martes, 20 de diciembre de 2011

LAS TRIPAS DEL CAPITAL


Título: Margin call
Dirección: J.C. Chandor
País: EEE.UU, 2011.
Interpretación: Kevin Spacey, Paul Bettany, Penn Badgley, Demi Moore, Mary McDonnell, Stanley Tucci, Simon Baker.
Guion: J.C. Chandor.
Música: Nathan Larson
Fotografía: Frank G. Demarco.

Montaje: Pete Beaudreau
Diseño de producción: John Paino.

Vestuario: Caroline Duncan.
Distribuidora: Wanda Visión.

Estreno en España: 21 Octubre 2011.

ARTÍCULO DE JUAN CARLOS RIVAS FRAILE PUBLICADO EN MUNDO OBRERO Nº 243, DE DICIEMBRE DE 2011

Es llamativo que J.C. Chandor, guionista y director de "Margin Call", cuyo padre trabajó cuarenta años en Merryl Lynch, se afane en aclarar que la cinta trata de "una auténtica historia humana" y que para él los banqueros "no son la encarnación del mal". Algo parecido venía a decir Charles Ferguson, director del documental "Inside Job", preocupado porque su afiladísimo retrato de la podredumbre del gran capital revelara una ideología contraria al sistema. Siendo Ferguson inversor en bolsa, como vemos, ambos están unidos por un cordón umbilical al sistema capitalista y contradicen con sus palabras -esto es lo felizmente paradójico- cualquier lectura posible, por elemental que sea, de sus películas.

Porque "Margin Call" viene a sumarse a ese nutrido grupo de películas, algunas de las cuales hemos comentado en estas páginas, que llevan a cabo una disección tan detallada y certera de los mecanismos con los que se alimenta el mundo de las altas finanzas, eso que se ha dado en llamar últimamente "los mercados", que parecen inspirados netamente por un conspicuo centro de producción de marxismo aplicado al análisis de la actual crisis del capitalismo. Y por el exceso de celo en curarse en salud, se diría que los autores temen ser confundidos con lo que no son.

Margin Call pone en escena una estimulante liturgia dramática que podría haber sido extraída de una función teatral: unidad de tiempo, 24 horas, unidad de espacio (con mínimas y prescindibles excursiones), las oficinas de una compañía global de servicios financieros, es decir, una agencia de especulación (que retrata al detalle a la corporación Lehman Brothers, cuyo hundimiento dio lugar al big bang de la crisis), y esquema narrativo clásico de planteamiento, nudo y desenlace. Como en las tragedias griegas, una flagrante injusticia, el despido fulminante de un montón de trabajadores, de elevados salarios y aquilatados años de servicio, y especialmente de uno de los jefes de segundo nivel, abre la caja de Pandora al aflorar la situación de quiebra técnica en que se encuentra la compañía.

Una escena que se desarrolla en el interior de un ascensor ejemplifica la limpieza del corte con que penetra la cuchilla del guión en el cuerpo del delito: dos altos cargos (Simon Baker, el conocido protagonista de "El mentalista", y Demi Moore) comentan sus estrategias de defensa ante lo que se les viene encima; en medio de ambos se encuentra una señora de limpieza con su carrito y sus humildes útiles de trabajo; inicialmente dudan de si hablar con libertad y al instante actúan como es de esperar: en realidad esa señora no es nadie, mejor dicho, no es nada, ni siquiera existe para ellos, es un habitante de otro planeta al que por supuesto no dirigen la palabra. Ellos forman parte de los elegidos en un mundo que se está desmoronando, que amenaza ruina total sin que aún lo sepan. La superioridad moral de la humilde trabajadora queda patente frente a la arrogancia de los agresivos tiburones del mercado.

En "The Company Men" (John Wells, 2010), Ben Affleck, Chris Cooper "et alii" eran unos altos ejecutivos de una compañía que pasaban a engrosar las cifras del paro de la noche a la mañana y sufrían la humillación de tener que renunciar a los palos de golf o vender el Porsche para pagar las hipotecas que antes se permitían con sus elevados sueldos. El filme describía la voracidad e inmoralidad de los dueños de la compañía puestas al descubierto por la crisis actual. Al igual que en "Margin Call", una dialéctica básica enfrentaba al más desalmado de los dueños de la empresa con un hombre de su confianza que se erigía en Pepito Grillo de su conciencia al negarse a secundar sus pasos. Estos personajes, Tommy Lee Jones en el filme de Wells y Kevin Spacey en la más reciente de Chandor, no cuestionan el sistema sino la falta absoluta de consideración hacia los empleados, convertidos en simples máquinas de hacer dinero (y ganarlo también) de las que se puede prescindir con tan sólo apretar un botón.

Lo que distingue a ambas propuestas es que "The Company Men" muestra compasión por unas dudosas "pobres víctimas" (y les ofrece una posibilidad de redención irreal manchándose las manos con el albañil Kevin Costner) y "Margin Call" pone el acento en la perversión del sistema especulativo con una detallada descripción de la mecánica que engendra monstruos y destruye a las personas, egoístas o insolidarios, tal vez, pero personas, que participan de él.

Pese a sus puntos en común no cabe colocar a la misma altura a ambas producciones. El manojo de intérpretes, la coherencia y rotundidad en la denuncia y la tensión dramática con que se manejan son muy desiguales en beneficio de "Margin Call", que nos brinda de paso un villano inolvidable con la voz y el rostro de Jeremy Irons. El discurso mitinero, frente a Kevin Spacey, con el que defiende la lógica salvaje de sus felonías es monumental y Karl Marx no lo pudo expresar con más claridad, de modo que provocara más indignación, en El capital.

Fuente: http://www.mundoobrero.es/

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