Cândido Portinari
Labrador de café
1934
Óleo sobre ella
100cm x 81cm
Museo de Arte de São Paulo, Brasil
En 1928, después de haber participado en diversos concursos, Portinari fue premiado con una cuantía en dinero del gobierno brasileño para vivir en París. Aunque no haya pintado mucho, el pintor aprendió con y fue influenciado por diversos pintores.
Así que volvió a Brasil, y trabajó como nunca. En esa época, pintó uno de los cuadros más famosos de su carrera: Labrador de Café. Portinari retrató fuerza, movimiento y desafío. El artista pintó el trabajador como si él estuviera unido a la tierra roja. Los colores de la tela son vivos, retratando un paisaje vasto y llamativo, típica de la naturaleza brasileña.
Otra característica que llama atención son los grandes pies del negro, que sugieren la búsqueda y la conquista de la tierra. Portinari sugiere que sólo alguien con tanta fuerza corporal y los pies tan desarrollados puede soportar el difícil trabajo en los cultivos de café.
Como pintor comunista y preocupado con las causas sociales, está claro que Portinari denunciaba los abusos y explotaciones de este tipo de trabajo. Observando el cuadro se percibe que su pintura es sin reglas, sin formas regulares. Su mayor preocupación es el hombre.
Sobre pintar, Portinari una vez se pronunció: "el contenido espiritual de un cuadro registra la potencia de sensibilidad del artista. El lado técnico registra el conocimiento y desarrollo de la sensibilidad del artista. La técnica es un medio con el cual el artista transmite su sensibilidad".
La obra Labrador de café, juntamente con El retrato de Suzanne Bloch, de Pablo Picasso, fue robada en 2007 del Museo de Arte de São Paulo. Felizmente, las dos telas fueron recuperadas por la Policía Civil de São Paulo 19 días después. Los cuadros estaban en Ferraz de Vasconcelos y fueron devueltos al museo posteriormente.
Fuente: Universia
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