El soldado del
Ejército Rojo
Eugen Schönebeck
Oleo sobre tela
220 x 184,5
cm
Bayerische
Staatsgemäldesammlungen, München- Pinakothek der Moderne
En 1965 se celebraba el 20 aniversario de la victoria del
Ejército Rojo sobre Alemania en la II Guerra Mundial. Para conmemorar la
derrota de Hitler, Der Spiegel
publicó una serie en 9 partes de extractos del libro de Alexander Werth Rusia en Guerra 1941-1945. Nacido en San
Petersburgo en 1901, Werth había emigrado a Gran Bretaña en 1917. El 2 de julio
de 1941, él llegó a ser el primer corresponsal de guerra británico en llegar a
Moscú.
Schönebeck siguió la serie publicada con interés. Sus
pensamientos volvieron indudablemente hacia atrás, a su propio encuentro con
los soldados rusos, durante la marcha de regreso de su familia a Heidenau a
principios de Mayo de 1945. La quinta entrega de la serie trata de la victoria
del Ejército Rojo sobre el Sexto Ejército Alemán en Stalingrado a comienzos de
1943, la cual marcó el giro de la II Guerra Mundial. La reproducción en el
artículo de una imagen de un soldado ruso sobre la recién conquistada colina Mamayev
Kurgan sería la base de la pintura de Schönebeck de 1965 El soldado del Ejército Rojo.
El victorioso luchador del Ejército Rojo llena el lienzo con
su imagen jubilosa. Superior al tamaño natural, y con los pies truncados por el
fondo del borde del lienzo, el soldado avanza vigorosamente hacia delante.
Abandonada la bandera que agitaba, la montaña, y la ciudad que se extiende por
debajo del soldado en la foto en blanco y negro, en su lugar se halla un
paisaje abstracto: sus trazos y piezas de color y sus formas sugieren más un
campo devastado que cualquier otra cosa. Aunque la pintura se muestra como una
versión de Popa Art con una base comunista, también se puede considerar
levemente parecido al postmodernismo de ciertas obras de arte del realismo
socialista, tales como las realizadas por Alexander Deineka.
Fuente: Pamela Kort (Schönebeck
1957-1967)
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