Andy Warhol. Gran silla eléctrica, 1967.
DER GETEILTE HIMMEL
La Neue Nationalgalerie de Berlín, propietaria de uno de los fondos de arte moderno más importantes de Europa, presenta al público su colección de obras del siglo XX. Dentro de esta retrospectiva, durante todo 2012, y hasta julio de 2013, la Nationalgalerie presenta El cielo dividido (Der geteilte Himmel), una selección de obras que comprende el periodo desde 1945 hasta 1968.
Así pues, con Der geteilte Himmel volvemos a la Guerra Fría, a una época de antinomias y frentes abiertos, a la época de Kennedy y Mao, del Apolo y el Sputnik, del bloque del Este y el bloque del Oeste. Volvemos a dos formas de representar la realidad que dieron lugar a lenguajes artísticos profundamente vinculados a la política y a la historia del mundo contemporáneo. Obras de Morris Louis, Al Held, Karl Otto Götz, Renato Guttuso, Pablo Picasso, Wilfredo Lam, Max Lingner, Otto Piene, Emilio Vedova, Willi Sitte, Werner Tübke, Georg Baselitz, Harald Metzkes, Sygmar Polke o Andy Warhol se presentan en una exposición que reflexiona sobre el papel del artista y su obra en la historia, así como sobre la capacidad del arte para trascender una situación geopolítica y cultural determinada.
Esta Der geteilte Himmel, el cielo dividido, coge prestado el nombre de una novela de la escritora de la RDA Christa Wolf. La novela, considerada una de las más importantes de la literatura de la Alemania oriental, retrata la vida de una pareja en aquel Berlín que era el primer frente de la Guerra Fría y se fija en el peso que ese conflicto político tuvo sobre los ciudadanos. En este sentido, la exposición pretende analizar la obra de arte nacida del conflicto del artista con ese mundo bilateral, dividido y enfrentado surgido del final de la segunda gran guerra. Se trata de ir más allá de la contraposición entre los artes abstracto y pop, más propios del bloque occidental, y el arte figurativo y el realismo socialista, más propios del bloque oriental, para destacar el papel que ciertos artistas y colectivos tuvieron por sí mismos en el devenir de la historia del arte contemporáneo.
Hans Peter Alvermann. Homenaje a Goldwater, 1964. Alvermann fue miembro del Partido Comunista en Dusseldorf y donó numerosas obras a la Nationalgalerie de Belin Este. Sus montajes critican abiertamente las condiciones de la sociedad capitalista.
Heinrich Ehmsen. Auschwitz, 1948
HP Zimmer. Peligro amarillo, 1961. La obra hace referencia al auge experimentado por la República Popular China.
Alfred Lörcher. Huelga, 1950-52. Escultura en cemento.
Max Lingner. Mujer enamorada, 1947
Thomas Bayrle, Mao, 1966
Emilio Vedova, Del Ciclo de la Protesta, ´53-8- (Los astilleros del mundo están tristes). 1953
Willi Sitte, Leuna, 1921, 1965-66. La obra hace referencia a la represión de la rebelión de los obreros de la factoría Leuna en Alemania en 1921.
Erró. El Nacimiento de Hitler, 1966
Mario Merz. Qué hacer?, 1968. La obra hace referencia a la obra de Lenin del mismo título.
Dan Flavin. Sín Título (Monumento a V. Tatlin, nº 53), 1968
Renato Guttuso.
La nube roja
130 x 161 cm
Oleo sobre tela
1966
Para Renato Guttuso, quien fue miembro del Partido Comunista Italiano desde 1940, el Guernica de Picasso fue un punto de partida para el enfoque combativo de la pintura. El pintor italiano plasmó las devastaciones y privaciones de los años de la posguerra mediante escenas simbólicas y colores estridentes. En ese sentido, La nube roja fue considerada una obra clave del artista. Diversos objetos, dispuestos en el alféizar de una ventana, reclaman momentos específicos de la vida del artista y, al mismo tiempo, se colocan contra un área específica de color puro. Guttuso explicó: "En 1937-38, el cráneo de un carnero fue un símbolo de la Guerra Civil Española; el carnero mutilado y el revólver servían como una premonición o presentimiento o idea de lo que podría ocurrir unos pocos años más tarde. En el atardecer, la puesta de sol, cruzando Monte Mario, podía entrar en el estudio como una enorme nube roja, como una bandera de esperanza y de libertad".
Pasolini escribió en elogio a Guttuso: "Su rojo entrará en la historia como un torrente que desemboca en un desierto. Su rojo llegará a ser el rojo del poeta, de la lucha, de esperanza, de victoria, y de compasión". La expansiva y esférica superficie de la "nube" une este simbolismo cargado de color a la historia de la abstracción. Son muchos los pintores, entre ellos Mark Rothko o Willi Baumeister, que crean composiciones abstractas cuyo significado y contenido se basan únicamente en el impacto del color.
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