La masacre de Badajoz se produjo en los días posteriores a la batalla de Badajoz, durante la guerra civil española, y fue el resultado de la represión ejercida por el Ejército sublevado contra civiles y militares defensores de la Segunda República española tras la toma de la ciudad de Badajoz por las fuerzas sublevadas contra la República, que se llevó a cabo el 14 de agosto de 1936 por la noche y el 15 de agosto de 1936 por la mañana
El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ubicado en Barcelona acoge el cuadro ‘Fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz’. Permaneció oculto en los depósitos del Palacio de Montjuic, donde tiene su sede el museo, desde 1938 hasta mediados de los años 80, una vez finalizada la dictadura franquista. Ahora, por fin, ha logrado hacerse un hueco entre las 108 obras que integran esta colección permanente cuya renovación ha corrido a cargo de Eduard Vallès y Elena Llorens, conservadores de arte moderno del MNAC.
Su autor es Martí Bas (Barcelona, 1910), quien la pintó casi en tiempo real. Vallès cuenta que, aunque no se sabe en qué momento exacto la hizo, sí que es seguro que en julio de 1937 ya estaba terminada, pues participó en la Exposición de Primavera de Barcelona que se celebró durante ese mes; es decir, menos de un año después de la matanza. Era un hombre muy politizado que se tuvo que exiliar y que incluso estuvo recluido en el campo de concentración de Saint-Cyprien, en el sur de Francia.
Bas, en realidad, es conocido más bien por su faceta de cartelista, pero «viene la Guerra Civil y muchos artistas que tenían trayectorias absolutamente normales se activan en clave bélica», explica Vallès. Así, algunos acaban realizando obras de compromiso que no tienen por qué coincidir con su producción anterior, con la cual habrían continuado en circunstancias normales.
Esa implicación política de Bas fue lo que provocó que un suceso ocurrido tan lejos de su Barcelona natal llegase a sus oídos. La crueldad del acontecimiento le empujó a cambiar los carteles por un lienzo que, según el conservador del MNAC, supone una cierta transposición de la técnica cartelista. De hecho, asegura que «no hay una correspondencia entre el estilo, un poco naif hasta cierto punto, y la brutalidad del episodio histórico».
Lo que intentó Bas fue representar los dos bandos del conflicto en una obra que consta de dos niveles. En la parte izquierda, describe Vallès, se puede observar a las clases proletarias (incluyendo a mujeres y niños) siendo asesinadas en el ruedo. Símbolos como la estrella roja o el puño en alto permiten identificar su ideología.
A la derecha se reproduce un «auténtico friso sociológico» donde se divisa a gente de diferentes colectivos sociales entre los que se encuentran curas, guardias civiles, jueces, requetés, personas con vestimenta elegante... En definitiva, «una serie de perfiles que el artista asocia al bando franquista». Estos últimos están situados, además, en la zona de sombra del graderío del antiguo coso de Pardaleras, reservado para las clases pudientes al ser los asientos más caros.
Vallès señala que es una de las obras más duras de la colección, pero que, al mismo tiempo, muchos de los visitantes no saben que lo que ilustra es un hecho real, por lo que acaba impresionándoles todavía más.
Fuente: La Crónica de Badajoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario