La “Sinfonía N° 4” Op.281 fue la obra compuesta para cumplir el encargo realizado por su patria con motivo del centenario de la revolución de 1848. Sus cuatro movimientos pintan diversos cuadros relacionados con la Revolución de 1848, contrastando entre ellos como es peculiar en su estilo.
El primer movimiento, L’insurrection, corresponde al allegro. Mediante el estilo de la música militar y empleando motivos de los cantos revolucionarios, nos describe el inicio de la revolución.
Los tambores militares aparecen al inicio, seguidos por los recuerdos de los cantos revolucionarios, que luego se usan en la sección de desarrollo mediante sus variaciones tonales. La coda nos deja una nota suspendida como si quisiera enlazar con el siguiente movimiento.
El segundo movimiento, aux Morts de la République, corresponde al movimiento lento. Contrastando como es habitual con el anterior, es un serio recuerdo de las víctimas. Una especie de marcha fúnebre muy lenta inicia el movimiento. Los agudos de la flauta en contrapunto con el oboe desgranan una triste melodía bitonal. En la parte central la melodía se expande llegando en la parte final a ser tomada por la cuerda. El sonido bajo del violoncelo en contraste con la madera añade más fuerza expresiva a este canto fúnebre. Las notas del violoncelo se unen al triste redoble de los tambores en la coda.
El tercer movimiento, les Joies de la Liberté retrouvée, corresponde al scherzo. La música se hace más ligera, con cierto carácter danzante como afecta a la forma. Muestra la alegría causada por la paz y la libertad usando su propio lenguaje tonal, que desemboca en múltiples disonancias debidas a la politonalidad.
El último movimiento, Commémoration 1948, es el allegro final. Regresa la música militar del primer movimiento con sus fanfarrias. Actúa como resumen de la obra sinfónica queriendo corresponderse con los 100 años de historia. Después de los redobles militares iniciales la orquesta empieza una especie de marcha gloriosa.
Un episodio más tranquilo expresa una cierta sensación de bienestar. Pero nuevamente reaparecen los sonidos marciales. Los cantos revolucionarios son nuevamente escuchados, llevándonos hasta su conclusión con los redobles del tambor militar.
Fuente: Historia de la Sinfonía
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