Se puede ver en València (Galeria O+O, Valencia. C/ Francisco Martínez, 34. Benimaclet. València) la exposición «Arte en Resistencia», con obras de diversos artistas que fueron militantes del Partido Comunista de España o muy próximos al mismo en una época en la que muchos de ellos fueron encarcelados o sufrieron el exilio.
La confrontación con la estructura socioeconómica e ideológica de los años sesenta y setenta del siglo pasado, a medio camino entre los últimos estertores del franquismo y la recién comenzada transición política, impulsó en España un arte socialmente comprometido. Las creaciones de aquellas décadas tendieron a plasmar el ambiente que se vivió entonces. En estas obras se observa la denuncia social, el sarcasmo y hasta un hálito de esperanza en la reconciliación de un país que todavía arrastraba las heridas no cerradas de la guerra civil. En esencia, en la producción artística de aquella época, hubo un grupo de artistas que abandonaron el academicismo y reflejaron en sus obras la posición política que defendían. Algunos de estos artistas militaron en el Partido Comunista entonces ilegalizado y fueron encarcelados o sufrieron el exilio. Con la intención de reivindicar aquella labor creativa, la exposición colectiva, titulada Arte en Resistencia, reúne las serigrafías firmadas por quienes con un lenguaje plástico contribuyeron a desarrollar una nueva sensibilidad estética contra la dictadura franquista y reflejaron el anhelo de libertad y justicia de las movilizaciones ciudadanas de la transición democrática.
La singularidad y punto de unión de todas las obras de esta muestra, reside en haber sido realizadas por artistas que conformaron la resistencia antifascista. Los de mayor renombre son Josep Renau y Rafael Alberti. El primero participa con una obra que recuerda su talento para el cartel y el fotomontaje y, el segundo, con un dibujo de corte poético y surrealista. No se quedan atrás el resto de artistas que, en mayor o menor medida, han alcanzado reconocimiento internacional y han participado en los movimientos pictóricos y escultóricos del siglo XX. Es el caso del Equipo Crónica, formado por los pintores Rafael Solbes, Juan Antonio Toledo y Manuel Valdés, cuya práctica pictórica combina el realismo y el pop art para hacer tanto crítica social como crítica a la historia del arte. Y en esa misma línea referencial, al pop art y al realismo social, se sitúa la serigrafía de Antoni Miro.
Por otra parte, también se puede contemplar la obra de Joan Castejón en la que da cuenta de su maestría con el dibujo, al igual que la obra de Jordi Ballester, componente del Equipo Realidad, en donde deja traslucir su crítica a los medios de comunicación y al relato político del franquismo. Tampoco falta Angel Aragonés con una serigrafía en la que unos párrafos escritos reflejan su manera de juntar expresión artística y lucha política. Es más, junto a los artistas citados, el público encontrará obra de José Ortega y Ricardo Zamorano, ambos vinculados al realismo social, así como de Salvador Soria y Agustín Ibarrola que utilizan el lenguaje plástico del expresionismo abstracto. Y, como no podía ser de otra manera, no falta obra de Juan Genovés quien, desde la nueva figuración que surgía a espaldas de la academia, creó las imágenes más icónicas de la transición de la dictadura a la democracia.
La exposición se completa con obra de Jose María Yturralde, Julio Le Parc y José Iranzo Anzo, mientras que los dos primeros se decantan por el op art y el arte cinético, el tercero lo hace hacia un tipo de abstracción geométrica ausente de color y de luz. La muestra reúne además la obra de Manuel Boix que deja constancia del carácter expresivo y gestual del tachismo. Finalmente, a este grupo de artistas, vertebrado por su compromiso político, se incorporan María Montés y Enriqueta Hueso, ambas vinculadas al cine independiente de los años setenta y con una estética onírica no exenta de lirismo. El que en esta muestra solo estén ellas representadas deja en evidencia el sesgo de género que ha imperado en el sistema del arte y que ha dificultado y obstaculizado el reconocimiento merecido a la obra realizada por las mujeres artistas. Un olvido que, sin restar importancia a la pintura de sus compañeros artistas, tiende hoy a corregirse con investigaciones recientes no sólo de esa etapa de la historia sino de otras.
Con todo, la exposición ofrece en su conjunto la oportunidad de contemplar reunida la obra de un reconocido y consagrado grupo de artistas que, en su mayoría, se formaron en la Escuela de Artes de San Carlos de Valencia, que vivieron los ideales de la República, la tragedia de la guerra civil, la dictadura y la democracia. Quizás lo más interesante de este arte, comprometido políticamente, sea comprobar cómo la praxis artística, al mismo tiempo que cuestionaba la ortodoxia de la academia y de sus normas estéticas, se apropiaba críticamente de la realidad social para denunciar sistemas de dominio y forjar conciencias. Pocas veces se encuentra la ocasión para ver, en un mismo espacio expositivo, obra de tanta calidad artística y tan combativa a nivel social. Una muestra interesante para constatar la efervescencia cultural en la que estuvo sumido aquel arte en la resistencia por transformar la sociedad y alumbrar tiempos mejores.
Fuente: Mundo obrero
Agustín Ibarrola
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