la estatua del general, inaugurada el 24 de junio de 1912 en la entonces llamada plaza Skobelievskaya, simbolizan perfectamente lo sucedido en el país a lo largo de esa década. Mientras que en las más antiguas aparece rodeada de miembros de la aristocracia y del ejército de la Rusia Imperial rindiéndole homenaje, en las siguientes se la ve cubierta con pancartas y banderas rojas portadas por manifestantes revolucionarios. En la fiesta del 1º de Mayo de 1918, la primera celebrada bajo el auspicio del partido bolchevique, la estatua desapareció de la vista bajo un aparatoso estrado montado para la ocasión. Pocos meses después fue derruida por obreros de la fábrica Serp i Molot ("La hoz y el martillo").
Imagen actual de la plaza Tverskaya (antigua Soviétskaya), atravesada de norte a sur por la calle del mismo nombre. La flecha blanca indica el lugar donde se encontraba ubicado el monumento a la primera Constitución Soviética y donde está ahora la estatua ecuestre de Yuri Dolgoruki. Entre 1912 y 1918 estuvo instalado aquí el monumento dedicado a Skóbeliev. Marcado con el número 1, la antigua casa del Gobernador de Moscú, luego sede del Mossoviet y, en la actualidad, del ayuntamiento de la ciudad. La construcción es la misma que antaño aunque en tiempos de Stalin fue ampliada y movida de sitio. Con el número 2, el edificio del Archivo Central del Partido, que substituyó en 1927 el antiguo parque de bomberos de este distrito. Hoy en día alberga el Archivo Estatal Ruso de Historia Socio-Política
La plaza Skobelievskaya el 24 de junio de 1912, el día de la inauguración de la estatua ecuestre del militar zarista "liberador de Bulgaria". Al fondo, el cuartel de los bomberos con la torre central de observación para detectar incendios en Moscú
La estatua en 1912, rodeada de miembros de la clase acomodada de Rusia
Fotografías tomadas entre 1912 y 1914
La plaza Skobelievkaya en algún momento entre 1912 y 1917
La estatua de Skóbeliev durante la Revolución de Febrero de 1917. La segunda imagen es una pintura de A.M. Gerásimov
La plaza Skobelievskaya durante la celebración del 1º de Mayo de 1917, la primera y única autorizada por el gobierno provisional de Kérenski. La casa del Gobernador de Moscú (en el lado opuesto al parque de bomberos) había sido convertida ya en el Soviet de Diputados Trabajadores y Soldados, de ahí las pancartas en su fachada. Llaman poderosamente la atención las extraordinarias farolas que rodeaban la estatua ecuestre
La plaza en 1917, con la estatua de Skóbeliev a la derecha y el futuro Mossoviet al fondo
Celebración del 1º de Mayo de 1918, con la estatua de Skóbeliev completamente enterrada bajo la tribuna provisional construida por el nuevo gobierno bolchevique
El proyecto ganador del concurso fue el del arquitecto soviético Dmitri Petróvich Osipov (1887-1934), consistente en un obelisco de tres caras, de 26 metros de altura, elaborado a base de ladrillo y hormigón, un material novedoso en aquella época. V.I. Lenin aprobó personalmente esta obra. La primera fase del proyecto fue construida de forma precipitada para las celebraciones del primer aniversario de la Revolución de Octubre, el 7 de noviembre de 1918. La premura obligó a inscribir algunos textos de la Constitución Soviética sobre madera contrachapada clavada en la parte inferior del obelisco. Un poco más arriba se podía leer el lema “¡Proletarios de todos los países, uníos'”. Las dos siguientes fases se completaron en 1919 y 1922, respectivamente, con la incorporación de una escultura de Nikolái Andréyevich Andreyev (1873-1932), autor de la famosa estatua de Gógol en el bulevar Prechistenskiy, y la correcta colocación de una parte del texto constitucional en los arcos de la base del monumento.
El obelisco de D. Osipov el día de su inauguración, el 7 de noviembre de 1918, primer aniversario de la Revolución de Octubre. Ese día también se inauguraron la estatua de Marx y Engels en la plaza de la Revolución y el Mural dedicado a los "Caídos por la paz y la hermandad de los pueblos" en la plaza Roja. El monumento a la Constitución de 1918 se presentó con demasiada precipitación, sin la Estatua de la Libertad instalada en su lado frontal
Fue una visita al Museo del Louvre de París lo que inspiró a Andreyev la creación de una versión soviética de la Victoria de Samotracia griega. Con esta visión propia de la diosa Nike, a la que llamó “Estatua de la Libertad” -de ahí que el obelisco también fuese conocido con este nombre- quiso expresar tanto el pathos de la Revolución de Octubre como el triunfo de toda su generación. Una generación que anhelaba una sociedad libre en el sentido más amplio de la palabra. El escultor utilizó como modelos a Vera Vladimírovna Alexeyeva, sobrina de Konstantín Stanislavski, y a Yekaterina Andréyevna Kost, una popular doctora en medicina que ejercía en Moscú. La Nike rusa, elaborada con hormigón y virutas de mármol, mostraba a una mujer alada, con la mano derecha levantada, situada sobre un balconcito que sobresalía del obelisco. Tras unas semanas cerrado para su instalación, todo el conjunto fue reinaugurado el 27 de julio de 1919. Tres años más tarde el escultor B. Laurov diseñó unos escudos de bronce que colocó en los arcos de la base, con frases extraídas de la primera constitución soviética (la URSS tuvo cuatro a lo largo de su historia: en 1918, 1924, 1936 y 1977).
El monumento a la Constitución de la RSFSR visto entre 1920 y 1926 desde las columnas propileas (o "de entrada") del antiguo edificio de los bomberos
El monumento en 1921, durante un acto político
Fotografías del monumento obtenidas entre 1927 y 1928, con el edificio del Archivo Central del Partido (1927) recién construido justo detrás y las columnas propileas del antiguo cuartel aún en pie
Imagen de 1928-1929 ya sin las columnas del cuartel de los bomberos entre el obelisco de la Libertad y el Archivo Central del Partido
El monumento a la Constitución con el Mossoviet al fondo, entre 1930 y 1934. En primer término, parada con la prensa del día para ser leída gratuitamente por los ciudadanos del Moscú
La plaza Soviétskaya fue lugar de encuentro para exposiciones y actos públicos, como esta de vehículos celebrada en 1932. La plaza, situada en la calle Tverskaya, competía en popularidad con la plaza Roja, la plaza Manezhnaya y la plaza Pushkinskaya, todas ellas a lo largo de esta misma avenida
El obelisco de la Libertad rodeado de expositores para celebrar el Segundo Plan Quinquenal de la era de Stalin. La imagen fue tomada entre 1933 y 1937
La plaza fotografiada en 1934 (primera imagen) y entre 1938 y 1939 (segunda imagen), con los edificios del lado norte siendo derribados según el plan de reforma urbanística de 1935. La misma suerte corrieron los del lado sur
La versión definitiva del monumento a la Constitución de la RSFSR -u obelisco de la Libertad- permaneció inalterado desde 1922 hasta 1941. Ha sido ensalzada como la mejor obra del Plan de Propaganda Monumental de Lenin y en aquellos tiempos se habló mucho de ella tanto en círculos especializados como en la prensa del país. Fue la calidad de los materiales empleados en su construcción lo que planteó a finales de los años 30 la necesidad de una profunda restauración. Sin embargo, en la noche del 20 al 21 de abril de 1941 el conjunto fue derruido por completo, oficialmente por la “falta de armonía arquitectónica” con su entorno urbano. Aunque lo más probable es que fuese el plan de reforma de la calle Tverskaya el que se acabó con esta alegoría de la Revolución de Octubre. Afortunadamente, la cabeza de la Nike soviética sobrevivió a la voladura y se trasladó a la Galería Tretiakov de Moscú, donde se conserva actualmente. Ese espacio central de la plaza Soviétskaya permaneció vacío durante trece años, los primeros en forma de fría explanada de asfalto y más tarde como pequeño jardín con un monolito anunciando el siguiente proyecto: de nuevo una estatua ecuestre, pero ahora con un personaje siete siglos más viejo que el general Skóbeliev. En 1947, con motivo del 800º aniversario del nacimiento de la ciudad, se aprobó la instalación de un monumento dedicado al fundador de Moscú, el conde Yuri Dolgoruki, que se inauguró en 1954. La diseñó el escultor de San Petersburgo Serguéi M. Orlov (1911-1971). Muchos de los turistas que hoy en día visitan esta plaza probablemente relacionan la estatua de Dolgoruki con el final de URSS, considerándola erróneamente una obra perteneciente a la década de los noventa, durante el período de recuperación del pasado perdido que tanto enfervorizó a las autoridades rusas cercanas a Boris Yeltsin. Sin embargo, ha sido y es un monumento perteneciente a la Unión Soviética, una estatua que probablemente nunca se moverá del lugar que ocupa en la actual plaza Tverskaya.
La plaza, entre 1941 y 1947. Sin el monumento se convirtió en una gran explanada asfaltada
La cabeza de la "Victoria de Samotracia soviética", obra de Nikolái A. Andreyev, se conserva en la Galería Tretiakov de la capital rusa
En 1947, coincidiendo con el 800º aniversario de la fundación de Moscú, en el lugar ocupado antes por el obelisco de la Libertad se instaló una losa de mármol anunciando la próxima construcción de una estatua dedicada a Yuri Dolgoruki
La estatua de Serguéi M. Orlov fotografiada en 1954, el año de su inauguración
Desde entonces el aspecto de la plaza ha cambiado poco, con la estatua de Dolgoruki en medio, el Archivo Central del Partido al fondo y los nuevos edificios de la era estalinista a ambos lados. Las imágenes son de 1955 y 1956-1958, respectivamente
Las leyendas y rumores que han circulado sobre el desaparecido monumento a la Constitución Soviética son tan numerosos como en el caso de otros muchos símbolos urbanos de la ciudad de Moscú, como el mausoleo de la plaza Roja o los rascacielos de Stalin. Se dice que el culpable de su desaparición fue la estatua de Lenin instalada en 1940 frente al Archivo Central del Partido, obra de Serguéi D. Merkúrov. Dicha estatua miraba directamente hacia el monumento de Osipov, Andreyev y Laurov, lleno en aquel momento de grietas y fisuras producidas por la agresiva meteorología moscovita. El hecho de que la mirada del Lenin de granito rojo, sentado con un libro en la mano, “provocase” metafóricamente la erosión del obelisco de la Libertad, debió inquietar, dicen, a las autoridades municipales, hasta el punto de que ordenaron la retirada de este último. Sin embargo, otras fuentes afirman que el monumento fue demolido por orden directa de Stalin, debido al parecido que la Nike soviética mantenía con la viuda de Lev Trotski, ejecutado en México el año anterior. Otro rumor, que en su momento se extendió por la ciudad, es que Serguéi Orlov había conseguido el encargo de la estatua de Dolgoruki gracias a un conflicto diplomático con los EE.UU. Durante la visita del presidente Eisenhower a la URSS, su representante, Arriman, se entusiasmó con unas figuritas de porcelana de Orlov que formaban la composición “Cuento popular”. El Ministro de Exteriores Mólotov se las regaló y ello provocó las quejas reiteradas de Orlov, que fueron recompensadas con su designación como creador de la escultura del fundador de Moscú. Se dice también que en 1962 Nikita Jrushchov quiso reconstruir el monolito de Osipov, para lo cual debía ser eliminada la estatua de Dolgoruki que había en su lugar. Sin embargo, fue él quien, dos años más tarde, acabó siendo “eliminado” del cargo de Secretario General, convirtiéndose en el único premier soviético jubilado en vida. Capítulo aparte merecen los chistes políticamente incorrectos que se contaban en relación a este emplazamiento. En uno de ellos alguien preguntaba: “¿Por qué la Estatua de la Libertad mira contra del Mossoviet?”, a lo que otro respondía: “Porque el Mossoviet está en contra de la libertad”. Y sobre su substituta, la estatua de Dolgoruki, Tatiana Pigariova refiere en su libro Autobiografía de Moscú la siguiente anécdota: «al salir del restaurante georgiano Aragvi, un georgiano borracho se topa con la estatua de Dolgoruki. “¡Anda! ¿Y este quién es?”, pregunta. “El fundador de Moscú”, le contestan. “¡Pues menuda ciudad ha hecho alrededor de nuestro restaurante!”» (p.39). Sobre dicha estatua, muy bien recibida entre los moscovitas, el escritor Iliá Ehrenburg confesó: “Yo había visto antes las esculturas de Fidias y ahora veo cada mañana la de Dolgoruki. Si esto es progreso, me tiro por la ventana”.
Una de las leyendas urbanas atribuye a esta estatua de Lenin, de Serguéi D. Merkúrov (instalada aquí en 1940 aunque creada en 1924) la "responsabilidad" de la demolición del obelisco de la Libertad. La imagen es de 1946-1948
Fotografías de la estatua ecuestre de Yuri Dolgoruki de 1965, 1979 y 1980, respectivamente. En la última aparece también un vehículo Unimog, famoso en su día coincidiendo con los Juegos Olímpicos celebrados en Moscú
Sea como sea, el obelisco de la plaza Soviétskaya, pese a haber sido demolido hace tres cuartos de siglo -este año se ha cumplido la efeméride-, ha seguido presente en Moscú enmascarado en emblemas y motivos arquitectónicos repartidos por toda la ciudad. Formó parte del escudo soviético de Moscú vigente entre 1924 y 1993, junto a la hoz, el martillo y la estrella roja. Se lo puede ver hoy en día en la barandilla de hierro del popular puente Bolshoy Kameni, cerca del Kremlin y de la plaza Borovitskaya. También en el puente del ferrocarril Moscú-Riga, el llamado Most Bachelisa (por su constructor, Aleksandr S. Bachelis). Con un poco de paciencia, es posible encontrarlo en la fachada del Verkhovnogo suda RF, es decir, el Tribunal Supremo ruso, en la Povarskaya ulitsa número 15. Y los sellos antiguos son, naturalmente, el lugar donde pervivirá para siempre este monumento, encerrado en los álbumes de los coleccionistas. Pocas construcciones del pasado se han convertido en Moscú en una presencia tan fantasmal como este canto a la libertad y a la Revolución de Octubre que no sobrevivió al estalinismo. Su ausencia, que no su olvido, resulta ahora más evocadora de aquellos acontecimientos que las dos décadas en que permaneció erguido frente al Mossoviet.
Escudo soviético de Moscú (1924-1993) con el obelisco de la Libertad tras la hoz y el martillo
Barandilla de hierro del puente ferroviario Moscú-Riga con el monumento de Osipov-Andreyev-Laurov inscrito en el escudo central
Barandilla del puente Bolshoy Kameni (Gran Puente de Piedra), cerca del Kremlin
Sellos conmemorativos de un congreso de Esperanto celebrado en 1926, con el obelisco como motivo principal
Los elementos occidentales y comerciales han invadido la actual plaza Tverskaya, aunque la composición arquitectónica sigue siendo la misma desde hace más de sesenta años. Ahora la plaza es peatonal. Las imágenes son de enero de 2013 y junio de 2015
(Fuentes: http://dinya-ss.livejournal.com/14577.html, http://moscowsteps.com/plan-leninskoj-monumentalnoj-propagandyi.-chast-i, https://ru.wikipedia.org/wiki/Монумент_советской_конституции, https://pastvu.com/ y Google Street View [07/07/2016])
Extraído de Moscú de la Revolución (https://moscudelarevolucion.blogspot.com/)
miércoles, 26 de diciembre de 2018
"MUNDO OBRERO. UNA HISTORIA DE LA CLASE TRABAJADORA EN ESPAÑA", OBRA DE TEATRO DE ALBERTO SAN JUAN
Mundo Obrero. Una historia de la clase trabajadora en España
Texto y dirección: Alberto San Juan
Intérpretes: Luis Bermejo, Lola Botello, Pilar Gómez, Alberto San Juan
Música: Santiago Auserón
Iluminación: Raúl Baena
Espacio sonoro: Adrián Foulkes
Vestuario y espacio escénico: Beatriz San Juan
Ayudante de dirección: Ana Belén Santiago
Producción: Teatro Español
Producción en gira: Teatro del Barrio
El que fuera uno de los motores de la compañía Animalario y a día de hoy cabeza visible del proyecto del Teatro del Barrio siempre ha visto las artes escénicas como una herramienta para la reflexión política. Ahora, en Mundo Obrero, producido por el Teatro Español, repasa los episodios más destacados de la historia de España desde principios del siglo XX a través de los ojos de Pilar y Luis, los dos personajes centrales de la obra, dos enamorados que viven una historia particular pero que puede ser un retrato (puede haber otros) de un modo de vida y de unos ideales, de una forma de lucha. Porque la historia de amor de Mundo obrero es la de dos enamorados que vienen del campo, del hambre necesaria para la existencia del latifundio. Pilar y Luis son dos enamorados que, de generación en generación, a través del tiempo (en la República, contra la dictadura, bajo el consenso, imaginando siempre una democracia aún por venir), defenderán siempre, frente a las diferentes hambres, su amor sin final.
El relato termina en la actualidad. Por tanto, su relación con la actualidad es directa. Y es que en cierta forma la obra habla de la destrucción de la conciencia de clase que hoy seguimos padeciendo.
Mundo Obrero mezcla durante la función los personajes ficticios con otros reales de las distintas épocas reflejadas. Además, la obra tiene también un importante componente musical, puesto que los intérpretes se atreven a cantar canciones compuestas expresamente para este proyecto teatral nada menos que por Santiago Auserón, quien además de ser un gran compositor, es un extraordinario narrador, y por si fuera poco conoce bien la música popular española por lo que era el autor idóneo para las canciones de Mundo Obrero.
Otro aspecto a destacar es el cariz de comedia que adquiere la obra en muchos momentos, y porque como dice el propio Alberto San Juan “nos reiremos juntos, nuestras risas serán balas que al acertar no matan, sino que dan vida”.
Sinopsis
A principios del siglo XX, Pilar y Luis serán alumnos de Francisco Ferrer i Guardia en la Escuela Moderna. Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, se encontrarán con Buenaventura Durruti en el bar La Tranquilidad, en el Barrio Chino de Barcelona. Participarán de la gran esperanza de la Segunda República, ocuparán fincas en el 36. Serán asesinados y arrojados a una fosa común. Reaparecerán a principios de los 60, en las asambleas obreras y vecinales que empezaron a construir una alternativa radicalmente democrática frente a la dictadura franquista. Sufrirán tortura por parte de comisarios que ascenderán en el escalafón durante la democracia posfranquista. Formarán parte de la ola prerrevolucionaria que sucedió a la muerte de Franco. Serán tiroteados. Después, serán integrados en el gran consenso, casi borrados en su humanidad por su condición de asalariados. Finalmente, en esta historia sin final, asaltarán los cielos. Y allí bailarán, siempre enamorados.
Texto y dirección: Alberto San Juan
Intérpretes: Luis Bermejo, Lola Botello, Pilar Gómez, Alberto San Juan
Música: Santiago Auserón
Iluminación: Raúl Baena
Espacio sonoro: Adrián Foulkes
Vestuario y espacio escénico: Beatriz San Juan
Ayudante de dirección: Ana Belén Santiago
Producción: Teatro Español
Producción en gira: Teatro del Barrio
El que fuera uno de los motores de la compañía Animalario y a día de hoy cabeza visible del proyecto del Teatro del Barrio siempre ha visto las artes escénicas como una herramienta para la reflexión política. Ahora, en Mundo Obrero, producido por el Teatro Español, repasa los episodios más destacados de la historia de España desde principios del siglo XX a través de los ojos de Pilar y Luis, los dos personajes centrales de la obra, dos enamorados que viven una historia particular pero que puede ser un retrato (puede haber otros) de un modo de vida y de unos ideales, de una forma de lucha. Porque la historia de amor de Mundo obrero es la de dos enamorados que vienen del campo, del hambre necesaria para la existencia del latifundio. Pilar y Luis son dos enamorados que, de generación en generación, a través del tiempo (en la República, contra la dictadura, bajo el consenso, imaginando siempre una democracia aún por venir), defenderán siempre, frente a las diferentes hambres, su amor sin final.
El relato termina en la actualidad. Por tanto, su relación con la actualidad es directa. Y es que en cierta forma la obra habla de la destrucción de la conciencia de clase que hoy seguimos padeciendo.
Mundo Obrero mezcla durante la función los personajes ficticios con otros reales de las distintas épocas reflejadas. Además, la obra tiene también un importante componente musical, puesto que los intérpretes se atreven a cantar canciones compuestas expresamente para este proyecto teatral nada menos que por Santiago Auserón, quien además de ser un gran compositor, es un extraordinario narrador, y por si fuera poco conoce bien la música popular española por lo que era el autor idóneo para las canciones de Mundo Obrero.
Otro aspecto a destacar es el cariz de comedia que adquiere la obra en muchos momentos, y porque como dice el propio Alberto San Juan “nos reiremos juntos, nuestras risas serán balas que al acertar no matan, sino que dan vida”.
Sinopsis
A principios del siglo XX, Pilar y Luis serán alumnos de Francisco Ferrer i Guardia en la Escuela Moderna. Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, se encontrarán con Buenaventura Durruti en el bar La Tranquilidad, en el Barrio Chino de Barcelona. Participarán de la gran esperanza de la Segunda República, ocuparán fincas en el 36. Serán asesinados y arrojados a una fosa común. Reaparecerán a principios de los 60, en las asambleas obreras y vecinales que empezaron a construir una alternativa radicalmente democrática frente a la dictadura franquista. Sufrirán tortura por parte de comisarios que ascenderán en el escalafón durante la democracia posfranquista. Formarán parte de la ola prerrevolucionaria que sucedió a la muerte de Franco. Serán tiroteados. Después, serán integrados en el gran consenso, casi borrados en su humanidad por su condición de asalariados. Finalmente, en esta historia sin final, asaltarán los cielos. Y allí bailarán, siempre enamorados.
domingo, 23 de diciembre de 2018
"BARRICADA EN LA CALLE SOUFFLOT", DE HORACE VERNET
Barricada en la calle Soufflot
Horace Vernet
1848
Museo de Orsay, París
En este cuadro se representa una escena de la revolución francesa de 1848, levantamiento popular que se desencadena contra la política reaccionaria del monarca Luis Felipe.
En esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido en 1830, no se busca como alternativa un nuevo Rey, sino que la lucha deriva en la instauración de un gobierno provisional cuyo programa político establece la República como forma de gobierno, el sufragio universal, la abolición de la esclavitud en las colonias, la libertad de prensa y de reunión, y la supresión de la pena de muerte. Se adoptan una serie de medidas sociales como el derecho al trabajo, la libertad de huelga, la limitación de la jornada laboral a 10 horas, la creación de talleres nacionales, etc. En los años siguientes la evolución de los gobiernos de Francia hacia posturas conservadoras (Lamartine) derivará en un enfrentamiento directo entre burguesía y clase obrera, lo que finalmente determinará el triunfo en las elecciones presidenciales de Luis Napoleón Bonaparte, con quien se abandonará definitivamente el proyecto de República social para instaurar de nuevo en Francia una Monarquía autoritaria.
"La barricada de la calle Soufflot" del pintor francés Horace Vernet (1789-1863) recoge uno de los momentos de las batallas que se libraron en las calles de París en junio de 1848 cuando los obreros se levantaron contra el gobierno después del cierre de los Talleres Nacionales el 21 de junio que dejaba a miles de personas sin la ayuda económica que recibían en estos Talleres, lo que contemplaban como una traición al espíritu que había alimentado la revolución de febrero. Las barricadas estaban defendidas por artesanos, tenderos, desempleados, antiguos soldados retirados o ferroviarios. Se podían escuchar proclamas como "Antes morir que volver a la miseria" y en efecto varios millares de ellos lo pagarían con la vida y muchos miles más con la deportación.
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