viernes, 18 de septiembre de 2015
42 AÑOS DEL ASESINATO DEL CANTAUTOR CHILENO VÍCTOR JARA
PENSAMIENTOS POLÍTICOS DE VÍCTOR JARA
El rol del artista
No creo que ser cantor revolucionario signifique sólo cantar canciones políticas. Profundamente revolucionario es salvar los valores de nuestros pueblos de la penetración imperialista. El canto mapuche, el canto quechua, el canto aymará, tienen tareas que cumplir en las transformaciones de nuestro continente.
La responsabilidad de ser un intérprete del hombre, de su vida, me hace pensar en lo insondable que es el tema humano. Se juega mucho con la palabra artista. Se ha comercializado. Para mí, artista es el auténtico creador y por lo tanto es, en su esencia, un revolucionario. El arte no es patrimonio de los comprometidos, pero el compromiso te hace ver mucho más hondo cuales son las raíces de nuestro mal.
Al pueblo hay que ascender, no descender. Digo esto porque muy a menudo los intelectuales y los artistas tienen actitudes paternalistas o mesiánicas frente al pueblo, lo que constituye un profundo error ideológico, además de una desorientación para saber entregarle lo que le pertenece.
Yo canto a los que no pueden ir a la universidad, a los que viven penosa y duramente de su trabajo, a los que son abusados, a todos esos que se llaman pueblo, con toda la magnificencia que encierra la palabra.
Militancia
Durante su paso por el Cuncumén, Víctor entra a militar en las juventudes comunistas.
Yo ya estaba comprometido como joven. Integraba las juventudes comunistas. Nunca estuve ajeno al quehacer político. Cuando escuchaba algunos de sus discursos, me sentía identificado con las luchas que ellos se planteaban. Yo venía de un hogar de campesinos, esas vivencias y el poder apreciar de cerca las injusticias y miserias que existían me empujaban a definirme.
Toma este compromiso convencido que esta ideología impulsada por los comunistas era la que mejor reflejaba su manera de ver el mundo. Un instrumento útil para luchar junto a los trabajadores para conseguir un mundo mejor para todos.
El compromiso es cuestión de principios y uno no tiene compromiso si no adopta una posición ideológica en la vida. Quien quiera interpretar realmente el alma del pueblo debe recorrer muchos caminos. Y estos caminos deben ser la búsqueda y el hallazgo de sentirse un ser humano útil para los demás. Sentirse compañero de la mujer que lava, de los hombres que hacen lazos, del que abre surcos, el que baja a la mina, con su propia compañera, con sus hijos y compañeros de trabajo. Sentir que así como nos une la canción, también nos une el anhelo de construir una vida mejor, más justa, más humana.
Unidad Popular
A los artistas populares chilenos lo más importante que nos sucedió fue trabajar por conquistar un gobierno popular. Este afán común nos permitió el conocimiento físico entre los artistas de diferentes áreas. Casi siempre el artista ha sido un ser cuyas búsquedas y hallazgos son individuales, cuyos problemas, a lo más se conversan en el taller. Pero, como nunca, en 1970 los artistas de una misma tendencia se unieron. En este sentido los comités de Unidad Popular cumplieron un rol primordial. Este contacto, este conocimiento personal, esto de saberse amigo en la lucha, lo logró el pintor abstracto, el bailarín de la danza moderna, el investigador del folklore puro, tanto como el intérprete de la canción revolucionaria.
Sentimos que éramos seres humanos y que juntos podíamos trabajar mucho por lo que antes era sólo un pensamiento, un deseo, y que se convirtió en una fuerza de acción.
A mi juicio nuestra actividad después del triunfo de Allende se va desarrollando positivamente, porque el triunfo y esta conjunción de ideas comunes despertaron en muchos artistas la inquietante pregunta de “qué es lo que hay que hacer ahora”. Lo que antes fue impulso espontáneo, hoy tiene que convertirse en acción organizada y planificada. Está de más decir qué anhela el pueblo en lo que a cultura se refiere.
Hay que entregarle al pueblo las armas para que se convierta en creador. Ahora el canto pertenece a todos.
Patria
A cuatro días antes del Golpe, le preguntaron a Víctor ¿Qué es patria?
Respondió:
Patria es el amor a mi hogar, mi mujer y mis hijos. Es amor a la tierra que me ha ayudado a vivir; es el amor a la educación y al trabajo; es amor a los demás que trabajan por el bienestar común; es amor a la justicia como instrumento del equilibrio para la dignidad del hombre; es el amor a la paz para gozar de la vida; el amor a la libertad, no al libre albedrío, no a la libertad de unos para vivir de otros; sino la libertad de todos. La libertad para que yo exista y existan mis hijos, y mi hogar y el barrio y la ciudad y los pueblos y todos los contornos donde nos ha correspondido forjar nuestro destino. Sin yugos propios ni yugos extranjeros.
Este texto apareció en la Revista Ritmo del 25 de Septiembre de 1973, bajo el título “Los folkloristas hablan de los valores patrios”
Manifiesto
Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.
Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.
Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera.
Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.
Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.
Esta canción aparece en el disco Manifiesto, editado de manera póstuma en Inglaterra el año 1974.
Fuente: Fundación Víctor Jara
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