domingo, 2 de abril de 2017
"RETRATO DE MIGUEL HERNÁNDEZ", DE ANTONIO BUERO VALLEJO
Retrato de Miguel Hernández
Antonio Buero Vallejo
1940
Lápiz sobre papel
75 AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE DEL POETA, SE DESCONOCE QUIÉN TIENE EL FAMOSO RETRATO DE MIGUEL HERNÁNDEZ QUE BUERO VALLEJO LE HIZO EN LA CÁRCEL
El autor teatral se lo regaló al poeta, éste a su mujer, Josefina Manresa, y ella se lo dejó a Juan Guerrero Zamora… que no lo devolvió.
Al hilo del 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández saco a la luz un asunto que me parece no ha sido objeto de atención de ningún investigador: el de la existencia de un conocidísimo dibujo del poeta que le hizo en la cárcel quien fue pintor en su juventud y después extraordinario dramaturgo, Antonio Buero Vallejo. Considero de interés general que se pudiera conocer el actual paradero de tal retrato por la sencilla razón de que ha sido miles de veces reproducido, tanto en prensa, medios audiovisuales y por supuesto libros de texto. ¿Qué escolares, me pregunto, no recordarán ahora esa ilustración junto al texto correspondiente sobre el autor de "Perito en lunas"?
Conocí a Buero Vallejo de encuentros en estrenos teatrales madrileños -no se perdía uno- y de un par de entrevistas que le hice en su domicilio de la antigua calle de Hermanos Miralles, en los aledaños de Goya. Piso antiguo, sombrío, que de alguna manera reflejaba las costumbres del escritor y académico de la Lengua. Advertí, no más entrar en una salita de estar, un cuadro en las paredes que en décimas de segundos identifiqué sin duda con el famoso retrato de Miguel Hernández. Creí que era el original y su autor me sacó del error: "No, es una copia, de las muchas que hay por todas partes. El original lo debe tener Juan Guerrero Zamora". Me quedé con ese dato aunque lamento no haber seguido la pista. Ni Buero ni nadie, que se sepa, denunció a ese posible nuevo dueño del dibujo: un reconocido realizador de programas dramáticos de Televisión Española, que estuvo casado primero con la gran actriz del cine de los 40 Maruchi Fresno, y después, ya en época de la Transición, con otra excelente actriz, Nuria Torray. Nacido en Melilla, autor de varios libros de versos y también por cierto de una biografía: "Proceso a Miguel Hernández". Me hice con un ejemplar, publicado en 1990 por Editorial Dossat. Cita allí varias veces a Buero y, en concreto, página 154, alude a que "… el 25 de enero le había dibujado en dos tardes el famoso retrato". El año era 1940, dos antes de la muerte del poeta. Pero ¿cómo, de qué manera llegó luego a manos de Juan Guerrero Zamora, según me había dicho Buero, sin darme más detalles?
La respuesta la tuve cuando encontré otro libro, aparecido diez años antes que el de Guerrero: "Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández", ediciones De la Torre. En la página 132, donde Josefina Manresa refería la carta que su marido le había enviado con fecha de 4 de marzo desde la prisión madrileña de Conde de Toreno, pudo leer esto: "… y ya que no puedo ir de carne y hueso, iré de lápiz, o sea, dibujado por un compañero de fatigas, como verás, bastante bien. Se lo enseñarás al niño todos los días para que vaya conociéndome, y así no se extrañará cuando me vea".
En su época de cautiverio en diversas cárceles, condenado a muerte durante ocho largos meses y medio hasta que le conmutaron la condena, Buero Vallejo contaba haber regalado alrededor de mil dibujos, la mayoría de ellos para regalárselos a sus compañeros de presidio. En la cárcel de Conde de Toreno sólo recordaba haber realizado unos sesenta, algunos a solicitud de los reclusos. "Miguel no me lo pidió pero le gustó la idea. Lo retraté en un par de tardes. Se lo di, naturalmente y él se lo envió a Josefina". Llevaba esta dedicatoria: "Para Miguel Hernández en recuerdo de nuestra amistad de la cárcel". Y debajo la firma y la fecha, 20-I-XL.
Volvemos al libro de recuerdos de la viuda del poeta, misma página 132: "Por desgracia me desapareció este dibujo en la visita que me hizo Juan Guerrero Zamora cuando vino a Cox, donde yo vivía entonces, a recoger datos para la biografía que estaba preparando sobre Miguel. Lo puso en la biografía y ya no me lo devolvió, a pesar de que le escribí pidiéndoselo, el cual no me contestó. Me devolvió el dibujo en que está Miguel de cuerpo presente y todos los retratos que yo le había dejado para la biografía, menos éste". Se lamentaba Josefina Manresa del expolio de que fue objeto por otros caraduras que se quedaron con dibujos del propio Miguel, de libros de primeras ediciones y hasta de poemas autógrafos. ¿Cómo calificar esas acciones?
En Orihuela, felizmente, está en pie la Casa-Museo dedicada a Miguel Hernández. Difícil, por no decir imposible, sería pensar que ese famoso retrato y otros documentos valiosos del poeta, pudieran algún día mostrarse en ese lugar. Que existan delincuentes de medio pelo, puede comprenderse, arramblando con piezas que desconocen. Pero que escritores, periodistas, intelectuales se lucren de manera tan mezquina, valiéndose del engaño de quien, como Josefina Manresa, les mostró abierta y generosamente el patrimonio literario de una de nuestras mayores glorias de la poesía, muerto tempranamente, compartiendo su miseria con la de los suyos, es algo que escribimos entre la repulsa y el asco. Por cierto: Juan Guerrero Zamora falleció en Madrid el 28 de marzo de 2002. Extraña casualidad la de que fuera la misma fecha de la muerte de Miguel Hernández, sólo que sesenta años después.
Manuel Román
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