DECLARACIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA DE CHILE
Una nueva y dramática información estremece a nuestro pueblo, a nuestro Partido. La camarada Beatriz Allende ha muerto. Militante desde muy joven caracterizó siempre su conducta por una leal, consecuente y absoluta dedicación a sus principios. Estudiante de Medicina en la Universidad de Concepción, actúa como dirigente exhibiendo su capacidad orgánica y su resuelta voluntad para atender las exigencias de transformación que emanaban de la realidad chilena.
Como médico cirujano Beatriz Allende cumplió un destacado quehacer en la Salud Pública mientras su auténtico compromiso internacionalista la lleva, en la década del 60, a una infatigable actividad de apoyo a los movimientos revolucionarios de América Latina. Rasgo como claridad y honestidad personal, su sensibilidad y firmeza de carácter, su inteligencia y su bondad, concurren a otorgarle una calidad humana de excepción.
Para el compañero Presidente, para nuestro inmortal camarada Salvador Allende, fue la colaboradora más directa, más eficiente, más leal, la mejor. El Presidente Allende, antes de caer en desigual combate en La Moneda, debe utilizar el requerimiento más enérgico para obligar-la a abandonar el Palacio Presidencial, ésa mañana del 11 de septiembre de 1973, apelando a su avanzado embarazo y a la necesidad, de denunciar lo ocurrido.
Pocos días después, en Cuba Socialista, su segunda Patria, Beatriz Allende relata lo sucedido en Chile, en la inolvidable manifestación solidaria del pueblo hermano. Ella trasmite ante las masas y al mundo entero el último mensaje de Salvador Allende a Fidel Castro, en que expresaba su heroica decisión de combatir hasta el final.
Jamás, por desgracia, se liberó de la sensación de que debía de haber caído en combate junto a su padre. Desde el momento mismo del criminal golpe militar fascista, cumpliendo el mandato del Compañero Presidente, se aboca de lleno a un constante y decidido trabajo por lograr siempre mayores niveles de solidaridad y apoyo a la lucha de nuestro pueblo en el interior de Chile. Asimismo, pone toda su capacidad y pasión por el fortalecimiento de la unidad en las filas del pueblo. Con la generosa y resuelta colaboración del Gobierno y el pueblo cubano, nuestra compañera Beatriz fue una excelente activista de la causa de Chile. Gobernantes, organismos internacionales, personalidades mundiales y, en general, todas las fuerzas solidarias conocieron de su convicción, de su tenacidad, de su abnegado e invariable esfuerzo.
Dotada de condiciones políticas y de trabajo excepcionales, consecuente con sus principios, no vaciló nunca ante el sacrificio en el cumplimiento del deber y, superando dolorosas afecciones físicas, se mantuvo además en la primera línea de solidaridad con la lucha de otros pueblos, como Angola, Puerto Rico, Jamaica.
La compañera Beatriz Allende no temió jamás a la verdad. Su legado moral, su estatura política, su conciencia revolucionaria, su abnegación y disciplina, constituyen en esta dolorosa circunstancia, un imperativo para fortalecer nuestra decisión de lucha, nuestra fe en la victoria, nuestro trabajo unitario.
El nombre de Beatriz Allende Bussi se inscribe en el corazón de nuestro pueblo y un día nuestra tierra recibirá su cuerpo.
El Partido Socialista de Chile, su Partido, más convencido que nunca reafirma su voluntad de lucha y vencer.
SECRETARIADO EXTERIOR
PARTIDO SOCIALISTA DE CHILE.
13 de octubre de 1977.
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