sábado, 11 de octubre de 2014

"LA NACIÓN CLANDESTINA", DE JORGE SANJINÉS

Título: La nación clandestina
País: Bolivia.
Género: Drama.
Dirección: Jorge Sanjinés.
Reparto: Reynaldo Yurja, Delfina Mamani, Orlando Huanca, Roque Salgado, Willy Pérez, Percy Brun, Luis Severich
Año: 1989.
Sinopsis: Sebastián Mamani, un campesino renegado de su clase vuelve a su pueblo a pagar sus culpas por prestar servicio como represor durante la dictadura, bailando la danza del 'Danzanti' hasta morir, el, espera borrar su pasado, anhela un renacimiento.
Sebastián representa lamentablemente, a una gran parte de la nación que ha perdido su identidad cultural, gente que se averguenza de su origen campesino, del color de su piel, de tener apellido aymara o quechua.
Basado en un trabajo de cámara en constante movimiento, el relato lleva a la tésis de Sanjinés en torno al uso del 'plano secuencial integral' como recurso narrativo adecuado para la traducción visual de la concepción circular aymara, así como al indestructible vínculo del individuo de esa cultura con su entorno natural social.

Notas de Jorge Sanjinés


La producción y realización de nuestra película La nación clandestina en 1989 vino a ser la culminación de una intensa y muy larga búsqueda de una narrativa cinematográfica propia, nuestra, boliviana, andina. Desde nuestro primer largometraje, Ukamau, filmado en l965, deseamos hacer un cine que perteneciera al país, a su gente, a su manera de mirar y componer la vida. Para llegar a ese propósito tuvimos que morder el polvo del fracaso repetidas veces.

Cuando hicimos Sangre de cóndor, película que triunfó en Venecia, en Valladolid, en San Francisco y en otros festivales, estábamos todavía haciendo un cine que se valía del lenguaje del cine occidental, y los premios no nos calmaron la angustia de triunfar afuera y fracasar adentro, entre nuestra población mayoritaria, los indios, para quienes iba dirigida esa obra. Fue justamente filmando Sangre de cóndor que descubrimos algunas claves de esa narrativa propia.

No las pudimos aplicar a esa película, pero sí a Coraje del pueblo (1971), obra en la que aparece nuestro protagonista colectivo —que va a caracterizar todo nuestro cine posterior— y comenzamos a dejar los primeros planos (close-up) para componer las escenas con los planos secuencia.

La nación clandestina narra la peripecia de Sebastián Mamani, un individuo, pero toda su historia es la desesperada búsqueda de integrarse a los demás, al colectivo, a su comunidad, aun a través de la muerte. Cien secuencias en cien planos sin corte. Una obra sin montaje, sin tijeras al editarse, para expresar la idea del tiempo circular que manejan los indios, en un entendimiento poderoso que concibe al tiempo y al espacio como una sola unidad desde hace más de 2000 años antes que Einstein.

Lo logramos. El destinatario principal, nuestro pueblo, se identificó y amó la película. Nuestra sorpresa fue que otros públicos, personas de distintas culturas, también se sintieran fascinados por ella.

En el momento en que filmamos La nación clandestina, Bolivia no era el país que hoy tenemos, y el nombre de la película es correcto para esa coyuntura histórica, porque la mayoría de los habitantes de Bolivia (64%) estaban marginados, discriminados por el racismo intolerante y vivían en su propio país —de varias maneras— clandestinamente. Sin que se reconocieran sus idiomas oficialmente, celebrando ritos y tradiciones alejados de los estamentos dominantes e imposibilitados de participar en la construcción de la sociedad boliviana, eran, en su conjunto, las 36 etnias que habitan nuestro territorio, una nación clandestina.

Hoy, desde el 2005, cuando después de una cruenta lucha los indios derrotan al modelo neoliberal y votan masivamente por uno de ellos y reconquistan los espacios políticos del poder, se puede decir, con propiedad, que son una nación insurgente. Así se denomina nuestra más reciente obra: Insurgentes, porque los clandestinos se volvieron insurgentes.

JORGE SANJINÉS (La Paz, 1936) es director y guionista de cine. Estudió filosofía en la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, y cine en Concepción, Chile. Ganador del Premio Alba de las Letras y de las Artes, en su obra destacan los largometrajes Ukamau, Yawar Mallku, El coraje del pueblo, Jatum aula, Llocsi caimanta, La nación clandestina, Para recibir el canto de los pájaros e Insurgentes. Con Óscar Soria creó el Grupo Ukamau, tomando el nombre de su primera película, al que posteriormente se incorporaron Ricardo Rada y Antonio Eguino. De Ukamau nacieron asimismo la Escuela Fílmica Boliviana, el Cine Club Boliviano y el Festival Fílmico Boliviano, que permitió conocer el cine producido en su país desde 1948.

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