El escultor Jorge Vieira nació en Lisboa el 16 de noviembre de 1922.
Licenciado en Escultura en la Escuela de Bellas Artes de
Lisboa, participó en las Exposiciones Generales de Artes Visuales de
1947 y 1951 y expuso individualmente por primera vez en 1949 en la SNBA.
En 1953 compitió en el Concurso Internacional de Escultura promovido
por el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres, donde fue
galardonado.
Asistió a la Slade School of Fine Art, donde conoció a
importantes nombres de la escultura internacional, como Henry Moore y
Reg Butler. De regreso a Portugal, impartió clases en la Escuela António
Arroio y participó en varias exposiciones, entre ellas la de Artes
Plásticas Gulbenkian de 1957, el Pabellón de Portugal en la Exposición
Universal de Bruselas de 1958 y la de los 50 Artistas Independientes de
1959.
Vinculado políticamente a la MUD Juvenil y al Partido
Comunista Portugués, su vida profesional se vio sacudida a partir de
1964, cuando fue destituido de la Oficina Técnica de Vivienda del
Ayuntamiento de Lisboa, por falta de confianza política, y no fue
admitido como profesor en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa.
Después del 25 de abril, comenzó a impartir clases en la
Escuela de Bellas Artes de Oporto y luego en la de Lisboa, donde se
jubiló en 1992. Colaboró intensamente con el PCP, convirtiéndose en
miembro del Sector Intelectual del Partido.
A partir de la década de 1990, desarrolló una serie de
encargos públicos de gran formato, que dejaron una fuerte huella en los
espacios urbanos en los que se instalaron, como el Monumento a la Libertad, 1998, Almada, el Monumento al Preso Político Desconocido, 1994, Beja, o la escultura de final de su carrera, Homem-Sol, realizada para la Expo'98 de Lisboa.
Murió en Estremoz el 23 de diciembre de 1998.
En 1990 se inauguró el Monumento al Antifascista de Aljustrel. Esta obra tiene su origen en 1962, en estudios que Jorge Vieira realizó en terracota en homenaje al artista y a su amigo José Dias Coelho, asesinado por la PIDE en 1962. Este monumento, realizado en mármol rosa de Borba, un material menos común en la obra del artista, presenta una figura sentada en posición contraída. La elección de Jorge Vieira de representar la insubordinación a través de una figura desgastada marca su alejamiento de los arquetipos asociados a la actividad política, en una época en la que los gestos de resistencia eran oprimidos .
"En esta obra veo un hombre con gran sufrimiento, contenido, en gran tensión, acumulando fuerzas, para continuar la lucha contra la opresión" (Jorge Vieira).
1 comentario:
Me gusta, muy interesante.
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