lunes, 15 de julio de 2019

"14 DE JULIO", DE ERIC VUILLARD, PUBLICADO POR TUSQUETS EDITORES

Título: 14 de julio
Autor: Vuillard, Éric
Editorial: Tusquets Editores
Nº páginas: 192
ISBN: 978-84-9066-642-5
225 x 148 mm.
Fecha publicación: 2019
Precio: 17.90€

El escritor francés Éric Vuillard saltó a la fama hace un par de años cuando consiguió el Premio Goncourt con su sensacional “El orden del día”, ahora vuelve con “14 de julio”, un relato vibrante sobre el día más crucial de nuestra historia moderna que cambió el curso de la Historia, pero visto desde los ojos de los protagonistas anónimos de dicho día que no pasaron a la Historia y, sin embargo, quedaron sus nombres registrados en innumerables archivos de la época.

El libro se presentó en Madrid el pasado mes de febrero. Lo primero que quiso dejar claro el escritor nacido en Lyon es que “no estamos ante una novela histórica sino ante el relato de los protagonistas de ese día que quedaron en el anonimato. Para mí, la literatura es un viaje hacia la realidad y lo que he querido reflejar es la realidad de esos día y, en espacial, el del día 14 de julio”, razonó el escritor francés con tino.

Éric Vuillard cree que su nueva novela se mueve “en la historia social”, tal y como reflejaron Víctor Hugo en “Los miserables” o Émile Zola en “Germinal”, ambas son novelas muy precisas que reflejan tal y como era la vida a finales del siglo XVIII y que tienen sus raíces en el pensamiento de Rousseau. Ese es el camino que tomó el escritor para desarrollar su novela. Hasta la ilustración de la portada que utiliza el libro se decidió de manera muy pensada de ahí que se escogiese un detalle de “La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix.

“Mi novela es una bifurcación de la historia, en un momento trascendental”, señala el autor y añade “hasta ese momento, los acontecimientos se narraban para los príncipes y nobles, los autores escribían para ellos, gracias a la Revolución Francesa, se empezó a escribir para todo el pueblo”. En opinión de Éric Vuillard, “los acontecimientos que están sucediendo en Francia, con los chalecos amarillo, nos hacen que miremos a los hechos del pasado con otros ojos. Para entender el presente hay que conocer bien el pasado”.

La Historia suele contar la toma de la Bastilla desde el punto de vista de los grandes personajes que, en realidad, nunca estuvieron allí: en esta obra, se cuenta la historia de sus verdaderos protagonistas, gentes anónimas impulsadas por el hambre, el malestar, la carestía de lo indispensable. Pero antes de seguir los pasos de estos desconocidos revolucionarios, Vuillard retrocede unos meses para relatar la rebelión de los trabajadores de las manufacturas Réveillon, que vieron recortados sus salarios, y cuya cruenta represión causó más muertos que los del 14 de julio. También se detiene en narrar cómo se vivía en esos momentos en la gran corte de Versalles, así como el trasfondo económico y social que provocó el levantamiento. Pero sobre todo sigue, hora a hora, de manera vibrante y apasionada, cómo individuos sin derechos convulsionaron un régimen arcaico para dar un nuevo sentido a la Historia. Y relatar la historia, advierte el autor, “es una manera de mirar el presente”.

“Al volver a estudiar el 14 de julio, me llamó la atención la heterogeneidad social de sus protagonistas y sus consecuencias en la actualidad. Algo parecido ocurre con los chalecos amarillos o con las personas que tomaron la Puerta del Sol el 15-M. Movimientos que siguen estando en marcha pero que tienen lecturas diferentes”, apunta con decisión el escritor.

“Ningún personaje de la novela está inventado”

“He intentado reescribir la historia despegado del relato tradicional que daban demasiada importancia a los personajes notable. Hasta aquel momento los relatos no eran nada democráticos, fue a partir de ese punto donde se volvieron demócratas”, asevera con convicción Éric Vuillard que quiere dejar patente que “ningún personaje de la novela está inventado, los he sacado de los archivos de la ciudad que gracias a Dios eran muy rigurosos”.

De ahí que haya podido reescribir la historia de una manera fidedigna y que tomen protagonismo todos esos desfavorecidos sociales que vivían en la urbe más grande del mundo.. “El pueblo empujó para que se produjese la revolución. Fue un proceso de geometría variable y aunque la consecuencia de esa revolución fuese la dictadura de Napoleón, no hubo por parte del pueblo una gran decepción, ya que se cambiaron las formas de vivir, aboliendo los privilegios, y, también, de escribir, ya que se comenzó a hacerlo para todo el mundo y no sólo para los príncipes”, finaliza Éric Vuillard.

Fuente: Todo Literatura

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