jueves, 30 de abril de 2020

8º ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL POETA Y REVOLUCIONARIO SANDINISTA TOMÁS BORGE

"PARA SEGUIR VIVIENDO", de Tomás Borge

Voy a morir
entre miradas
y azucenas limpias
mientras las nubes se abren
y las manos se estrechan
y los vidrios
jinetean caballos

Voy a morir
cuando las campanas
repiquen colibríes
como Dios
me echó al mundo
y solo
igual que un martillo

Voy a morir
Sin embargo
esto no es un testamento
Es un buey cargado de venados
una chispa
para que ardan
los pectorales

Voy a morir
con la columna vertebral
intacta
con los nudillos
maltratados
y sin huellas
en las rodillas

Voy a morir
con la frente levantada
porque he cumplido con mi deber
he sido leal a mis principios
a mis compañeros
a mis amigos
a mi bandera rojinegra
y a mi grito de combate

Voy a morir
Quiero ser un recuerdo
pequeño como un grillo
grande como un limón
Seré sólo
un circulo estrecho
una caricia lenta

Voy a morir
sigan ustedes
que la vida es hermosa
Es un animal en celo
la gran fiesta
tan verdadera
como la verdad

Voy a morir
para seguir viviendo
Fuente: Comunistas Poetas

miércoles, 29 de abril de 2020

"LA PESTE", LA LUCIDEZ DE CAMUS

Puede resultar un poco masoquista releer La peste en tiempos de pandemia pero, junto al Decamerónse está poniendo de moda, al menos en Italia. He vuelto a la novela de Albert Camus, clarividente como pocas y de grandes enseñanzas en los momentos actuales. Cuando la leí siendo joven, mucho más que ahora, encontré en ella un fuerte valor simbólico: la peste como un mal cualquiera y, ante ello, las reacciones humanas. Ahora, en esta segunda lectura, he profundizado en sus valores simbólicos —he encontrado más de uno— y me ha sorprendido su realismo.
La novela plasma una situación similar a la que estamos viviendo, en la que necesitamos encontrar respuestas, saber cómo han reaccionado las personas en situaciones similares. Y la literatura nos lo puede mostrar, al acercarnos a la vida de personajes cotidianos bajo situaciones límite o parecidas a las actuales.

El Decamerón representa la parte lúdica de la epidemia, pues narra el encierro de unos aristócratas en un castillo, ojo al dato, para disfrutar de la vida, donde se cuentan relatos relacionados con el erotismo, el amor o las ganas de vivir. En el otro libro, La peste, Camus nos acerca a personas de la calle, profesionales, trabajadores, y cómo se enfrentan ellos, sin posibilidad de escape, a una epidemia. Representa el realismo, el humanismo.

El narrador se presenta en el libro de Camus sin decirnos su nombre hasta el final, y nos va contando, casi día a día, semana a semana, lo que sucede, intentando ser imparcial, sin dejarse llevar por chismes, bulos o cotilleos. ¿Suena, a que sí? Solo al final de la historia se nos desvela quién es ese narrador objetivo, casi periodístico. Ya por sí solo, ese punto de vista del narrador nos hace pensar en estos momentos en qué actitud tomar, no perder los estribos, no dejarse llevar por histerias ni derrotismos, estudiar la vida en toda su profundidad. El protagonista es el doctor Rieux, sobre el que gira casi todo, que empieza a observar los primeros casos de enfermedad y comienza a presuponer que puede ser la peste, aunque con variantes, lo que despista inicialmente; no es la peste bubónica como tal, pero tiene mucho de ella. Además, son aún pocos casos y, cuando da su opinión, ya vemos las primeras reacciones humanas: dentro de la comunidad médica los hay quienes se niegan a reconocerlo, no quieren oír ni hablar de esa enfermedad y lo sustentan en que no es específicamente como otras. Siguiente paso, dentro aún de la medicina: vale, se acepta, pero no se puede reconocer públicamente, crearía una situación de alarma y caos entre la población, mientras que nuestro protagonista opina que es mejor informar, decirlo, y tomar medidas drásticas cuanto antes. Pura naturaleza humana.

Pero la enfermedad va avanzando, hay más muertos y las autoridades recaban la opinión de los médicos: la misma naturaleza humana de nuevo hace que no se tomen las medidas necesarias desde un principio, por no asustar a la población, porque es imposible que sea la peste, enfermedad medieval, en la moderna ciudad de Orán. Cuando ya es irremediable, cuando ya aparecen ratas y personas muertas por doquier, viene el llamamiento a confinarse. Se produce entonces la estampida de quienes pueden hacerlo, que abandonan la ciudad sin la menor preocupación de que con ellos se extienda la peste a otros lugares. ¿A que sigue sonando muy actual?

La palabra “peste” acababa de ser pronunciada por vez primera. En ese punto del relato que deja a Bernard Rieux tras la ventana será permitido al narrador justificar la incertidumbre y sorpresa del doctor, ya que, con ciertos matices, su reacción fue la de la mayoría de nuestros conciudadanos. Las plagas, en efecto, son algo común, pero se cree difícilmente en las plagas cuando os caen en la cabeza. Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras. Y, no obstante, pestes y guerras cogen siempre desprevenida a la gente y por eso hay que hacerse cargo de sus titubeos. Por eso hay que comprender que estuviera indeciso entre la inquietud y la confianza… Nuestros conciudadanos no eran más culpables que otros, simplemente… continuaban haciendo negocios, preparaban viajes y tenían opiniones. ¿Por qué habrían de pensar en la peste, que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre en tanto haya calamidades… El doctor continuaba mirando por la ventana. A un lado del cristal, el cielo reciente de primavera, y al otro, la palabra que aún resonaba en la habitación: la peste.

La palabra no contenía solo lo que la ciencia había querido colocar en ella, sino una larga serie de imágenes extraordinarias que no se avenían con este ciudad amarilla y gris, animada con moderación a esta hora, más con murmullos que con ruido, dichosa en suma.

Por fin se cierra la ciudad, se bloquea para que nadie entre ni salga, para evitar la extensión de la epidemia, y resulta que los servicios médicos no están preparados para lo que les espera: hospitales saturados, falta de medidas de asepsia y desinfección, falta de suero, que se trae desde Francia pero corresponde a otra cepa de la peste y por tanto no produce efecto.

Sacó de un esterilizador dos máscaras de gasa hidrófila, tendió una a Rambert y le invitó a taparse. El periodista preguntó si servía para algo y Tarrou contestó que no, pero que daba confianza a los demás.

Y se improvisa sobre la marcha, tanto las autoridades políticas de la ciudad como las sanitarias: se habilitan casas, pabellones, todo lo posible para atender enfermos. Se dan cifras diarias de muertos porque son más llevaderas que si se dan semanales o mensuales, que suenan más monstruosas. Dichas día a día, parece que los muertos pasan desapercibidos. Sin entierros, sin funerales, sin ser despedidos por sus familiares.

Y surge, también, el estraperlo, el contrabando de las cosas necesarias para la epidemia. Y surgen, también, los bulos: las pastillas de menta se agotan en las farmacias porque corrió la idea de que prevenían el contagio. También se veía a mucha gente borracha por las calles desde que corrió el bulo de que el alcohol mataba al bicho. Pero surge también lo mejor de la naturaleza humana: la ayuda, la solidaridad, las comisiones de ciudadanos que se organizan para ayudar al personal sanitario, atender a los enfermos, encargarse de las desinfecciones de hogares. Gentes de todo tipo que arriman el hombro, periodistas, contrabandistas, amigos, mujeres mayores, ante lo que el narrador, por ser objetivo y situar las cosas en su contexto, nos dice lo siguiente:

La intención del narrador no es, sin embargo, dar a estas formaciones sanitarias más importancia de la que tuvieron. De hallarse en su lugar, es seguro que muchos cederían hoy a la tentación de exagerar su papel. Pero el narrador está casi tentado de creer que, dando demasiada importancia a las acciones hermosas, se acaba rindiendo un homenaje indirecto, pero eficaz, al mal. Pues entonces se permite suponer que, si esas buenas acciones no tienen precio, es porque son raras y porque la maldad y la indiferencia son más frecuentes en los actos de los hombres. Es un parecer que el narrador no comparte… Por eso, el narrador no se convertirá en rapsoda demasiado elocuente de la voluntad y de un heroísmo al que no atribuye otra importancia que la razonable. Pero continuará siendo el historiador de los corazones desgarrados y exigentes que la peste creó entonces en nuestros conciudadanos. Los que se consagraron a las formaciones sanitarias no tuvieron gran mérito en hacerlo, en efecto, pues sabían que era lo único posible, y el no decidirse a ello es lo que hubiera resultado increíble.

Plenamente actual, yo al menos lo veo así. Según avanza la novela, nos deja ver cómo lo individual va perdiendo peso en la ciudad, ya sean las aspiraciones, los cometidos, los enamoramientos. Todo ello va ocupando un lugar secundario para dejar paso a lo colectivo, a pensar como bloque, a subordinar lo privado en aras de lo común. Y ya no se puede actuar como hombres libres.
El punto álgido de la novela, el cénit, lo que marca (creo yo) la esencia de la misma, viene motivada por dos hechos. Primero l buscar un suero específico, con los bubones de los muertos, que sea eficaz para combatir la enfermedad, suero que se aplica a un niño enfermo, el hijo del juez, el que representa la inocencia y la tremenda injusticia que suponen los estragos de una plaga en la infancia: la mayor condena de la peste que Camus utiliza para descabalar todos los sermones religiosos que apuntaban al castigo divino, a los errores y pecados humanos que había que limpiar con la plaga. La agonía y la muerte del niño está escrita con tal profusión de detalles —es la única que se describe de entre todos los enfermos, ante la impotencia del médico que le suministra el suero experimental y que ve que no sirve—, que produce el replanteamiento de muchos de los personajes en la novela, entre ellos el que aprovecha para hacer un alegato contra la pena de muerte, de alto valor simbólico.

Paneloux miró la boca infantil, mancillada por la enfermedad, llena de ese grito de todas las épocas.

Dentro de su disección también hay un análisis bastante reflexivo sobre el papel de los medios de comunicación:

Los periódicos, naturalmente, obedecían a la consigna de optimismo a ultranza que se les había dado. Leyéndolos, lo que caracterizaba la situación era “el ejemplo emocionante que daba la población de calma y sangre fría”. Pero en una ciudad encerrada en sí misma, en la que nada podía permanecer secreto, nadie se llamaba a engaño sobre “el ejemplo” dado por la comunidad. Y para tener una idea cabal de la calma y sangre fría en cuestión bastaba con entrar en un lugar de cuarentena o en uno de los campos de aislamiento que la administración había organizado

Como disección social y análisis de la naturaleza humana en momentos de extrema gravedad, es un libro al que no me arrepiento de haber vuelto. Me ha ayudado mucho a entender las reacciones habidas, en el Gobierno, en el personal sanitario, entre los ciudadanos. Si alguien se anima, le enseñará, como me ha enseñado a mí, a situarse en el contexto de la actual pandemia, con una diferencia: no hablamos de una ciudad, hablamos del mundo. Es él quien está en juego, es la estirpe humana en su conjunto. Es una de las grandes cualidades que tiene la literatura: acercarnos tanto a la Historia como a las pequeñas historias, ayudarnos a comprender mejor qué nos está pasando. Y con final feliz. Al final, se acaba.

Carmen Peire es escritora. Su último libro es Cuestión de tiempo (Menoscuarto, 2017). contacta@infolibre.es @_infoLibre

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2020/04/10/peste_lucidez_camus_105715_1821.html

martes, 28 de abril de 2020

PRAGA RETIRA EL MONUMENTO AL LIBERTADOR SOVIÉTICO DE LA CIUDAD EN LA II GUERRA MUNDIAL, IVÁN KÓNEV


La alcaldía del distrito de Praga 6 aprovechó el período de cuarentena por el COVID-19 en el país para desmantelar el monumento a Iván Kónev, mariscal soviético que liberó Praga de los nazis en mayo de 1945.

Josef Skala, exvicepresidente del Partido Comunista de Bohemia y Moravia, criticó duramente la acción de las autoridades praguenses. Para el político "los que hicieron esto cayeron bajo moralmente, en sus valores, y en todo lo que respeta la gente normal”.

 "Lo asqueroso de este acto radica en el hecho de que las personas ahora prácticamente no salen de su casa, y si salen, es por un corto tiempo. Como matones y sinvergüenzas, [los ediles] se escondieron detrás de un estado de emergencia y se llevaron la estatua de nuestro libertador", comentó a Sputnik el político, antes de garantizar que su partido cuestionará el hecho ante las autoridades.

Jan Rychlik, historiador y profesor de la Universidad Carolina, en Praga, también rechazó la decisión de las autoridades de remover en plena cuarentena la estatua del héroe soviético. Apuntó que "es triste que la Administración de Praga 6 aprovechara la epidemia actual para eliminar físicamente el monumento".

"El jefe de la Administración se dio cuenta de que, en circunstancias normales, habrían tenido lugar manifestaciones frente a la estatua contra su desmantelamiento, como sucedió en anteriores ocasiones. Hoy, por supuesto, esto no es factible, ya que debido al estado de emergencia, están prohibidas las reuniones masivas", dijo Rychlik a Sputnik.

El acto de la alcaldía praguense fue condenado también desde la Presidencia del país.

"Es un gran día para los extremistas políticos checos. En este momento difícil [de la lucha contra el COVID-19] esos arrogantes y odiosos decidieron avergonzar a nuestro país. Retiran el monumento al mariscal Kónev que liberó Auschwitz y Checoslovaquia de los nazis alemanes. Embriagados por la sensación de victoria sobre el monumento, estos olvidan que el que esparce el mal, él mismo caerá a causa del mal y terminará en la oscuridad infinita", señaló en su cuenta de Twitter Jirí Ovcacek, portavoz del presidente checo Milos Zeman.

¿Qué consecuencias puede tener la retirada de la estatua?

Según el analista político ruso Mijaíl Neizhmakov, acciones como el desmantelamiento del monumento a Kónev obstaculizan la normalización de las relaciones de Chequia con Rusia.

"Esta no es la primera vez que acciones a nivel municipal han llevado a una complicación en las relaciones entre el país y sus socios en la política exterior (...) Teniendo en cuenta que no hace mucho tiempo, en una reunión con el presidente [Zeman], Chequia se esforzaba por un cierto restablecimiento de las relaciones con Rusia, está claro que este incidente no mejora el contexto de las negociaciones pertinentes entre Moscú y Praga", consideró Neizhmakov.

El analista apuntó, sin embargo, que pese a las "acciones escandalosas de las autoridades municipales" de Praga, esto no pone fin a los esfuerzos de Rusia y Chequia para acercarse.

¿Quién fue el mariscal Kónev?

Iván Stepánovich Kónev fue un mariscal que comandó uno de los frentes soviéticos involucrados en la operación que liberó el campo de exterminio de Auschwitz en enero de 1945 y algunos meses más tarde, a la misma Praga, poniendo fin a años de ocupación nazi.

Los hechos de bravura del mariscal del Ejército Rojo le rindieron el título de Héroe de la Unión Soviética, el más alto grado de distinción superior otorgado en la URSS, en dos ocasiones, una en 1944 y la otra en 1945.

El monumento a Kónev se erigió en la plaza de las Brigadas Internacionalistas, en Praga, en 1980, en memoria de la liberación de la ciudad de las tropas alemanas.

Fuente: Sputnik

lunes, 27 de abril de 2020

"SONATAS DE GUERRA", DEL COMPOSITOR SOVIÉTICO SERGEI PROKOFIEV, EN EL 129 ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

Sergei Prokofiev, Dimitri Chostakovitch y Aram Khatchatourian en 1945

"SONATAS DE GUERRA"

La Sexta, Séptima y Octava Sonatas para piano son generalmente conocidas como las “Sonatas de la Guerra”, por haber sido esbozadas en 1939, en la víspera de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, estas obras fueron terminadas en momentos distintos, durante un período de seis años.

Fueron estrenadas respectivamente por Prokófiev (n.º 6: 8 de abril de 1940), Sviatoslav Richter (n.º 7: Moscú, 18 de enero de 1943) y Emil Guilels (n.º 8: Moscú, 30 de diciembre de 1944).

Entre las tres sonatas existen diferencias radicales que no se corresponden con el corto lapso de tiempo que las separa. Efectivamente, el complejo lenguaje armónico de la Sexta y Séptima Sonatas se opone al lenguaje simple de la Octava, caracterizado por la ausencia de disonancias y acordes alterados, típicos de la armonía de Prokofiev. Paradójicamente, la estructura de esta sonata es más compleja que la de sus predecesoras, cuyos primeros movimientos se basan en una forma sonata tradicional.

SONATA Nº 6



SONATA Nº 7



SONATA Nº 8



domingo, 26 de abril de 2020

"EL PODER DE TEAMSTER", MURAL SOBRE DERECHOS LABORALES DE MIKE ALEWITZ EN CHICAGO


El poder de Teamster
Mike Alewitz
Mural
1998
300 S. Ashland Avenue, Chicago (EE.UU)

Entre los diversos murales sobre derechos laborales de Mike Alewitz, traemos un buen ejemplo de su trabajo mural en apoyo de los derechos laborales en Chicago.

Este fue pintado en Chicago durante 1998 para celebrar la huelga de Teamster contra UPS y presenta imágenes de Lucy Parsons y Albert Parsons, que fueron activistas laborales del siglo XIX en Chicago.

El mural masivo también incluye manifestantes que defienden los derechos de los trabajadores, incluido el tema del movimiento de ocho horas. También incluye esta fina cita de August Spies: "Si crees que colgándonos, puedes acabar con el movimiento obrero ... en el que millones de oprimidos trabajan en la necesidad y la miseria esperando la salvación, entonces cuélganos".


sábado, 25 de abril de 2020

"CAPITANES DE ABRIL", PELICULA SOBRE LA REVOLUCION DE LOS CLAVELES DEL 25 DE ABRIL DE 1974

Título original: Capitães de abril
Año: 2000
Duración: 123 min.
País: Portugal
Dirección: María de Medeiros
Guión: Ève Deboise, María de Medeiros
Música: Antonio Vitorino D'Almeida
Fotografía: Michel Abramowicz
Reparto: Stefano Accorsi, María de Medeiros, Joaquim de Almeida, Frédéric Pierrot, Fele Martínez, Manuel João Vieira, Marcantonio Del Carlo, Emmanuel Salinger, Rita Durão, Manuel Manquiña, Duarte Guimarães, Manuel Lobão, Luis Miguel Cintra, Joaquim Leitão, Canto e Castro
Sinopsis: En la noche del 24 al 25 de abril de 1974, suboficiales del ejército portugués inician una sublevación contra la dictadura de Oliveira Salazar. Su gesta pasará a la historia como "la revolución de los claveles". La película recrea la historia del capitán Salgueiro Maia, uno de los protagonistas del levantamiento militar.


La película recrea los hechos conocidos como la Revolución de los Claveles que tuvieron lugar en Portugal y, sobre todo, en Lisboa durante la madrugada y el día 25 de abril de 1974. La película parte de una serie de fotografías y documentos gráficos de la época en blanco y negro; pero no se trata de una película reportaje a pesar de que su estructura narrativa está marcada por la temporalidad y la polifonía de puntos de vistas y miradas sobre los hechos. Se elude la entrevista y la evocación nostálgica, y la historia se cuenta desde la vivencia, momento a momento, de los protagonistas en el día y hora histórico que les tocó vivir.

Ese inicio de documental en blanco y negro, debido a la violencia de las imágenes, permite de manera rápida y definitiva llevarnos al meollo de la cuestión: los mandos intermedios, capitanes, sobre todo, que han participado en la guerra colonial africana, son los que se han comprometido para cambiar la situación y lo hacen porque han vivido el infierno africano donde han asistido a ejecuciones injustas, han conocido la violencia del miedo y se han juramentado para cambiar el régimen político del país hacia una democracia y sin pegar un solo tiro, sin matar a nadie. Lo radicalmente nuevo de este golpe de estado es que no quieren el poder para ellos, sino para el pueblo y sólo estarán ahí hasta organizar las primeras elecciones democráticas. Al final, han conseguido parte de sus pretensiones, otras han fracasado; pero sí que lograron, de manera incruenta, traer la democracia a Portugal.

La película nos presenta una amplia galería de personajes que nos permiten comprender las diversas actitudes de los militares, no sólo de los que estuvieron a favor del golpe o en contra; y dentro de cada uno de los grupos enfrentados darnos cuenta de que no todos compartieron las mismas ideas o actitudes y la evolución que fueron tomando al hilo de los acontecimientos. Tampoco se olvida la decisiva intervención de los partidos de izquierda y del pueblo de Lisboa que apoyaron decididamente la revolución. Hay momentos de gran intensidad dramática y otros de humor; la desorganización de cada uno de los bandos nos llega a dar la sensación de farsa grotesca en algún momento; en otros vemos que la decisión personal de algunos miembros de las fuerzas armadas y el encadenamiento de hechos sorpresivos permitieron el triunfo de los rebeldes.

La estructura del relato es compleja, se alternan los espacios y los personajes hasta confluir, principalmente, en la historia de tres amigos a los que los problemas personales, ilusiones y deseos los han unido o desunido a lo largo de los años. Ahora la revolución también va a cambiar sus vidas.

Los españoles que vivieron aquellos hechos volverán a recordar con emoción la Revolución de los Claveles que supuso una gran esperanza, algo comenzaba a moverse en las dictaduras peninsulares. Para los jóvenes que no lo vivieron, es el momento de comprender una parcela de la historia: la que inicia la etapa democrática en la que hoy vivimos, y darse cuenta de que se conquistó la democracia porque hubo gente que arriegó su vida y su carrera y porque una mayoría salió a la calle para apoyarlos. También que no se lograron algunas de las reivindicaciones que proponían y que muchos sueños se quedaron por el camino.

Daniel Arenas (Fuente: Encadenados)

VER PELICULA

viernes, 24 de abril de 2020

DISCURSO DE FIDEL CASTRO EN EL PARQUE CENTRAL DE NEW YORK, EL 24 DE ABRIL DE 1959

Una enorme multitud estimada en 35.000 personas contenidas por barricadas de la policia en el Central Park de nueva para recibir a Fidel Castro

DISCURSO EN EL PARQUE CENTRAL DE NEW YORK, EL 24 DE ABRIL DE 1959

Cubanos;

Latinoamericanos;

Norteamericanos:

Pocas veces en la vida nos es dada la oportunidad de vivir un minuto tan emocionante como este. Es posible que en los largos años de historia de este continente jamás se haya producido un acto como este, no por su dimensión numérica, aunque es verdaderamente grande es, según los entendidos, el acto de esta índole más grande que se ha producido en la ciudad de Nueva York, que es, al mismo tiempo, la mayor ciudad del mundo. El valor de este acto radica en las personas que están aquí presentes, su valor radica en que aquí se han reunido no solo los cubanos, aquí están también presentes los dominicanos (APLAUSOS), los portorriqueños (APLAUSOS), los mexicanos (APLAUSOS), los centroamericanos (APLAUSOS), los latinoamericanos (APLAUSOS) y también en número considerable los norteamericanos (APLAUSOS).

No puede entrañar un simbolismo más profundo, no puede constituir para este continente una esperanza mayor; parecía una empresa difícil, la Revolución Cubana no era comprendida cabalmente, la Revolución Cubana que ha sido a nuestro entender la Revolución más pura y más generosa que se ha llevado a cabo en la historia del mundo (APLAUSOS), estaba siendo mal comprendida, no tanto en los pueblos latinoamericanos, que por haber sufrido las mismas cosas que nosotros hemos sufrido, por haber estado padeciendo de los mismos males políticos y sociales, estaba en condiciones mentales de comprendernos mejor; estaba siendo mal comprendida sobre todo en Estados Unidos. Nos impusimos la tarea de visitar este país, nos impusimos la tarea de hablarle al pueblo y a la prensa de Estados Unidos; por delante teníamos los enormes inconvenientes del lenguaje. No vine aquí a mentir, no vine aquí a ocultar nada (APLAUSOS), porque nuestra Revolución no tiene nada que ocultar (APLAUSOS). No vine aquí a pedir nada (APLAUSOS), porque nuestra Revolución no tiene nada que pedir (APLAUSOS), como no sea amistad y comprensión; vine simplemente a hacer lo que hemos hecho en nuestra patria, hablarle al pueblo, decirle la verdad, exponer nuestro pensamiento; vine a demostrar una vez más nuestra inmensa fe en los pueblos; vine a hablarle a un pueblo cuyo idioma era distinto al nuestro (APLAUSOS); vine a hablarle a un pueblo cuya situación económica y social es distinta a la nuestra, cuyo idioma no lo conocía bien, solo conocía bien el idioma que emana de nuestro idealismo, el idioma que emana de la pureza y de la razón de nuestra causa (APLAUSOS), el idioma que emana del corazón y de la esperanza de nuestro pueblo y de todos los pueblos de América Latina (APLAUSOS), y he descubierto aquí que aunque el idioma era distinto, los sentimientos eran iguales (APLAUSOS), que aunque la lengua articulase palabras distintas, el corazón de los ciudadanos de este país habla el mismo lenguaje que nosotros (APLAUSOS), porque hablé y nos entendieron, expusimos nuestras razones y las comprendieron, vieron nuestra sinceridad y creyeron en nosotros.

Grande ha sido, no la sorpresa, porque no hay sorpresa para los que creen verdaderamente en el corazón de los pueblos (APLAUSOS); grande ha sido nuestra alegría al comprobar de que la razón se abre paso en cualquier parte del mundo, de que la justicia se abre paso en cualquier parte del mundo, que una causa noble y justa tiene simpatizantes en cualquier parte del mundo (APLAUSOS). Y aquí nos recibieron como nos reciben en cada pueblo de nuestra patria, y aquí nos recibieron como nos recibieron en otros pueblos de América, y los estudiantes de este país nos recibieron con el mismo entusiasmo desbordante con que nos recibieron los estudiantes de Cuba y los estudiantes de Venezuela (APLAUSOS). Y para nosotros es pues un hecho muy significativo, para los latinoamericanos este es un hecho alentador, porque vino aquí un latino, vino a hablar en nombre de la razón y de la justicia y encontró eco en el corazón de los ciudadanos de esta nación (APLAUSOS).

Para la América, para la América sufrida, para la América económicamente atrasada, para la América hambrienta, este es un hecho alentador, porque el pueblo del Norte, el pueblo rico del Norte ha comprendido nuestros sentimientos y eso para los pueblos de América constituye un verdadero triunfo (APLAUSOS).

El valor de esta concentración es lo que significa de esperanza futura. Es lo que significa de orgullo para la América Latina. Es lo que significa en el esfuerzo de que la verdad de nuestra América, la América sufrida del centro y del sur se abra paso para encontrar comprensión para que nos entiendan mejor, para que se nos trate mejor (APLAUSOS).

¿Por qué aquí hay tantos latinoamericanos? ¿Por qué tantos hombres y tantas mujeres han tenido que abandonar a sus patrias y a sus familiares (APLAUSOS), alejarse de ellos cientos y tal vez millares de kilómetros? ¿Por qué han tenido que dejar muy lejos a su patria? Porque aquí los trajo la necesidad, porque aquí los trajo o el despotismo de las camarillas desalmadas, la crueldad de los dictadores o la crueldad del hambre o el despotismo de las necesidades materiales, que es también despotismo cruel (APLAUSOS). Porque aquí están los exiliados políticos, pero aquí están también, y en un número tal vez mayor, los exiliados económicos (APLAUSOS), los que tuvieron que abandonar su patria porque no encontraron trabajo en ella (APLAUSOS), los que tuvieron que venir aquí a bregar con todas las dificultades del idioma y del clima, para ganarse la vida trabajando. Y yo sé bien cuál es el anhelo más profundo de todos los emigrados (APLAUSOS), yo sé cuál es el sueño más hermoso de todos los emigrados (APLAUSOS). ¡Volver algún día a su patria! A hacer en su patria lo que aquí están haciendo, ganarse el sustento en su propia patria, porque por grandes y altos que sean los salarios, por generosa que haya sido la hospitalidad y la acogida, la idea de la patria es algo que no se puede apartar del corazón y de la mente de los hombres (APLAUSOS).

Y bien que lo recuerdo, porque fue precisamente en esta ciudad de Nueva York, donde se inició la segunda etapa del movimiento revolucionario que concluyó con la victoria después de tres años de lucha (APLAUSOS). Y bien que recuerdo cuáles eran las ansias de nuestros compatriotas, y bien que recuerdo cuáles eran sus ilusiones, es verdad que sufrían con la idea de la patria oprimida, es verdad que sufrían el dolor de la tiranía y la crueldad en que estaba sumida Cuba, pero es verdad también que los alentaba otra dulce esperanza. La esperanza que era como una tierra prometida de la Revolución, la esperanza de volver a Cuba. Y bien que recuerdo igualmente lo que en aquella ocasión les dije: El regreso no podrá ser inmediato, después de la victoria. Después de la victoria tendremos que reconstruir la patria. No podrán volver al otro día los emigrados cubanos. Los emigrados cubanos podrán volver cuando hayamos edificado la patria nueva que con tanto idealismo, sacrificio y honradez se está forjando (APLAUSOS). Pero algún día nuestros emigrados regresarán a Cuba. Algún día nuestros emigrados volverán a su patria para hacer allá lo que hacen hoy aquí: ganarse el sustento con el sudor de su frente (APLAUSOS). Las promesas se han cumplido, y las que no se han cumplido todavía, se cumplirán (APLAUSOS).

Desde esta misma ciudad, en aquel acto del Park Garden, dijimos que en 1956 seríamos libres o seríamos mártires. Habíamos ofrecido con aquellas palabras a la nación cubana en medio del descreimiento y el escepticismo, que nosotros empeñábamos nuestra palabra de honor, de que en 1956 se iniciaría la lucha revolucionaria. Era difícil comprender aquello. Muchos no comprendieron aquella promesa. Pero es que sabíamos a nuestro pueblo descreído y escéptico, es que lo habían engañado muchas veces (APLAUSOS). Y solo había un modo, solo había un modo de levantarle la fe, empeñar nuestra palabra, y con nuestra palabra empeñada, empeñar nuestras vidas (APLAUSOS).

La empresa parecía difícil y era difícil, sin embargo, los cubanos de Nueva York no dudaron. La empresa era difícil y sin embargo yo recuerdo aquellas reuniones, yo recuerdo aquellos actos, y allí era como si todo el mundo estuviese seguro de la victoria. Y porque estaban seguros de la victoria, la victoria fue posible, porque no hay obstáculos suficientemente grandes que se le pueda poner delante a la fe de los pueblos (APLAUSOS). La promesa se cumplió y la patria es libre (APLAUSOS).

Ofrecimos que vendríamos a reunirnos otra vez con la emigración de Nueva York después de la victoria y aquí estamos (APLAUSOS). Ofrecemos hoy que construiremos una patria democrática y digna. Que construiremos una patria feliz. Que algún día volverá a albergar en su seno a aquellos hijos a quienes la opresión o la necesidad obligaron un día a abandonarla (APLAUSOS). Invito a seguir luchando, invito a seguir luchando porque la tarea más difícil o si se quiere no más difícil, porque para los cubanos no hay nada difícil (APLAUSOS), la tarea más fatigosa, la tarea más ardua está por realizar. La Revolución entra en una etapa constructiva. Todos los ojos de América están puestos en nuestra Revolución y también están puestos sobre nuestra patria los ojos de los tiranos que aun quedan en América (APLAUSOS). Los ojos de los calumniadores, los ojos de los enemigos de la redención de los pueblos. Y junto con el sentimiento de simpatía que nos acompaña en toda la América del Sur y del Norte, junto con los deseos de nuestro triunfo, se presentan también las intenciones negativas, los que desean nuestro fracaso para que esta Revolución que es aliento y es esperanza de todos los pueblos de América, se frustre.

No en vano están aquí nuestros hermanos de todo el continente y eso dice mucho; no en vano están aquí los dominicanos (APLAUSOS) y esa si es una prueba definitiva que califica a un gobierno. Los pueblos no están jamás con la injusticia, los pueblos no están jamás con la crueldad, los pueblos no están jamás con la inmoralidad, los pueblos no están jamás con el despotismo; la presencia multitudinaria de los cubanos, la presencia multitudinaria de los latinoamericanos en el Parque Central de Nueva York, con la presencia nutrida de norteamericanos, es el mejor argumento, en favor de la revolución democrática, humanista y justiciera de Cuba (APLAUSOS).

Porque los pueblos tienen una percepción muy clara para conocer a los hombres, los pueblos tienen una inteligencia muy clara para distinguir a los hombres, los pueblos no pueden ser confundidos fácilmente, los pueblos comprenden con la razón, pero sobre todo comprenden con el corazón. Que vengan aquí los dictadores de América (APLAUSOS). Que vengan aquí y convoquen al pueblo, que vengan aquí y convoquen a sus propios compatriotas; que vengan aquí y le hablen a la opinión pública de Estados Unidos y de la América entera. Que vengan a comparecer ante todas las asociaciones de periodistas que quieran preguntarles acerca de todas las cosas de su país. Que vengan a responder todas las preguntas que les hagan. Que vengan a ver si reúnen un pueblo. A ver si pueden explicarse, a ver si pueden responder. Tendrán que pagar alquilones, tendrían que gastarse millones de pesos y no reunirían ni a 1 000 personas (APLAUSOS). Porque es difícil encontrarse 1 000 personas que tengan el cinismo y el poco pudor de vender su presencia en favor de las tiranías (APLAUSOS).

Dictadores sanguinarios que mantienen oprimidos a sus pueblos. Dictadores sanguinarios que saquean a sus pueblos como vulgares piratas. Dictadores sanguinarios que torturan y matan a sus propios hermanos por acumular centenares de millones de pesos. Dictadores sanguinarios que tendrán todo lo que se puede comprar con dinero, que tendrán plumas mercenarias que los halaguen, que tendrán pandillas de asesinos desalmados, que tendrán placeres, que tendrán lujos, que tendrán altos honores. Pero lo que jamás podrán tener será pueblo (APLAUSOS).

Qué prueba más elocuente de la fuerza de la moral y del idealismo que esta lucha sorda que se libró en Estados Unidos a raíz de nuestra visita. Se creyeron que iban a imperar aquí a su antojo. Se creyeron que iban a deslucir nuestros actos. Se creyeron que con pandillas alquiladas iban a confundir a la opinión pública de Estados Unidos (APLAUSOS). Infelices que creyeron que con manejar dinero se arreglaba todo. Infelices que creyeron que con amenazas se arreglaba todo. Infelices que creyeron que a una idea justa y honorable, que a una actitud digna y entera, que a una conducta patriótica la iban a poder mancillar con cartelitos y con piqueticos (APLAUSOS). Incautos que menospreciaron de esa forma la fuerza de la razón, que menospreciaron de esa forma el sentimiento de los pueblos, que menospreciaron de esa forma la solidaridad de los hombres honrados; los piquetes que se han hecho, los piquetes de a 17 pesos la hora (APLAUSOS), pagados con el dinero que extrajeron a Cuba y pagados con el dinero que extraen del pueblo de Santo Domingo (APLAUSOS); los piquetes mercenarios, ¿donde están?, ¿qué se han hecho?, y cómo iban a impresionar a nadie con sus piquetes, si al pueblo de Cuba no pudieron impresionarlo con cañones, con aviones, con tanques (APLAUSOS). Si cuando nosotros éramos 12 y ellos eran millares de soldados bien armados no nos impresionaron, cómo nos van a impresionar ahora cuando ellos son 12 mercenarios y nosotros somos millones de ciudadanos.

Una vez más se equivocaron, una vez más desconocieron la fuerza de la opinión pública, la fuerza de la moral y la fuerza de la razón; de nada les valió todo su dinero, nosotros no nos gastamos un centavo y aquí hay decenas de miles de personas y en todas partes nos encontramos millares de personas agitando sus limpias banderas, agitando sus limpios ideales (APLAUSOS), agitando sus justas aspiraciones. Y por eso han desaparecido los piquetes, en qué rincón estarán rumiando su tristeza (APLAUSOS), rumiando su impotencia, rumiando su fracaso, rumiando el desprecio de los pueblos; en qué rincón estarán escondidos sufriendo este nuevo castigo, sufriendo esta nueva victoria de los pueblos.

Y este es el símbolo, esta es la prueba de la fuerza de la opinión y así como han desaparecido ante la opinión de los latinoamericanos y de los norteamericanos, así como han sido abatidos por la fuerza de esta opinión, así serán abatidos en todos los rincones de América por la opinión de los pueblos (APLAUSOS). Movilicemos la opinión de todo el continente, movilicemos la opinión de toda la América y veremos cómo las tiranías que aun quedan se desploman (APLAUSOS). Porque lo que ha ocurrido en Nueva York es una prueba elocuentísima de lo que puede la solidaridad humana, de lo que puede la justicia y la razón. No dejemos que los dictadores tomen la ofensiva, no dejemos que las dictaduras se movilicen contra el ideal democrático, movilicemos el ideal democrático, que es más fuerte y más poderoso contra las dictaduras, movilicemos la opinión, movilicemos a todos los corazones americanos y las dictaduras se desploman (APLAUSOS). Desde aquí decimos que Cuba y el pueblo de Cuba y los cubanos, dondequiera que estemos, seremos solidarios con los anhelos de liberación de nuestros hermanos oprimidos (APLAUSOS).

Bien se sabe que existe un orden internacional, bien se sabe que existen instituciones internacionales, bien se sabe que existen normas de derecho por las cuales nosotros debemos velar cuidadosamente, ya sabemos las obligaciones que tenemos que cumplir y por qué tenemos que cumplirlas, no quiere decir esto que nosotros interfiramos en otras naciones, no quiere decir esto que nosotros vayamos a intervenir en otras naciones, porque hay un principio que es vital para los pueblos de nuestra América, hay un derecho que es vital para los pueblos de nuestra América, el principio de no intervención, el derecho a que no se intervenga en nuestros pueblos; por ese principio estuvimos clamando durante muchos años, por ese principio hemos hablado muchas veces los latinoamericanos, la conquista de ese principio es una conquista de América Latina (APLAUSOS).

Chocan hoy el principio y el anhelo, el anhelo es correr allí donde están los hermanos oprimidos para ayudarlos a liberarse con nuestros propios brazos (APLAUSOS), y el principio es de que no podemos correr allí, porque si vamos allá, violamos un principio que es como un escudo de la soberanía de nuestras naciones (APLAUSOS). Y el sentimiento ha de marchar parejo con la razón, la mente ha de marchar pareja con el corazón. Se nos ha preguntado si creemos que las revoluciones deben exportarse y hemos respondido que no, que las revoluciones no pueden exportarse, que las revoluciones no se exportan, que las revoluciones se hacen por los propios pueblos (APLAUSOS), que los propios pueblos son capaces de conquistar su libertad. Pero hay algo que los pueblos oprimidos necesitan y es la solidaridad, hay algo que los pueblos oprimidos necesitan y es el sentimiento de los demás pueblos. Y puedo hablar de eso, porque recuerdo aquellos días difíciles de nuestra lucha revolucionaria; recuerdo aquellos momentos duros de los primeros reveses y en aquellos instantes para nosotros nada valía tanto como saber que los demás pueblos nos acompañaban con su solidaridad (APLAUSOS), que los demás pueblos nos acompañaban con sus sentimientos y que en cualquier lugar de América una voz se levantaba para defendernos, que en cualquier lugar de América los pueblos se levantaban para defendernos. De América no recibimos armas, pero en la dura lucha recibimos algo más poderoso y más valioso que las armas, recibimos el aliento, recibimos la fe y en las guerras libertadoras lo ha probado la historia, lo probaron nuestros mambises en 30 años de lucha (APLAUSOS), lo probaron los libertadores de América, San Martín, cruzando Los Andes (APLAUSOS), Bolívar cruzando los llanos inundados y cruzando también las cumbres de Los Andes, lo probaron los libertadores de Estados Unidos, lo probó Washington (APLAUSOS) en aquel año de frío terrible, lo probaron nuestros hombres en la guerra libertadora que acaban de librar (APLAUSOS).

Y es que lo que hace posible las grandes empresas libertadoras es la fe y el aliento, sembremos fe y estaremos sembrando libertades (APLAUSOS), sembremos aliento y estaremos sembrando libertades, sembremos solidaridad y estaremos sembrando libertades (APLAUSOS). Cuba está ahí, allá en nuestra patria tienen acogida generosa los perseguidos políticos, allá en nuestra patria tienen su casa los exiliados políticos (APLAUSOS). Allá en nuestra patria los demócratas de todo el continente encontrarán siempre el aliento y la fe de todos los cubanos. Nosotros siempre seremos leales a ese sentimiento de acuerdo con nuestros principios, y como sabemos el modo de conducir los asuntos de nuestros pueblos, es por lo que responsablemente decimos aquí que los principios no deben sacrificarse jamás, que el principio conquistado por los pueblos de América, de no intervención, no debe sacrificarse jamás, porque ese principio no está reñido con la posibilidad de que los pueblos se liberen por su propio esfuerzo, porque ese principio no está reñido con la seguridad de que los pueblos de América que aun están oprimidos se liberarán por su propio esfuerzo (APLAUSOS).

Y a todos los exiliados, a todos los patriotas les pido que respalden ese principio nuestro, a todos los exiliados, a todos los patriotas, a los que quisiera de corazón acompañar en su esfuerzo liberador, lo que me impiden las obligaciones que tengo con nuestro pueblo, las obligaciones que tengo como gobernante. Y es precisamente cuando estos dilemas se me presentan, cuando anhelaría ser con todo mi corazón un ciudadano anónimo, cuando me agradaría ser aquel joven estudiante que no vaciló en unirse a los dominicanos cuando se preparaban para libertar a su tierra (APLAUSOS). Pero hoy somos gobernantes, no porque queramos, sino porque lo demanda nuestro propio pueblo (APLAUSOS), somos gobernantes, no porque gobernar sea un placer para nosotros, sino porque es un sacrificio que la patria nos exige. No porque gobernar implique, como ha significado para tantos gobernantes de América, el enriquecimiento con el dinero del pueblo, sino porque gobernar hoy a nuestra patria implica la obligación de salvar esa patria, implica la obligación de realizar una tarea grande, implica la obligación de construir para el continente americano el país más democrático y más justo, que será el ejemplo de toda la América (APLAUSOS).

Porque gobernar para nosotros significa salvar a la Revolución Cubana y salvar a la Revolución Cubana significa salvar la justicia y sobre todo significa salvar la democracia en el continente americano (APLAUSOS). Porque si la Revolución Cubana yerra, si la Revolución Cubana se equivoca, si la Revolución Cubana fracasa, qué será de las esperanzas de América, qué será de lo que Cuba puede hacer por la democracia de América. Sin quererlo nosotros, sin ambicionarlo nosotros, nuestra patria se ha convertido en ejemplo, sin proponérnoslo nosotros, Cuba se ha convertido en la esperanza y hay que salvar la esperanza (APLAUSOS) con el corazón y con la inteligencia marchando parejas. Si marcha por un lado el corazón y por otro la inteligencia, la esperanza se pierde, la inteligencia y el corazón deben marchar juntos y estas palabras no las inspiran un sentimiento egoísta, egoístas jamás seremos, las inspiran un sentimiento de responsabilidad histórica, un sentimiento de solidaridad con todos los pueblos de América, porque sabemos lo que el fracaso de Cuba significa para América, como sabemos lo que para América significa el triunfo de Cuba y los minutos más difíciles de una revolución no son los minutos de guerra, los minutos de lucha heroica en que los hombres se enfrentan a la muerte, los minutos más difíciles de una revolución es cuando los hombres se enfrentan a la tarea de construir, porque morir puede cualquiera, construir solo los que tienen la tenacidad, la inteligencia y el valor de saber construir (APLAUSOS).

Y los hombres que ayer tuvieron el valor de morir, que ayer tuvieron el valor de enfrentar la muerte, no son hoy siquiera dueños de sus propias vidas, son esclavos de una idea, esclavos de un deber que tienen que cumplir. Y nosotros somos esclavos no de un deber cubano, sino de un deber americano; somos esclavos de un anhelo de todos los pueblos de nuestra América (APLAUSOS). Cuando hemos venido aquí no hemos venido a hablar simplemente de los problemas de Cuba, hemos venido a hablar a la opinión pública norteamericana de los problemas que son comunes a toda la América; no hemos venido a pedir, no hemos venido egoístamente como pudimos haber hecho a decir las necesidades de Cuba, hemos venido a decir el sentimiento y el dolor de América, hemos venido a decir las necesidades de América, hemos venido a decirle a este gran pueblo: este es el otro pueblo de América (APLAUSOS). Este es el otro gran pueblo de América, porque estos hombres que se reúnen aquí, son hombres de carne y hueso, estas mujeres que se reúnen aquí, son mujeres de carne y hueso, estos hombres y estas mujeres que se reúnen aquí en número nunca visto en la ciudad más grande del mundo, están diciendo los sentimientos democráticos de este otro gran pueblo de América (APLAUSOS).

Están diciendo los sentimientos patrióticos y cívicos de este otro gran pueblo de América y nada puede ser más convincente, nada puede ser más elocuente y nada puede ser más humano; nosotros podemos decirle al pueblo norteamericano que allá hay otro gran pueblo, el pueblo de los latinoamericanos. Nosotros podemos decirle que allá hay también un pueblo noble, que allá hay también un pueblo patriótico, que allá también hay millones de seres humanos que desean labrar su felicidad, que desean asegurar su libertad, que desean ganarse el pan con el sudor de su frente (APLAUSOS).

Y podemos añadir que aquel mundo del sur no es este mundo del norte, que aquel mundo del sur no es un mundo repleto de fábricas, de escuelas, de hospitales, de caminos, de carreteras. Que aquel mundo de allá es un mundo muy distinto de este mundo de aquí. Que aquí no encontramos bohíos, que aquí no encontramos familias enfermas y sin hospitales, que aquí no encontramos desempleo, que aquí no encontramos miseria, que aquí no encontramos epidemias, que aquí no encontramos aquellas miserias que hacen infernal la vida de nuestros pueblos. Que si hay aquí en Nueva York un millón de latinos es por algo. Que si hay aquí en Nueva York un millón de latinos es porque tuvieron que abandonar sus patrias empobrecidas (APLAUSOS), para venir a trabajar aquí. Que si hay aquí concentrada hoy una multitud, es por algo. Que si decenas de miles de personas se reúnen aquí, es por algo, es porque existe una tragedia en nuestros pueblos y porque hoy nuestros pueblos tienen el sentimiento y la conciencia de esa tragedia. Por la pobreza de aquella América estamos aquí y ojalá que porque podamos estar aquí, el pueblo de Estados Unidos comprenda a la otra América y sepa lo que es la otra América (APLAUSOS).

Aquella América tiene ingentes recursos naturales, aquella América tiene todos los recursos naturales que tiene la América del Norte, aquella América tiene recursos humanos y tiene recursos en su naturaleza para hacer de aquella otra parte de nuestro continente, lo que es hoy el continente en el norte, que lo que la América aspira es a desarrollar sus propios recursos, que lo que la América aspira es a desarrollar su propia economía, que lo que la América aspira es encontrar allí empleo y sustento para sus hijos sin que tengan que emigrar a la América del Norte (APLAUSOS).

Y que el desarrollo económico de la América Latina no perjudica ni lesiona en lo más mínimo a los intereses económicos de Estados Unidos como el desarrollo económico del Canadá no ha perjudicado, sino por el contrario, ha beneficiado las relaciones económicas y comerciales con Estados Unidos (APLAUSOS).

La presencia multitudinaria de los latinos en esta noche es más elocuente que ninguna razón, es más elocuente que ninguna palabra y dice tres cosas: que los pueblos de América están con nuestra Revolución democrática, humanista y justiciera (APLAUSOS), que los pueblos de América Latina tienen conciencia de sus necesidades y aspiran a desarrollar su propia economía, a desarrollar su propia riqueza; que la América Latina, que los latinoamericanos y los norteamericanos tenemos los mismos sentimientos y que esta visita, este acto grandioso, demuestran cómo los pueblos de la América Latina pueden contar también con la solidaridad del pueblo norteamericano.

Tengo fe en lo que estamos viendo. Tengo fe en este despertar formidable de nuestro continente. Tengo fe absoluta en el futuro de este continente. Tengo fe y puedo afirmar aquí que tengo la seguridad de que el futuro de América será un futuro muy distinto de lo que ha sido hasta hoy (APLAUSOS). Todo depende de nuestra fe, todo depende de nuestro propio esfuerzo, todo depende de nosotros mismos. Hagamos conocer nuestra verdad. Hagamos conocer nuestra razón, hagamos amigos a nuestras aspiraciones. Conquistemos amigos, conquistemos pueblos. Hagamos lo que hicimos en Cuba: conquistar pueblo. Fue posible nuestra victoria, porque unimos a todos los cubanos de todas las clases y sectores en una sola aspiración. Unamos a todos los pueblos en una sola aspiración. Unamos a todos los pueblos de América Latina en una gran aspiración. Unir, no dividir. Y unamos a todos los pueblos del continente en una gran aspiración continental (APLAUSOS). Esta es la doctrina de nuestra Revolución.

Nuestra Revolución es una revolución de mayorías. Nuestra Revolución es una revolución de opinión pública. Nuestra Revolución lo primero que hizo fue unir a toda la nación en un gran anhelo nacional y nuestra Revolución desea que también los pueblos de América se reúnan en un gran anhelo americano. Nuestra Revolución practica el principio democrático, pero una democracia humanista. Humanismo quiere decir que, para satisfacer las necesidades materiales del hombre no hay que sacrificar los anhelos más caros del hombre, que son sus libertades (APLAUSOS). Y que las libertades más esenciales del hombre nada significan si no son satisfechas también las necesidades materiales del hombre.

Humanismo significa justicia social con libertades y derechos humanos. Humanismo significa lo que por democracia se entienda, pero no democracia teórica, sino democracia real, derechos humanos con satisfacción de las necesidades del hombre. Porque sobre el hambre y sobre la miseria se podrá erigir una oligarquía, pero jamás una verdadera democracia (APLAUSOS). Sobre el hambre y la miseria se podrá erigir una tiranía, pero jamás una verdadera democracia. Somos demócratas en todo el sentido de la palabra, pero demócratas verdaderos, demócratas que propugnan el derecho del hombre al trabajo (APLAUSOS), demócratas que postulamos el derecho del hombre al pan (APLAUSOS), demócratas sinceros, porque la democracia que habla solo de derechos teóricos y se olvida de las necesidades del hombre, no es una democracia sincera, no es una democracia verdadera. Ni pan sin libertad, ni libertades sin pan (APLAUSOS). Ni dictaduras de hombres. Ni dictaduras de clases. Ni dictaduras de grupos. Ni dictaduras de castas. Ni dictaduras de clases. Ni oligarquías de clases. Gobierno de pueblo sin dictadura y sin oligarquía. Libertad con pan, pan sin terror (APLAUSOS), ese es el humanismo.

Considero que esta noche de hoy, sea una noche histórica, las tareas que tenemos por delante son grandes, pero era más grande cuando empezamos. Las tareas que tenemos por delante requieren el esfuerzo de muchos, pero somos más de los que éramos cuando empezábamos, antes se reunieron 1 000 en el Park Garden para emprender una obra, hoy nos reunimos decenas de miles en el primer acto que se celebra en el Parque Central de Nueva York para seguir adelante la obra (APLAUSOS). La fe del pasado nos debe enseñar a tener más fe ahora, los obstáculos vencidos en el pasado nos deben enseñar a vencer los obstáculos que tenemos por delante, sigamos conquistando amigos para nuestra justa causa. Sigamos llevando nuestro mensaje a los pueblos del sur, del centro y del norte desde la Patagonia hasta Alaska. Sigamos hablando nuestra verdad. Sigamos hablando el lenguaje sencillo y elocuente de la sinceridad. Echemos a un lado todas las hipocresías y todos los convencionalismos que la verdad se abre paso sola, que la verdad triunfa por sí sola, como han triunfado la honradez, la sinceridad y la verdad en el corazón del pueblo norteamericano (APLAUSOS).

Al concluir estas palabras, quiero dedicar nuestro recuerdo a los que han hecho posible los triunfos obtenidos hasta hoy. Quiero recordar aquí a todos los caídos por la libertad, a todos los mártires de Cuba y a todos los mártires de nuestro continente. Si se nos pregunta por qué está nuestro pueblo y por qué están de acuerdo los pueblos con nuestra justicia, es porque el anhelo de justicia es un viejo anhelo de todos los latinoamericanos, porque desde el primer indio que asesinaron los colonizadores de América Latina, hasta el último joven asesinado por cualquiera de los dictadores que aun quedan en América, nunca había habido justicia, todos los crímenes habían sido impunes, cientos de miles de hombres han muerto asesinados o han muerto desterrados, o han muerto en las prisiones. Cientos de miles de hombres latinoamericanos, tal vez millones, han muerto en manos de los esbirros que han oprimido a los pueblos de América (APLAUSOS). Jamás en la historia de toda la América hubo justicia, por primera vez en la historia de toda la América un pueblo ha castigado a sus verdugos (APLAUSOS). Cuatro siglos los verdugos se ensañaron con los pueblos, cuatro siglos los verdugos ultrajaron y ensangrentaron impunemente a los pueblos de América y en tres meses un pueblo por primera vez en cuatro siglos ha castigado el crimen, ha castigado la tortura, ha castigado la crueldad (APLAUSOS), ha castigado el sadismo.

Y cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, respondamos: es la voluntad de los pueblos (APLAUSOS), cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, digamos: somos demócratas, cumplimos con la voluntad de los pueblos (APLAUSOS), cuando se nos pregunte por la justicia revolucionaria, digamos que es el sentimiento de los pueblos, que no vieron nunca la justicia en cuatro siglos; cuando se nos pregunte, respondamos: es realmente increíble que a un pueblo le haya costado más trabajo, más ataques y más campañas castigar a sus verdugos, que el trabajo que les costó a los verdugos durante cuatro siglos ensangrentar a los pueblos (APLAUSOS).

No odiamos, porque el odio no es propio de los hombres que quieren a los hombres, no es propio de los pueblos que quieren la justicia, no es propio de los pueblos que quieren la libertad; odian los verdugos, los que matan por defender las sinecuras, los que matan por defender el derecho de saquear a los pueblos, por defender el derecho de oprimir a los pueblos; odian los verdugos a los que aman la libertad, los que aman la libertad castigan pero no odian, los que aman la libertad no castigan con la pena de muerte porque gusten de la muerte, sino porque odian la práctica de matar, porque odiamos el crimen; peleamos y castigamos a los criminales, porque odiamos la opresión y la tiranía.

Castigamos a los criminales porque amamos el derecho a la libertad, porque consideramos el derecho a la vida, el derecho más sagrado del hombre; porque consideramos el derecho a la libertad, derecho sagrado del hombre, es por lo que estamos castigando ejemplarmente a los que no respetaron el derecho a la vida de los ciudadanos (APLAUSOS), a los que no respetaron los derechos humanos y las libertades de sus conciudadanos; castigamos para que nunca más vuelva a haber crimen político en nuestra patria; castigamos para que nunca más vuelva a existir la tortura en nuestra patria; castigamos para que nunca más vuelva a existir la tiranía en nuestra patria; castigamos porque no queremos que mañana nuevos cubanos caigan asesinados por verdugos; castigamos porque no queremos que el crimen quede impune; castigamos por sentimientos del deber; castigamos por sentido de la justicia, aunque castiguemos con pena, aunque castiguemos con dolor; castigamos por amor a la justicia, por amor al hombre, porque el hombre debe ser preservado del crimen impune, porque el hombre debe ser preservado de la agresión impune, porque el hombre debe ser preservado de la tortura impune, porque el hombre debe ser preservado de la tiranía impune, por eso castigamos (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel Castro!”). Castigamos porque todavía hay pueblos de América Latina bajo la tiranía, porque todavía hay pueblos de América Latina bajo el terror de los verdugos, porque todavía hay pueblos de América Latina donde el ciudadano es ultrajado, es encarcelado, es torturado y es asesinado.

Háblese de eso, hablemos de los crímenes que todavía se cometen en América, defendamos a los pueblos que todavía sufren el terror de los verdugos, hablemos en defensa de los pueblos oprimidos y no en defensa de los criminales que han recibido su justo castigo (APLAUSOS).

Hemos tenido que aplicar la justicia severamente, pero era un deber y era un derecho del pueblo cubano, la hemos aplicado con dolor y sin odios, la hemos aplicado y aun los hijos de los que privaron de la vida a muchos compatriotas y aun las familias de los que el deber nos obligó a castigar, tendrán la ayuda de la Revolución Cubana, porque entendemos que no son culpables, castigamos a los verdugos, pero sus familiares y sus propios hijos recibirán la atención que necesiten, como están recibiendo atención y como recibirán atención los hijos de los soldados que murieron combatiendo frente a nosotros, porque esos seres inocentes no tienen la culpa (APLAUSOS). Y no lo digo hoy, lo dije hace cuatro años en “La historia me absolverá”; no lo digo hoy, lo dije entonces, que los hijos de los hombres que cayeran luchando frente a nosotros tendrían también la ayuda generosa de la Revolución Cubana. Lo que dijimos lo cumplimos (APLAUSOS).

No estamos haciendo sino cumplir con lo que al pueblo le ofrecimos, le ofrecimos justicia y en nombre de la justicia le pedimos que no hubieran desórdenes y no hubo desórdenes; le pedimos que no hubiesen hombres arrastrados por las calles y no hubo hombres arrastrados por las calles (APLAUSOS); le pedimos que no hubiera venganza y no hubo venganza, le pedimos que no hubiera asaltos ni destrucción, y no hubo asaltos ni destrucción. Ninguna revolución del mundo se hizo con tan alto espíritu humanista, ninguna revolución del mundo se hizo con tanta disciplina y con tanto orden (APLAUSOS). Le ofrecimos al pueblo justicia y se ha cumplido la promesa, se ha cumplido con el pueblo.

De la justicia revolucionaria podemos decir que ya está finalizando su obra redentora, que ya está concluyendo su obra saneadora, que ya está concluyendo su obra a la que tenía un deber y a la que tenía un derecho nuestro pueblo. Está concluyendo la justicia en Cuba, porque los peores criminales han sido castigados, los criminales que no fueron calificados y considerados de los peores, fueron condenados a prisión; los que quedan por juzgar son de los que fueron quedando para juzgar primero a los peores; aquellos a los que no se les pudo probar el delito fueron absueltos. Hubo justicia, pero no hubo crimen y cuando un capitán rebelde de 20 combates, de 2 años de lucha privó de la vida por su cuenta a un confidente de la tiranía, fue llevado a un consejo de guerra y fue condenado a 20 años de prisión, a pesar de sus 20 combates, a pesar de sus méritos, a pesar de su sacrificio; privó de la vida a un confidente por su cuenta y la Revolución lo castigó, porque la Revolución no permite el crimen, porque la Revolución es justiciera y aplica la misma ley a amigos como enemigos (APLAUSOS); la justicia cubana se ha cumplido y se ha cumplido ejemplarmente, la justicia cubana se ha cumplido y América tendrá que reconocer algún día las vidas que en nuestra patria, que el ejemplo de nuestra patria, salve a otros pueblos de América (APLAUSOS).

En esta noche de hoy, noche de triunfo, noche que ha de quedar inolvidablemente grabada en nuestros corazones, noche de orgullo para la América entera, solo un pensamiento triste nos invade, solo un dolor nos estremece. Al contemplar aquí esta inmensa muchedumbre, al hablar aquí hoy, mi pensamiento se eleva hacia aquel que fue mi compañero de organización del Movimiento 26 de Julio en el exilio; mi pensamiento se eleva a quien fue compañero de esta jornada; mi pensamiento se eleva a aquel orador formidable; a aquel compañero que hacía poner de pie a la multitud con su palabra vibrante: Juan Manuel Márquez (APLAUSOS).

No está presente hoy, pero la obra que inició está aquí presente. No está presente él, pero está presente su recuerdo; no está presente él, pero están presentes los frutos de su sacrificio: Juan Manuel Márquez, otra vez nos hemos vuelto a reunir con los cubanos y los latinoamericanos de Nueva York. Pero esta vez no son 1 000, son decenas y decenas de millares de miles, que esta vez no hay latinoamericanos solo, hay también norteamericanos, esta vez no estamos hablando de sueños que habrán de realizarse, sino de sueños que se han realizado y de sueños que se habrán de realizar, con el aliento de ver lo que se ha hecho (APLAUSOS).

Esta vez no la reunimos para iniciar una empresa guerrera, la reunimos y la convocamos para iniciar una etapa y una empresa de creación y de paz. No la reunimos cuando todo está por delante, cuando todos contábamos con la fe nuestra y con la fe de unos cuantos, sino cuando contamos ya, gracias al esfuerzo de los que como tú han caído con la fe y con el respaldo de millones de latinoamericanos. Juan Manuel Márquez, a ti debemos dedicarte hoy el mejor recuerdo, el más devoto recuerdo y el más sentido homenaje, porque aquí está tu compañero que siguió la lucha, aquí está tu compañero que te recuerda y te echa de menos.

No se pondrá hoy de pie la multitud con tu palabra, pero se pondrá de pie con estas palabras que pronuncio al conjuro de tu recuerdo.

(OVACION)
VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO

Fuente: http://www.fidelcastro.cu

jueves, 23 de abril de 2020

"LA VIDA DE LENIN", DE CÉSAR VALLEJO, EN EL 150 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL DIRIGENTE BOLCHEVIQUE


"LA VIDA DE LENIN", DE CÉSAR VALLEJO

La gloria de Lenin crece morosamente, digo, regularmente, luz a luz. Hablo de la gloria del triunfador, de la gloria del jefe del gobierno bolchevique. Hablo de la gloria del hombre del destino -como diría Bernard Shaw-, en una palabra, de la gloria del hombre logrado. No hablo de la otra, de la gloria del héroe oscuro, del candidato a vencedor. Esta gloria del luchador -que hoy va entrañada a la del triunfador- no seria de nadie conocida hasta este instante, si Lenin no hubiera llegado al poder.

Como la de todos los grandes creadores de la historia, la gloria del dictador comunista no ha nacido de golpe ni ha deslumbrado instantáneamente al universo. No se ha levantado ni ha reinado como la de Wilson, cuyo nombre e influencia llenaron en un minuto el mundo. Ni como la no menos fulminante de Napoleón. La gloria de Lenin ha brotado y está creciendo de modo natural, sujetándose a las leyes regulares de todo lo que nace y crece verdaderamente. La gloria de Lenin sigue el ritmo biológico del devenir histórico, en todo su rigor. Ni se ha improvisado ni violenta el proceso normal de la vida. Como hecho vivo que es, no puede ni ha podido contrariar el orden sano de aquélla. La gloria de Lenin ha germinado y se desarrolla, como las plantas y los animales, sujetándose al curso normal de las aguas y de las nubes y a la rotación ordinaria de las estaciones. No ha podido ni puede burlar el orden de la naturaleza, saltando, verbigracia, de la primavera al otoño, por sobre la cabeza y los derechos del verano. Así nace y así crece todo lo que nace y vive de veras.

Porque de otro lado, la gloria existe y existe como fuerza viviente y fecunda, mas no como charretera retórica como medalla literario-musical, ni como vana estatua ni como hombre hueco. Cuando hablo de gloria, designo con este vocablo una energía de la historia, la influencia viviente de un hombre sobre los demás. Cuando hablo ahora de la gloria de Lenin, nombro a los gérmenes prolíficos y vivificantes que deja entre los hombres la obra de Vladimir Ilich Ulianof. Una semejante acepción de la palabra “gloria”, está de acuerdo con las leyes históricas y biológicas de esta fuerza, a que hemos aludido.

El espíritu de Lenin sigue, pues, trabajando. Sigue difundiéndose y penetrando los múltiples tejidos de la vida. Su acción política se propaga en las masas del mundo entero. Su doctrina repercute y suscita en los núcleos dirigentes, otras y otras doctrinas verdaderas y continuativas de la suya. En todos los idiomas europeos se comenta su vida, señalándola, francamente o con reticencias, pero siempre con asombro, como una de las más influyentes de la historia. Pierre Chasles acaba de publicar en francés una Vida de Lenin, de evidente interés biográfico. Con éste ya cuatro los libros que se edita en francés sobre Lenin: el de Trotsky, el de Zinovief, el de Gorki y, este último, de Chasles. Cada cual aporta una versión distinta y complementaria de la vida de Lenin. El libro de Trotsky nos revela, en particular, al estadista y al hombre de doctrina; el de Zinovief, al revolucionario, con todas sus peripecias y heroísmos; el de Gorki, la psicología de Lenin y, en fin, el de Pierre Chasles, de todo un poco.

Pierre Chasles toma a Lenin desde el liceo ruso de Simbirsk, en 1886: alumno de dieciséis años de edad, inteligente, aplicado, católico y con un pronunciado gusto por el comando y la dirección de sus compañeros de estudios. Luego vernos a Lenin, arrancándose un día del pecho una reliquia religiosa y arrojándola al suelo, en un gesto de ateísmo. Un año más tarde, a raíz del fusilamiento de su hermano mayor, inculpado de un atentado revolucionario contra el zar Alejandro III. Lenin se indigna y, por primera vez, insurge contra el orden social establecido. Pasa a la universidad y se hace uno de los líderes de los estudiantes revolucionarios. Lectura de Marx, en Samara, a las orillas del Volga. Desde el primer momento, Lenin se orienta constantemente a la acción, más que a las disciplinas teóricas. Viaje a San Petersburgo y publicación de su primer opúsculo Lo que son los amigos del pueblo y cómo combaten a los socialdemócratas. Sus ideas y su propaganda se dirigen, sobre todo, a los obreros. Como buen marxista – comenta Chasles— Lenin sintió, desde el primer momento, que solamente las masas podían servir de punto de apoyo para todo movimiento revolucionario—. La publicación del primer número del periódico La causa obrera, le vale catorce meses de cárcel y tres años de destierro en Siberia, los mismos que él emplea en leer y en escribir El desenvolvimiento del capitalismo en Rusia. Publica, a las espaldas de la policía, numerosas hojas sueltas y manifiestos políticos. En Siberia, Lenin se casa con otra desterrada política, Nadejda Constantinovna Kruskaia, su colaboradora. Matrimonio de amistad y comunión de fe marxista, más que de amor y pasión. "Tan difícil sería -dice el biógrafo— escribir una vida amorosa de Lenin, como una vida amorosa, de Nietszche". Luego viene su instalación en Munich. Fundación en 1903 del partido bolchevique. A los treinta y siete años de edad, la personalidad de Lenin se encuentra definitivamente formada, tras el período revolucionario de 1905 a 1907. Armado del Anti-Dúrhing de Engels, que para él era como el alfa y omega de toda filosofía, Lenin se entrega en seguida a la tarea de preparar la revolución. Viaja por casi codas las capitales; europeas, documentándose en la realidad social y en el contacto de la clase obrera. Declarada la guerra de 1914, las fuerzas austriacas lo apresan en Cracovia. Fundación de la Tercera Internacional, Hacia Petrogrado, vía Berlin. Las diez tesis de abril de 1917. Persecución de Lenin por Kerensky La Revolución de Octubre, en un prólogo, dos actos y un epílogo. Obra destructiva y constructiva del estadista. Cuatro balas en el pecho. La vida de trabajo y de pobreza en el Kremlin. Su muerte y apoteosis.

Mundial
, Nº 485. Lima, 4 de octubre de 1929

Fuentes: Comunistas Poetas

miércoles, 22 de abril de 2020

MONUMENTO A LA LIBERACIÓN DE BERLIN POR EL EJÉRCITO ROJO, HACE 75 AÑOS


En la noche del 21 al 22 de abril de 1945, las primeras tropas del Ejército Rojo llegaron a los límites de la ciudad de Berlín. La Segunda Guerra Mundial terminó 17 días después. Esta casa aquí en Landsberger Allee 563 en el distirito de Marzahn conmemora el evento histórico.

El monumento fue inaugurado en 1985, en tiempos de la RDA.

En la fachada roja está escrito en letras cirílicas blancas "Pobjeda" ("Victoria") y "Na Berlin" ("a Berlín"). Sobre la fecha "21. Abril de 1945" blasona una estrella soviética.

La siguiente inscripción dice: "En el camino para liberar a Berlín del fascismo de Hitler, los soldados soviéticos izaron la bandera roja de la victoria en Berlín Marzahn".

Se discute si el edificio catalogado fue en realidad la primera casa en Berlín en ser conquistada por el ejército soviético, pero es probable porque está justo en los límites de la ciudad en ese momento.


martes, 21 de abril de 2020

"ASPECTOS CIENTÍFICO-NATURALES DE PROBLEMAS FILOSÓFICOS", DE ROBERT HAVEMAN, EN EL 38 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL PENSADOR DE LA RDA

Robert Havemann Stock Pictures, Royalty-free Photos & Images ...

El 9 de abril de 1982 moría en Grünheide, República Democrática Alemana, Robert Havemann. Destacado investigador en el campo de la físico-química, muy conocido por sus trabajos científicos y comunista crítico del pseudomarxismo mecanicista.

ASPECTOS CIENTÍFICO-NATURALES DE PROBLEMAS FILOSÓFICOS

Intervención en el congreso sobre "Las tradiciones progresistas de la ciencia natural alemana de los siglos XIX Y XX". Leipzig, septiembre de 1962.


Hacia fines del siglo pasado y en el curso del nuestro aparecen en las ciencias de la naturaleza unos cuantos problemas extraordinariamente difíciles, muchos de los cuales no están hoy día resueltos sino parcialmente, y algunos no lo están en absoluto. Mi pregunta es de tenor muy general: ¿Ha sido útil la filosofía para la resolución de esos problemas? Y pienso, al plantearla, en cualquier tipo de filosofía, no en una determinada, sino en el filosofar en general y en cualquier atención a ideas filosóficas del pasado y del presente.

Quiero citar ante todo una sentencia de Friedrich Engels, de la Diálektik der Natur, aunque no me gustaría que ello me hiciera suspecto de tomar citas por pruebas. En ese lugar de su libro se interesa Engels por la relación entre la filosofía y los científicos naturales: “Los investigadores de la naturaleza creen liberarse de la filosofía por el procedimiento de ignorarla o denostarla. Pero como no pueden trabajar sin pensar, y como para pensar necesitan determinaciones del pensamiento, y toman esas determinaciones o categorías de la consciencia común de las personas llamadas cultas, dominada por los restos de filosofías hace mucho tiempo caducadas, o de la pizca de filosofía obligatoriamente oída en la universidad, o de la lectura acrítica y asistemática de toda clase de escritores filosóficos, los investigadores siguen estando sometidos a la filosofía, generalmente a las peores, y los que más gritan contra la filosofía son precisamente esclavos de los peores restos vulgarizados de las peores filosofías”.[1]

¿Cuáles eran esos peores restos vulgarizados de las peores filosofías, en cuya esclavitud se encontraban los científicos de la naturaleza al llegar ante grandes problemas nuevos y difíciles? Esos pésimos restos vulgarizados eran las ideas y el sesgo mental del materialismo mecanicista. Se trata de una filosofía que tiene aún un pie en la teología, según expresión de Engels. Sólo se la puede honrar con la calificación de materialismo durante el lapso histórico en el cual obró materialísticamente. En realidad, lo que llamamos materialismo mecanicista no es un materialismo. Es una concepción filosófica resultante ante todo de la física clásica. Pero su carácter idealista objetivo se manifiesta ya en el hecho de que en ella materia y leyes se conciban separadamente. Según esta doctrina, un sistema de inmutables leyes generales de la naturaleza se encuentra, como principio dominante, por encima de la materia dominada. Por eso el idealismo objetivo es una filosofía que sienten como muy afín los científicos de la naturaleza que se sostienen en el suelo del materialismo mecanicista. Pues a primera vista todo en esta filosofía coincide del modo más armonioso con la metódica de la ciencia de la naturaleza. Uno tiene ante sí la realidad objetiva, nunca puesta en duda por el idealismo objetivo; uno tiene, además, imágenes más o menos claras de los fenómenos, sospecha tras ellos la existencia de las Ideas que los rigen, a saber, las leyes y legalidades universales. Así entra uno en contacto con la superior esencia espiritual del mundo. El investigador de la naturaleza, tan frecuentemente denostado por los representantes del Espíritu porque se ocupa de la ruin materia, debe incluso sentir una satisfacción pacificadora cuando consigue de este modo, y a pesar de todo, vincularse con lo “Superior”. Por eso el materialismo mecanicista le resulta una actitud mental muy agradable, que acoge generosamente todas las perversas peculiaridades de su carácter, y por eso también ese materialismo mecanicista ha llegado a ser, en el período que se encuentra a nuestras espaldas sin que aún hayamos alcanzado del todo su conclusión, el mayor obstáculo filosófico puesto a la resolución de los nuevos problemas. Se trata de la forma de idealismo objetivo más trivial y, al mismo tiempo, más deshonesta intelectualmente. Y es, en el sentido de Engels, la peor y la más vulgar de todas las filosofías por lo que hace a las cuestiones cuya decisión madura hoy en la ciencia.

Surge ahora la pregunta: ¿cuál fue la filosofía, o cuáles fueron las concepciones filosóficas que ayudaron a los científicos de la naturaleza a superar esas concepciones materialistas mecanicistas? ¿Fueron las ideas de Kant, Hegel y Mach? Kant debe sin duda citarse, porque con su actitud escéptica ha exhortado a los científicos a no tomarlo todo tal como se les ofrece a la vista en la naturaleza, y ha contribuido a hacerlos críticos respecto de su propio pensar. Con Kant y con sus precursores —Hume, Berkeley, Locke, etc.— llegó al espíritu de los científicos algo muy favorable a la problemática científica, una cierta reflexividad, una prudencia en la interpretación de resultados, la duda sobre lo simple y materialmente real. Es verdad que filosóficamente esto tampoco basta para alcanzar la meta. Pero, a pesar de eso, Kant y los empiriocriticistas obraron como factores de flexibilización. La gran influencia más tarde ejercida por Mach en muchos científicos de la naturaleza se basó también en ese efecto. No se trata de que Einstein y otros que apelaron a Mach recogieran real y consecuentemente sus opiniones filosóficas; pero de ellas les gustaba la disposición a eliminar las ideas recibidas y a abandonar la ingenuidad espontánea, que es inútil cuando se trata de resolver grandes problemas.
Hegel, el filósofo que ha expuesto y elaborado de un modo único la dialéctica, habría podido sin duda ser del mayor valor para los científicos en varias ocasiones durante este siglo. Pero el que haya leído a Hegel y haya estudiado las obras suyas que son relevantes para el científico natural, principalmente la Wissenschaft der Logik [Ciencia de la lógica] entenderá sin más por qué los científicos no han sabido en última instancia aprovechar nada de Hegel. Hoy, a posteriori, puede sin duda afirmarse que algunas concepciones teoréticas a que ha llegado, por ejemplo, la mecánica cuántica se encuentran como profetizadas en la lógica de Hegel. Hegel ha expuesto como un vidente muchas categorías dialécticas de gran importancia para determinados problemas modernos, de tal modo que ahora, ahora que existe ya la teoría científica, al leer sus análisis se tiene la sensación de asistir a una anticipación de conocimiento futuro. Pero el hecho es que el único filósofo burgués auténticamente dialéctico no ha ejercido casi la menor influencia sobre científicos de la naturaleza. Éstos lo recusaron. Sus ideas se consignaron ad acta como juegos intelectuales e ideas caprichosas y desorientadas.

Pasando de la filosofía burguesa de aquella época a la filosofía materialista dialéctica, hay que decir que hay poquísimas obras capaces de influir en la evolución de las ciencias de la naturaleza y de ayudar a los científicos a dominar sus problemas teoréticos: el Anti-Dühring y la Dialéctica de la naturaleza de Engels y Materialismo y empiriocriticismo de Lenin. Pero, por motivos históricos, estas tres obras no han tenido consecuencias. La Dialéctica de la naturaleza no se publicó. En el año 1925 apareció en la Unión Soviética una primera y malísima edición alemana, y hasta 1952 no apareció la obra en Alemania, en la editorial Dietz, ni se hizo accesible a un número apreciable de lectores. Además, la Dialektik der Natur es un mero fragmento, rechazado por los especialistas; es hasta penoso de leer para el científico; hay largos párrafos que, desde el punto de vista del físico, discuten cosas parcialmente ingenuas, y en todo caso antiguallas. Tal como lo poseemos, no es un libro legible para una persona que haya que empezar por acercar a la filosofía marxista y que se enfrente aún con ella escéptica, desconfiada y recusatoriamente. Por eso ese libro sigue siendo prácticamente desconocido entre los científicos de la naturaleza. En la República Democrática Alemana habrá alguno que le haya echado un vistazo; pero en el resto del mundo, incluida la Unión Soviética, me he encontrado muy pocos científicos que conocieran la Dialektik der Natur de Engels.

El Anti-Dühring es un escrito polémico cuyo tema en discusión, Eugen Dühring, no ha suscitado jamás atracción alguna fuera del movimiento obrero. Por eso el libro ha sido siempre insoportable para gentes no interesadas por la historia de dicho movimiento. Y no menos difícil es la situación por lo que hace a Materialismo y empiriocriticismo. Tampoco este libro fue accesible en Alemania sino muy tardíamente, y siguió siendo poco conocido fuera del movimiento obrero ruso. Tampoco se dirigía, por lo demás, a teóricos de la ciencia natural, a físicos, biólogos, etc.

Ninguno de los tres libros se proponía ejercer una influencia en la ciencia natural moderna. Estaban destinados a aclarar importantes cuestiones ideológicas en el seno del movimiento obrero. Pero tal vez habrían podido influir, con el tiempo, en la ciencia de la naturaleza, en la medida en que se desarrollaba la Unión Soviética y la eficacia filosófica del materialismo dialéctico en ella. Pero el hecho es que en aquella época empezó una progresiva decadencia de las doctrinas del materialismo dialéctico. Las ideas originarias fueron empobreciéndose y palideciendo, y debilitándose la fuerza de la filosofía marxista. Los caballeros que enseñaban materialismo dialéctico desde las cátedras de la Unión Soviética volvieron a posiciones del materialismo vulgar y del materialismo mecanicista. La palabra “dialéctica” en sus labios y sus escritos debe estimarse como mera coartada vergonzante ante los clásicos. A más de uno esta afirmación le parecerá inaceptable, pero ¿cómo explicar en otro caso todo lo que en el curso de esos años han dicho sobre los más diversos problemas nuevos de la ciencia natural y sobre su solución los representantes oficiales del materialismo dialéctico en la Unión Soviética, y también los cultivadores comunistas de la filosofía en todos los países del mundo? Tal vez no de un modo organizado, pero sí con considerable apoyo del estado y del partido, se condenaron proposiciones decisivas y consecuencias importantes de la teoría de la relatividad, de la mecánica cuántica, de la genética, de la cosmología: propiamente, de casi todos los nuevos sistemas teoréticos y casi todas las nuevas ideas. Así fue posible que escritos tan acientíficos y tan insuficientes desde el punto de vista filosófico como los de Viktor Stern aquí en la DDR[2] se discutieran seriamente como trabajos de materialismo dialéctico. El que no sea un científico natural no podrá apenas apreciar la monstruosidad de este hecho. Daba ya vergüenza tener que enterarse de la existencia de escritos así. Nuestra Zeitschrift für Philosophie [Revista de filosofía] organizó una infinita discusión sobre el libro de Stern. Yo también intervine en ella, considerándolo un deber de cortesía. Pero fue un error, y lo correcto habría sido negarse a intervenir. La ignorancia científica y la insuficiencia filosófica caracterizan muchos trabajos filosóficos publicados estos últimos años aquí en la DDR sobre problemas de las ciencias naturales. Es cosa de preguntarse si puede disculpar a esos autores el haberse orientado ingenuamente según modelos soviéticos. Desde luego, es difícil que esté tomado de algún autor soviético lo que dice R. Gropp sobre el segundo principio de la termodinámica en su librito sobre materialismo dialéctico.[3] La apelación a autores soviéticos sirvió, en efecto, entre nosotros para legalizar científicamente cosas que nadie se habría permitido soñar en la Unión Soviética. Cosa análoga ocurrió con el libro de Stern. Su publicación en la DDR era inevitable una vez que Voprossi filosofii[4] publicó un artículo suyo que contenía en forma concentrada toda la insensatez luego difusamente expandida por su libro. Aún hoy día aparecen en la DDR libros que la mayoría de los físicos soviéticos rechaza desde mucho tiempo por inútiles e ignorantes, como la obra de Omelianovski sobre mecánica cuántica, cuya traducción alemana ha aparecido precisamente estos días. Este libro no tiene la menor relevancia ni da razón seria del problema. Muchos filósofos soviéticos son de esta misma opinión, así como todos los físicos que han leído el libro.

Imposible hacer la lista de las cosas difamadas apelando a las doctrinas del materialismo dialéctico. ¡Qué lucha contra Linus Pauling por la introducción de la teoría de la resonancia en química! La publicación de la traducción de un libro del fotoquímico de Leningrado, Terenin, una celebridad mundial, con las galeradas ya preparadas en la editorial Technik de Berlín, se suspendió en el último momento porque Terenin se apoyaba en algunos puntos en la teoría de Pauling. Hace pocos meses oí la siguiente historia: La revista Voprossi filosofa invitó a Linus Pauling a una conversación. Pauling estaba en Moscú. Los camaradas de Voprossi filosofa le dijeron más o menos: “Querido señor Pauling, es usted un hombre admirable, etc., etc., no le tomaremos ya nunca a mal todas las cosas raras que ha defendido usted hasta ahora”, Pauling les contestó más o menos: “Creo que se equivocan ustedes; la verdad es que durante todo este tiempo me he abstenido de tomarles a mal sus cosas por el gran respeto que tengo a la Unión Soviética”. Puedo perfectamente suscribir palabra por palabra esa declaración de Pauling, con respecto a los resultados enormes de la ciencia natural y la técnica soviéticas.

Si quieren ustedes otro ejemplo, piensen en la cibernética. ¡Qué despiadados ataques contra la cibernética y contra Norbert Wiener! ¡Y cuánta estupidez se ha escrito sobre ella! Todavía hoy tenemos gente que, apelando al materialismo dialéctico, se resiste a reconocer en la cibernética una disciplina científica. Si las cosas hubieran discurrido a gusto de estos representantes del materialismo dialéctico, la Unión Soviética no tendría aún un sputnik. Los tiene, afortunadamente, pero sólo gracias a que los científicos naturales y los físicos siguieron trabajando a pesar de todas las interferencias de los filósofos. Y a pesar de que algunos, como Landau y Lifschitz, perdieron la cátedra en esas escaramuzas.

Me acuerdo de una conversación que tuve hace cuatro años con el entonces titular de la cátedra de materialismo dialéctico en la sección de ciencias naturales de la Universidad Lomonosov de Moscú, Fataliev. Se trataba la cuestión de si el mundo puede tener un volumen finito, y de si esa concepción es compatible con el materialismo dialéctico. Fataliev sostenía que la idea de que el cosmos pueda tener un volumen de magnitud finita es incompatible con el materialismo dialéctico y con la simple lógica. Y me dijo: “Usted mismo reconoce que en esas teorías se habla de un radio del mundo”. “Naturalmente”, le dije. “Es posible indicar la dimensión con ayuda de un radio”. Y entonces él preguntó: “Y ¿qué hay fuera de ese radio?” Es obvio que con eso la discusión había llegado a un punto después del cual no se podía continuar, sino sólo avergonzarse por el otro y desesperarse como científico de la naturaleza y conocedor de la materia. Pues debe recordarse que ese hombre (muy honrado personalmente, simpático y alegre) representaba realmente al materialismo dialéctico desde una cátedra y frente y ante científicos que estudian su especialidad y están además dispuestos a respetar la filosofía. Probablemente han iniciado un cambio en la Unión Soviética las numerosas discusiones organizadas entre filósofos y científicos de la naturaleza. Pero el titular de la cátedra de filosofía de la Universidad Karl Marx de Leipzig, Zweiling, sigue sosteniendo hoy aquel punto de vista de Fataliev, y el titular de filosofía de la ciencia de la naturaleza en la Universidad Humboldt de Berlín, Ley, acaba de declarar que las teorías en las cuales el tiempo tiene un comienzo = 0, caso de ser verdaderas, probarían la creación del mundo por Dios, son por tanto incompatibles con el materialismo dialéctico.

La quintaesencia de todo lo que acabo de decir es lo siguiente: en una larga y decisiva época que puede delimitarse, muy vagamente, con la calificación de época estalinista, el materialismo dialéctico, dentro y fuera de la Unión Soviética, no sólo no ha ayudado a los científicos naturales en la resolución de sus problemas, sino que se la ha dificultado; y al decir esto tengo presente no un auténtico materialismo dialéctico, sino eso que se proclamó y enseñó como tal. Eso que se enseñaba en las cátedras filosóficas oficiales se había reconvertido, a lo largo de un proceso histórico, en materialismo vulgar y mecanicista, en cosa, pues, muy distinta de un materialismo a la real altura de los tiempos. Un físico tan inteligente como Blojinzev se vio así tan desorientado como para afirmar que la mecánica cuántica es una teoría de conjuntos de partículas. Yo le conozco y estimo, y sospecho fundadamente que dejó caer esa afirmación con buena voluntad y con la esperanza de que sus colegas, los físicos, no se lo tomarían a mal, porque la cosa no podía tener malas consecuencias en el trabajo científico real. Pero de hecho ha perdido su considerable reputación ante los físicos serios por haber hecho a esos caballeros de las cátedras filosóficas, para salvarles su teoría de la determinación absoluta de todos los fenómenos, el favor de inventarse la historieta de los conjuntos de partículas y hasta de meterla en un manual. De ese manual copian aún hoy diligentemente gentes que, desde luego, no entienden una palabra de los otros capítulos del libro.

Ha ocurrido una cosa terrible: el materialismo dialéctico ha sido progresivamente desacreditado por sus representantes oficiales ante todos los científicos naturales del mundo, incluidos los principales científicos soviéticos. Max Born dice que se trata de una pura escolástica; Einstein se ha expresado análogamente. Como resultado de todo esto nos encontramos hoy con una resuelta recusación de toda filosofía por parte de los científicos naturales, excepción hecha de aquellos que profesan doctrinas filosóficas de la clase burguesa. Este tipo de científico natural se siente a veces incluso muy a gusto en esos difusos terrenos que permiten moverse sin plan en todas las direcciones; desgraciadamente, nuestra filosofía no ha ofrecido ni ofrece a esos caballeros una tal comodidad. He tenido en Moscú una conversación a este respecto con Landau y Lifschitz. Landau me dijo sarcásticamente que él carece de sentido de la filosofía, igual que otros carecen de sentido musical. Lifschitz dijo que en el cielo de la filosofía soviética no había más que un astro visible, Kolman, y que los demás no son más que soles negros invisibles. Pero Kolman enseña ahora… en Praga. La historia de las dificultades de su vida es una prueba inacabable de lo que estoy diciendo.

Werner Heisenberg me ofreció una vez una interesante explicación de la recaída de nuestros filósofos en el pensamiento metafísico y adialéctico. Me dijo más o menos: “La naturaleza nos revela cada vez más su carácter dialéctico, precisamente en el ámbito de las partículas elementales. Pero la mayoría de los hombres no pueden soportar la dialéctica, y tampoco lo pueden los gobernantes. La dialéctica produce intranquilidad y desorden. Los hombres prefieren disponer de ideas inequívocas, de confección. En Nueva York todo el mundo aparece un día determinado con sombrero de paja. Entre nosotros todo el mundo desea recibir instrucciones claras acerca de lo que debe pensar”. Cuando se tiene en cuenta lo dialécticamente que piensa Heisenberg y lo cerca que en el fondo están hoy muchos grandes científicos de nuestra concepción del mundo, se aprecia la inmensidad, del daño causado por los filósofos a que me refiero. Será difícil compensar ese daño.

No se puede ni se debe disimular amablemente la situación en que nos encontramos si no se quiere seguir acumulando daños. El que no quiera capitular tiene que dar una respuesta a la pregunta: ¿cómo puede ayudar realmente a la ciencia de la naturaleza la filosofía del materialismo dialéctico?

Recordemos una vez más lo que los clásicos han dicho al respecto. Ellos han subrayado siempre que el problema capital de las ciencias naturales, como de todas las ciencias por lo demás, consiste en pasar del pensamiento mecanicista, metafísico, a un pensamiento dialéctico cada vez más consciente. Con este fin es útil ocuparse de filosofía, de historia de la filosofía, de toda la filosofía del pasado, de filosofía idealista y filosofía materialista, de filosofía adialéctica y filosofía dialéctica, de los presocráticos, de Laotsé y de Hegel, de Spinoza y de Kant, y de Marx, y especialmente de Engels. La cultura general de nuestros principales científicos de la naturaleza debería incluir profundos conocimientos filosóficos. Conseguido eso, el pensamiento dialéctico no se desplegaría ya de un modo espontáneo y esporádico, siempre oscilante y vacilante, sino que se convertiría progresivamente en el método explícito con el cual resolver los grandes problemas de la ciencia de nuestro tiempo. Pero la solución no puede consistir de ningún modo en que alguien escriba un tratado titulado “El materialismo dialéctico” en el que se encuentre todo lo que dice “el” materialismo dialéctico, con la receta de leer simplemente ese libro, a fondo, eso sí, aprendiendo aplicadamente todas las categorías de la dialéctica contenidas en él —y que compondrán una especie de Lógica de Hegel reelaborada materialísticamente —, con lo que todos los problemas científico-naturales se resolverán por sí mismos. No; las cosas no son así. Los problemas científico-naturales no pueden resolverse empuñando tesis filosóficas generales, cualesquiera que ellas sean, y declarando por ejemplo: “Vamos a ver cómo se aplica a mi problema el principio del paso de la cantidad a la cualidad, o cualquier otra categoría dialéctica”. Ésta es una idea ingenua y estúpida del papel de la filosofía en la resolución de problemas científicos.

Hay que partir de la cosa misma, hay que estudiar la naturaleza misma, hay que descubrir concretamente su dialéctica en su particularidad, y no en seguida en su universalidad. Ésta no puede comprenderse sino una vez apresada la particularidad. Hay que haber penetrado directamente en el problema por el planteamiento científico, y no procediendo desde la filosofía. Sólo partiendo de la ciencia empírica puede llegarse a la dialéctica ínsita en las cosas mismas y reflejable en la teoría. No se puede uno acercar a la resolución de cuestiones científicas esgrimiendo un compendio de dialéctica. Si ello fuera posible, si ese fuera un método correcto, eficaz y bueno, los científicos habrían aprovechado hace mucho tiempo tanta comodidad. He ahí, por ejemplo, el problema de la teoría de las partículas elementales, que absorbe del modo más intenso a físicos de todos los países. Ningún filósofo del mundo entero puede decir cómo debe plantearse dialécticamente la teoría de las partículas elementales. Pero esta teoría no podrá desarrollarse sin pensamiento dialéctico, ni se entenderán en toda su profundidad los conocimientos ya adquiridos en ellas sin asimilarse el pensamiento dialéctico. La situación es, en efecto, tal como la describe Engels a continuación de la cita antes aducida: “Los investigadores de la naturaleza, aunque se resistan y revuelvan, están dominados por la filosofía. La cuestión es si quieren estarlo por una mala filosofía de moda o por una forma de pensamiento teorético que se base en el conocimiento de la historia del pensamiento y de sus logros. Los investigadores de la naturaleza están facilitando aún una vida vegetativa a la filosofía al servirse de desperdicios sueltos de la vieja metafísica. Sólo una vez asimilada la dialéctica por las ciencias de la naturaleza y de la historia se hace superflua la vieja baratija filosófica —salvo la teoría pura del pensamiento— y desaparece absorbida por la ciencia positiva”.[5]

Tampoco esta vez aduzco la cita para que Engels me sirva de testigo principal y medio de prueba de mis opiniones, sino para ilustrar e interpretar mis ideas. Engels ha dicho sin duda también cosas que pueden aducir en su favor gentes de muy otras convicciones. Yo lo cito porque ha sabido decir con claridad magnífica y una lengua de mucha vida algo que hoy puede recabar la aprobación de un científico de la naturaleza, que es lo que yo soy. También en el Anti-Dühring se encuentra un texto que aclara perfectamente lo que pienso sobre esta cuestión: “Si no queremos deducir el esquematismo universal partiendo de nuestra propia cabeza, sino sólo mediante la cabeza, a partir del mundo real, y los principios del ser a partir de lo que es, entonces no necesitamos filosofía alguna, sino conocimientos positivos del mundo y de lo que ocurre en él; y lo que así obtenemos no es tampoco filosofía, sino ciencia positiva. Además: si ya no es necesaria filosofía alguna, entonces tampoco lo es sistema alguno, ni siquiera el sistema natural de filosofía.[6] La comprensión de que la totalidad de los procesos naturales se encuentra en una conexión sistemática mueve a la ciencia a mostrar esa conexión sistemática en todas partes, en el detalle y en su totalidad. Pero la correspondiente exposición científica exhaustiva de dicha conexión, la confección de una exacta reproducción mental del sistema del mundo en que vivimos, es para nosotros y será por todos los tiempos una imposibilidad. Si en algún momento de la evolución de la humanidad se produjera un tal sistema definitivo y concluso de las conexiones del mundo, físicas, espirituales e históricas, se cerraría con ello el reino del conocimiento y se interrumpiría el ulterior desarrollo histórico a partir del momento en que la sociedad se organizara según aquel sistema: lo cual es un absurdo y un puro contrasentido. Los hombres se encuentran pues ante la contradicción siguiente: conocer, por una parte, el sistema del mundo exhaustivamente en su conexión total y, por otra parte, tanto por su naturaleza propia cuanto por la del sistema del mundo, no poder jamás cumplir plenamente esa tarea. Pero no sólo yace esa contradicción en la naturaleza de los dos factores, el hombre y el mundo, sino que es, además, el principal motor de todo el progreso intelectual, y se resuelve cotidiana y constantemente en el infinito desarrollo progresivo de la humanidad”.[7]

Dice Engels más adelante: “La filosofía antigua fue materialismo originario y espontáneo. Como tal, fue incapaz de aclararse la relación del pensamiento a la materia. Pero la necesidad de comprender ese punto dio lugar a la doctrina de un alma separable del cuerpo, y al final llevó al monoteísmo. Así el viejo materialismo fue negado por el idealismo. Pero en la ulterior evolución de la filosofía también el idealismo resultó insostenible, y fue negado por el moderno materialismo. Éste, la negación de la negación, no es la mera reinstauración de lo viejo, sino que inserta en los permanentes fundamentos del viejo materialismo todo el contenido ideal de una evolución bimilenaria de la filosofía y de la ciencia natural, así como el de esa misma historia bimilenaria. Este materialismo nuevo no es ya una filosofía, sino una mera concepción del mundo, que tiene que confirmarse y obrar no como una ciencia de la ciencia puesta aparte y por encima de ésta, sino en el interior de las ciencias reales. La filosofía está aquí, pues, “superada”, esto es, tanto rebasada cuanto preservada: rebasada según su forma, y preservada según su contenido real”.[8]

Con todo eso queda claro que el materialismo dialéctico no es una filosofía en el sentido de los anteriores sistemas y doctrinas filosóficas. Es una concepción del mundo, una básica actitud del espíritu y un modo de pensar que concibe el mundo como unidad pese a verlo en su indisoluble contradictoriedad. Pero no es un catecismo filosófico zurcido con tesis y afirmaciones generales acerca de la conexión del mundo y presentadas como inmutables, eternas y vinculatorias. Cuando se dice que la materia y su movimiento son eternos e indestructibles, eso no significa que desde el punto de vista de nuestra filosofía tengan que ser falsas teorías físicas en las que el tiempo tenga un comienzo t = 0. Esas teorías pueden desarrollarse, probarse, ejemplificarse, refutarse o confirmarse; pero la filosofía materialista dialéctica no es una instancia que pueda tomar una decisión sobre esas cuestiones antes de que estén decididas científicamente. El mundo puede perfectamente tener un volumen finito, y nuestra concepción dialéctica y materialista del mundo no se encontrará por ello sin fundamento, sino al contrario: todo conocimiento nuevo y más profundo del mundo nos revela algo más de la dialéctica de todo ser. Los que sostienen que las teorías en las cuales el mundo tiene un volumen finito y una duración finita son incompatibles con la dialéctica materialista, falsean el materialismo dialéctico y nos desacreditan en el mundo entero.

En términos generales, no hay que sobrestimar la importancia de tesis que sean muy generales; siempre se comprobará que su contenido, o lo que los hombres entienden al pronunciarlas, se determina por lo que saben, y no por lo que no saben. El contenido veritativo de las generalizaciones muy amplias es siempre relativo. Como resultado final de un largo proceso de abstracción, esas generalizaciones son siempre retrospectivas; un nuevo progreso del conocimiento no las anula, pero descubre su limitación y su unilateralidad y asegura su real contenido veritativo precisamente al suprimir su validez universal. Ahora bien: nuestra filosofía no debe estar fijada por lo que ya sabemos, sino que tiene que ser la clave para obtener nuevo conocimiento.

Con la dialéctica materialista se supera la relación de servidumbre entre la ciencia y la filosofía. Ni la ciencia tiene la tarea de confirmar las tesis de la filosofía, ni la filosofía es el guardián intelectual e ideológico puesto para preservar a la ciencia de errores y confusiones.

Superaremos la estrechez y la esterilidad en la filosofía en cuanto nuestros filósofos sientan la mayor satisfacción cada vez que en el mundo se descubra algo incompatible con sus anteriores opiniones.

Notas
[1] Friedrich Engels, Dialektik der Natur (Dialéctica de la naturaleza), Berlín 1952, p. 222.
[2] Deutsche Demokratische Republik, República democrática alemana (T.)
[3] R. Gropp, Der dialektische Materialismus, Leipzig 1958 (1.* ed.), 1959 (2.* ed.), 1961 (3.a ed.).
[4] La revista soviética Cuestiones de Filosofía (T.).
[5] Friedrich Engels, Dialektik der Natur, Berlín 1952, p. 223.
[6] Esta es la calificación dada por Eugen Dühring a su sistema.
[7] Friedrich Engels, Herrn Eugen Dühring Umwalzung der Wissenschaft [La subversión de la ciencia por el señor Eugen Dühring (Anti-Dühring)], Berlín 1948, p. 42.
[8] Ibid., p. 169.

Texto de la conferencia incluido en Robert Havemann. Dialéctica sin dogma. Ciencia natural y concepción del mundo. 1971. Traducción de Manuel Sacristán.

Fuente: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/aspectos-cientifico-naturales-de-problemas-filosoficos/