NICARAGUA, UNA "OBSESIÓN DE AMOR" 
La periodista Gabriela Selser, testigo de la visita de Julio Cortázar a  Nicaragua en plena guerra, evoca los recuerdos de aquella jornada en la  aldea misquita de Bismuna. 
Febrero de 1983. La aldea misquita de Bismuna, en la frontera norte de  Nicaragua, quedó vacía después del último combate entre el ejército  sandinista y los contras  atrincherados en sus campamentos en la franja sur de Honduras. Y hasta allí llegó Julio Cortázar. 
El  escritor argentino se unió a una veintena de intelectuales y  religiosos  norteamericanos que apoyaban al gobierno sandinista y  decidieron viajar desde Managua hasta ese lugar remoto, a orillas del  caudaloso Río Coco, para realizar una vigilia de paz que  motivara un mayor respaldo internacional a la revolución. También la  cantante local Norma Helena Gadea, la poeta nicaragüense Claribel  Alegría y su esposo, el periodista estadounidense Bud Flakoll  (1923-1997), eran parte del grupo.  
El autor de Rayuela  realizaba entonces su séptima visita a Nicaragua, país al que había  entrado por primera vez y de forma clandestina en 1976, bajo el régimen  somocista, y al que siempre regresaba "por una obsesión de amor", como  dijo en una entrevista. "La situación es grave en Nicaragua.  Comprenderlo ya es algo;  tratar de echar una mano sería mucho mejor",  comentó a mediados de 1982, al reafirmar su apoyo a la causa sandinista,  que al igual que la revolución cubana había captado su atención varios  años atrás.  
Y con esa intención llegó Cortázar a Bismuna, un  pueblo arrasado por la guerra. Muchos de sus pobladores habían muerto,  otros huyeron a Honduras y el resto fueron evacuados por el ejército  nicaragüense hacia el interior del territorio. Como rastro de la última  batalla, ocurrida apenas 48 horas antes, el río remojaba los cuerpos en   descomposición de varios contras tendidos en la orilla.  
Cortázar  vestía una camisa blanca holgada, vaqueros y botas de cuero, cuyos  cordones ató una y otra vez mientras conversaba con los jóvenes  soldados. En silencio, su silueta recorrió varias veces el arriesgado  paisaje rural, sus piernas larguísimas avanzando sobre las piedras.  Quienes fuimos testigos del viaje a Bismuna también lo vimos agacharse  con tristeza a recoger naranjas que cubrían el suelo, abandonadas  alrededor de los ranchos vacíos. "Alguna vez éste será un lugar de paz y  aquí se construirán escuelas. Y siempre habrá gente para recoger todas  las naranjas", fue su epílogo escrito de puño y letra en la historia  garabateada por la cronista en una libreta de espiral.  
A las  cinco de la tarde, el militar sandinista a cargo de la zona pidió a los  visitantes que ayudaran a cavar trincheras antes de que oscureciera. Al  igual que los demás, Julio Cortázar tomó una pala y comenzó a abrir la  zanja, labor que le llevaría casi tres horas. Después de corear  canciones revolucionarias frente a una fogata, no dudó en incluir su  nombre en la lista de guardia nocturna. Y así le tocó asumir un turno de  cuatro horas de vigilia bajo el cielo negro, apenas salpicado de  destellos.  
Alguien comentó entonces que tal vez Cortázar quiso  conocer aquella zona de guerra fiel a su costumbre de comprobar las  cosas por sí mismo, como alguna vez lo explicó. "Yo creo que desde muy  pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo  tiempo fue el no aceptar  verdades fabricadas. A mí no me bastaba que me dijeran que eso era una  mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acababa todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba", escribió.  
La visita a Bismuna fue registrada por el novelista en su libro Nicaragua tan violentamente dulce,  una bitácora de sus viajes publicada durante ese mismo 1983. "Nunca las  estrellas de la caliente noche tropical me parecieron más brillantes y  hermosas, mientras velaba junto con mis compañeros norteamericanos;  nunca estuve más seguro de que el futuro centroamericano pertenece a sus  pueblos en lucha, desde Guatemala hasta El Salvador. Se lo dije a uno  de esos amigos a la vez  momentáneos y permanentes: El día vendrá en que  aquí podremos mirar el cielo por el placer de contemplar estas  estrellas y no para  etectar los aviones que traen la muerte. El humo de  nuestros cigarrillos era más dulce y más perfumado en torno a la fogata  de medianoche", dejó escrito.  
Claribel Alegría, que en mayo  cumplirá 90 años, dice que no recuerda detalles de aquella visita a  Bismuna, pero sí tiene presente "el gran amor" de Cortázar por la  Nicaragua revolucionaria. "Julio adoró la revolución cubana pero nunca  estuvo tan enamorado de una revolución como de la revolución sandinista.  Ahora, si hubiera  vivido... Mejor que ya no esté porque se hubiera  desencantado, pero eso es otra cosa", declaró la poeta a la Radio  Universidad de Managua  en el año 2000.  
Días después de su  viaje a la frontera norte, el escritor volvió a Managua para recibir del  gobierno sandinista la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.  Un año más tarde, el 12 de febrero de 1984, falleció en París.
Fuente: Diario de Sevilla
NOTICIA PARA VIAJEROS
Si todo es corazón y rienda suelta
y en las caras hay luz de mediodía,
si en una selva de armas juegan niños
y cada calle la ganó, la vida,
no estás en Asunción ni en Buenos Aires,
no te has equivocado de aeropuerto,
no se llama Santiago el fin de etapa,
su nombre es otro que Montevideo.
Viento de libertad fue tu piloto
y brújula de pueblo te dio el norte,
cuántas manos tendidas esperándote,
cuántas mujeres, cuántos niños y hombres
al fin alzando juntos el futuro,
al fin transfigurados en sí mismos,
mientras la larga noche de la infamia
se pierde en el desprecio del olvido.
La viste desde el aire, ésta es Managua
de pie entre ruinas, bella en sus baldíos,
pobre como las armas combatientes,
rica como la sangre de sus hijos.
Ya ves, viajero, esta su puerta abierta,
todo el país es una inmensa casa.
No, no te equivocaste de aeropuerto:
entra nomás, estás en Nicaragua
Managua, febrero de 1980
DESCARGAR "NICARAGUA TAN VIOLENTAMENTE DULCE": http://elsudamericano.files.wordpress.com/2013/08/julio-cortazar-nicaragua-tan-violentamente-dulce.pdf 

 
 
3 comentarios:
Yo Gerardo ZUNIGA soy testigo es tube en Bismuna bonita experiencia
Yo Gerardo zuniga estube ay en Bismuna bonita experiencia
Yo gerardo zuniga estuve en Bismona
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