La primera generación de las presas políticas del franquismo
Con la ayuda de las fotografías conservadas, hemos querido entrar en las cárceles de mujeres de las primeras décadas de la dictadura, analizar sus vivencias, discernir aquellas características peculiares -la presencia de los hijos, por ejemplo que la han diferenciado de la experiencia penitenciaria masculina.
La voz, el testimonio, la memoria de estas mujeres encuentran en esta exposición un lugar central, a la espera de que se incorporen definitivamente al relato histórico general de nuestro pasado. En juego está la construcción de una memoria democrática y social, siempre necesitada de nuevos aportes, de nuevas miradas.
Sala Juan de Villanueva
Centro Cultural Conde Duque
C/ Conde Duque 9 y 11 - Madrid
Hasta el 9 de mayo de 2009
Más información: http://www.fim.org/
Mujeres como Tomasa Cuevas, Manolita del Arco, Juana Doña, Nieves Torres, María Salvo, Trinidad Gallego, Soledad Real, Mercedes Núñez, Mari Carmen Cuesta, Carlota O’Neill, Concha Carretero, Matilde Landa, Ángeles García-Madrid, Josefina Amalia Villa, Remedios Montero y otras muchas componen una generación -la de la Segunda República y la Guerra Civil- cuya memoria e historia tan sólo en fechas relativamente recientes ha comenzado a adquirir la relevancia que merece.
Mujeres formadas e iniciadas en la política al calor de las reformas republicanas, que vieron castigada su osadía -la de desafiar al fascismo, pero también a una sociedad patriarcal de raíces seculares- con largas penas de cárcel e incluso con la muerte.
Esta generación fue doblemente reprimida: como rojas y como mujeres. Otra cosa no podían esperar de una dictadura de carácter totalitario que se alimentaba además de un arcaico poso patriarcal y misógino: el que imponía un modelo de mujer-esposa-madre recluida en el hogar, marginada del mundo de lo público, sometida a las autoridades masculinas.
Que esa experiencia histórica de las rojas en prisión, de aquella primera generación condenada por «delitos de guerra y de posguerra», haya quedado durante tanto tiempo velada o subsumida bajo la de sus compañeros varones, algo más conocida, se explica por ese mismo sesgo patriarcal que, en su transversalidad, no conoce clases ni ideologías.
Presas de Franco
La exposición Presas de Franco, organizada por la Fundación de Investigaciones Marxistas, se ha propuesto visibilizar la experiencia penitenciaria femenina de las primeras décadas de la dictadura franquista, a partir de un diálogo continuo entre memoria e historia, donde se han conjugado las imágenes y los documentos con el recuerdo y los testimonios de las mujeres encarceladas.
Mujeres formadas e iniciadas en la política al calor de las reformas republicanas, que vieron castigada su osadía -la de desafiar al fascismo, pero también a una sociedad patriarcal de raíces seculares- con largas penas de cárcel e incluso con la muerte.
Esta generación fue doblemente reprimida: como rojas y como mujeres. Otra cosa no podían esperar de una dictadura de carácter totalitario que se alimentaba además de un arcaico poso patriarcal y misógino: el que imponía un modelo de mujer-esposa-madre recluida en el hogar, marginada del mundo de lo público, sometida a las autoridades masculinas.
Que esa experiencia histórica de las rojas en prisión, de aquella primera generación condenada por «delitos de guerra y de posguerra», haya quedado durante tanto tiempo velada o subsumida bajo la de sus compañeros varones, algo más conocida, se explica por ese mismo sesgo patriarcal que, en su transversalidad, no conoce clases ni ideologías.
Presas de Franco
La exposición Presas de Franco, organizada por la Fundación de Investigaciones Marxistas, se ha propuesto visibilizar la experiencia penitenciaria femenina de las primeras décadas de la dictadura franquista, a partir de un diálogo continuo entre memoria e historia, donde se han conjugado las imágenes y los documentos con el recuerdo y los testimonios de las mujeres encarceladas.
Con la ayuda de las fotografías conservadas, hemos querido entrar en las cárceles de mujeres de las primeras décadas de la dictadura, analizar sus vivencias, discernir aquellas características peculiares -la presencia de los hijos, por ejemplo que la han diferenciado de la experiencia penitenciaria masculina.
La voz, el testimonio, la memoria de estas mujeres encuentran en esta exposición un lugar central, a la espera de que se incorporen definitivamente al relato histórico general de nuestro pasado. En juego está la construcción de una memoria democrática y social, siempre necesitada de nuevos aportes, de nuevas miradas.
Sala Juan de Villanueva
Centro Cultural Conde Duque
C/ Conde Duque 9 y 11 - Madrid
Hasta el 9 de mayo de 2009
Más información: http://www.fim.org/
2 comentarios:
Me gusta tu blog, es muy práctico
vitalistayoptimista
Gracias por dejarnos al alcance de nuestra mano la información sobre la exposición. Te lo agradezco, tu blog es lo más sensato y mimado que he podido encontrar al respecto.
Ya era hora de que se visibilizara a estas mujeres ninguneadas por la historia de los hombres.
Hasta ahora tan sólo conocía la voz de Dulce Chacón, quien en "La voz dormida" quiso mostrarnos a todas y todos, las atrocidades que se cometian contra las mujeres en las cárceles franquistas.
E.D.
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