miércoles, 16 de julio de 2014
LA TATE MODERN DE LONDRES PRESENTA LA PRIMERA RETROSPECTIVA DE MALEVICH EN EL REINO UNIDO
MALEVICH, HISTORIA TURBULENTA, ARTE RADICAL
Desde el 16 de julio, la Tate Modern abre al público la primera retrospectiva de Kazimir Malevich en tres décadas y la primera en el Reino Unido, una exhibición que hará hincapié en la radicalidad de sus propuestas y que analizará su fuerte influencia en la creación artística posterior a partir de obras procedentes de colecciones rusas, europeas y americanas.
Malevich (1879-1935) vivió en uno de los periodos más convulsos de la historia del s XX y lo turbulento del tiempo en el que trabajó quedó plasmado sin remedio en su producción. Tras alcanzar su mayoría de edad en la Rusia zarista, fue testigo de primera mano del desarrollo de la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Sus primeros experimentos con la pintura condujeron a Malevich hacia la invención del Suprematismo, basado en un audaz lenguaje visual materializado en formas geométricas abstractas y colores neutros y en su célebre Cuadrado Negro, una de las obras quizá más definitorias de la modernidad junto a los ready-made de Duchamp.
Tras la Revolución de octubre, Malévich se convirtió en un activo miembro de los comités artísticos revolucionarios y participó en los actos de celebración del primer aniversario de la revuelta. En 1919 aceptó un puesto de profesor en la Escuela de Arte de Vitebsk que dirigía Marc Chagall y se hizo con la dirección del centro durante una ausencia de éste. Durante los años siguientes, Malévich se centró en la docencia, en sus escritos sobre arte y en la creación del grupo Unovis (Los Heraldos del Nuevo Arte). Tras ser cesado en Vitebsk en 1922, se estableció con algunos estudiantes en Petrogrado (hoy San Petersburgo), donde trabajó en el Museo de Cultura Artística, que a partir de 1923 se llamó Instituto de Cultura Artística (Injuk). El trabajo del instituto se expuso primero en Rusia y después en otros países como Alemania, donde visitó la Bauhaus.
En torno a 1930 comenzó a tener problemas con las autoridades públicas soviéticas por sus contactos con artistas alemanes y fue arrestado, aunque recuperó la libertad poco después. Al final de su vida regresó a la figuración, si bien se supone que algunas de sus obras no figurativas de esta época fueron datadas en fechas anteriores por él mismo para eludir posibles problemas con la clase dirigente.
Esta antología londinense se inicia con la presentación de sus paisajes rusos iniciales, sus retratos de la población rural del país y sus escenas religiosas para continuar después ofreciendo un recorrido por su viraje hacia la pintura abstracta y el Suprematismo y su muy debatido retorno a lo figurativo al final de su vida.
Además de pinturas, podremos contemplar en la Tate Modern esculturas, diseños escenográficos y una colección de dibujos rara vez expuestos que contribuirán a ofrecernos una visión más completa de la carrera de Malevich.
La Tate ha puesto en marcha el proyecto en colaboración con el Stedelijk Museum de Ámsterdam y el Exhibition Hall de Bonn.
Fuente: masdearte
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