Gustave Courbet (1819-1877)
Autorretrato
1871
Carboncillo sobre papel
81,5 x 65 cm
Museo de Orsay, conservado en el departamento de Artes Gráficas del museo del Louvre
Donación de la galería Yannick Bideau, 1984
Este retrato es uno de los escasos recuerdos directos que Courbet ha dejado de los acontecimientos relacionados con la Comuna y su aplastamiento. Este carboncillo fue ejecutado justo antes del arresto del artista, el 7 de junio de 1871. En este respecto, el comentario anónimo anotado en una antigua etiqueta pegada en el dorso del montaje, parece digna de confianza: Retrato de Courbet dibujado por él mismo, en la época de la Comuna, en 1871, mientras se escondía para huir de las investigaciones de la policía que le buscaba por comunero. Se había afeitado para no ser reconocido en el caso de ser descubierto.
Cuando empezó la Semana sangrienta, sabemos que el pintor se refugió el 23 de mayo en casa de un llamado A. Lecomte, fabricante de instrumentos de música, que residía cerca de la Bastilla. Este retrato fue evocado en una declaración del abogado de Courbet, incluida en los legajos Castagnary, conservados en la Biblioteca Nacional de Francia: "Lecomte explicó que nunca había tenido problemas debido a la política, pero que no podía rehusar este servicio a alguien que conocía desde hacía veinte años. Se las arregló para que Courbet pasara el tiempo con él, dibujando su retrato al carboncillo y leyendo. Pongo este retrato a disposición de la justicia".
Este génesis confirma el valor de testimonio de la obra. La fisonomía corresponde a la de las fotografías contemporáneas, pero ampliada y los rasgos puestos al desnudo debido a la ausencia de barba. Courbet ya no pretende presumir ni recurrir a los disfraces de sus autorretratos de juventud. Las torpezas de ejecución subrayan al contrario el desamparo y la angustia, confirma por la mirada oblicua. Solo el gesto, está sujetando una pipa, proporciona una nota familiar en la incertidumbre del momento, y hace eco a la audaz confianza de antaño.
Autorretrato
1871
Carboncillo sobre papel
81,5 x 65 cm
Museo de Orsay, conservado en el departamento de Artes Gráficas del museo del Louvre
Donación de la galería Yannick Bideau, 1984
Este retrato es uno de los escasos recuerdos directos que Courbet ha dejado de los acontecimientos relacionados con la Comuna y su aplastamiento. Este carboncillo fue ejecutado justo antes del arresto del artista, el 7 de junio de 1871. En este respecto, el comentario anónimo anotado en una antigua etiqueta pegada en el dorso del montaje, parece digna de confianza: Retrato de Courbet dibujado por él mismo, en la época de la Comuna, en 1871, mientras se escondía para huir de las investigaciones de la policía que le buscaba por comunero. Se había afeitado para no ser reconocido en el caso de ser descubierto.
Cuando empezó la Semana sangrienta, sabemos que el pintor se refugió el 23 de mayo en casa de un llamado A. Lecomte, fabricante de instrumentos de música, que residía cerca de la Bastilla. Este retrato fue evocado en una declaración del abogado de Courbet, incluida en los legajos Castagnary, conservados en la Biblioteca Nacional de Francia: "Lecomte explicó que nunca había tenido problemas debido a la política, pero que no podía rehusar este servicio a alguien que conocía desde hacía veinte años. Se las arregló para que Courbet pasara el tiempo con él, dibujando su retrato al carboncillo y leyendo. Pongo este retrato a disposición de la justicia".
Este génesis confirma el valor de testimonio de la obra. La fisonomía corresponde a la de las fotografías contemporáneas, pero ampliada y los rasgos puestos al desnudo debido a la ausencia de barba. Courbet ya no pretende presumir ni recurrir a los disfraces de sus autorretratos de juventud. Las torpezas de ejecución subrayan al contrario el desamparo y la angustia, confirma por la mirada oblicua. Solo el gesto, está sujetando una pipa, proporciona una nota familiar en la incertidumbre del momento, y hace eco a la audaz confianza de antaño.
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