miércoles, 22 de febrero de 2012

¿PERMISO PARA LA REVOLUCIÓN?


EL ARTE TAMBIÉN CUESTIONA LAS ESTRUCTURAS DE PODER

"In dreams begin responsabilities". La pancarta que recoge la obra de la alemana Andrea Geyer pone el punto de partida. De nuestros sueños, de nuestras responsabilidades. De ahí al título de la exposición hay sólo un paso: "Permiso para hacer la revolución", se llama la muestra. ¿Es que hasta para eso hay que tener beneplácitos?

La pareja de artistas Cabello/Carceller propone un debate en torno a las nuevas formas de resistencia en las sociedades democráticas. Y para ello recurre al trabajo de un grupo de profesionales que lleva reflexionando sobre el tema desde los 70. La propia Andrea Geyer, Marina Grzinic y Aina Smid (Eslovenia), Julika Rudelius (Holanda), Sanja Iverovic (Croacia), Martha Rosler (EEUU)... Todas han utilizado el arte para cambiar cosas. O para intentarlo. "Sus obras -la mayoría audiovisuales- revisan las estructuras de poder que nos dominan y nuestra reacción ante ellas. Y abogan por la no violencia para el cambio", cuentan las comisarias.

A la hora de elegir a las que iban a integrar la muestra -hasta mediados de marzo en el espacio Off Limits de Lavapiés-, buscaron "establecer un diálogo entre las que empezaron a trabajar en los 70, como Martha Rosler o Sanja Ivekovic, y las que lo hacen ahora. Queríamos mostrar contextos distintos, desde la ex Yugoslavia tras el Muro de Berlín al Nueva York de los 80...". El resultado es un conjunto de obras que cuestionan el estado del bienestar, nuestra pasividad, las estructuras heredadas... "No tienen un punto de vista complaciente y no son de lectura fácil. Te plantean las cosas, pero eres tú quien tiene que verlas, si no lo sabes interpretar, plantéate que algo falla", advierten.

Y aunque reconoce que los tiempos han cambiado, el colectivo Cabello/Carceller asegura que también las democracias amordazan. "Censura débil", lo llaman. "Por ejemplo, no hablando de ti, ignorando lo que dices, no dejándote espacio para expresarte... Y eso vuelve a la gente pasiva. Lo estamos viendo ahora con la crisis. En cuanto pasa algo así, volvemos atrás en cuestión de derechos y eso es porque no hemos cambiado nada nuestras estructuras mentales. Es verdad que el miedo paraliza y lo peor de todo es que es un miedo muy relativo. Por ejemplo, a que no te suban el sueldo. Tenemos tan interiorizado el sistema del bienestar que cualquier cosa nos asusta y nos hace callarnos. Hay algunos sistemas, como el de Holanda, que son más amables y consiguen que la gente sea menos activa y otros, como el nuestro, que intervienen mucho más en nuestras vidas, pero al final todas las democracias occidentales recurren a mecanismos de control similares".

Todos estos problemas se analizan en la muestra desde una perspectiva de género. ¿Sigue siendo hoy necesario? "Sí, porque los feminismos son el único modo de pensamiento que plantea un cambio que no acabará reproduciendo las estructuras patriarcales heredadas. La historia demuestra que otras revoluciones han dejado fuera a la mujer porque han reproducido esquemas que las ignoraban. Y lo vemos hoy, que hay muchas personas concienciadas sobre la necesidad de modificar las estructuras económicas y de poder, pero no con las de género".

Cabeller y Cabello creen que el arte puede cambiar cosas. "No es inmediato, actúa a largo plazo, pero puede hacer que los mensajes y las propuestas vayan más allá del momento concreto y se queden formando parte del imaginario. El artista puede ayudar a hacer la revolución y bajar a la calle, pero el arte sirve para traspasar las barreras temporales. Hay mucha gente trabajando para ello así que hay esperanza y las redes sociales nos permite expandirnos aún más". Y lanzan una advertencia: "Cuidado que todavía se puede retroceder más. La libertad hay que ganársela".

'Permiso para hacer la revolución' estará en Off Limits Lavapiés hasta el 16 de marzo

Fuente: El Mundo

Más información: http://www.offlimits.es/maelstrom/2012/02/permiso_para_hacer_la_revoluci.html


'Obsession', vídeo de Marina Griznic y Aina Smid.

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