sábado, 30 de noviembre de 2024

"NO SE ADMITEN PERROS NI ITALIANOS", PELÍCULA DE ANMACIÓN DE ALAIN UGHETTO

Título: 'No se admiten perros ni italianos'
 
Dirección: Alain Ughetto.
Guion: Alexis Galmot, Anne Paschetta, Alain Ughetto.
Música: Nicola Piovani
Voces: Alain Ughetto, Ariane Ascaride.  
País: Italia-Francia
Año: 2022
Duración: 70 min.
 
Animación artesanal, proletaria y antifascista

¿Se puede hacer pasar a Rossellini, los Taviani, Olmi o a Rohrwacher por la piel de plastilina, algodón, azúcar, brócoli y cartón de la animación artesanal stop motion? No se admiten perros ni italianos lo confirma de manera esplendorosa y delicada en su hermoso canto a las raíces italianas, en su relato familiar autobiográfico de una odisea de inmigración, esfuerzo y resistencia, en su comprometida defensa de la dignidad de la clase trabajadora y la lucha antifascista (la de verdad, no la de ahora) en tiempos de penurias, hambruna y guerras.

Alain Ughetto deja ver sus manos y brazos como marionetista que modela y coloca las piezas, dialoga con ellas y mueve los hilos de una fábula realista contada siempre desde el lugar y en el tono precisos, lejos de todo sentimentalismo (a pesar de la música de Nicola Piovani), entrando y saliendo de unos hermosos cuadros y miniaturas que dan cuenta, entre gags sencillos, poéticos y memorables (el sombrero flotante, atrapar a la mosca con las dos manos…), de la vida de sus abuelos, de aquellas mujeres de campo que sacaban la casa adelante mientras que los hombres trabajan duro o se marchaban al combatir en las guerras de otros, bajo las bombas alemanas, con una vaca de juguete como testigo mudo de sus idas y venidas entre las montañas del Norte italiano y la Francia ocupada y la de la posguerra desarrollista.

Las voces del propio Ughetto y Ariane Ascaride (qué gran elección) redoblan la perspectiva del relato y se entrelazan sobre ese trampantojo que consigue dar vida y emoción a la memoria con la misma humildad de los materiales de los que está hecha esta pequeña historia que es también la gran y olvidada historia política y social del siglo XX

Reseña de Manuel J. Lombardo

Fuente: Diario de Sevilla

VER PELICULA:

viernes, 29 de noviembre de 2024

LA GUERRA DE VIETNAM Y LAS Y LOS ARTISTAS EN ESTADOS UNIDOS

La presente recopilación no pretende ser una muestra acabada, siquiera de lo más representativo del arte antibélico influenciado por la Guerra de Vietnam, sino que se busca con ella despertar en el lector la curiosidad por las obras de dicho contenido. Recogeremos para esto expresiones dentro de las artes plásticas y acciones performáticas ejecutadas en los Estados Unidos. Para ello tendremos en cuenta su vínculo con los movimientos sociales de aquel entonces: el movimiento antirracista e inmigrante, el movimiento feminista y en especial el anti-bélico y el de les trabajadorxs del arte.

El contexto donde elegimos hacer esta recopilación no es uno cualquiera. Sobre todo durante la primera mitad de este año se han suscitado múltiples comparaciones que asocian al movimiento en apoyo al pueblo palestino y por el cese al fuego en Gaza con el movimiento que despertó la guerra de Vietnam en solidaridad con el país asiático. Si bien los puntos de contacto son sustanciales, no ahondaremos demasiado en ello. En esta nota, escrita desde el corazón del imperialismo, similitudes y diferencias se desarrollan elocuentemente. Simplemente señalaremos que, si bien el movimiento contra la guerra de Vietnam se desplegó a lo largo de todo occidente, tuvo uno de sus epicentros en el propio EEUU: igual que el movimiento anti-guerra actual.

Como marcaba Melisa Ho, curadora de la muestra “Artists Respond: American Art and the Vietnam War, 1965-1975”, para los artistas y para toda la escena cultural se planteaba la pregunta de si el arte debería mantenerse separado y elevado del mundo real y de los acontecimientos de ese momento o si, en cambio, podía de alguna manera influir en ellos. A su vez, la curadora señalaría que, en las artes visuales del periodo que ella elige poner en valor -de 1965 a 1975- comenzaba a expresarse gran pluralidad en vista de que era un momento en que las artistas mujeres y los artistas negros exigían ser escuchados. Una de las consecuencias de ese activismo hizo que grupos como la Arts Workers Coalition, una organización creada en 1969, tomara como una de sus demandas centrales que se le diera reconocimiento en las muestras a las feminidades, la comunidad afrodescendiente y a les inmigrantes. “No es casualidad que puedas encontrar eso al observar el trabajo realizado en respuesta a la Guerra de Vietnam”, remarca, porque “entre otras cosas, el reclutamiento militar fue una cuestión política realmente galvanizadora para muchas comunidades minoritarias”. Grupos como Arts workers Coalition nuclearon a diferentes artistas en EEUU para poder pelear de manera coordinada por este tipo de demandas y a su vez para continuar divulgando obras que se expresaban abiertamente contra la guerra.

Ahora, antes de adentrarnos, resumiremos algunos hechos en torno a la Guerra de Vietnam. Abarcó dos décadas, de 1955 a 1975. Coincidió con un periodo internacional de un ascenso -inagugurado en 1968- de las luchas y una efervescencia local de diversos movimientos como el antiracista, inmigrante y feminista. La contienda se cobró la vida de entre uno y tres millones de vietnamitas, incluídos civiles. Mientras, Estados Unidos contabilizó 58.159 bajas y más de 1700 desaparecidos. La respuesta de gran parte de la población norteamericana había sido el pacifismo, no solo como una expresión sino también como una estrategia para ponerle fin a la masacre tanto de vietnamitas como la contínua baja de estadounidenses. Para tener en cuenta, en algunos Estados yankees, para 1970, solo la mitad de los reclutados estaban alistados. Se organizaban marchas silenciosas con velas, se leían nombres de familiares caídos en la Guerra, se organizaban hechos masivos como la marcha y ocupación del Pentágono en el ‘67 y hasta se apelaba al Flower Power.

Mientras tanto y ya en años previos, dentro de la escena cultural los trabajadores del arte buscaban -y lograron- reconfigurar el rol de los espectadores y la relación desigual y cuasi opresiva de los museos -aunque esto en menor medida- hacia los artistas. Desde finales de los ‘60 hacia principios de los ‘70, los artistas, en Estados Unidos, pasan a identificarse como trabajadores. Y, en gran medida, asimilaban a las direcciones de los museos –con figuras como David y Nelson Rockefeller en el MoMA que apoyaban y se veían beneficiados con el negocio de la guerra– como una patronal o un enemigo. Julia Bryan-Wilson detecta este viraje y estudia cómo se dio en un marco específico: el de la lucha contra la guerra de Vietnam. Toma en especial cómo sucede esto en el terreno fértil de Nueva York. La autora entiende esta etapa como una de las de mayores cambios culturales y sociales y de las más analizadas desde esos enfoques desde 1945, año de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

“Cut piece”: un happening de Yoko Ono del 1964

En 1964 las marchas contra la Guerra habían adquirido un carácter mucho más masivo que durante los años previos. En ese año durante “In Sound and Instructure”, en Yamaichi Hall, Yoko Ono lleva adelante por primera vez su performance “Cut piece”. “Acababa de parir y en el mundo estaba sucediendo la Guerra de Vietnam. Tenía mucha bronca en el corazón”, explicaría más tarde.

Ono entra en la sala con un vestido. Deja unas tijeras e invita al público a cortarle una pieza de su ropa. Lo involucra y pone en entredicho la pasividad del espectador frente a la obra, lo hace parte de un acto potencialmente agresivo como dejar desnuda a una mujer –motivo frecuente de las artes plásticas– frente a ojos de desconocidos. La obra ha sido también motivo de análisis en materia de género y repetida y resignificada durante varios años por Yoko Ono.

 
“Are we next?”: arte impreso de Wes Wilson

Como consecuencia del sismo social que habían sido las marchas masivas de 1964, en 1965 los artistas empiezan a organizar acciones de protesta propias. Estas tenían por objetivo central generar conciencia en el resto de la población. Probablemente la primera de las acciones fue hecha por el grupo Artists and Writers Protest (AWP). La consigna había sido “Deja de guardar silencio”. La firmaban alrededor de cuatrocientas figuras de la cultura y ocupaba una página completa del diario New York Times. Casi en simultáneo, Artists Protest Comitee (APC) emula esta acción en Los Ángeles con la consigna “Stop scalation” y un logo de una escalera descendente, consigna que mantuvieron más allá del anuncio en bloqueos durante el evento “Art Walk” y en protestas frente a corporaciones asociadas a la guerra. También, en 1965, comenzaron a erigirse contra la guerra obras de arte colectivas. En ellas lo relevante, más que el carácter particular de cada contribución, era la cantidad de artistas que congregaban.

“Are we next?” fue un póster profundamente contestatario e intencionalmente perturbador. Fue diseñado e impreso en 1965 en West Coast Lithograph Estados Unidos. Consta de una esvástica azul con estrellas blancas situadas sobre un entramado de líneas rojas y blancas, a modo de la bandera yankee. Originalmente, no contaba con la pregunta “¿Somos los siguientes?”. Simplemente, al pie indicaba “Be aware”. Wes Wilson, por consejo de un amigo, para que el público pudiera entender el cartel, le suma la frase que más tarde se convertiría en título e imprime y vende en San Francisco cientos de afiches con el nuevo diseño.

 
“Peace Tower” o “Artists’ Tower of Protest”: una obra conjunta del APC durante 1966

En 1966 se da una escalada por parte de los Estados Unidos en el territorio vietnamita y los artistas comienzan a incorporar de manera generalizada, en sus obras, la temática antibélica.

Mark Di Suvero y Kennet H. Dillon -ideador de la escultura y arquitecto respectivamente-, se les ocurre la idea de ejecutar “La torre de la Paz”, una escultura de gran escala situada por varios meses en el oeste de Hollywood, Los Ángeles. Sin plantear los fines para los que lo hacían, alquilaron un baldío en Sunset Strip y comenzaron a confeccionar un tetraedro de acero de quince metros de altura. A Di Suvero y Dillon se le sumarán artistas como Judy Chicago, Donald Judd, Leon Golub, Eva Hesse, Roy Lichtenstein, Philip Guston y, junto a otros, expondrán más de cuatrocientos cuadros situados al pie de la torre. Además de artistas plásticos se acercarán a esta muestra a cielo abierto para colaborar con la causa no solo referentes de las artes visuales. También contará, durante su inauguración, con la presencia y discursos de intelectuales como la pensadora del arte, guionista y novelista Susan Sontag.

En el año 2006, la obra fue recreada en la Bienal Whitney de Nueva York. Un artista tailandés llamado Rirkrit Tiravanija decidió reconstruir, 40 años después, la famosa Torre de la Paz. La nueva versión se erigía no solo como homenaje a una de las mayores campañas artísticas contra la guerra en la historia de Estados Unidos, sino que se planteaba como una nueva negativa de los artistas hacia las incursiones imperialistas de Estados Unidos. Esta vez, contra la guerra en Irak.

“Bringing the War Home: house beautiful”, de Martha Rosler y la guerra en la sala de estar

En 1967 se dio una serie de marchas masivas, como la “Marcha sobre el Pentágono” que había congregado alrededor de cien mil personas. Los artistas plásticos, por su parte, comienzan a incorporar en sus obras imágenes de víctimas del napalm. Habían, a su vez, organizado durante enero la Angry Arts Week: un evento contra la guerra que tuvo como muestra más relevante el Indignation Collage junto con el cortometraje Viet Flakes.

“Yo no veía House Beautiful como arte”, reflexionaría años más tarde la artista Martha Rosler. “Quería que fuera una obra de agitación”, explicaba. House Beautiful es una serie de collages creados en base a fotomontajes que ella misma repartía durante las marchas. Inicia la serie en el año 1967 y la cierra en 1972. A las imágenes propias de las revistas de diseño de interiores, con salas de estar estadounidenses cargadas de opulencia y a las fotos de publicidades de artículos de categoría como perfumes o camisetas de polo, le superponía las figuras que había dado la Guerra de Vietnam. Rosler dio así forma visual a aquello que se nombraba como “la guerra en la sala de estar”, llamada así porque fue la primera guerra que se televisó.

La artista explica que el nombre de la serie “se centra en la idea del espacio doméstico, la seguridad, el atractivo estético pero también en traer la guerra dentro de casa”. Elegía principalmente recortes extraídos de revistas como Life o Look, dirigidas a un público especialmente femenino, donde se reproducía y se proponía un modelo de mujer que no solo estaba al margen de las críticas que podría haberle hecho el feminismo, sino también en relación a la opresión que Estados Unidos estaba imponiendo en la Vietnam de aquel entonces. La pieza “Make Up/ Hands up” es bastante rica en este sentido. Yuxtapone una serie de elementos que no pueden coexistir sin una tensión mediante, al igual que las otras piezas de la serie, pero, en este caso, convoca a una cantidad mayor de tensiones: raciales, de género, de status económico y, desde ya, con una crítica al imperialismo.

 
 
“The eleventh hour final” y la televisación de la Guerra

A la conmoción del Mayo Francés y la Guerra que ya llevaba trece años, en 1968, Estados Unidos le sumó por lo menos tres hechos trascendentales: los asesinatos de Martin Luther King y de John F Kennedy y la feroz represión a los manifestantes de Chicago durante la Convención Nacional del Partido Demócrata. Frente a este último hito, el reconocido pintor Barnet Newman crea Lace Curtain for Mayor Daley, una escultura simple que constaba de una estructura rectangular con un alambre de púas salpicado con pintura roja. Pese a que los artistas minimalistas eran pensados como profundamente ajenos a la política, en 1968 tiene lugar la primera exposición de esta estética en protesta contra la guerra. La artista y feminista May Stevens hace público el inicio de su serie “Big Daddy”, una de las más reconocidas y asociadas al arte anti-bélico de la época.

En abril de 1968, inmediatamente después de la Ofensiva del Tet -una ofensiva militar ejecutada por el Ejército del Norte y el Vietcong-, Edward Kienholz, un escultor estadounidense, sitúa una de sus instalaciones en la Glaría 699, en Los Ángeles. Se trataba de “The eleventh hour final”.

Kienholz, a lo largo de toda su obra, combina elementos de la vida doméstica en la modernidad de manera disruptiva. No solo como esculturas que podemos observar de frente, sino también como instalaciones inmersivas. “The eleventh hour final” pertenece a este segundo tipo de obras. Se trata de una sala de estar típica de mediados de siglo, recreada con sobriedad, pocos muebles, casi sin adornos, paredes revestidas modestamente en madera y sin cuadros. Pese a esto, los pocos objetos de la escena corresponden a cierta posición económica: ni el sillón ni los cortinados son los propios de un hogar obrero. Contra una de las paredes, como una suerte de tótem, aparece un televisor. La pantalla está congelada en el tiempo, relatando una escena familiar de las noticias de la noche: un recuento de muertos y heridos de Estados Unidos y del ’enemigo’. Al pie del conteo y dentro de la tele se halla una cabeza de cera que pareciera estar desfigurada por el fuego del napalm, con la mirada fija más allá del vidrio de la pantalla. Kienholz emplea así hábilmente lo grotesco para abordar la frialdad con la que se proponía contemplar, desde la comodidad de un sofá esmeralda, los horrores de la guerra pero que, sin embargo, no surtía ese efecto: los corresponsales de guerra en las noticias de televisión y los artículos de fotoperiodismo fueron vías privilegiadas para que la contienda militar se metiera en las casas, transmitiendo a las cocinas y salas de estar de una población que no estaba tan familiarizada con el rostro de la guerra. De ahí, posiblemente, surja el nombre de la obra que eludiría al horario en que se pasaban las últimas noticias.

La instalación fue, años más tarde, recreada para la muestra “Artists Respond: American Art and the Vietnam War, 1965-1975” en el Smithsonian American Art Museum, una exposición que presenta más de 100 obras de 58 artistas realizadas durante la guerra y como reacción a ella.

 
1969: "Q: and babies? A: and babies?" y el dólar de sangre

Para inicios de 1969, el movimiento anti-guerra había experimentado cierta baja en su actividad, producto de una política que el gobierno de Nixon denominó “vietnamizacion”, dado que consistía en, paulatinamente, ir retirando tropas terrestres yankees para que el ejército vietnamita del Sur pasara a cumplir ese rol contra Vietnam del Norte. Eso implicaría, por lo tanto, menores bajas de jóvenes estadounidenses. Sin embargo, un fotoreportero hizo públicas fotografías de lo que más tarde se dio a llamar la “Masacre de My Lai”, acontecimiento que reactivó de manera furibunda al movimiento antiguerra. En el mundo del arte se comienza a representar soldados estadounidenses muertos, contenido que llega más tarde que el de vietnamitas muertos. Un ejemplo de esto son “War”–mejor conocido como “Vietnam Scene”– de Duane Hanson y “The non-war memorial”, del ya mencionado Kienholz.

En ese año se funda la organización Arts Workers Coalition (AWC), que inicialmente bregaba por los derechos de los artistas pero que en su primera asamblea ya recogía un pliego de 13 medidas que inluían exigencias como un cupo femenino, inmigrante y negro en los museos y entrada libre y gratuita para todos. En la práctica, la lucha contra la guerra fue su demanda central. Dentro de dicha organización surgió Guerrilla Art Action Group (GAAG), una rama más radical que supo fusionar acciones callejeras con artes escénicas y fotorreportaje: un aporte sustancial que sería recogido más tarde por el arte político de los 80 y 90.

Jon Hendricks e Irvin Petling eran miembros del AWC. En 1969 recogen la fotografía de Ronald Haeberle que había inspirado a Hans Burkhardt para pintar My Lai. Crean un cartel crudo y brutal, que deja tal cual la fotografía -irreproducible de tan sangrienta- de Haeberle y simplemente le suman en la parte superior la leyenda "Q: and babies?” y , debajo, “A: and babies?”. Las frases habrían sido extraídas de una entrevista donde, frívolamente, un militar respondía por la masacre. Entre ellas se observan los cuerpos torcidos, acumulados y ensangrentados de una docena de bebés y niños, echados sobre un camino de tierra. Susan Sontag –por nombrar a una intelectual mencionada más arriba– en uno de los textos más relevantes sobre la fotografía señala que la contemplación de una foto nos da la falsa apariencia de estar participando del hecho retratado y que ello tiende a deshumanizar. En este caso, con el agregado de las frases y sobre todo con la masividad en que se repartió la obra impresa, podemos pensar que más bien terminó por interpelar al público.

Dicha obra se exhibió en el MoMA, prácticamente el núcleo del arte visual en el corazón del imperialismo, en noviembre de 1969 y para mediados de diciembre fue retirado. El grupo peleó insistentemente -y no sin debate interno- para que el museo asumiera los gastos de impresión y distribución masiva del afiche, aunque esta pelea resultó infructuosa. AWC, por lo tanto, afronta por sí solo dichos costos. Paradójicamente, ese mismo año se aprueba un proyecto de ley que haría que la fundación de los hermanos Rockefeller subvencionara con 17 mil dólares un proyecto para que la AWC pudiera abrir centros culturales en las zonas de habla hispana y población afrodescendiente de Nueva York. Esto más que beneficiar a los fines del colectivo, abrió una serie de discusiones necesarias pero que más tarde terminarían por hacer implosionar al grupo. Los hermanos David y Nelson Rockefeller, además de formar parte de la dirección del MoMa y de contar con su propia fundación, apoyaban –especialmente Nelson, quien era gobernador de Nueva York– la guerra y tenían vínculos con las empresas que fabricaban munición militar. En base a esto, AWC rechaza el jugoso subsidio y se plantea la incógnita de quién financiaría sus objetivos más ambiciosos ¿el Estado que invadió Vietnam y mandó a miles de jóvenes a morir en la guerra por un propósito mezquino? ¿Los empresarios vinculados con el arte que como los Rockefeller tenían las manos manchadas con sangre? Además de instalar estos debates, la respuesta a la subvención de AWC fue la creación del cartel “One Blood Dolar”, una pieza que enunciaba “Páguese a los artistas en la medida en que se comporten”, “No válido para negros, puertorriqueños y mujeres” junto al rostro de Rockefeller y las supuestas firmas de Henry Geldzahler, un crítico de Arte conservador y el empresario William S. Palley.

 
“Pinkville” de Peter Saul

Durante el año 1970 el gobierno de Nixon lleva adelante la Invasión a Camboya, una serie de operaciones que incluían a un nuevo territorio en el marco de la Guerra de Vietnam. Frente a esto el movimiento continuó saliendo masivamente aún frente a las duras represiones que ese año se habían cobrado la vida de dos manifestantes. Por lo tanto, artistas y trabajadores de la cultura, desde distintos grupos organizan la “New York Art Strike Against Racism, War and Repression”, una huelga que tuvo epicentro en los museos. De este hecho se desprende la existencia del grupo “Art Strike” y “Emergency Cultural Government”, que intentó, en ese año, extender la experiencia de la huelga en la Bienal de Venecia.

En marzo de 1970, a diferencia de la Nueva Izquierda estadounidense que se había alejado deliberadamente del movimiento obrero [1], AWC acompaña la huelga de trabajadores postales y marcha con una impronta artística y con consignas contra la guerra junto a ellos.

En respuesta a la negativa que el año previo había dado el MoMA para financiar la distribución de “And Babies”, en 1970 Hans Haacke crea la “MoMA-poll”, una intervención donde, con aspecto de encuesta, se denunciaba astutamente al mismo museo, a los Rockefeller y al rol de los Estados Unidos en la guerra. Por otra parte, gracias a la pelea dada principalmente desde AWC, en febrero de 1970, los trabajadores del arte logran arrancarle a los museos un día libre a la semana.

Peter Saul no se conformó con producir una obra con la temática de Vietnam sino que dedicó toda una serie a este contenido. La serie encuentra su ocaso con Pinkville, acaso una de sus obras más sencillas, no tan desbordante de elementos como las pinturas que le anteceden o las que sigue llevando adelante hasta el día de hoy.

Saul desde hace décadas fusiona el Arte Pop con el Surrealismo, dándole algunos toques expresionistas. Es curioso cómo, en general, el arte pop ha sido entendido como una estética demasiado orientada hacia lo comercial y hasta frívola y, sin embargo, Saul hace uso de ella para ponerle un contenido político explícito. De hecho, el humor político es frecuente en sus piezas. Suele pintar a referentes políticos a modo de caricatura -por ejemplo a Bush o a Trump- aunque lo hace con su estilo: rodeados de superficies viscosas y cuerpos gomosos, aplastados, estirados y estrujados de adentro hacia afuera. La paleta podría ser tanto la propia del Arte Pop como la del arte visual que había producido el hippismo. Con estas últimas producciones comparte también el exceso de elementos, un sobrecargo visual de figuras, aunque Saul lo hará de un modo más aparejado, por lo deliberadamente repulsivo y vulgar, a lo kitsch. Para las obras que dedicó al arte anti-bélico, mantuvo este mismo estilo que le es propio.

En relación a Pinkville, como señalábamos, cierra la etapa “Vietnam” del autor. La preocupación ineludible por la guerra se inaugura en Saul con un reportaje gráfico de Seymour Hersh sobre la masacre de Son My. Declara que sus propias “imágenes siempre me causan problemas psicológicos, están pensadas como una especie de "ducha fría" para otras personas, para hacerlas conscientes”. Opina que incluso su auditorio veía a la guerra como algo lejano y encontró en su arte un espacio desde donde interpelar. Produjo por lo tanto obras audaces tanto en lo estético como en el contenido. Se puede entender al gesto de optar por un cuadro como Pinkville un tanto menos cargado en elementos como una elección más del lado de “menos es más” en favor de la contundencia del mensaje.

En el 1971 se da inicio a las conversaciones de paz, lo que significó una baja en la efervescencia del movimiento antiguerra. La AWC se disuelve por diferencias internas y muchos de sus integrantes se vuelcan de lleno a otras causas como la feminista y por la igualdad racial. Gracias a la pelea sindical que habían dado, ese mismo año logran conquistar la sindicalización del personal del MoMA. Por otro lado, baja notablemente la producción de obras colectivas aunque se llega a confeccionar un nuevo Indignation Collage.

En resumen, podemos decir que tanto las presentes obras como el conjunto de las obras producidas en Estados Unidos contra la Guerra tienen el mérito de expresar una crítica radical al imperialismo, en solidaridad con un pueblo empobrecido y oprimido. Esto no se constriñe a límites de un cuadro ni entre las paredes donde un happening había transcurrido. Desbordó y se propuso desafiar las lógicas arbitrarias, comerciales y hasta segregadoras que tenían por ejemplo los museos. Llegaron -cuestión no menor- a espacios como el MoMA: un museo de referencia internacional. Así se organizaron más de una vez para que cada obra pudiera seguir circulando. En esto, como con "Q: and babies? A: and babies”, jugaron un rol fundamental organizaciones como la Arts Workers Coalition. En simultáneo, seguían organizándose para que sus demandas triunfaran. Expresaban, por lo tanto, un clima de época no solo recogiendo y tomando partido por la lucha contra la guerra de Vietnam sino el conjunto de los movimientos sociales que proliferaban en ese entonces: contra el racismo y la xenofobia, el de la lucha de las mujeres y las diversidades. Es que tenían, a su vez, un enemigo en común. Si hubiera que hacerle alguna crítica a este movimiento sería que, en general, calaba dentro de él la lógica que primaba en general en el movimiento anti-guerra: el pacifismo. Desgraciadamente, no alcanza con exigir la paz cuando hay que enfrentar al Imperialismo, ya sea dentro o fuera de él, si bien no se trata de una posición desdeñable ya que, desde un país opresor, se tomaba parte por el bando oprimido.

Es destacable la multiplicidad de movimientos que se suscitaban para ese entonces y la vitalidad de la que gozaban, la voluntad de poner en cuestión aspectos del régimen que hasta entonces parecían intocables y la pluralidad de voces expresada en el arte contra la guerra de Vietnam que señalaba Melissa Ho. Respecto a esto, el periodista Jens Kastner sostiene en este artículo que “la orientación internacionalista opera como un vínculo entre los movimientos artísticos y los movimientos sociales, así como una posibilidad de superar los obstáculos estructurales existentes entre ambos”. Según el autor, se pondría en cuestión -aunque no invalida- el esquema de análisis planteado por Pierre Bourdieu donde cada campo existe de manera relativamente autónoma -y casi escindida- de los restantes. En este caso, podríamos pensar al movimiento en contra de la guerra de Vietnam no como una lucha más, sino como una amalgama, un punto de encuentro donde los diversos movimientos se retroalimentan. Y esto se daba aún más dentro del movimiento de trabajadorxs del arte. Lo podemos pensar, a su vez, como una caja de resonancia donde se expresaban cuestiones que se daban por fuera de él. De esto da muestra la disolución de AWC: su fin implicó una disminución en las exhibiciones e intervenciones colectivas de artistas, más allá de que su influencia permitió cierto tipo de arte político expresado el las décadas subsiguientes y hasta la actualidad.

NOTAS AL PIE
[1La “Declaración de Port Huron”, de Tom Hayden de 1962, considerado el manifiesto fundamental de la Nueva Izquierda, señala a la base de los sindicatos como necesariamente “indiferente” y al conjunto del movimiento obrero como algo naturalmente inactivo. En este camino errático, pensadores como Herbert Marcuse llegan incluso a sostener que los trabajadores organizados compartían “las mismas necesidades estabilizadoras y contrarrevolucionarias de las clases medias”. 
 
Bruno Cappello
 
Fuente: Izquierda Diario

jueves, 28 de noviembre de 2024

CCOO PRESENTA UNA WEB QUE GEOLOCALIZA 6.000 SÍMBOLOS FRANQUISTAS QUE INCLUMPLEN LA LEY DE MEMORIA

 

CCOO presenta la web deberiadesaparecer.com una herramienta online accesible y abierta, a través de la cual se geolocalizan símbolos y monumentos conmemorativos de la Guerra Civil o de la dictadura aún vigentes en nuestro país.

En 2007 y en 2022 se aprueban ambas leyes, que entre otras cosas promueven la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura.

15 años después, nace este espacio virtual de datos abiertos deberiadesaparecer.com con el propósito de visualizar e identificar el panorama nacional sobre los vestigios y símbolos que conforman un paisaje contrario a la memoria democrática. 

Además del mapa interactivo, se ha incluido un formulario con el fin de impulsar la construcción de una base de datos actualizada. La cual servirá como punto de partida para que los diferentes actores de la sociedad puedan iniciar un debate sobre si se requiere una actuación y cuál debería ser el tipo de acción a realizar.

Todo con el fin de resignificar los espacios comunes y convertirlos en lugares de consenso donde la memoria de miles de víctimas del franquismo sea reparada.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

COMUNICADO DEL FRENTE POPULAR PARA LA LIBERACIÓN DE PALESTINA SOBRE LA DECISIÓN DE LA CPI DE ORDENAR EL ARRESTO DE NETANYAHU

 

El Frente Popular saluda la decisión de la Corte Penal Internacional de emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant y pide su implementación práctica sin obstáculos.
 
• El Frente Popular para la Liberación de Palestina acoge con satisfacción la decisión de la Corte Penal Internacional de emitir órdenes de arresto contra los criminales de guerra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant en el contexto de los crímenes de guerra cometidos en la Franja de Gaza, destacando que esta decisión - a pesar de su retraso - es un paso importante para hacer que estos asesinos rindan cuentas por las atrocidades que cometieron.
 
• El Frente destaca la necesidad de que esta importante decisión no quede confinada a un marco teórico, sino que debe traducirse en medidas prácticas sobre el terreno, a través de una resolución internacional vinculante que exija el arresto de estos criminales de conformidad con los tratados internacionales, especialmente el Estatuto de Roma, de manera que garantice que no escapen al castigo.
 
• El Frente también destaca la importancia de enfrentar cualquier intento de Estados Unidos y algunos países occidentales de alterar los efectos de esta decisión, a la luz de su continua complicidad con la ocupación y sus políticas criminales.
 
• A pesar de la importancia de la decisión del tribunal y las acusaciones contra estos dos criminales, siguen siendo acusaciones pequeñas a la luz de la enorme escala de los crímenes que han cometido contra nuestro pueblo y siguen cometiendo, que incluyen genocidio, limpieza étnica, hambruna, ataques indiscriminados. bombardeos y otros crímenes que se consideran una violación flagrante de todas las leyes internacionales y humanitarias.
 
El Frente destaca la necesidad de ampliar el alcance del procesamiento de todos los líderes de la ocupación, ya sean políticos o militares, en todos los foros internacionales, así como el procesamiento del criminal de guerra Biden y su Secretario de Estado, Blinken, dada su participación en la comisión o apoyo crímenes sistemáticos y su incumplimiento de las decisiones de la Corte Internacional de Justicia y del derecho internacional humanitario.
 
• Esta decisión representa un rayo de esperanza y debe ser un impulso para mayores esfuerzos internacionales para detener la actual guerra de genocidio contra nuestro pueblo, romper el asedio y continuar los esfuerzos para aislar la ocupación y deslegitimarla en todos los niveles.
 
Frente Popular para la Liberación de Palestina
 
Departamento Central de Información
 
21-noviembre 2024
 
Fuente: Palestina en mi corazón

martes, 26 de noviembre de 2024

FESCIMED 2024

 

El Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática es una iniciativa de la Asociación Cultural Arte y Memoria, un colectivo social formado por profesionales de diferentes ámbitos y disciplinas culturales y artísticas: actores y actrices, cineastas, productores teatrales y cinematográficos, fotógrafos, guionistas, escritores, diseñadores… un colectivo que poco a poco va creciendo y cuya meta es preservar la memoria colectiva desde una perspectiva de justicia y solidaridad con las víctimas de las injusticias, de cualquier parte del mundo, a través de expresiones y herramientas que nos proporciona el cine, el teatro, la literatura, la pintura o cualquier otra disciplina artística.

La VIII edición del Festival se desarrollará del 3 al 7 de diciembre en Cineteca Madrid (Plaza Legazpi, 8) y clausurará el 8 de diciembre con la entrega de premios.

PROGRAMA: https://fescimed.com/



lunes, 25 de noviembre de 2024

EL PEQUEÑO MUSEO GROSZ DE BERLÍN CIERRA PERMANENTEMENTE A PARTIR DE HOY


COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN "GEORGE GROSZ IN BERLIN e.V"

“George Grosz in Berlin eV” anuncia que el Pequeño Little Grosz permanecerá cerrado después del 25 de noviembre de 2024, último día de la exposición especial “Was sind das für Zeiten? – Grosz, Brecht & Piscator”.

“No podríamos haber deseado mayor éxito para este proyecto de museo temporal. Queremos cerrar en el pico”, dice el Dr. Pay Matthis Karstens, copresidente de la asociación.

Desde su apertura en mayo de 2022, el museo ha atraído a más de 30.000 visitantes al año y, por lo tanto, puede presumir de cifras superiores a la media. Además de la exposición permanente, se presentaron en total cinco exposiciones especiales, cada una de las cuales iba acompañada de catálogos de exposiciones con base científica, todos ellos publicados por Walther y Franz König. De este modo, el museo ha arrojado nueva luz sobre aspectos individuales de la vida y obra de George Grosz y ha demostrado la relevancia de su concepción artística. Se llevaron a cabo colaboraciones con la Academia de las Artes y el Museo de Arte Heckscher de Long Island (EE.UU.); Numerosos museos públicos y prestamistas privados prestaron sus obras para las exposiciones especiales. Una nutrida respuesta de la prensa nacional e internacional acompañó todas las actividades del museo.

El museo recibió un importante apoyo de la Sparkasse de Berlín y de numerosos patrocinadores privados. Dos exposiciones contaron con el apoyo del Fondo de Cultura de la Capital. “Sin embargo, el objetivo de que el museo funcione sin pérdidas supone un considerable avance. Lo que hemos logrado en este lugar tan especial sólo fue posible gracias al trabajo voluntario de los socios del club. "Eso es maravilloso, pero no sostenible", dijo el tesorero Timon Meyer.

El presidente de la asociación, Ralf Kemper, explica: “El Pequeño Museo Grosz en la antigua gasolinera fue una gran solución temporal. No podríamos estar más contentos con lo que hemos conseguido, porque George Grosz vuelve a estar en boca de todos. Queremos agradecer a todos los visitantes de cerca y de lejos, así como a Juerg Judin, sin cuya ubicación y préstamo el museo seguramente no habría sido un gran éxito. También nos gustaría agradecer a la familia del artista (Marty, Lilian y Toby Grosz) y a Ralph Jentsch, director general de George Grosz Estate, por su gran apoyo. Continuaremos trabajando para hacer más visible el trabajo de Grosz e investigando su vida y obra. El objetivo sigue siendo crear un hogar permanente para Grosz en Berlín. ¡La indudable importancia de su trabajo es nuestra motivación para ello!”

Ya se están considerando los próximos pasos.

Noviembre 2024

domingo, 24 de noviembre de 2024

"MUJERES DEL PARTIDO PANTERA NEGRA", MURAL DE RACHEL WOLFE-GOLSMITH EN OAKLAND (EE.UU.)

 

Mujeres del Partido Pantera Negra
Rachel Wolfe-Goldsmith
Mural
9x9 m aprox.
Center St & 9th St Intersection. Oakland, California (EE.UU.) 

En el corazón de West Oakland,  en la intersección de las calles Center y 9th, se encuentra un sorprendente mural de un grupo de mujeres: una agarra un rifle y otra levanta el puño en señal de protesta. En la esquina inferior izquierda de esta hermosa muestra de arte, una mujer le sonríe a un niño, cuya boina negra está ligeramente inclinada hacia la derecha. Estas son las mujeres del Partido Pantera Negra. 

Sin que la mayoría lo sepa, en el auge del Partido Pantera Negra, más del 60 por ciento de sus miembros estaban compuestos por mujeres de color. Eran organizadoras, activistas, maestras y, a menudo, estaban en la primera línea de muchas de las batallas del partido por la igualdad y el cambio social. Sin embargo, muchas de sus contribuciones se han perdido en las páginas de la historia; este mural tiene como objetivo recuperar y resaltar su legado.

El mural mide unos 30 pies de alto y se encuentra en el mismo barrio donde se fundó el partido. La impactante obra de arte se encuentra a solo unos metros del lugar donde el líder y fundador de los Panteras Negras, Huey P. Newton, fue asesinado a tiros el 22 de agosto de 1989. 

La obra de arte, encargada por Jilchristina Vest, fue diseñada por la muralista Rachel Wolfe-Goldsmith y supervisada por la ex Pantera Negra Ericka Huggins. La imagen muestra a Delores Henderson, Angie Johnson, Lauren Williams y su hijo. La imagen fue creada a partir de fotografías de archivo tomadas por Stephen Shames.

El mural cubre un costado de la casa de Vest y hay planes para convertir toda la fachada de la casa en un mural dedicado a las mujeres del Partido Pantera Negra. La imagen incluirá los nombres de más de 250 mujeres que fueron miembros del partido, lo que resaltará aún más el importante papel que desempeñaron estas mujeres no solo dentro del partido, sino también en las comunidades a las que el partido pretendía ayudar. 

En junio de 2021, se inauguró un minimuseo de 93 metros cuadrados dentro de la casa. Se centra en los programas comunitarios del Partido Pantera Negra y está abierto con cita previa.

 

sábado, 23 de noviembre de 2024

DOCUMENTAL "INFORME GENERAL", DE PERE PORTABELLA

Título original: Informe general sobre unas cuestiones de interés para una proyección pública  
Dirección: Pere Portabella     
Guión: Pere Portabella, Carles Santos, Octavi Pellissa     
Participación: Nazario Aguado, Montserrat Caballé, Amancio Cabrero, Marcelino Camacho, Anselmo Carretero, Santiago Carrillo, Anton Cañellas, Eugenio del Río, Felipe González, Francesc Lucchetti, Gregorio López Raimundo     
Música: Carles Santos     
Fotografía: Manel Esteban     
Productora: Films 59     
Distribuidora: Films 59
Año: 1977   
Duración: 155 min.  

"Una misma pregunta para cada uno de los líderes de las fuerzas políticas que surgen en el país después de la muerte de Franco: ¿Cómo se pasa de una Dictadura a una Democracia? La película constituye la síntesis de las filmaciones clandestinas abiertamente políticas de Portabella y su entorno. Coherente eslabón en una filmografía dirigida a explorar los límites de la representación fílmica, la película trata de la futura representación política en la transición española, con una clara vocación democrática contradicha por su virtual invisibilidad durante treinta años."

"Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública (1976), en el que el cineasta describe, en el mismo gesto, la emergencia pública de la voluntad democrática en España y la pervivencia, en forma de auténtico agujero negro, del antiguo régimen, pero también su futuro monárquico. Estructurado entre un viaje inicial de la cámara a la tumba del dictador en Cuelgamuros y un concierto de Montserrat Caballé en el Palau de la Música de Barcelona (que clausura el film prolongando, conviene recordarlo, la ardiente defensa de la monarquía que lleva a cabo Antonio de Senillosa) la película combina imágenes de las movilizaciones populares de los años 75 y 76, da la palabra a las organizaciones sindicales hasta entonces clandestinas, a los partidos políticos en pleno proceso de salida a la luz pública, reconstruye el imaginario del exilio, ficcionaliza alguno de los avatares más siniestros del franquismo (las detenciones, la tortura), revive de la mano de algunos de sus protagonistas momentos dramáticos de la reciente historia de España (el fusilamiento del militante de ETA, Juan Paredes Manot “Txiki”). Todo ello escapando a cualquier “atisbo emocional”, desligándose de la “dictadura del efecto realidad” que suele contaminar los documentales al uso, mediante la utilización de una estructura retórica puntuada por la remisión a los lugares emblemáticos de la ruina, real e imaginaria, del franquismo: ese viaje ya citado al Valle de los Caídos; la visita al palacio del Pardo, cuyas habitaciones recorremos de la mano de un cicerone que nos muestra las dependencias privadas, ahora vacías, en las que se vivió el día a día de la dictadura; un fragmento de Raza, film estandarte de una cierta concepción del mundo y de las cosas; el Parlamento de Cataluña, ahora abandonado; las ruinas de Belchite, “cuya desolación vuelve a ser cuna de lo siniestro (el pasado histórico perdido)”. *2


 
Informe General, 1976
 

"No creo que mi trabajo, visto con cierta perspectiva, haya sido una práctica coyuntural, más bien pienso que ha sido una manera de plantearse el trabajo cinematográfico desde una óptica ideológica, y no únicamente desde la vertiente de un compromiso político, sino intentando trabajar de forma prioritaria los propios medios en un intento de crítica del lenguaje. En un principio este planteamiento me pareció válido, pero en estos momentos, teniendo en cuenta todo aquello que ya está hecho, así como los diferentes condicionamientos políticos y culturales, el trabajo producirá unos resultados diferentes.  

DOS CAMINOS 

Creo que existen dos posibles alternativas que modificarían mis planteamientos anteriores. 

 En primer lugar, creo que mientras los canales de difusión del cine siguen siendo los tradicionales, resulta absolutamente necesario plantearse el acceso a los medios normales de exhibición. Esto significa: resulta del todo necesario que el cine se haga para los cines. No se puede perder de vista este hecho y hay que tenerlo presente desde el mismo instante del inicio de la gestación de un filme. Esta voluntad de establecer un programa de normalización, que modificaría la construcción aparente de los trabajos aunque no su fondo, se encuentra asimismo con una serie de graves problemas: por un lado, el control por parte de las multinacionales de la distribución y de las salas de exhibición; y por otro, las características del propio cine en tanto que soporte ya que presenta algunos problemas absolutamente anacrónicos: la química y la submanipulación artesanal. 



Sin embargo aun hay algo más importante: la relación con el espectador; el vídeo, que ha tenido una entrada imparable en el mundo del cine, inicia lo que podríamos denominar como la privatización del cine. El espectador ya no tendría que moverse para acceder a un filme. Las propuestas podrían ser leídas en la intimidad; un filme ya no tendría que estrenarse necesariamente, cualquiera podría filmar un trabajo del que se podrían vender un numero indeterminado de copias. Es como pasar del mundo de los incunables al mundo de las ediciones ilimitadas de los libros. El espectador podría proyectar los filmes de forma privada. Este es un acontecimiento esencial. Podría hacer uso del aparato de televisión con mucha más capacidad de iniciativa que ahora. Si consideramos detenidamente el mundo del cine en estos momentos, inmediatamente podemos advertir dos direcciones: por un lado el cine colosalista, que me parece un retorno a la barraca de feria, sin ignorar toda una serie de connotaciones culturales que no deben ser olvidadas, y por otro lado aquel cine que con un alto grado de clarividencia hace propuestas para ser proyectadas fuera de los canales tradicionales (los cines). En este laberinto existen además otros factores; las multinacionales están interesadas a largo plazo en el proyecto video lo que no nos deja prácticamente otra opción. Todo ello contribuye irreversible-mente a que el planteamiento del trabajo no pueda ser ahora el mismo que hace unos años, no podemos pensar en Ford, Welles o Sirk como modelos, en todo caso únicamente como referentes y memoria.  



UN PROBLEMA 

En el momento de plantearse la posibilidad del tránsito (de la proyección pública al consumo privado y doméstico, del tiempo de la proyección fija o la interrupción y repetición) inmediatamente hace acto de presencia un problema: el de la especificidad de los medios diferentes, el cine y el vídeo, de los que los medios de comunicación, principalmente la TV, hacen continuamente un uso indiscriminado, produciendo gran confusión. En este traspaso de técnicas siempre existe el que proclama que al tratarse de un nuevo medio de trabajo será absolutamente novedoso, como una especie de «borrón y cuenta nueva». No creo que eso sea exactamente así. Lo real es la existencia de unas posibilidades diferenciadas, objetivamente hablando, cuya utilización permite, siempre en el interior del mismo hilo discursivo, operar de una manera diferente. El resultado puede variar, pero el discurso sobre el lenguaje, la matriz ideológica, la concepción y la especificidad de la que se parte y se transciende, es la misma. Sin embargo, creo que no se puede elaborar un programa, una actitud, sin partir de una determina-da especificidad; sin convertirla en una ortodoxia, en una ortopedia; precisamente los mejores trabajos que se están produciendo en estos momentos en el campo del cine son los de aquellos autores que han roto esta limitación que el propio cine se había impuesto, por ejemplo, la película de Peter Handke Die Linkshändige Frau [La mujer zurda, 1977] es un filme de un escritor, no el de un cineasta, y en cambio es una buena propuesta. La especificidad del medio no se debe olvidar: el escultor que trabaja la madera ha de conocer las características y el comportamiento de la madera que trabaja, sensible incluso al azar. Ahora bien, todo tiene un límite; la especificidad del cine, como la del vídeo, va más allá de lo que hasta ahora se nos ha dado a entender. Pienso que el conocimiento profundo de lo más especifico de un lenguaje es el único sistema que permite un auténtico trabajo. Que permite su violación. Un poeta debe tener un conocimiento profundo de la lengua… En el cine las mejores películas son aquellas en las que se lleva a cabo una violencia hacia el mismo cine; Dreyer violenta el cine, así como Artaud violenta la escritura. Esto plantea una última pregunta: ¿Qué significa dominar lo específico de un lenguaje, qué quiere decir conocer un medio? Para mí conocer un lenguaje significa pensar y visualizar imaginativamente a partir del medio, recortar al máximo la distancia que hay entre los proyectos y el estadio de las ideas y el camino que se utiliza para su realización. El resultado de esta dialéctica ha de ser que el objeto creado se acerque al máximo posible a los proyectos iniciales, aunque sometidos a todos los «traumas» y alteraciones del propio proceso de creación hasta su materialización final. Para que esto ocurra es indudable que existe una parte objetiva que es necesario conocer y dominar." *3


Fuentes de información: Pere Portabella, Numax, Filmoteca de Catalunya, *2 Intermedio ,  *3 MACBA

viernes, 22 de noviembre de 2024

SINFONÍA Nº 2 "BRASILIA", OBRA DEL COMPOSITOR COMUNISTA GUERRA-PEIXE DEDICADA A LOS TRABAJADORES QUE CONSTRUYERON LA CAPITAL DE BRASIL

La “Sinfonía Nº 2” (Brasília) fue compuesta en 1960 para un concurso patrocinado por la Radio MEC en 1960 con motivo de la inauguración de la nueva capital del Brasil, Brasilia. El primer premio quedó desierto. La obra quedó empatada en el segundo premio con obras de Claudio Santoro y de José Guerra Vicente.

Está orquestada para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, cuatro trompas, tres trompetas, cuatro trombones, tuba, timbales, bombo, platillos, platillos suspendidos, tambor militar, caja, pandereta, triángulo, xilofón, celesta, coros, narrador y cuerda.

Se estrenó en diciembre de 1963 en el Teatro Municipal de Rio de Janeiro, interpretada por la Orquestra Sinfónica Nacional da Rádio MEC dirigida por Isaac Karabtchevsky.

El primer movimiento, allegro ma non troppo, evoca O candango em sua terra. Candango es el término con el que fueron conocidos en Brasil los obreros que trabajaron en la construcción de la nueva capital, Brasilia y en toda la infraestructura necesaria para sustentar esa actividad. Con los años, llegó a ser considerado un gentilicio alternativo para los habitantes de la ciudad, convirtiéndose en sinónimo de brasiliense.

Según Edwardes Cabral, carpintero de la Constructora Rabelo, que construyó el Palacio de la Alvorada, el presidente Juscelino Kubistchek, siempre sonriente y amable con los trabajadores, los abrazaba y les decía: Yo soy el candango número 1. Tú eres el número 2​.

La sinfonía empieza con un tema del nordeste brasileño en modo mixolidio, pues la mayoría de los trabajadores provenían de Belo Horizonte y del nordeste del Brasil. Luego recorre episodios de la vida del trabajador, A caminho do Planalto, Chegada alegre. En la sección final interviene un coro femenino cantando con sonidos onomatopéyicos.

El Palacio de Planalto es la sede del poder ejecutivo​ del Gobierno Federal brasileño. El edificio está localizado en la Plaza de los Tres Poderes (Praça dos Três Poderes) y fue diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer en 1956, empezando su construcción en 1958. Forma parte del proyecto del Plan Piloto de la ciudad y fue uno de los primeros edificios construidos.

El segundo movimiento, presto, lleva el título de O trabalho. La percusión con líneas repetitivas y los ritmos orquestales describen a los trabajadores de las obras en un clima de dinamismo fluido, punteado por intervenciones corales.

El tercer movimiento, andante, es una Elegia para o ausente, un homenaje a los que perdieron su vida en la construcción de la ciudad. Se inicia mediante un solo de fagot acompañado por la cuerda. Un tema triste marcado por un calmado desconsuelo, en un diálogo entre la madera y los violines y violoncelos, hasta el momento en que la tensión se va elevando al final del movimiento.

El cuarto movimiento, allegretto con moto, presenta una versión del discurso del Presidente Juscelino Kubistchek durante la inauguración de Brasilia. El compositor también ofreció una alternativa para la omisión del texto hablado.

Empieza con una festiva Manhà de domingo y recorre etapas a lo largo del día, como Tarde infantil, Desce a noite y Volta ao trabalho. Las intervenciones corales utilizan canciones populares, Hoje é domingo, pe de caximbo, Rei capitão, soldado ladrão. En la parte final después de Inaguraçao da cidade, con el texto del discurso recitado por el narrador, termina con una Apoteose en la que el coro entona de manera entusiasmada el È Brasilia Ei-la. Brasilia aquí está.

Fuente: Historia de la Sinfonía

jueves, 21 de noviembre de 2024

LA OBRA "1936", DE ANDRÉS LIMA", LLEGA AL TEATRO VALLE-INCLÁN DE MADRID


Texto: Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga
Dramaturgia Albert Boronat y Andrés Lima
Dirección:  Andrés Lima

1936

El Premio Nacional de Teatro 2019, Andrés Lima, dirige del 29 de noviembre al 26 de enero en el Teatro Valle-Inclán una obra que revisa la Guerra Civil y sus consecuencias, utilizando el arte escénico como una herramienta para comprender y transmitir la complejidad del conflicto. Un espectáculo que tiene una duración de 4 horas y 30 minutos

El golpe de estado militar del 18 de julio de 1936 en España dio lugar a una guerra civil que duró tres largos años. Si entendemos el “shock” como el golpe violento sobre una sociedad que da lugar a implementar un régimen económico, político y social, España en el 36 es el inicio de un gran shock que durará 40 años y que todavía tiene una influencia decisiva en todos los estamentos y clases de la sociedad española.

Durante muchos años, la historia oficial en este país ha sido contada desde el prisma de los vencedores (triste palabra), de los sublevados. Y esta falta de educación histórica nos alcanza hasta hoy. Pero la mirada teatral de este montaje no se basa en la dicotomía de los vencedores y los vencidos, de los amigos y enemigos. Nuestra mirada será analítica, crítica y documental. Nuestra responsabilidad es la de reencarnar una guerra. Y una guerra no sólo es un fracaso como sociedad, sino un enorme desgarro emocional. Una guerra civil, entre hermanos, es posiblemente la peor de las guerras. El teatro puede reflejar esa emoción. Queremos que el espectador reflexione, que nuestros adolescentes y jóvenes comprendan, y que todos podamos ponernos en el lugar del otro. ¿Qué se siente bajo un bombardeo, refugiado en una estación del metro, junto con tus vecinos, que posiblemente te denunciaran por tus ideas?, ¿qué se siente huyendo por una carretera de Málaga mientras la armada alemana y los aviones italianos exterminan a heridos, ancianas y niñas y niños?, ¿qué se siente tomando la decisión de arrasar Guernica?, ¿cómo se vive en una trinchera a la espera de la muerte?, ¿qué es un “paseo”?, ¿qué es el terror?

Es demasiado grande el conflicto, sus ramificaciones, causas y consecuencias. Pero vamos a intentar hacer teatro. Vamos a intentar pintar un paisaje lo suficientemente elocuente que sirva para recordar e imaginar, para hacernos preguntas que nos lleven a comprender mejor, a descubrir dónde están las heridas.

Porque sangre hubo y mucha. La guerra dio lugar a un régimen franquista sostenido por la iglesia, el ejército, la aristocracia y una gran masa social. Es el pueblo el que me hace cuestionarme más. ¿Cómo y por qué se apoya un régimen basado en la represión? Siendo un ser humano, ¿cómo no se es humanista?, ¿y hoy? Antes la ultraderecha se imponía por golpes de estado, pero hoy son votados en las urnas. ¿Por qué?

Andrés Lima

https://dramatico.mcu.es/evento/1936/

martes, 19 de noviembre de 2024

"GAZA", POR EDUARDO GALEANO

 

Gaza, por Eduardo Galeano 

Artículo escrito por Eduardo Galeano en 11 de julio de 2014

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

Fuente: Spanish Revolution

lunes, 18 de noviembre de 2024

VERSO PUBLICA "ÁFRICA ROJA", DE KEVIN OCHIENG OKOTH

Africa Roja: Recuperando la política Negra revolucionaria
Kevin Ochieng Okoth
Rústica
Precio de venta €15,00 EUR
204 páginas
Junio 2024 
Verso Libros

La crisis del pensamiento emancipador en que estamos inmersos se manifiesta en África de forma especial. El “afropesimismo” es un concepto en boga que define el marasmo ante una situación en la que no se reconocen herramientas de análisis capaces de aportar estrategias de acción idóneas. Se trata de un desánimo racializado en el que el marxismo es desdeñado por “eurocéntrico”, olvidando sus contribuciones a las luchas del siglo XX, y se mira con desconfianza todo lo ajeno a la raza negra. En esta coyuntura, el politólogo Kevin Ochieng Okoth se plantea con África Roja, recién editado por Verso (trad. de Carmen Alonso Menéndez), reivindicar el legado de los grandes revolucionarios africanos del siglo XX y mostrar que existe una posibilidad real de compatibilizar marxismo y radicalismo Negro en la lucha por la liberación del continente. Un repaso cuidadoso de la historia, que alumbra sus hitos esenciales y recuerda a sus protagonistas, pone esto en claro, al tiempo que va dejando perfiladas actuaciones posibles.

Promesas y frustraciones del espíritu de Bandung

En abril de 1955, Sukarno, presidente de Indonesia, decidió celebrar la independencia de su país, conquistada unos años antes, con una conferencia en Bandung (Java) a la que asistieron representantes de veintinueve naciones de Asia y África. La meta era reforzar la solidaridad entre países recién emancipados y debatir sobre un orden mundial post-imperial sin interferencia de Occidente. En plena Guerra Fría, el mensaje de este evento era que los reunidos tenían sus propios criterios y objetivos más allá del alineamiento con uno de los bloques enfrentados. El paso siguiente se dio en 1961 en Belgrado, cuando se creó formalmente el Movimiento de Países No Alineados, agrupando ya a ciento veinte naciones de todo el mundo, y con Tito, Nehru y Nasser como cabezas más visibles. La Conferencia Tricontinental de 1966 en La Habana aportó nuevo impulso y propuso medidas concretas de cooperación política, económica y militar para el tercer mundo.

Simultáneamente a estos procesos, en África se daban otros específicos que retomaban las labores de las conferencias panafricanas celebradas hasta entonces fuera del continente. En diciembre de 1958 se convocó en Accra, capital de la recién independizada Ghana, la Conferencia Panafricana de los Pueblos, y allí muchos activistas anticoloniales exiliados pudieron discutir sus estrategias. No obstante, a pesar de las buenas intenciones, lo cierto es que las independencias de muchos países en los años siguientes no supusieron avances reales para sus pueblos, pues los intentos que hubo fueron abortados, con el asesinato de Patrice Lumumba en 1961, el de Mehdi Ben Barka en 1965 o el golpe de estado en Ghana en 1966, por ejemplo. Después, la crisis económica de los 70 produjo un endeudamiento generalizado, y la ofensiva neoliberal que siguió impuso planes de ajuste que agudizaron la miseria. En este momento, las élites burguesas nacionales habían sido ya captadas o desplazadas del gobierno y una nueva clase dominante actuaba simplemente de correa de transmisión de los poderes globales, aunque haciendo alarde de un “nacionalismo diluido” no anti-imperialista, sino racial o cultural.

La claudicación en los objetivos emancipadores fue acompañada de una sustitución de los análisis anticoloniales de base económica por los Estudios Decoloniales, auspiciados por el lingüista argentino Walter Mignolo, que atienden sobre todo a aspectos epistémicos, simbólicos y culturales. Okoth juzga esta tendencia poco efectiva para la transformación social, pues no considera adecuadamente la dinámica del capital, las clases enfrentadas y los movimientos de resistencia, y tiende demasiadas veces a enfrascarse en abstrusas conceptualizaciones y discusiones académicas a las que se adivinan fines esencialmente curriculares. En una línea similar, el “afropesimismo” que se desarrolla en los campus de California en 2006 defiende una singularidad del racismo antinegro que lo distancia de cualquier otra lucha emancipadora y lo hace imposible de superar. Lo triste del caso es que estas ideas, a pesar de sus bases teóricas endebles han conseguido amplia influencia social. Por su parte, el camerunés Achille Mbembe plantea que el afro-radicalismo de estirpe marxista que capitalizó los procesos de independencia fracasó luego por su fetichización del poder estatal y su carácter autoritario y no tiene hoy nada que ofrecer.

Buscando vías de avance a pesar de todo

El marxismo ha sido denunciado como eurocéntrico, por ejemplo por Cedric J. Robinson en Marxismo Negro (1983), pero lo cierto es que una lectura atenta del de Tréveris pone de manifiesto que sí tiene en cuenta la importancia de esclavismo y racismo en el desarrollo del capitalismo. Diversos autores posteriores han argumentado sólidamente que el racismo es una consecuencia de la explotación económica y no al revés, lo que explica la abolición de la trata cuando las condiciones de los mercados fueron propicias. La esclavitud se desliga de la raza también en situaciones históricas que Okoth describe en Nigeria o en el Imperio español, y que lo llevan a cuestionar los conceptos esquemáticos y universalistas sobre los negros, como los de los teóricos del afropesimismo.

Aimé Césaire y Léopold Sédar Senghor ofrecen un buen ejemplo de un planteamiento que no cosechó resultados. Ellos auspiciaron en Francia a partir de los años 30 su movimiento de la “negritud”, una reflexión poética sobre la esencia africana que carecía de músculo de transformación social, como demostró luego el Senghor estadista en Senegal a partir de los 60. En oposición a esto la trayectoria de Amílcar Cabral representa para Okoth un modelo de estrategia anticolonial exitosa, que tras la independencia de Guinea-Bisáu en 1974 fue capaz de desarrollar un enfoque del marxismo enraizado en la realidad de su país. Frantz Fanon, analizado en detalle, muestra que más allá del radicalismo negro de algunos de sus textos, se comprometió en la lucha anticolonial, en la que veía una ventana de oportunidad para el ideal emancipador.

El hecho es que tras las independencias, el “socialismo africano” que trató de ponerse en práctica dio paso pronto a políticas económicas al servicio de las viejas metrópolis y autoritarismo creciente, como prueba el recorrido por escenarios de todo el continente que realiza Okoth. Este fracaso se incardinó a partir de los 80 con el neoliberalismo que se impuso y afianzó un neocolonialismo depredador, capitaneado por élites negras locales captadas. Según el análisis, el proceso estaba viciado también al no potenciarse las fuerzas populares que podían desafiar democráticamente al Estado. Lo que caracteriza la situación actual es la ausencia de planteamientos anticapitalistas capaces de sacar provecho de las mejores tradiciones anticoloniales de una tierra pródiga en ellas.

Kevin Ochieng Okothexplora en África Roja el origen de los problemas del presente en los proyectos fallidos y los errores del siglo XX, pero extiende su crítica también a los que predican el desánimo hoy mismo teorizando sobre un racismo impreso en el ADN de Occidente. Más allá de esto, se nos demuestra con rigor en el libro que hay un camino posible, de racionalidad y conciencia, para retomar las movilizaciones y luchas por el socialismo en el continente negro.

Reseña de Jesús Aller

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/.