miércoles, 25 de marzo de 2009

EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE SEVILLA ACOGE "LA AVENTURA MODERNISTA EN LAS COLECCIONES DEL MNAC"

La Pilar (Isidre Nonell, 1907).

LA MUESTRA VIAJARÁ POSTERIORMENTE A CARTAGENA Y ZARAGOZA, ENTRE OTRAS CIUDADES

El modernismo catalán llega al Bellas Artes de Sevilla a través de obras de pintura, escultura, mobiliario y artes decorativas de los nombres propios de esta corriente en Cataluña y que provienen directamente del Museo Nacional de Arte de Cataluña. Con este proyecto tendremos la oportunidad de profundizar en uno de los periodos más fértiles de la cultura y el arte de Barcelona de finales del siglo XIX, un momento socio-histórico en el que la ciudad pasó a ser un escenario vivo y privilegiado del Modernismo. Así se aprecia en el gran número de obras que se agrupan en esta corriente y que ofrecen una visión sintetizada de este movimiento de transformación global de la cultura catalana, integrado en las corrientes artísticas más innovadoras y que se alargó, sobre todo en la ciudad condal, entre 1880 y 1930, aproximadamente. Hay que recordar que, si bien el modernismo se expandió a otros lugares, Cataluña adquiere una personalidad propia y diferenciada, y se convierte en el modernismo probablemente más desarrollado. Se exponen obras de Josep Llimona, Pablo Gargallo, Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Isidre Nonell, Joaquim Mir y Joaquim Sunyer, entre otros.

Del 19 de marzo al 31 de mayo. Fuente: www.elgiraldillo.es

VARIOS DE AQUELLOS ARTISTAS ESTUVIERON COMPROMETIDOS CON LA CLASE OBRERA DE LA ÉPOCA

Joaquim Sunyer (Sitges 1874-1956) conoció en París las obras de artistas como Daumier y Steinlen, quienes influyeron en las primeras obras del artista catalán. A caballo entre los dos siglos, Sunyer estaba trabajando en una serie de aguafuertes cuya tema es la soledad, la marginación y la pobreza, entre otras obras destacan El trapero, Clochard, Regreso a casa, La sopa boba, y Almuerzo en el hostal, en las que se detecta un acercamiento a las clases más desfavorecidas sin dramatismo de ningún tipo. Los personajes están (como lo haría Steinlen) tratados desde la ternura, la solidaridad, y la complicidad en la pobreza, aspecto éste último que Sunyer sufrió en sus carnes en sus primeros momentos de su estancia en París. Pero también entre 1898 y 1900, Sunyer pinto una serie de óleos, entre los que destacan Matinée (canal Saint-Martin), y Blanchoisseuse, donde el protagonismo es tomado por los trabajadores y la actividad laboral que se desarrolla en los suburbios de las grandes ciudades.

Si el Noucentisme fue un movimiento en cuyo seno se adscribe artistas de corrientes artísticas diferentes, las mismas brotan de la época y de las condiciones sociales. Surge de esta manera, tanto el mundo subproletario de Mir, y su trabajo La catedral de los pobres, como el mundo del anarquismo a través de la obra de Rusiñol, Retratos de anarquistas, además de algunas obras de la España negra de Darío Regoyos, como Víctimas de la fiesta y La procesión de San Vicente, y otras donde Nonell nos introduce en la vida de los gitanos, como se puede ver en la obra La Pilar.

Isidro Nonell (Barcelona 1875-1911) nació en el seno de una familia pobre, al contrario que la mayoría de integrantes de Els Quatre Gats, modernistas que practicaban el arte por el arte, a los que abandona. Encontrando su propio camino en el anarquismo, Nonell dio la espalda a la clase media y comenzó a relacionarse con las clases más pobres, vagabundos, mendigos y gitanos, que se convirtieron motivos de algunas de sus obras. En 1896, La Vanguardia publicaba la obra de Nonell Cretinos de Bohí, dibujos que poco más tarde completaría con una serie en contra del Estado y de la guerra titulada España después de la guerra, incluida en su exposición de Els Quatre Gats de diciembre de 1898.

Fuente: Arte y compromiso: España 1917-1936. Arturo Angel Madrigal Pascual. Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.

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