Extraído de Socialismo Actual
(http://socialismoactual.blogspot.com.es/)
Vida de los Guerrilleros Soviéticos: Camarada Yenia es la historia de una víctima de la bestialidad germana en Rusia, relatada por la misma (Yenia Damianova). Con el prefacio de Ronald Scarfe. Traducción por Laura Marazul. Publicado por Editorial Lautaro, Buenos Aires, 1945.
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PREFACIO
Este libro no es una novela, sino un documento, uno de los documentos más emocionantes de esta
guerra. No ha sido
escrito por un autor profesional, sino por la joven maestra de una pequeña
aldea rusa, que fué pisoteada por las botas de los alemanes. Estas páginas son obra de una demente, de una mujer enloquecida por las penurias, y por consiguiente resultan a menudo confusas, inarticuladas,
cuando comencé a leerlo pensé que debería volver a ser escrito, pero al
terminar, me di cuenta de que ello hubiese sido un error. Tal como fué escrito es verdadero y sincero y con todo su desorden, refleja lo que sufrió Yenia Damianova, maestra de la aldea Pskov.
Yenia Damianova muere
dos veces; la primera al ser asesinada espiritualmente por los alemanes y luego tres semanas después muere físicamente en la sala para enfermos mentales del
Hospital de la Tercera Guarnición,
en Moscú. Este libro contiene
el relato de esas
tres semanas. Su novio (un ingeniero norteamericano, amigo mío, que vivía en
Moscú) fue quien recibió
esta carta. Para él escribió la joven lo que
le había sucedido, para que pudiese comprender
la razón por la cual se negó a verle.
Yenia sabia que
moriría. Vivió únicamente por su decisión para escribir esta carta de
despedida… "Una energía desconocida que movía un cuerpo exánime”,
escribe al comienzo de la carta. "Esta energía
se desvanece. Quizá
es sólo la necesaria para permitirme escribir esta carta de
despedida" ... Y en
efecto, tan pronto como terminó el relato, murió, a pesar de todos los esfuerzos de los médicos. Murió tranquila, pacíficamente, como quien ha concluido con su tarea y no tiene más nada que realizar sobre la tierra. ¡Cuan infinito debe haber sido el amor de esta mujer que continuó viviendo sostenida solamente
por la voluntad que ese amor le dio.
Con una firmeza
inconcebible y no obstante su angustia presente, describe, minuto por minuto, lo que
le sucedió, o más bien, lo que le está sucediendo. ¡No obstante su angustia presente! ¡Porque Yenia está angustiada mientras escribe sus memorias. ¿Memorias? No. Ella no
recuerda, sino que vive y sufre nuevamente a través de todos los acontecimientos,
mientras escribe. Tiene visiones. La obsesionan los horrores del pasado reciente. Y en estado de alucinación describe el espantoso calvario de esas tres
semanas, fielmente lo que sintió, lo que siente mientras
escribe. Norman James Finnes
es un viejo amigo
mío de San Francisco.
Trabajaba como ingeniero
desde hacía varios años, en una fábrica de calderas
en Moscú. Fué a él a quien Yenia Damianova escribió esta carta de despedida y fué él quien me la
envió con una extensa carta suya. "Hace mucho que
nuestra fábrica ya no hace calderas", decía al finalizar
la misma "ahora fabricamos tanques. Tuvimos mucho trabajo con el proyecto del último modelo y
justamente ahora comenzamos a producirlo. Cuando
estén listos, yo montaré un tanque. Y ese tanque no se detendrá jamás. Espero tus
noticias" ¿Qué puedo responder a mi amigo?
Monta tu tanque, Jimmy, tú y todos los demás Jimmies, Tommies e Ivanes ... y no permitas que se detenga hasta que no hayas exterminado hasta la
última de esas bestias teutónicas, para que estos horrores no vuelvan a repetirse sobre la tierra. Adiós,
Jimmy... y todos los Jimmys. Bon voyage.
Londres, 1941
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