Lleva por título "María Franciska Dapena. Guerra, autobiografía artística y cárcel"

 El Museo de Bellas Artes de Bilbao acaba de publicar una compilación de textos inéditos de la artista vasca María Franciska Dapena (Barruelo de Santullán, Palencia, 1924 -Bilbao, 1995).

María Franciska fue una mujer admirable. A los 12 años, el alzamiento fascista de julio de 1936 destrozó su vida. Tuvo que huir a Balmaseda, al hogar de la familia materna. El padre, socialista, antes de abandonar Barruelo por última vez, pudo comprobar cómo había quedado su casa y su pequeña fábrica de productos químicos tras ser asaltadas por la Falange. Las cuentas del banco fueron incautadas. En Balmaseda, la familia tuvo que empezar de cero. El hambre llevó a la joven a la enfermedad e incluso al delirio. Todo esto lo narró María Franciska en un diario de posguerra.

A finales de los años cuarenta se casó con José Gonzalo Villate, comunista con el que compartiría toda su vida. En 1950 se trasladaron a vivir a Portugalete, Bizkaia. Allí, mientras cuidaba de un pequeño recién nacido, iría conectándose con el ambiente artístico que rodeaba a Bilbao.

En  1956  realizó  exposiciones  itinerantes  con  el  pintor Agustín  Ibarrola  y  otros artistas y poetas por varios pueblos de Bizkaia. Intentaban impulsar reivindicaciones sociales a la par que llevaban el arte a los sectores populares que no tenían acceso a él.

En 1962, Ibarrola y Dapena fundaron Estampa Popular de Bizkaia. Grupos como este acababan de surgir en otras ciudades de España. En sus obras reflejaban la vida de los trabajadores y su lucha en el campo, en el mar y en la fábrica. Todo ello en un medio como el grabado, barato y reproducible, que podía llegar a más capas del pueblo.

Ibarrola y Dapena fueron detenidos en 1962 por su vinculación al Partido Comunista de España. Fueron condenados por nada menos que “rebelión militar”. En realidad, el delito era ser comunistas.

Dapena estuvo en la cárcel hasta febrero de 1964. Allí conoció la terrible situación que había conducido a las presas comunes a la cárcel. Mujeres que habían abortado, mujeres que habían sido prostituidas por sus parejas o mujeres hambrientas que habían robado alimentos. Estas eran las delincuentes.

Al salir de la cárcel, continuó con su actividad política y artista. De esta época se conservan grabados del Che Guevara o de Salvador Allende, el dinero de cuya venta sirvió para ayudar a compañeros detenidos o en huelga.También realizó varias exposiciones, y se vinculó a los jóvenes artistas y poetas de Bilbao y Santurtzi. Fue, para muchos de estos, una guía moral, política y artística.

Durante finales de los años sesenta e inicios de los setenta, se dedicó a la escritura con mucha intensidad. Redactó sus memorias de la cárcel, retrabajó sus memorias de posguerra y escribió numerosos cuentos realistas, poemas y reflexiones.

Desde 1975 se trasladó a vivir a un pequeño municipio de Burgos: Nava de Ordunte. Se fue al campo decepcionada por los resultados de la lucha. La Transición, tan insuficiente, también fue una desilusión. Y otro tanto le supusieron los rumbos que tomó la sociedad española en los años 80. Por si todo esto fuera poco, en la URSS venció la contrarrevolución capitalista en 1991. Pero Dapena siguió pintando, esculpiendo y escribiendo, y también colaboró en el ambiente cultural de la cercana Balmaseda.

A inicios de los años noventa la enfermedad comenzó a debilitarla. Finalmente falleció en 1995.

Dapena ha sido una gran olvidada. El Museo Reina Sofía conserva, desde hace años, dos  grabados,  pero  apenas  estaba  presente  en  la  colección  de  otros  museos.  En cuanto a los libros que publicó en vida, ¡Sr. Juez! (Soy presa de Franco…), en 1978, y Vida y muerte enfrentadas. Mujeres de la vida, en 1987, llevan años descatalogados. Pero esta situación acaba de comenzar a cambiar súbitamente. Ha entrado al Museo de Bellas Artes de Bilbao un conjunto de grabados del suficiente volumen para conocer su estilo. Se pueden contemplar hasta el 8 de junio en el marco de la exposición “Nuevos fondos”.

Además,  el  mismo  museo  acaba  de  publicar  un  libro  de  textos  inéditos titulado María Franciska Dapena. Guerra, autobiografía artística y cárcel. En él se pueden conocer todos estos aspectos de su vida narrados por ella misma.Resulta inspirador asomarse  a  la  historia  de  esta  mujer  artista,  comunista,  madre  de  dos  hijos, de familia represaliada y que ella misma afrontó la lucha por sus ideales hasta acabar en la cárcel.

Ante el avance de las ideas reaccionarias, y ante el olvido de los grandes aportes del comunismo al progreso social, recuperar una figura como María Franciska Dapena es indispensable.

Rubén García, Militante de Gazte Komunistak

Fuente: Mundo Obrero