domingo, 23 de marzo de 2025

"OBRERO EN HUELGA, ASESINADO", FOTOGRAFÍA DE MANUEL ÁLVAREZ BRAVO


Obrero en huelga, asesinado 
Manuel Álvarez Bravo
1934
Publicado por Double Elephant Press
Impresión en gelatina de plata
18.8 × 24.5 cm
Princeton University Art Museum

Obrero en huelga, asesinado (1934) es quizá la fotografía más famosa del artista mexicano. Es sin duda una excepción en el conjunto de su obra que se inclina más por la placidez y el erotismo que por el conflicto y la violencia. Según cuenta el fotógrafo, el asesinato se produjo de manera imprevista cerca de él, de manera que se apresuró a cargar la cámara y tomar la instantánea. La sangre fluyendo sobre la tierra y los ojos plenamente abiertos del obrero son los protagonistas de una fotografía que ha dado la vuelta al mundo. 

Esta impactante imagen muestra a un líder sindical momentos después de recibir un disparo mortal durante una huelga laboral en un ingenio azucarero en México. Sugiriendo la fragilidad entre la vida y la muerte, el brillo que parece permanecer en su ojo es, de hecho, un reflejo de luz en un charco de sangre en el rabillo. La colocación de la coma por parte de Bravo en el título de la obra ayuda a transformar la imagen, de una mera representación de la muerte a la de un asesinato con motivos políticos. 

"La fotografía generalmente se ha contentado con revelarnos a México desde el ángulo fácil de la sorpresa tal como lo puede experimentar el ojo extranjero en cada curva del camino. El resultado es el documental más ecléctico y decepcionante que conozco, en el que los sitios panorámicos, las danzas indígenas y la arquitectura barroca del colonialismo se llevan inevitablemente la peor parte. Hojeando estos haces de impresiones fugaces, como si se percibiera en el lugar ese clic continuo, mecánico, fundamentalmente imperceptible, uno dudaría de que por tales medios pudiera alguna vez penetrarse el alma del país. Es imprescindible haber participado en él desde la infancia y desde entonces seguir cuestionándolo apasionadamente para poder revelarlo en su totalidad. Esto es lo que logró Manuel Álvarez Bravo en sus composiciones de admirable realismo sintético, del que no conozco equivalente aquí. Todo el patetismo mexicano es puesto por él a nuestro alcance: donde Álvarez Bravo se detuvo, donde se detuvo a fijar una luz, una señal, un silencio, no es sólo donde late el corazón de México sino también donde el artista supo sentir, con un discernimiento único, el valor plenamente objetivo de su emoción. Servido en los grandes movimientos de su inspiración por un sentido de calidad excepcional a la vez que por una técnica infalible, Manuel Álvarez Bravo, con su Obrero muerto en combate , se elevó a lo que Baudelaire llamó el estilo eterno. » 

André Breton (París, Galerie Renou & Colle, México (prólogo de André Breton), 1939, sp).

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