martes, 29 de noviembre de 2022

SINFONÍA Nº 21 "KADDISH", DEL COMPOSITOR SOVIÉTICO MIECZYSLAW WEINBERG, DEDICADA A LOS JUDÍOS QUE MURIERON EN EL GHETTO DE VARSOVIA

 

SINFONÍA Nº 21 "KADDISH", DEL COMPOSITOR SOVIÉTICO MIECZYSLAW WEINBERG, DEDICADA A LOS JUDÍOS QUE MURIERON EN EL GHETTO DE VARSOVIA

 La “Sinfonía Nº 21" (Kaddish)[1] Op.152 fue compuesta entre 1989 y 1991. Escrita para soprano, cantando sin palabras o sea vocalizando, y orquesta. Está dedicada a los judíos que murieron en el ghetto de Varsovia. Weinberg realizó la donación del manuscrito de la partitura al Memorial Yad VaShem[2] de Israel.  Es la última sinfonía completada por el compositor antes de su muerte.  La sinfonía es una obra en un solo movimiento dividido en  seis secciones, con una soprano sin palabras en la parte final.

La primera sección, largo, está compuesta de forma muy libre. Comienza con un extenso coral,  profundo y lleno de tragedia, interpretado por las cuerdas, con solos prominentes para el violín. La música se eleva con la entrada de toda la orquesta, en un clímax disonante y expresivo. La partitura en su conjunto incluye una serie de citas. El solista de violín cita desde el principio una de las canciones de Mahler correspondiente a "Das Knaben Wunderhorn", donde un niño clama por pan, pero es ignorado y muere, y la "Balada Nº 1 en sol menor" Op.23 de Chopin. También se cita el cuarto cuarteto de cuerdas de Weinberg. Hay varios pasajes muy poderosos, incluso desgarradores y muchos más en los que las texturas se reducen hasta el mínimo, a pesar de que toda la pieza está compuesta para una gran orquesta.

Unos acordes secos y percusivos abren una parte más lírica, seguidos por un solo de clarinete, que vuelve a tocar la base tensa de las cuerdas. Luego otras maderas se le unen en forma de varios diálogos. Las cuerdas retoman al coral inicial, interrumpido por un fuerte golpe de timbales.

A continuación comienza un episodio prolongado en el que el violín tiene un delicado solo, acompañado por el arpa. Llega un pasaje sombrío para los metales, seguido de un solo del piano. Una coda lenta y dramática, haciendo referencia de nuevo a la Balada de Chopin, nos conduce a la siguiente parte.

La segunda sección, allegro molto, está estructurada como una especie de tema y variaciones. Se abre con un tema expresivo de raíces judaicas, introducido por las cuerdas. El movimiento está mucho más instrumentado. Tanto la música como la partitura rozan a veces lo estridente, con acordes feroces interrumpidos por la percusión y repentinos arrebatos violentos. Las siguientes variaciones continúan desarrollando el tema, pero siempre manteniendo el espíritu trágico, con una orquestación apoyada por la percusión. La sección concluye con un anticlímax violento, con llamadas del metal que nos llevan a la siguiente parte.

La tercera sección, largo, está estructurada en forma ternaria. Comienza con un clímax potente y expresivo. Los metales introducen un himno coral sobre el trémolo de las cuerdas, presentado de una manera muy dramática. Una sección más lírica, pero tensa, se abre con diálogos entre la madera y las cuerdas. Luego aparece un solo para el contrabajo, alterado con frases de los metales. Acordes disonantes de los metales nos conducen a un diálogo entre clarinete y violín, haciendo referencia a la música tradicional judía, que sin pausa nos lleva directamente a la siguiente parte.

La cuarta sección, presto, está escrita en forma binaria. La primera parte se abre con el motivo del diálogo anterior, transformado en un tema rítmico sardónico, casi como una distorsión de pesadilla de la música judía. Fuertes acordes de las cuerdas nos conducen a la segunda parte, que se abre con el violín, más tarde unido a la flauta, presentando un solo sombrío. Un pedal de las cuerdas nos lleva a la siguiente parte.

La quinta sección, andantino, consiste en una passacaglia. Comienza con débiles notas del glockenspiel, seguidas por pizzicatos del violín, estableciendo la línea de bajo. La madera se une en varios solos derivados de dicha línea. Glockenspiel y violín recapitulan la línea, seguida por nuevas variaciones de la madera. El ambiente se enrarece con un solo de la trompeta en sordina, seguido por la flauta. La música se transforma en un conjunto de cámara, con diálogos entre pocos instrumentos. Una entrada masiva de las cuerdas nos conduce a un clímax disonante y trágico. Una transición sardónica nos lleva a la parte final.

La sexta sección, lento, tiene una forma libre. Se abre con golpes de campana y un tema trágico es presentado por las cuerdas, en medio de esta atmósfera opresiva, contestada por ominosos acordes de los metales. Frases de los clarinetes introducen a la soprano, cantando un lamento sin palabras de gran poder expresivo. En su mayor parte, los únicos otros sonidos que escuchamos son una suave nota de pedal de contrabajo y algunos comentarios del violín solo y el clarinete. El piano entra, citando tranquilamente de nuevo la Balada de Chopin, seguida de varios solos de otros instrumentos. La soprano continúa con su canto, de repente acelerado en un anticlímax masivo, después de lo cual la obra llega a una conclusión muy suave y dolorosa.

[1] Palabra proveniente del arameo que significa santificado. Es una de las plegarias principales de la religión judía.

[2] Yad Vashem es la institución oficial israelí fundada en memoria de las víctimas del Holocausto nazi sufrido por los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Fuente: Historia de la Sinfonía

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