miércoles, 1 de julio de 2009

EL VI FESTIVAL MUNDIAL DE POESÍA ABRIÓ CON CONDENA AL GOLPE EN HONDURAS


SE CELEBRA EN VENEZUELA CON HOMENAJE AL POETA JUAN CALZADILLA EN ESTA EDICIÓN

La inauguración del VI Festival Mundial de Poesía estuvo marcada por una condena al golpe de Estado en Honduras y la represión que sufre el pueblo hondureño.

Desde la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, el Ministro del Poder Popular para la Cultura, Héctor Soto, lamentó y condenó la represión de que es víctima el pueblo de Honduras que pide la restitución de su presidente Manuel Zelaya.

El poeta venezolano Enrique Hernández D`Jesús leyó un pronunciamiento firmado por los casi 30 poetas internacionales, y 200 poetas criollos donde afirmaron su respaldo al Presidente Zelayas, y al pueblo de Honduras. “Los poetas de Venezuela y el mundo, reunidos en la fiesta de la solidaridad de los pueblos que luchan por su soberanía integral, unen sus voces y su combate libertario en respaldo del pueblo hondureño por el golpe de Estado que fue perpetrado por parte de la derecha reaccionaria de esa nación”, expresa el pronunciamiento.

Durante el recital los poetas hasta en sus versos plasmaron su posición de rechazo ante la dictadura que se impuso en Honduras. “La poesía que es el lenguaje del amor, de la denuncia, de la tristeza, de la alegría, por ello celebro la declaración de los poetas”, expresó el ministro Soto.

Luego no se dejaron de escuchar tanto manifestaciones como versos: El poeta de El Salvador Otoniel Guevara expresó que los militares cómplices del gobierno de facto no saben de ética y han sumado amargura. “Al no tener un poeta hondureño en este festival tenemos la urgencia de ser todos hondureños”, expresó.

El paraguayo Ernesto Centurión dedicó un poema a Honduras y el ecuatoriano Eduardo Embry se mostró preocupado por la situación hondureña. “A pesar de que hay una nueva dictadura en el mundo hay que seguir cantando”, expresó el poeta peruano Lino Bolaños con guitarra en mano antes de empezar su canción poema.

“Viva el presidente Zelaya, viva el pueblo de Honduras”, expresó Hernández D`Jesús al finalizar la lectura del pronunciamiento de los poetas.

Fuente: Agencia Bolivariana de Noticias


“CANTO A HONDURAS”, DEL POETA HONDUREÑO ALFONSO GUILLÉN ZELAYA

Patria: yo me he sentido vagar en esos vientos
Que bajan de tus tierras cargando pensamientos
De sol. Como yo, nadie te vive y te concentra;
Habita en ti lo mío, lo tuyo en mi se encuentra.

Yo me he sentido ser sangre de tus venas,
Forraje de tus árboles, metal de tus arenas.
Amo tu sol candente, tus grandes aguaceros
Y el polvo trashumante que va por tus senderos.

Adoro tus espacios de cristal rumoroso,
Tu fragancia de selva y tu indio silencioso.
Me inquietaron tus mares, me atrajeron tus montes,
Por ellos he sufrido una sed de horizontes
Que jamás se ha apagado, ni que se apague espero.
Mares y montes, doble escala hacia el lucero
Y la sabiduría:
En sus aguas y cumbres hallan soberanía
El pensador y el rebelde, cuyas mentes y manos
Unirán a tus hijos y ahogarán tus tiranos.

La historia no se cansa y romperá los yugos
Que ha tu frente impusieron logreros y verdugos,
Al horror de las cárceles y las persecuciones,
Al de la incertidumbre y de los paredones,
Al de los pies descalzos y la vida sin techo,
Al de la sangre enferma y el pulmón deshecho;
Al dolor de quien vive cada esperanza en ruinas,
Ignorante, oprimido, sin pan ni medicinas,
Se interpondrá el impulso que aniquile tus penas
Y destroce los hierros de todas tus cadenas.

A la noche tremenda sucederá la aurora.
Minuto tras minuto, la fragua redentora
Implacable incinera
Al servilismo inmundo y a la ambición artera
de esbirros y entreguitas, de estultos y traidores.
En las cenizas muertas reventarán las flores
A tus campos vacíos regresarán las gentes
Y en exilios y cárceles solo habrá delincuentes
Contra tus inquietudes, contra tus desvelos,
Albergue más seguro que el techo de tus cielos
O el del cielo y sus chozas, tendrán tus campesinos.
Y ricos de salud. Dueños de su parcela,
Al paso de sus niños marchando hacia la escuela
Los llenará de fe el músculo y el pecho.
Creerán que Dios Existe, que nos es farsa el derecho
Y su abrazo y su amor. Hermanos de la tierra,
Nos darán la abundancia y alejarán la guerra.

Vendrá el mañana libre. Vendrá la democracia.
No por mandato extraño ni por divina gracia;
Vendrá porque el dolor ha de unirnos a todos
Para barrer miserias, opresores y lodos.
¡Vendrá la libertad! Sobre el pasado inerte
Veremos a la vida derrotando a la muerte.
Tendremos alegría, tendremos entusiasmo,
La actividad fecunda sucederá al marasmo,
Y en la extensión insomne de todos los caminos,
Se alzarán majestuosas tus cumbres y tus pinos.
Ese árbol es tu símbolo. El pino es tu bandera;
Se yergue en tu montaña, se yergue en tu ladera,
Se yergue en tu llanura, se yergue en tus alcores;
Tu sangre y tu heroísmo, tus sueños, tus amores.
Palpitan en la cálida sabia de tus pinares
Con el rumor profético de antiguos avatares
Como tu propio cuerpo altivo y desafiante,
Como la propia historia de tu opresión sangrante,
Lleva el pinar las huellas del odio y la metralla:
Tus pinares han sido un campo de batalla.

Allí yacen legiones de titanes heridos,
Y se quejan al viento sus ramajes caídos;
Al pinar no faltan bravuras ni soldados:
Pinares legendarios, pinares infinitos,
Ejército de cimas que ofrece a los proscritos.

En su compacto bloque de fraterna arrogancia.
Una lección de lucha suspensa en la distancia.
¡Nobles pinos de Honduras, espejos de grandeza,
Perpetuo desafío de la naturaleza
Contra las dispersiones, contra las deslealtades,
Las derrotas, los crímenes y las adversidades!

El pino es horizonte. El pino es un ejemplo.
En nuestra vida tiene la majestad de un templo.
Pinares hondureños, pinares ancestrales,
Enhiestos, eminentes, sereno, inmortales;
Bandera de victoria contra las tiranías;
¡Vendrán los días de oro, Vendrán los nuevos días!

Alfonso Guillen Zelaya nació en Juticalpa, Olancho en 1888 y murió en México 1947.

Como escritor, Alfonso Guillén Zelaya incursionó en muchos géneros. Ensayos, poemas, composiciones y editoriales se fueron alternando con el tiempo y en todos demostró su firme convicción social. Abrazó la visión unionista de Morazán, los derechos universales de los enciclopedistas franceses, el panteísmo filosófico y el marxismo social, contribuyendo al fortalecimiento del movimiento sindical. Como poeta, estuvo influenciado por el modernismo literario, como se puede apreciar en su ensayo Lo esencial, donde se aprecian reminiscencias de Gabriela Mistral.

Uno de los trabajos más importantes de este olanchano fue su ensayo La inconformidad del hombre, que leyó por primera vez en 1945, con motivo de la inauguración de la Facultad de Humanidades de Guatemala. En él, Guillén Zelaya aborda varios pensamientos que sesenta años después siguen tan vigentes como en aquel entonces. “Hemos perfeccionado los métodos de cultivo... y aumentado el rendimiento de las cosechas, pero hemos limitado en escasa medida el esfuerzo de trabajo... el pan de cada día escasea en millones de hogares y hasta en pueblos enteros...”.

Es innegable el fervor patrio que inspiraron en Guillén Zelaya encendidos editoriales. Pero también es cierto que su pensamiento trascendió más allá del espacio y tiempo, con ensayos que develaban una visión humanística y universal. A través de sus múltiples artículos fustigó el fascismo, el nazismo, la intromisión extranjera y la desigualdad social. También mostró un vivo interés y claro discernimiento en temas como la pena de muerte, el divisionismo en Centroamérica, el imperialismo, guerrilla, democracia, derechos de las mujeres, libertad de prensa, y tópicos de actualidad en el viejo mundo.

No toleró la represión que ya había presagiado meses antes si Tiburcio Carías Andino llegaba al poder. Y ese día llegó. Fue así como en 1933 se exilió en México de manera definitiva junto a su esposa Isabel Alger Paz.

Falleció el 4 de septiembre de 1947 en México. “Señores -escribió el poeta Constantino Suasnavar-: el alto Comisario del Verso, Alfonso Guillén Zelaya, ha muerto”.

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