jueves, 14 de marzo de 2019

"BALADA DE LA MADRE DE STALIN", DE PIER PAOLO PASOLINI


Balada de la madre de Stalin



Hijo mío, yo que fui inocente

te he dado el amor de la culpa

De la paloma nació la zorra

que en la noche llega y hurta

el ganado de la pobre gente

En los siglos en que somos siervo

la inocencia hace a los padres

más hijos de los hijos. Y sus señores

los aman por ser tan ásperos.

La inocencia de los siervos no es historia.

Hijo mío, yo que fui apacible

te he dado el amor del poder.

De la estrella nació el sol

que abrasa la tierra temible

del pobre pueblo trabajador

La mansedumbre es miedo entre los siervos:

nos cerca solamente el aprecio

del patrón, que tiene la certeza

de la virtud cristiana en nuestra naturaleza,

que es soportar el desprecio y la opresión

Hijo mío, yo que fui humilde

te he dado el amor del poder.

Y nació de la cebolla la miel

que tienta al niño imberbe,

último hijo de nuestra miseria.

La humildad de los siervos es el respeto

a la voluntad del propietario.

Todo cuanto es parece extraordinario

a quien solamente posee en el pecho

un corazón desnudo de subproletario.

Hijo mío, yo que fui honesta

te he dado el amor por la traición

De la nube nació el viento

que invisible asalta la floresta

llevando muerte y destrucción

La honestidad es para el siervos

una lucha consigo para no ser ejecutado

Premio a su buena conducta

es la bendición de una mano corrupta

entre el humo celeste del incensario.

Hijo mío, yo que sólo fui vida

te he dado el amor de la muerte.

Nació de la prehistoria la suerte

que sacude la historia cumplida

por la furia de la masa rebelde.

Porque la vida desnuda de los esclavos

es una fuerza que nadie contiene.

Fuente de impredecibles destinos,

tú sorbías en mis senos

leche de heroísmo y de asesinos.

Hijo mío, cuántas madres en el mundo

paren hijos como tú

en Asia, en Europa, en Africa, donde

la tierra es de esclavos y ladrones, de bandidos

que “sueñan algo” en su interior.

Madres en quienes la culpa es inocencia,

la apacibilidad rencor, poder la humildad,

la honestidad traición: en quienes la vida

es sed de muerte. Eso hay que conocerlo,

no bastan la piedad ni la conciencia.


Fuente: Nexos

Pier Paolo Pasolini, de "Poesie disperse I"

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