El 27 de febrero de 2025, Abdullah Öcalan pidió a la Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que fundó en 1978 y que ha dirigido desde entonces, que se disolviera y depusiera las armas, tras un acuerdo alcanzado con el poder turco.
Llamado al paz y a una sociedad democrática
El PKK nació en el siglo XX, el siglo más violento de la historia, marcado por dos guerras mundiales, las realidades del socialismo real, la atmósfera de la Guerra Fría mundial y la negación de la identidad kurda, en particular la supresión de las libertades mediante prohibiciones.
En términos de teoría, programa, estrategia y táctica, ha estado fuertemente influenciada por los sistemas socialistas.
Sin embargo, con el colapso del socialismo en la década de 1990 por razones internas y la erosión de la negación de la identidad en el país, junto con los avances en materia de libertad de expresión, el PKK se encontró en un estado de insignificancia y redundancia excesiva. Por lo tanto, como otros movimientos similares, ha llegado al final de su recorrido, lo que hace necesaria su disolución.
Relaciones kurdo-turcas
Durante más de mil años, los turcos y los kurdos han considerado esencial permanecer aliados, principalmente debido a un fuerte sentimiento de unidad voluntaria para mantener su existencia y resistir a las fuerzas hegemónicas.
Pero la modernidad capitalista, sobre todo en los dos últimos siglos, ha tratado de desmantelar esta alianza. Influenciados por la dinámica de clase, algunos grupos han servido a este objetivo. Este proceso se aceleró con las rígidas interpretaciones de la República [el Kurdistán]. Hoy en día, es esencial reorganizar esta frágil relación histórica en un espíritu de fraternidad, sin hacer caso omiso de las creencias.
La necesidad de una sociedad democrática
El PKK, el movimiento de rebelión y violencia más largo y extenso de la historia de la república, ha ganado fuerza y apoyo principalmente gracias al cierre de los canales políticos democráticos.
El resultado inevitable de las derivas nacionalistas extremas —como la búsqueda de un Estado-nación separado, el federalismo, la autonomía administrativa y las soluciones culturalistas— no tiene en cuenta la realidad sociológica de la historia.
El respeto de las identidades, la capacidad de expresarse libremente y la organización democrática, así como la estructuración socioeconómica y política basada en estos principios, solo pueden lograrse mediante la existencia de una sociedad y un espacio político democráticos.
El segundo siglo de la República solo puede alcanzar una continuidad duradera y fraternal si está coronado por la democracia. No hay camino fuera de la democracia para construir y poner en práctica un sistema, y no puede haberlo. El consenso democrático es el método fundamental.
El lenguaje de la era de la paz y de una sociedad democrática también debe desarrollarse de acuerdo con la realidad.
En este clima, moldeado por el llamado del Sr. Devlet Bahçeli, la determinación demostrada por el presidente y las respuestas positivas de los demás partidos políticos, hago un llamado a deponer las armas y asumo la responsabilidad histórica.
Como toda sociedad moderna o toda corriente política que no ha sido disuelta por la fuerza, los exhorto a convocar su congreso y a tomar la decisión de integrarse voluntariamente en el Estado y en la sociedad. Todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse.
Saludo a todos aquellos que creen en la convivencia y que atiendan a mi llamado.
Fuente: Grand Continent