sábado, 25 de febrero de 2023

"EL SILENCIO TRAS EL DISPARO", LA MIRADA DEL DIRECTOR VOLKER SCHLÖNDORFF SOBRE LA FRACCIÓN DEL EJÉRCITO ROJO

Título original: Die Stille nach dem Schuss
Año 2000
Duración 103 min.
País Alemania 
Dirección Volker Schlöndorff
Guion Wolfgang Kohlhaase, Volker Schlöndorff
Fotografía Andreas Höfer
Reparto Bibiana Beglau, Martin Wuttke, Nadja Uhl, Harald Schrott, Alexander Beyer, Jenny Schily, Mario Irrek, Thomas Arnold, Franca Kastein, Dietrich Köner, Alexander Hosfeld  
Sinopsis: En los años 70 se formó el grupo terrorista “Facción del ejército rojo” en la República Federal Alemana. Rita Vogt es una de sus miembros, y su grupo tendrá que huir a Francia tras ayudar a escapar de la cárcel a uno de los suyos. En París, años después, para no ser descubierta, Rita mata a un policía y tienen que volver a Alemania, donde recibirán la ayuda de la Stasi. Mientras que sus compañeros deciden marcharse de nuevo del país, Rita decide quedarse en la Alemania del Este y comenzar una nueva vida bajo otra identidad…

Merece la pena porque siempre es un placer ver una película del maestro Volker Schlöndorff, y saber que sigue igual de en plena forma que su época de esplendor a finales de los 70. Por esta película se llevó el premio Angel Azul en la Berlinale del 2000. Lo más peculiar, y que a mi personalmente me llamó mucho la atención, es que si ves la película sin saber de qué año es, nunca se te pasaría por la cabeza que tiene apenas 10 años, ya que se rodó intencionadamente para parecer una película setentera. Esto no sólo se consigue gracias a los decorados o el vestuario, sino por la misma calidad de la imagen. En general, odio la estética de los 70 y por ello rechazo un poco las películas de esa década, pero reconozco que es un recurso muy hábil y original por parte del director para volver al pasado y a retomar la temática del terrorismo como ya había hecho, por ejemplo, en «El honor perdido de Katharina Blum» (Die verlorene Ehre der Katharina Blum oder: Wie Gewalt entstehen und wohin sie führen kann, 1975). Con esta vuelta al pasado, y con tanta experiencia del director a sus espaldas, la película consigue superar a muchas de las que ha llevado a cabo realizadores más jovenes en los últimos años.

El guión, del mismo Schlöndorff y Wolfgang Kohlhaase, es muy bueno, nada de lo que se dice tiene desperdicio, y tiene la habilidad de hacer una crítica a las dos partes, a la Alemania del Este y la del Oeste. Si en otras películas, el no posicionarse hace que todo quede demasiado neutral para un tema en el que ser neutral es casi imposible, como pasaba en la reciente “R.A.F. Facción del ejército rojo” (Der Baader-Meinhof Komplex, 2008), en esta se analiza la situación del país en general sin nostalgia ni indulgencia por ninguna de las partes. Esto queda claro al final de la película, cuando a la protagonista la buscan por ambos lados. Significativa es esa banda sonora en la que suenan versiones tanto el himno de la RDA y el de Alemania.  Especialmente me sorprendió como la Stasi ayudaba a los terroristas, aludiendo a que ambos tenían el mismo enemigo, el capitalismo. Pero, mientras que lo mejor de la película es su sentido crítico, el personal, o sentimental, es su aspecto menos conseguido. No acabamos de tener claro si Rita se arrepiente o no de haber pertenecido a la banda, si los sentimientos que tiene hacia los personajes con los que tiene relaciones son reales o forman parte del personaje que asume… Aún así el personaje se hace creíble gracias a la gran actuación de Bibiana Beglau, que lleva el peso de toda la película, dando vida al mismo personaje, pero que a la vez parece distinta según la identidad que tenga, y que se adapta a las circunstancias que sean, al estilo de los protagonistas de “Atrápame si puedes” (Catch me if you can, 2002) o “Philip Morris, ¡Te quiero!” (I love you, Philip Morris, 2009), aunque obviamente desde una perspectiva mucho más dramática.  Tanto Bibiana Beglau como Nadja Uhl, las dos actrices principales, se llevaron el premio conjunto a la mejor actriz también en la Berlinales.

La película juega todo el tiempo con la realidad y la ficción, ya que esta basada en historias reales. Los personajes son ficticios, pero comparten rasgos con conocidos miembros del R.A.F. Como se dice al final del todo: «Alles ist so gewesen. Nicht war genau so (Todo fue así, pero nada exactamente así).

Fuente: La película del día 

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