viernes, 25 de octubre de 2013

ALBA EDITORIAL PUBLICA "MI VIDA EN EL ARTE", LAS MEMORIAS DE STANISLAVSKI

Mi vida en el arte
Konstantín Stanislavski
Traducción: Jorge Saura García y Bibicharifa Jakimziánova
Alba Editorial
560 páginas

2013
ISBN: 97884-84288916
25 euros


Alba Editorial publica 'Mi vida en el arte', libro de memorias del pedagogo teatral Konstantín Stanislavski (Moscú, 1863-1938) traducido ahora por primera vez directamente del ruso al español. Stanislavski fue nombrado Artista del Pueblo de la URSS en 1936.

Tras la crisis de los años posteriores a la Revolución Rusa, Stanislavski realizó una exitosa gira por América. Durante ésta, el ruso recogió sus experiencias vitales en un volumen al que tituló, como no podía ser de otra manera, Mi vida en el arte. Una vida entregada a las artes escénicas, dedicada a reformularlas y darles un nuevo impulso.

Editado por primera vez en 1925, Stanislavski desgrana a través de sus más de quinientas páginas su adolescencia y madurez artísticas, que informan al lector de pasajes como su primer encuentro con León Tolstói, de sus reflexiones y de cómo llegó a dar forma a su “sistema”.

Vida y obra


Mi vida en el arte ilustra de un modo sumamente instructivo su trabajo consigo mismo y con los demás (autores, escenógrafos, pintores, otros directores y actores).

Un documento que permite al lector profundizar en la vida del célebre teatrólogo ruso, conociendo no solamente sus análisis sobre el mundo de la dramaturgia, sino los procesos que le llevaron a tomar dichas conclusiones y los acontecimientos que marcaron su vida.

Una válvula de escape para un hombre que necesitaba expresar lo que guardaba dentro: “Es un tormento no estar en condiciones de reproducir con fidelidad lo que con tanta belleza siente uno interiormente. Es una insatisfacción como la que sentiría un mudo que, al tratar de comunicar sus sentimientos a la mujer amada, solo fuese capaz de emitir un monstruoso mugido”.

Desarrollo y trayectoria profesional

Junto a Nemiróvich-Dánchenko y a partir del trabajo con la dramaturgia de Chéjov, Stanislavski logró trasladar el corazón del gran novelista al teatro y dio a la cultura rusa una nueva dimensión. Sin el Teatro de Arte de Moscú, probablemente no habrían existido como tales La gaviota, Tres hermanas, Tío Vania ni El jardín de los cerezos. Hoy día, sin embargo, el boom de las representaciones de Chéjov en Europa y en todo el mundo todavía no ha cesado. Así, por ejemplo, el éxito del teatro en Alemania y Austria superó todas las expectativas: la prensa alemana puso a los artistas del teatro a la altura de la primera compañía en Europa. Principalmente elogiaba a los talentosos directores.  

La colaboración estrecha con los escritores también se dio, por ejemplo, con Maxim Gorki. Pero fue casualmente durante el trabajo sobre la obra Los bajos fondos (1902), de Gorki, cuando se hicieron patentes las contradicciones personales entre Stanislavski y Nemírovich-Dánchenko. La obra no fue firmada por ninguno de los dos. Al comienzo de su etapa conjunta, ambos compartían la mesa de dirección, pero a partir de 1906 “cada uno de nosotros tenía su propia mesa, su obra y su puesta en escena”, afirmó Stanislavski, porque cada uno “quería y podía ir solo por su línea independiente, pero leal al general principio del teatro”.

El primer espectáculo donde Stanislavski trabajó de manera totalmente individual como director fue Brandt. Ante sí había cada vez más ambiciosos objetivos artísticos. Sus búsquedas en el ámbito de la teoría teatral y la pedagogía lo llevaron a la creación, en 1912, junto a Leopold Sulerzhitski, del Primer Estudio (adjunto al Teatro de Arte de Moscú), donde las funciones públicas empezaron en 1913.

En este período, Stanislavski siguió formándose como artista profesional. Tras el ciclo de dramas contemporáneos llegó el ciclo de papeles clásicos (Rakitin, en Un mes en el pueblo, 1909; Fámusov, en El mal de la razón, 1906; el conde Liubin, en La provinciana; y el caballero, en La posadera, de Carlo Goldoni). Sin embargo, fueron dos los trabajos creativos que lograron especial repercusión: Salieri, en la tragedia de Mozart y Salieri, de Pushkin (1915), y Rostanev, en la obra Stepánchikovo, basada en la novela de Dostoyevski. El segundo de estos papeles, no mostrado al público, sigue siendo uno de los enigmas de la historia del teatro y la psicología creativa. Según numerosas evidencias, Stanislavski lo “ensayaba maravillosamente”, pero tras el ensayo general de marzo de 1917, dejó de trabajar en el personaje y luego se negó a interpretar otros papeles (tan solo faltó a su palabra de nunca volver a actuar durante su gira por el extranjero en 1922-1924, cuando aceptó hacer de voyevoda y de Shuiski, en el espectáculo El zar Fiódor Ioánnovich).

En 1917 fue nombrado académico honorario de la Academia de Ciencias de San Petersburgo. En 1918 encabezó la Ópera de Stanislavski (posteriormente el Teatro Musical Stanislavski y Nemiróvich-Dánchenko). Su primera obra tras la revolución fue Caín, de Byron. Los ensayos empezaron después de que Stanislavski fuese tomado como rehén durante la ofensiva de las tropas “blancas” (antibolcheviques) en Moscú. La grave crisis espiritual y organizativa se agravó en el Teatro de Arte, ya que gran parte de la compañía, encabezada por Vasili Kachálov, no pudo regresar a la capital tras una gira artística a causa de las turbulencias militares y políticas del país. Otra cuestión de máxima importancia fue el cambio de generación artística en el teatro.

En 1922-1923 Stanislavski empezó a viajar al extranjero junto a la compañía de Teatro de Arte de Moscú. Algunos actores decidieron no volver a la URSS y se quedaron en sus destinos, siendo precursores muy activos del “método” en Europa y América. Durante su estancia en EE. UU., Stanislavski recibió el encargo de escribir un libro sobre su escuela y, como resultado, se publicó Mi vida en el arte, primero distribuido en Norteamérica y luego en la URSS.

La labor de Stanislavski entre 1920-1930 se puede definir por su deseo de defender los valores artísticos tradicionales del arte escénico ruso. En la prensa de aquellos tiempos se podía leer cada vez con mayor frecuencia falsas acusaciones de “atraso” y sobre su reticencia de aceptar la realidad revolucionaria. Su puesta en escena de Corazón caliente, de Ostrovski (1926), fue la respuesta a aquellos críticos que aseguraban que “el Teatro de Arte ya está muerto”.

En 1928, tras un ataque al corazón que tuvo lugar durante la celebración del aniversario del ahora llamado Teatro Académico de Arte (desde 1920), los médicos le prohibieron salir al escenario. Volvió al trabajo tan solo en 1929, concentrándose en las pruebas pedagógicas de su método y en las clases en su estudio de ópera.

A comienzos de los años 30, usando sus influencias y valiéndose del apoyo personal de Gorki (que había vuelto a la URSS), se dirigió al Gobierno para conseguir un estatus especial para el Teatro de Arte. Su deseo se cumplió. En enero de 1932, el teatro obtuvo el nombre de Teatro Académico de Arte de Moscú de la URSS. En septiembre de 1932 recibió el nombre de Gorki, en 1937 fue galardonado con la orden de Lenin y, en 1938, con la orden de la Bandera Roja del Trabajo. En 1933, el Teatro fue traspasado al edificio del anterior Teatro de Korsh. Adjunto a este se organizó un museo (1923) y un laboratorio escénico (1924), anunciado posteriormente como “el abanderado escenográfico de la URSS”.

Entre los trabajos de aquellos años hay que nombrar: El miedo de Afinoguénov (1931); Las almas muertas, de Gogol (1932); Talentos y admiradores, de Ostrovski (1933); Vida del señor de Molière, de Bulgákov (1936); y Tartufo, de Molière (1939). En 1935, se abrió el último estudio de ópera y drama de Stanislavski y en 1936 recibió el título de Artista del Pueblo de la URSS.

Prácticamente sin abandonar su domicilio, Stanislavski se reunía diariamente con los actores, transformando los ensayos en una escuela artística según su método. En la continuación de su labor, y tras la publicación de sus directrices, tuvo tiempo de mandar a la imprenta el primer tomo de Trabajos del actor sobre sí mismo, título completado póstumamente, ya que su autor falleció el 7 de agosto de 1938, en Moscú. Sus restos yacen hoy en el cementerio moscovita de Novodévichi.

Fuente: Rusopedia y otros

1 comentario:

Anónimo dijo...

aca no dices nada de la valoracion de stalin a este hombre claro