viernes, 1 de noviembre de 2019

44 AÑOS DE LA MUERTE DE PIER PAOLO PASOLINI


«Fragmento de la Muerte»

Llego de ti y a ti vuelvo,
sentimiento nacido con la luz, con el calor,
bautizado cuando el vagido era alegría,
reconocido en Pier Paolo
en el origen de una furiosa epopeya;
he caminado a la luz de la historia,
pero, siempre, mi ser fue heroico,
bajo tu dominio, íntimo pensamiento.
Se coagulaba en tu estela de luz,
en las atroces dudas
de tu llama, todo acto verdadero
del mundo, de aquella
historia; y en ella se verificaba íntegro,
allí perdía la vida para reconquistarla:
y la vida era real sólo cuando era bella.

¡La furia de la confesión,
antes, después la furia de la claridad:
era de ti que nacía, hipócrita, oscuro
sentimiento! ¡Y ahora,
que acusen también a cada una de mis pasiones,
que me enloden, que me llamen informe, impuro,
obseso, dilettante, perjuro:
tú me aíslas, me das la certeza de la vida:
estoy en la hoguera, juego la carta del fuego
y gano, éste, mi escaso,
inmenso bien, gano esta infinita,
mísera piedad mía
que me hace aun a la justa ira amiga:
puedo hacerlo, porque demasiado te he padecido!

Vuelvo a ti, como vuelve
un emigrado a su pueblo y lo descubre de nuevo:
he hecho fortuna (en el intelecto)
y soy feliz, justamente
como lo era en un tiempo, privado de todo orden.
Una negra rabia de poesía en el pecho.
Una loca vejez de jovencito.
Antes tu alegría se confundía
con el terror es verdad, y ahora
casi con otra alegría,
lívida, árida: mi pasión desilusionada.
Ahora realmente me das miedo,
porque me eres realmente cercana, intuida
en mi estado de rabia, de oscura
hambre, de ansia casi de nueva criatura.

Estoy sano, como quieres tú,
la neurosis crece a mi lado,
el agotamiento me vuelve árido, pero
no me posee: junto a mí,
ríe la última luz de juventud.
He tenido ya cuanto quería:
aun he llegado más allá
de ciertas esperanzas del mundo: vaciado,
estás allí, dentro de mí, colmando
mi tiempo y los tiempos.
He sido racional y he sido
irracional: hasta el fondo.
Y ahora… ah, el desierto ensordecido
por el viento, el estupendo e inmundo
sol del Africa que ilumina al mundo.

¡Africa! ¡Mi única
alternativa!

En:»La religione del mio tempo» 1961

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