El sitio de Leningrado, que los alemanes mantuvieron durante 872 días, de septiembre de 1941 a enero de 1944, fue uno de los episodios más heroicos de la Segunda Guerra Mundial y uno de los asedios más terribles de la historia.
Los alemanes bombardeaban la ciudad cuatro horas al día, entre las ocho de la mañana y las diez de la noche, a la vez que la sometían a un hambre extrema, que dio lugar incluso a actos de canibalismo; en enero de 1942 la dejaron sin electricidad ni agua corriente. Hitler había ordenado que no se aceptase ninguna propuesta de rendición; su propósito era exterminar a todos los habitantes, ya que no quería supervivientes que hubiera que alimentar.
Lo que mantuvo la resistencia e impidió que los alemanes ocuparan la ciudad no fue la fuerza del ejército soviético, sino la voluntad colectiva de sus habitantes que, a costa de cerca de un millón de muertos, supieron hacer frente a la barbarie, sin dejarse abatir. Michael Jones ha reconstruido esta extraordinaria historia basándose sobre todo en el testimonio de los supervivientes.
Durante el asedio se interpretó, tras lanzar la partitura desde un avión, la Séptima sinfonía de Shostakóvich, que había empezado a componerla en la ciudad antes de que lo evacuaran. Los músicos apenas podían tocar, por la debilidad, pero lograron unir a los ciudadanos en una retransmisión épica, de desafío a los nazis y al destino.
FRAGMENTOS DE LA 7ª SINFONÍA “LENINGRADO” DE SHOSTAKOVICH:
Movimiento 1 parte 1: www.youtube.com/watch?v=mtjAmaG7jjA&feature=related
Movimiento 1 parte 2: www.youtube.com/watch?v=iAzP54py0qI&feature=related
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