Andy Warhol
Hammer & Sickle
Hammer & Sickle
1976
Acrílico y tinta de serigrafía sobre lienzo
182.9 x 218.4 x 3.2 cm
The Andy Warhol Museum, Pittsburgh
Founding Collection, Contribución de The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc.
Andy Warhol creó su serie Hammer and Sickle (Martillo y hoz) en 1976, después de realizar un viaje a Italia, donde los graffiti más comunes en los espacios públicos representaban este símbolo de las banderas soviéticas. Para los comunistas, significaba la unión de los intereses de los trabajadores de la industria y del campo. En Italia, un país democrático desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el símbolo repetido en estos graffiti era para Warhol más Pop que político. A su regreso a los Estados Unidos, Warhol pidió a su asistente de estudio Ronnie Cutrone que buscara imágenes de este símbolo para usarlas como fuente. Las reproducciones que aparecían en los libros se asemejaban a la bandera soviética, de apariencia plana, y Warhol quería algo diferente. Cutrone adquirió un martillo de doble cabeza y una hoz en una ferretería local, y dispuso y fotografió las herramientas en diversas posiciones. Warhol utilizó las fotografías de Cutrone para sus series serigrafiadas.
En 1977, estas obras se exhibieron bajo el ambiguo título de Naturaleza muerta en la Galería Castelli de la ciudad de Nueva York. Warhol negó todo vínculo político a su obra, aun cuando, simultáneamente, era consciente del poder de los símbolos y del clima cultural de la Guerra Fría. Esta guerra entre superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se prolongó desde comienzos de la década de 1940 hasta los años ochentas, fue caracterizada, no por combates militares reales, sino por un ambiente de tensión y de percepciones mutuas de hostilidad entre Oriente y Occidente, comunismo y capitalismo, que tuvo como resultado la escalada armamentista, las armas nucleares y el tráfico de influencias en todo el mundo.
No sabía entonces que también sería incluido en una lista del FBI, probablemente debido a nuestro pequeño proyecto artístico. Me sorprendía a mí mismo deslizándome a hurtadillas entre los rascacielos de la Gran Manzana, irrumpiendo en una librería comunista, mirando sobre mi hombro; encontraba un par de libros, los ponía en una bolsa marrón, y despreocupadamente salía caminando a plena luz del día.
Regresaba con los libros, con el corazón desbocado, y Andy preguntaba, mitad en serio, mitad en broma, “¿Alguien te siguió?” Yo respondía, “No lo creo, pero si me seguían, creo que soy demasiado viejo para decir que soy un estudiante universitario que estudia la Revolución Rusa.” Entonces decía, “¿Encontraste algún libro bueno?” En realidad nunca encontré libros buenos. Eran excesivamente planos o excesivamente gráficos. La respuesta era bajar por Canal Street, entrar a una ferretería, y comprar un martillo y una hoz reales. Entonces podía fotografiarlos, iluminados por largas sombras amenazadoras. Y agregar el drama del que carecían las sencillas versiones mimeografiadas de los libros. Una tercera dimensión de contornos burdos sería agregada cuando las pinturas estuvieran terminadas; siempre me parecieron como viajes en un Parque de Diversiones. Siga y diviértase. El Martillo y la Hoz. Sólo 25 centavos, si se atreve. No es para los débiles o para las personas timoratas. Siempre me divirtió que Andy, el máximo Capitalista, y yo, el máximo Libertario, pudiéramos ser sospechosos de dedicarnos a actividades comunistas.
Ronnie Cutrone, asistente de Warhol, Catálogo de la exposición Hammer and Sickle, C&M Arts, Nueva York: 2002
Acrílico y tinta de serigrafía sobre lienzo
182.9 x 218.4 x 3.2 cm
The Andy Warhol Museum, Pittsburgh
Founding Collection, Contribución de The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc.
Andy Warhol creó su serie Hammer and Sickle (Martillo y hoz) en 1976, después de realizar un viaje a Italia, donde los graffiti más comunes en los espacios públicos representaban este símbolo de las banderas soviéticas. Para los comunistas, significaba la unión de los intereses de los trabajadores de la industria y del campo. En Italia, un país democrático desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el símbolo repetido en estos graffiti era para Warhol más Pop que político. A su regreso a los Estados Unidos, Warhol pidió a su asistente de estudio Ronnie Cutrone que buscara imágenes de este símbolo para usarlas como fuente. Las reproducciones que aparecían en los libros se asemejaban a la bandera soviética, de apariencia plana, y Warhol quería algo diferente. Cutrone adquirió un martillo de doble cabeza y una hoz en una ferretería local, y dispuso y fotografió las herramientas en diversas posiciones. Warhol utilizó las fotografías de Cutrone para sus series serigrafiadas.
En 1977, estas obras se exhibieron bajo el ambiguo título de Naturaleza muerta en la Galería Castelli de la ciudad de Nueva York. Warhol negó todo vínculo político a su obra, aun cuando, simultáneamente, era consciente del poder de los símbolos y del clima cultural de la Guerra Fría. Esta guerra entre superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se prolongó desde comienzos de la década de 1940 hasta los años ochentas, fue caracterizada, no por combates militares reales, sino por un ambiente de tensión y de percepciones mutuas de hostilidad entre Oriente y Occidente, comunismo y capitalismo, que tuvo como resultado la escalada armamentista, las armas nucleares y el tráfico de influencias en todo el mundo.
No sabía entonces que también sería incluido en una lista del FBI, probablemente debido a nuestro pequeño proyecto artístico. Me sorprendía a mí mismo deslizándome a hurtadillas entre los rascacielos de la Gran Manzana, irrumpiendo en una librería comunista, mirando sobre mi hombro; encontraba un par de libros, los ponía en una bolsa marrón, y despreocupadamente salía caminando a plena luz del día.
Regresaba con los libros, con el corazón desbocado, y Andy preguntaba, mitad en serio, mitad en broma, “¿Alguien te siguió?” Yo respondía, “No lo creo, pero si me seguían, creo que soy demasiado viejo para decir que soy un estudiante universitario que estudia la Revolución Rusa.” Entonces decía, “¿Encontraste algún libro bueno?” En realidad nunca encontré libros buenos. Eran excesivamente planos o excesivamente gráficos. La respuesta era bajar por Canal Street, entrar a una ferretería, y comprar un martillo y una hoz reales. Entonces podía fotografiarlos, iluminados por largas sombras amenazadoras. Y agregar el drama del que carecían las sencillas versiones mimeografiadas de los libros. Una tercera dimensión de contornos burdos sería agregada cuando las pinturas estuvieran terminadas; siempre me parecieron como viajes en un Parque de Diversiones. Siga y diviértase. El Martillo y la Hoz. Sólo 25 centavos, si se atreve. No es para los débiles o para las personas timoratas. Siempre me divirtió que Andy, el máximo Capitalista, y yo, el máximo Libertario, pudiéramos ser sospechosos de dedicarnos a actividades comunistas.
Ronnie Cutrone, asistente de Warhol, Catálogo de la exposición Hammer and Sickle, C&M Arts, Nueva York: 2002
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