lunes, 9 de septiembre de 2019

SINFONÍA Nº 5 DEL COMPOSITOR COMUNISTA ERWIN SCHULHOFF



Nacido el 8 de junio de 1894 en Praga.
Murió el 18 de agosto de 1942 en Würzburg, Alemania.
Compuesta en 1938–9
Estrenada el 5 de marzo de 1965 en Weimar por la Orquesta Estatal de Weimar dirigida por Gerhardt Pfluger
Duración: aproximadamente 36 minutos

No hay cambio de estilo más dramático que el experimentado por Erwin Schulhoff después de su "conversión" al comunismo a principios de la década de 1930. Comenzando su carrera como apóstol de la vanguardia, mezclando jazz, surrealismo, nihilismo y una deslumbrante panoplia de estilos nacionales, se había establecido como un pianista brillante y algo terrible. Escribió una Sinfonia Germanica que no es más que una serie de murmullos, gritos y luego una versión distorsionada del himno nacional alemán; una Sonata Erotica que consiste solo en una mujer que llega a un clímax; y una pieza llamada The Bass Nightingale. Nada es más sorprendente, entonces, después de escuchar tales piezas y algo de su extraordinaria y vanguardista música de cámara de la década de 1920, para confrontar obras como su Segunda Sinfonía (escrita en 1932 al mismo tiempo que su versión del Manifiesto Comunista), marcando un alejamiento casi completo de la individualidad de sus obras anteriores.

La Quinta Sinfonía, sin embargo, es algo diferente. Aunque tiene un sonido mucho más cinematográfico que las obras de los años 1910 y 20, fue escrito en 1938-199 y captura parte del sabor de esos años, con enfrentamientos dramáticos, una paleta completa de pasajes musicales que sugieren tensiones y presentimientos, y, de acuerdo con la estética del realismo socialista, un sentido primordial de esperanza para el futuro. Esto se encuentra más notablemente en la conclusión triunfante del movimiento final, pero también en el sublime segundo movimiento Adagio. Así, la Sinfonía n° 5 de Schulhoff acompaña a obras como la Sinfonía de Leningrado de Shostakovich como lienzos musicales épicos y profundos en tiempos de guerra.

Aunque Schulhoff a menudo se agrupa con el compositor "Terezin" que falleció en Auschwitz, su destino fue bastante diferente. Fue arrestado no por su identidad judía sino por sus simpatías soviéticas y murió de tuberculosis en un campo en Würzburg, cerca de Baviera.

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