domingo, 20 de febrero de 2011

"REVOLUCIÓN", DEL PINTOR ALEMÁN LUDWIG MEIDNER

Ludwig Meidner
Revolución (Batalla en las barricadas)
1912
Oleo sobre lienzo
80 x 116 cm
Nationalgalerie, Staatliche Museen Preussicher Kulturbesitz, Berlin

La expansión de Berlín, desde finales del siglo XIX, fue lo suficientemente rápida como para recordar el nivel de aceleramiento frenético que, según Marx, daría lugar al fin del capitalismo. Su población, de un millón de habitantes en 1880, había aumentado a más de dos millones en 1910, y se había doblado de nuevo diez años después, a pesar de las pérdidas de la Primera Guerra Mundial. El ambiente de inestabilidad aguda queda expresado en la pintura de Ludwig Meidner (1886-1966), Revolución, que alude claramente a la imagen de Delacroix pero reinterpreta la revolución como una catástrofe. Por entonces, Meidner andaba a vueltas con la ciudad bombardeada, incendiada, o simplemente explotando de forma espontánea. Recordaba el verano de 1912: “Trasladaba mi obsesión al lienzo día y noche, días del juicio, fines del mundo y horcas con calavera; porque en aquellos días la gran tormenta universal enseñaba sus dientes y proyectaba su resplandeciente sombra amarilla a través de mi quejumbrosa pincelada”. En la pintura, el rostro que aparece en la barricada al fondo a la izquierda es un autorretrato. Aunque llegó a ser un revolucionario apasionado, como artista del movimiento expresionista alemán que recreó intensamente el individualismo romántico, dirigió principalmente su mirada política a la evocación de las sensaciones de miedo y alienación en la ciudad moderna. La deliberada falta de objetividad distingue su planteamiento del realismo social. La intención política de su arte reside en el propósito de comunicar sus reacciones subjetivas con la mayor autenticidad posible.

En enero de 1919, Meidner hizo pública una declaración llamando a los artistas alemanes a la revolución: “Tiene que sea ahora: la emancipación de las clases trabajadoras. Pero también la emancipación de los artistas y los poetas… A los baluartes de la humanidad futura: por la dignidad humana, el amor, la igualdad y la justicia. Sí, todos somos iguales…Debemos participar en cuerpo y alma, con las manos. Porque es una cuestión de socialismo: es decir, el orden divino del mundo”.

Fuente: Toby Clark

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