viernes, 26 de julio de 2024

"MONT JUIC", OBRA COMPUESTA POR LENNOX BERKELEY Y BENJAMIN BRITTEN EN 1937 COMO HOMENAJE A CATALUÑA EN LA GUERRA CIVIL

"MONT JUIC", SUITE DE DANZAS CATALANAS PARA ORQUESTA, DE LENNOX BERKELEY Y BENJAMIN BRITTEN,

Una obra significativa por su relación que tiene con la ciudad catalana de Barcelona es "Mont Juic" (Suite de danzas catalanas para orquesta) compuesta en 1937, de modo conjunto por Benjamin Britten (Op. 12) y Lennox Berkeley del cual es su Op.9.

En 1936 se celebró en Barcelona el XIV Festival de la Sociedad Internacional para la Música Contemporánea al que asistieron Berkeley y Britten, convirtiéndose en buenos amigos. También conoció al amigo de Berkeley Peter Burra.

Durante el Festival Britten estreno en el Casal del Metge su "Suite para violín y piano" Op.6 acompañando al violinista Antoni Brosa. Britten y sus amigos asistieron al estreno de la obra póstuma de Alban Berg, el "Concierto para violín y orquesta" (A la memoria de un ángel) el 19 de abril de 1936 dirigido por Hermann Scherchen con el solista Louis Krasner.

A la mañana siguiente el trío formado por Britten, Berkeley y Burra visitó la montaña de Montjuic, que posee amplias vistas sobre la ciudad de Barcelona. El 25 de abril asistieron a un Festival de Danza Folclórica en la zona de la Exposición Universal celebrada en 1929. El Festival tuvo lugar en el Poble Espanyol, recinto que se ha conservado hasta nuestros días.

Reunidos en un café poco después los compositores realizaron algunos apuntes sobre las melodías que habían escuchado. Al año siguiente en Inglaterra decidieron escribir conjuntamente una suite orquestal basada en aquellos temas catalanes que habían recogido. En el mes de abril de 1937 Peter Burra murió en un accidente de aviación.

Ambos compositores decidieron dar el nombre de Montjuic a su suite, dedicándola a la memoria de Peter Burra. La suite "Montjuic" fue compuesta entre el 6 de abril y el 12 de diciembre de 1937. En aquel tiempo se había declarado la Guerra Civil Española y el tercer movimiento, lament, fue escrito como un homenatge a Catalunya.

Seis danzas escogidas aportan la totalidad del material temático. El primer movimiento, andante maestoso, empieza con el Ballet de Déu de Rocafort (Bàges) orquestado de forma solemne, con el tema muy marcado en las cuerdas y maderas y un bajo en los metales subrayado por redoblas de timbal. Un pequeño clímax nos conduce de forma repentina al Ball del vano i el ram de Sant Cugat del Vallès, presentado con un carácter más popular. El movimiento acaba con un espectacular tutti, superponiendo los dos temas con el Ballet de Déu en las cuerdas y metales y el Ball del ram en las maderas y xilófono.

La suite sigue con un breve y simpático allegro grazioso. Después de presentar la melodía de La ratolinesa, de San Julià de Vilatorrada, la orquesta desarrolla dos motivos melódicos de la frase inicial en un fragmento que incluye solos humorísticos de instrumentos como por ejemplo el contrafagot y el xilófono.

La ligereza y buen humor de este movimiento contrasta con el dramatismo del tercero, un andante moderato llamado Lament (Barcelona, Julio, 1936) en alusión, según Berkeley, a la amenaza de la guerra civil en la que el país se vería pronto abocado. De los cuatro es el movimiento más denso y elaborado, con una gran carga emotiva y de carácter casi programático, debido al tratamiento que reciben los dos temas que lo conforman, el Ballet de Muntanya de Folgueroles y el Contrapàs de Sant Genís de Palafolls.

Los acordes en do menor iniciales en cuerdas, arpa y timbales, establecen la atmósfera trágica y su ritmo compuesto por un tiempo largo seguido de otro breve, que evoca el ritmo de sardana, forman un ostinato que vertebra todo el movimiento y le proporciona un tono doloroso, casi fúnebre. Se repite tres veces un  motivo ascendente de seis notas, que recuerda el Cant dels ocells, pero que en realidad es el principio del Ballet de Muntanya de modo más lento y convertido en un penetrante lamento.

El saxo alto, probablemente influencia de Berg, a pesar de que también podría ser una imitación del timbre de la tenora, completa la primera frase del tema y los violines se encargan de la segunda, más nostálgica.

Luego el motivo de seis notas inicial reaparece en los metales, con un eco claramente bélico y es interrumpido tres veces por las cuerdas y maderas con la segunda frase, que a pesar de su tempo lento, conserva el carácter de danza. La última interrupción estalla en un triunfal do mayor y el flautín, con una figuración que recuerda al flabiol, introduce el Contrapàs de Sant Genís. La alegría y la normalidad que desprende este tema popular es puesta en entredicho por la aparición del motivo inicial, introducido en pianissimo por las cuerdas.

La tensión aumenta y el Contrapàs da paso a la segunda frase del Ballet de Muntanya, reforzada por una versión ampliada del motivo inicial en los metales, que nuevamente nos evoca aires de batalla con resultado todavía incierto. El saxo vuelve a expresar su lamento acompañado por una escala cromática descendente, que no deja dudas sobre el trágico desenlace y la música, ya sin esperanza, se va deshinchando hasta desaparecer.

La Suite acaba con un brillante allegro molto, que contrasta con el pesimismo del lamento anterior. Unas efectivas pausas suavizan la transición y nos presentan el Ball cerdà de la Seu de Urgell, primero de un modo fragmentado y finalmente completo.

Fuente: Historia de la Sinfonía

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