Kasbah y Produccionesoff.
Autores: Clara Brennan y David Greig.
Adaptación: Juan Cavestany.
Dirección: Mariano Barroso.
Intérpretes: Nuria Gallardo y Alberto San Juan.
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz.
Sonido: Ray Marhuenda.
Producción ejecutiva: Mónica Regueiro y Violeta Ferrer.
Recortes es una respuesta. Es el grito de una población ante los recortes que el Gobierno está realizando en sanidad y dependencia (también lo hacen en educación) y que la gente del teatro, personas al fin, se ve en la obligación de ponerles voz y cuerpo para que las cifras, siempre neutras, tomen forma y dejen de ser frías estadísticas.
El movimiento de rechazo a las políticas hiperliberales de algunos gobiernos que han aprovechado la casuística de la crisis económica para desarrollar políticas de ahorro en materias hasta ahora consideradas intocables como las ya mencionadas educación y sanidad va calando de manera distinta según países.
En Grecia, estas medidas desembocaron en conflictos callejeros por un lado y en el renacimiento de grupos nazis que aprovechan el río revuelto. En España surgió el movimiento del 15-M que ha caído en letargo pero que avivó conciencias y sirvió, durante un tiempo, para que nuestro país se convirtiera en un modelo al que imitar por su protesta pacífica. El teatro, de todas las artes, parece haber tomado la iniciativa para canalizar esta marea de indignación que levanta el que día a día el nivel adquisitivo disminuya, Cáritas establece en 10 millones de personas las que ya viven en el umbral de la pobreza, y los programas televisivos, lamentablemente los más amarillos, se llenen de noticias que muestran imágenes de seres dependientes a los que se les ha retirado la ayuda que hasta ahora les prestaba el estado.
Juan Cavestany adapta los textos de dos escritores ingleses, Clara Brennan y David Greig, que cuentan, el primero, Reflectante, el caso de una chica que tiene una enfermedad que le impide ser independiente. Nuria Gallardo, la madre, en una bellísima actuación, consigue provocar el desgarro en el espectador sin tener que recurrir a la sensiblería. Al contrario, con fino humor y mucha veracidad, nos dibuja la espantosa realidad por la que pasan hija y familia.
Alberto San Juan, con libreto de David Greig, Frágil, propone un experimento en el que los espectadores dan la réplica a su personaje: se trata de teatro de barricadas. Teatro político que se posiciona, como lo ha hecho en otros momentos a lo largo de la historia, ante un hecho provocado por el abuso de poder y el olvido de los más débiles.
Fuente: Diario de Sevilla
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