jueves, 26 de septiembre de 2024

SOBRE MANUEL VITAL Y LA PELÍCULA "EL 47"

Un ejemplo concreto de cómo la militancia comunista, sindical y vecinal organizada en el PSUC, en las Comisiones Obreras y las AA.VV. mejoraron nuestras vidas

Hace unos días fui a ver la película «El 47» dedicada al conductor Manuel Vital, conocido por secuestrar su autobús como acto reivindicativo para que la Línea 47 pudiera llegar al barrio obrero de Torre Baró situado en la periferia de Barcelona.

La necesidad de un cine comprometido frente a la ola reaccionaria

La película es un importante y valiente acto de memoria histórica en estos momentos de ola reaccionaria, de revisionismo histórico y peligroso auge neofascista. Es necesario saber de dónde vienen y lo que costaron nuestros derechos, y también, del papel del fascismo como defensor de los intereses de los empresarios y especuladores, y de azote contra las familias humildes y trabajadoras.

En esta época en que la xenofobia y el racismo campan a sus anchas de forma desacomplejada, es transcendental que el mundo de la cultura, y en este caso el cine, rinda homenaje y difunda, no desde la nostalgia sino desde la reivindicación, el papel esencial que jugaron las personas que emigraron desde el sur de España para trabajar y vivir en condiciones muy difíciles, sobre todo por la miseria y la represión que les imponía la dictadura.

Nuestra historia como mejor ejemplo frente a la reacción y el racismo

En la película se muestra cómo muchos emigrantes vinieron sin nada y tuvieron que construir las casas con sus propias manos en plena montaña, conseguir instalaciones de luz o agua, organizándose y luchando de forma colectiva para hacer frente a la adversidad, con historias anónimas llenas de heroísmo, solidaridad y conciencia de clase, sabiendo aprovechar hábilmente las grietas de las leyes y desbordar la represión de la policía franquista.

Es importante explicar cómo se fraguó el antifranquismo desde los problemas concretos y por la mejora de las condiciones de vida en los barrios y los tajos, como un ejemplo inspirador y lleno de actualidad, de cómo desde la unidad, la solidaridad y lo colectivo, desde el mestizaje y la integración en la sociedad y la cultura catalana, la organización, la lucha reivindicativa y de masas de la clase obrera en los centros de trabajo y en los barrios, se pudo enfrentar a la bestia fascista.

Una epopeya en los barrios de mi infancia 

La historia de Manuel Vital tiene para mí también una vertiente emotiva, puesto que me devuelve a mis orígenes barriales. Viví mi infancia y parte de la adolescencia en el barrio de la «Prospe», estudiando en la escuela Benjamí y la pública «mixta» Santiago Rusiñol. Entre Ciutat Meridiana y la Trinitat Nova vivían els meus avis, mi tía y mis primas. La de veces que la chavalada subíamos a las ruinas del castillo que daba nombre al barrio de Torre Baró. La de recuerdos que me vienen a la cabeza de mis vivencias en el distrito obrero barcelonés de 9 Barris.

9 Barris casi siempre ha tenido una enorme actividad política y agitación social. Recuerdo en mi infancia las reuniones y los locales de Él partido, él sindicato y la AAVV, puesto que mis padres fueron destacados militantes del PSUC (luego del PCC), de CC.OO. y del movimiento vecinal. Ya me habían explicado la tremenda epopeya del camarada Vital secuestrando el bus número 47 para llevarlo en coordinación con todo el barrio, que salió a las calles para demostrar que el transporte público podía llegar a Torre Baró.

Vital era comunista, sindicalista y líder vecinal, del PSUC y de CC.OO.

Tenía expectativas con esta película, y, la verdad, es que me dejó una sensación agridulce. Sigo pensando que hay que verla, ya que son pocas las películas con recursos suficientes, buenos actores y actrices, equipo técnico y amplia difusión para popularizar las luchas que mejoraron nuestras vidas. Pero en honor a la verdad, aparte del aspecto emocional, de los recuerdos del asesinato por los falangistas del padre de Vital y la brillante interpretación de su hija de la canción de Chicho Sánchez Ferlosio Gallo Rojo, Gallo Negro, se reduce y oculta la trascendencia, las ideas y la organización política y social que había detrás de las luchas obreras y populares en la dictadura.

Tal como se sitúa en la película, la acción de Vital sería algo espontáneo y motivado por un impulso individual producto de la indignación, pero no, no fue exactamente así. Cuando antes hablaba del camarada Vital no lo decía por casualidad. En la película se esconde, pero Vital era militante comunista del PSUC, destacado sindicalista de CC.OO. en la empresa de autobuses de Barcelona y líder vecinal muchos años antes de la acción de El 47 (1978). Además, hay que explicar que la acción fue organizada con los vecinos del barrio y acordada en el PSUC (el 47 no fue el único autobús secuestrado). De hecho, solo hay que buscar entre varios artículos publicados y documentos del movimiento memorialista. Pongo solo unos extractos como ejemplo:

“El nuevo vecindario se organizó alrededor de Manuel Corral Martínez (CC.OO.), Antonio Ortiz, Fernando Quijada Ortega (PSUC), Claudio Raya (PSUC), Manuel Vital Velo (CC.OO. y PSUC)… y llevaron al límite las posibilidades legales de la Asociación de Cabezas de Familia para reclamar que la electricidad y el agua corriente llegasen a la parte alta del barrio. La font dels Eucaliptus era el lugar habitual de reunión de las asambleas, en las que participaban unas setenta personas, las autoridades franquistas enviaban a la policía para disolverlas y, en una ocasión, un agente de la Guardia Civil fue desarmado durante un forcejeo. Torre Baró consiguió el suministro de energía, catorce fuentes públicas, un camión cisterna para distribuir agua potable y las obras del alcantarillado se iniciaron en 1970.” [1]

“Fue organizador de la lucha por el agua que movilizó casi a la totalidad del barrio, y que tuvo su cumbre en el corte de la autopista de entrada a Barcelona por la Avenida Meridiana en el año 1972. Mujeres, hombres y niños bajaron masivamente de la montaña y tomaron la autopista pacíficamente. La policía rodeó la concentración pero no pudo actuar sin provocar una carnicería. De esa lucha surgió el compromiso del ayuntamiento franquista para poner canalizaciones que llevaran el agua a las casas.” [2]

“Desde el inicio de la década de los setenta, Torre Baró pedía transporte público, pero Transports Metropolitans de Barcelona y el Ajuntament de Barcelona les negaba el servicio diciendo que los autobuses no podían pasar por sus calles. El PSUC decidió secuestrar el autobús 47 de Manuel Vital, que llamó el 7 de mayo de 1978 a su casa y comunicó esa acción improvisada a Carme Vilà de la AVV Torre Baró, para que movilizase al vecindario en su recorrido por la carretera Alta de les Roquetes, mientras un vehículo de la línea 2 se sumó a la protesta desde Ciutat Meridiana. La policía detuvo a los dos conductores y las personas que les acompañaban de vuelta a las cocheras, pero consiguieron la ampliación de las líneas de autobuses 47, 31 y nocturna hasta Canyelles, se creó la 77 para Torre Baró e inaugurar en 1981 la línea 93 entre Ciutat Meridiana i Torre Baró”. [3]

¿Por qué la clase obrera y el pueblo reconocían al PSUC como “el Partido”?

Los hechos hablan solos, entonces ¿Por qué hay que ocultar la organización política, sindical y popular en las que militaba Vital y que jugó un papel trascendental en las luchas sociales y contra el franquismo? ¿Había que convertir una lucha social en un producto comercial? No es mi intención criticar a los trabajadores y trabajadoras, al equipo técnico ni a los actores o actrices, pero supongo que a la hora de hacer un largometraje pesa mucho la ideología dominante, los empresarios y productores del sector. Y no creo que estén muy interesados en popularizar la historia de una intrépida lucha barrial que haga referentes de las nuevas generaciones a comunistas organizados en el PSUC como Vital, que son quienes escribieron la historia y por los que hoy tenemos derechos sociales, laborales y políticos.

¿Acaso se puede entender la Catalunya actual, los servicios e instalaciones públicas de los barrios obreros o las condiciones de trabajo en las empresas sin el trabajo y el papel del PSUC, las CC.OO. y las AA.VV.? ¿En qué lugar quedan las luchas obreras de SEAT, Laforsa, Siemens, Roca o Unidad Hermética, las de los barrios y pueblos en 9 Barris, Sabadell, Terrassa, Hospitalet o Cornellà, sin el papel imprescindible de la militancia y el partido comunista? Despreciar u ocultar el papel de la militancia y del PSUC en la historia de Catalunya y dejarlo como si fueran acciones espontáneas e individuales es injusto y le hace flaco favor a la memoria histórica.

Explicar la historia de Manuel Vital debería servir para saber cuál es el origen de nuestros derechos y cómo se conquistaron y, a la vez, que sirvan de inspiración para que las próximas generaciones conozcan de las experiencias de lucha de sus padres y abuelos. Muchas luchas no eran fruto de la espontaneidad o acciones individuales, indudablemente jugaba un papel importante la valentía de las personas, pero desde una perspectiva colectiva y solidaria, desde la clandestinidad, y sabiendo utilizar los resquicios legales de franquismo y, sobre todo, organizando la lucha lo más amplia y de masas posible para conseguir objetivos concretos. Y esa forma de organizarse y luchar no salió de la nada, era el producto de una estrategia teorizada y organizada por el PCE y el PSUC en los centros de trabajo y en los barrios obreros de nuestro país.

Hace poco estuve en el homenaje a los obreros de la Pegaso en San Fernando de Henares. Cuando hablaban los testimonios y se mostraban los documentos, se repetía la misma historia que en Catalunya le había escuchado a mis padres, mis abuelos, a muchos y muchas camaradas que he conocido en mi vida, pero esta vez en los barrios y pueblos obreros de Madrid.

El éxito de la lucha antifranquista se basaba en la acertada política del PCE y el PSUC, que supieron analizar cómo la industrialización y la emigración del campo a la ciudad de los años 60, hacían mayoritaria a la clase obrera y reforzaban su papel revolucionario, adaptando de forma muy creativa las formas de lucha obrera y popular a las condiciones de la dictadura, combinado formas alegales y legales, de manera amplia, unitaria y de masas sobre la base de reivindicar y conquistar mejoras en las condiciones de vida, organizando las CC.OO. en los centros de trabajo y tomando el sindicato vertical, como explicó magistralmente Marcelino Camacho en sus Charlas en la Prisión, y desde una perspectiva sociopolítica (experiencia genuina y original), extender la lucha por las mejoras en los barrios y las ciudades con las AA.VV., acumulando fuerzas en la lucha por la democracia.

Hay que popularizar a más referentes como Manuel Vital

¿Qué pasaría si como a Manuel Vital se popularizara en el cine o en series de TV las historias de Cipriano García, Esteban Cerdán, María Ángeles Rivas Ureña, Maruja Ruiz, María Ángeles Rivas, María Isabel Roig, Neus Català, Marina Ginestà, Francisco Téllez, López Raimundo, y tantos y tantas otras anónimos héroes y heroínas populares? La de historias y aventuras emocionantes que se podrían contar sin tiempo para aburrirse y que servirían para transmitir la memoria antifascista, la experiencia de lucha y elevar la conciencia de clase entre la juventud. Es preciso recuperar la alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura, tal y como planteaba el PCE, y que hoy es tan necesaria frente a la ola reaccionaria.

Pongo en valor la valentía de realizar una película que denuncie las miserables condiciones de vida de los inmigrantes del sur de España que vinieron a trabajar a Barcelona y reivindique su solidaridad e integración en la sociedad y la cultura catalana, y la importancia de la lucha de la clase obrera y los sectores populares contra la dictadura. Y más, en estos tiempos de ola reaccionaria y revisionismo fascista. De hecho, muchas películas más serían necesarias para que el pueblo y las nuevas generaciones conozcan la situación y las dificultades que tuvieron que enfrentar aquellas generaciones, ya que su sacrificio fue la fuente de nuestros derechos y libertades. Pero a la vez, también es fundamental explicar el papel crucial del partido comunista, del sindicalismo de clase y sociopolítico de las Comisiones Obreras y de las Asociaciones de vecinos en la lucha por la mejora de las condiciones de vida y por las libertades democráticas de la clase obrera y los sectores populares de nuestro país.

Ricard Aje

Responsable de Movimiento Obrero del PCE


[1] Espacios de Memoria Histórica en Nou Barris — Nou Barris per la República (noubarrisperlarepublica.org)

[2] Migración | Manuel Vital, el secuestrador del autobús de la línea 47 – El Salto – Edición General (elsaltodiario.com)

[3] Espacios de Memoria Histórica en Nou Barris — Nou Barris per la República (noubarrisperlarepublica.org)

 

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