Título original: The Argentine
Dirección: Steven Soderbergh
País: España, EE.UU., Francia
Año: 2008
Duración: 131 min.
Reparto: Benicio del Toro, Demián Bichir, Santiago Cabrera, Elvira Mínguez, Julia Ormond, Jorge Perugorría, Edgar Ramírez, Victor Rasuk, Armando Riesco, Catalina Sandino, Rodrigo Santoro, Unax Ugalde, Yul Vazquez
Guión: Peter Buchman
Productora: Morena Films S.L., Wild Bunch, Telecinco Cinema, Laura Bickford Productions
Cuando descubrí que era Steven Soderbergh la persona encargada de dirigir el film comenzó a apoderarse de mí cierta sensación de pesimismo ante lo que sería el proyecto. Un realizador americano, relativamente joven, y uno de los abanderados del nuevo cine de entretenimiento con la saga de Ocean’s. También es un exponente de lo que denomino “nuevo cine burgués”, ese cine bien tratado técnicamente (a base de buen hacer, ojo) al que se le añade el componente de drama social que le otorga a las películas ese halo de denuncia, tan bohemio (en su nuevo significado), que cala fácilmente entre los consumidores actuales de exigencia media (véase como ejemplos Erin Brockovich y Traffic en su filmografía).
En base a estos antecedentes era de esperar (temer) un proyecto enfocado al espectador estadounidense. Esto es: un trabajo técnicamente bueno y con un adecuado ritmo narrativo (su mejor cualidad en las películas mencionadas), aunque con una interpretación arriesgada de las fuentes de documentación, porque siempre hay que ofrecer una versión bien masticada de lo que se ofrece, y con una postura moral clara. Entrar a interpretar y valorar las reflexiones y motivaciones que el biografiado pudiera dejar plasmadas en sus diarios de guerrilla me parecía excesivamente arriesgado, aunque tremendamente tentador.
Bueno, pues finalmente encontré casi todo lo contrario. Una exposición narrativa neutra, con una visión exterior del personaje y sin profundas reflexiones de la voz en off. Tampoco existen pretensiones técnicas que desvíen la atención de la historia. No hay artificios, ni cámaras lentas, ni primeros planos, ni música de interludio para la reflexión moral. Toda la fuerza de la película reside en la intensidad de la historia y la fuerza de los personajes. Guión e interpretación, todo lo que este proyecto necesitaba. El enfoque era el adecuado y ahora hacía falta sacar las mejores aptitudes de los responsables de cada uno de estos aspectos.
En cuanto al guión podemos dividir la historia en dos mitades. En la primera parte, desde que el revolucionario conoce a Fidel hasta el paso al ataque en Sierra Maestra, la historia vaga por varias de las “misiones” que el Che lidera en la toma de posiciones. En esta parte el ritmo es confuso, hay aceleraciones y paradas de lo más desorientadoras. Estos parones parecen responder a momentos de gran carga emocional para el protagonista, pero el enfoque inmaculadamente neutral adoptado les otorga un carácter de lo más descafeinado, generando un efecto estéril sobre el espectador. Si se ha apostado por una visión externa del personaje no se puede invertir 20 minutos de cinta en una “misión” en la que el peso sentimental o motivacional para el protagonista es elevado pero que para el discurrir de la historia no tiene tal importancia relativa. En definitiva, en esta primera parte quizá se podría haber adoptado una actitud más arriesgada o bien, siguiendo con el enfoque comentado, dotar a la narración de un carácter más lineal.
La segunda parte es de un ritmo homogéneo y más acelerado, ayudado por la entrada en combate que acompaña a la cronología de la historia. En esta segunda mitad se gana en entretenimiento y, con ello, en interés.
En relación a las interpretaciones decir que Del Toro aguanta con aprobado el mástil del carisma de su personaje, y con notable el peso de una historia en imágenes que nos obliga a verle en el 99% de los planos. Muy bien Demián Bichir como Fidel Castro y excelente Santiago Cabrera interpretando a Camilo Cienfuegos y mejor amigo del Che. Poco más se puede decir, ya que poco tiempo más se ofrece al lucimiento de otros actores.
En cuanto a la realización destacar los buenos los planos de cámara en mano en los “paseos” por la selva, recios, sin cámaras subjetivas, sin pretensiones en definitiva. Eso sí, quizá se abuse de estos planos cortos (que no primeros planos) y se eche en falta algunos más amplios que nos hicieran disfrutar de la naturaleza de la isla y sus posibilidades de fotografía.
Como conclusión creo que se lleva un merecido notable porque no es fácil hacer una buena película sobre un personaje que ha significado y significa tanto, y que tanto ha suscitado y suscita en el plano de los sentimientos políticos, y cuyas acciones, no olvidemos, aún perduran de manera directa en nuestro tiempo.
Alejandro Alvarez Pérez
Ver trailer:
http://es.youtube.com/watch?v=uAsyGJbuU9Q
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