Saludó
cordialmente por el Día Nacional a los cuadros del Partido y el
gobierno, quienes se esfuerzan constantemente por cumplir con abnegación
las responsabilidades importantes que les ha conferido el gran pueblo, y
a todos los habitantes y militares que celebran dignamente la fiesta
con el gran orgullo de crear de continuo en aras de la prosperidad
nacional con el patriotismo y la lealtad inmaculados e inagotables y los
esfuerzos incansables.
Extiendo saludos afectuosos a los
compatriotas de la Chongryon (Asociación General de Coreanos Residentes
en Japón) y otros en el exterior que siguen realizando obras patrióticas
con su fervoroso amor a la patria socialista. Y agradezco a los
pueblos y amigos de todos los países hermanos que reconocen y apoyan la
soberanía y la causa justa de la República Popular Democrática de
Corea.
Rindo tributo a los mártires
revolucionarios y patrióticos y los beneméritos de las generaciones
anteriores quienes dieron su noble vida y realizaron proezas por la
fundación y el desarrollo de nuestro Estado y el avance victorioso de la
causa socialista y establecieron excelente tradición y ejemplo para las
futuras generaciones.
Cada vez que contemplamos con orgullo
nuestra bandera nacional flamear con su brillo inalterable en cualquier
parte de la patria y celebramos cada año el Día Nacional, sentimos de
corazón que en el mundo no existe un país tan grandioso, excelente y
glorioso como el nuestro.
Tanto cuando Corea construía un
verdadero país del pueblo librándose del yugo de la brutal dominación
colonial como cuando rechazaba la agresión de la alianza imperialista
incomparablemente superior en fuerzas, operó milagros nunca vistos en el
mundo. Un sinfín de prodigios adornaron también la trayectoria de la
Corea de Chollima, la del Juche, que de las cenizas de la guerra emergió como Estado socialista.
Lo que más nos dignifica es que esa
trayectoria orgullosa de nuestro Estado no fuera solamente una historia
del pasado de las generaciones anteriores.
Los milagros continúan en el presente.
Podemos asegurar que seguimos avanzando.
Durante un período perteneciente a toda
una generación, nuestro Partido y pueblo han defendido y desarrollado la
causa socialista sin ninguna vacilación alguna y desviación aunque han
enfrentado múltiples desafíos y pruebas severas, lo cual significa la
continuación más fiel y perfecta de la causa kimilsungista, así como la
enorme victoria política y milagro histórico que comprueban en la
práctica la veracidad y la vitalidad eternas de la gran idea Juche y su
fruto, el socialismo al estilo coreano.
Así hemos enseñado claramente a todo el
mundo la verdad del Juche y el principio inalterable de que por muy
desesperadas que sean las maniobras de la reacción imperialista y aunque
se sucedan las generaciones de la revolución, el socialismo en que el
pueblo es dueño y cumple fielmente su responsabilidad y papel como tal,
no fracasa y se desvía sino avanzará siempre victorioso.
Este año también, nuestro Partido y
gobierno han organizado y emprendido una obra colosal que marcará el
punto de viraje en el empeño de lograr el avance trascendental de la
causa socialista.
Como sabemos que en tanto cumplimos las tareas del cuarto año del Plan Quinquenal, resuelto y organizado por el VIII Congreso del Partido, nosotros mismos hemos añadido al ámbito de nuestra lucha y asumido la tarea del resurgimiento de las localidades
de mediano y largo plazos. Esta es una expresión de la firme confianza
en nuestra fuerza, el concepto y la disposición revolucionarios del CC
del Partido de cumplir con su responsabilidad y deber asumidos ante la
época y la historia y, al mismo tiempo, una muestra de su espíritu de
servirle con total entrega al pueblo.
Confiamos firmemente en que superaremos
con coraje estos desafíos y esta etapa histórica en el avance de la
causa revolucionaria.
La resolución revolucionaria, que hemos
tomado recientemente, constituye una decisión estratégica de suma
importancia para consolidar la base de nuestro régimen y acelerar el
desarrollo general del Estado, al poner realmente de manifiesto las ventajas del socialismo mediante el fomento del bienestar de todo el pueblo.
En los tiempos pasados hubiera sido
inconcebible sentar en diez años en todas las ciudades y distritos del
país el fundamento material y técnico para el desarrollo multilateral e
independiente en la aun desfavorable situación económica del país y con
la gran dificultad de disponer de las fuerzas de reserva.
Pero, para responder a la gran esperanza
y confianza del pueblo, el Partido y el gobierno trazaron una
estrategia científica y un plan realista confiando en la fidelidad
incondicional y la gran combatividad de nuestro ejército y, como es de
esperar, en 20 ciudades y distritos se perfilan con claridad las
importantes fábricas de la industria local.
Sin contentarse con ello, el Partido y el gobierno tomaron la iniciativa adicional de eliminar lo más pronto posible el atraso de las localidades y ahora hacemos preparativos para llevarla a la práctica.
He destacado ya la necesidad de tratar
la política sobre el desarrollo local como importante asunto político y
considerarla como tarea revolucionaria más prioritaria del Partido y el
gobierno.
Seguro que todavía hay personas que
adoptan una actitud escéptica ante el proyecto del desarrollo de las
localidades, por ser una obra que no nos atrevimos a emprender durante
más de 70 años, mejor dicho, durante casi 80 años.
Quisiera aprovechar esta ocasión para reafirmar en nombre del Partido y el gobierno.
¿Hay garantía de que implementemos nuestra política del desarrollo local? ¿Podemos hacerlo? Sí, es del todo posible.
En un futuro cercano, o sea, dentro de 10 años, los cambios reales responderán a estas preguntas.
Aun en medio de las pruebas y reveses interpuestos, el conjunto de la economía nacional tiende a crecer
y sus diversos sectores como las industrias básicas cumplen sin falta
los planes de producción mensuales y trimestrales alcanzando
constantemente las metas del reajuste y reforzamiento de este año, lo
cual deviene otro éxito que estamos cosechando.
Este año, estamos preparando las
condiciones para dar resultados mejorados y cambiados en las ramas
directamente relacionadas con la estabilización de la vida poblacional,
inclusive la industria ligera y el urbanismo, y hasta ahora el conjunto
de la agricultura marcha bien y de ella se espera un resultado
relativamente positivo.
Debemos admitir que ha habido una serie
de avances también en el reforzamiento de la función y capacidad del
Estado para superar la crisis ocasionada por los desastres naturales.
A finales de julio pasado, se reportaron graves pérdidas por las inundaciones
en las zonas de la provincia de Phyong-an del Norte en la cuenca
inferior del río Amnok y algunas partes de las provincias de Jagang y
Ryanggang, lo cual entorpeció las labores estatales y nos obligó a
movilizar colosales fuerzas para el resarcimiento. A pesar de esto, el
Partido y el gobierno captaron nueva y detalladamente los defectos y
vacíos en el enfrentamiento a los desastres naturales y tomado medidas
rotundas y de largo alcance para prevenirlos, hecho que podemos
calificar como un paso gigante.
Aun en tales circunstancias, logramos
grandes resultados trascendentales al impulsar el desarrollo vertiginoso
de la defensa nacional en aras de asegurar un confiable ambiente de seguridad nacional y crear condiciones favorables a la construcción socialista.
En lo que va del año, en particular, en
apenas unos meses, adquirimos una formidable capacidad militar al lograr
éxitos importantes en la investigación y producción para la defensa
nacional.
Al sintetizar el estado actual de todas
las labores estatales, podemos analizar que se impulsan correcta y
satisfactoriamente en lo fundamental y hacia el triunfo las importantes
tareas políticas que el CC del Partido ha presentado adicionalmente en
la planificación y el diseño del trabajo de este año.
Es menester realizar con intensidad los
trabajos para enriquecer y ampliar los éxitos de la lucha de este año
aprovechando al máximo el tiempo en los meses que le faltan.
Lo más importante es redoblar el
inagotable patriotismo y lealtad de todos los miembros del Partido, los
trabajadores de todo el país y los oficiales y soldados del Ejército
Popular para obtener resultados fructíferos.
Esto es precisamente la tarea importante e indispensable que les toca a los cuadros directivos de nuestro Partido y gobierno.
Es
preciso concluir con responsabilidad las labores económicas de este
año, orientadas a lograr un nuevo avance hacia la prosperidad integral
del Estado y mejorar la vida material y cultural del pueblo.
Hasta la fecha, casi todas las ramas de
la economía nacional que se encargan de alcanzar las 12 metas
importantes, cumplen sin falta sus planes y son muy positivos el
ambiente y el ímpetu de la lucha.
Para mantener esta tendencia, es
necesario que todos los sectores y entidades de la economía nacional
sean hábiles en las operaciones y apliquen métodos innovadores con
vistas a elevar al máximo el afán productivo y la creatividad de los
trabajadores y mejorar el nivel técnico y de calificación.
Hay que prevenir los accidentes
de máquinas y lograr su pleno funcionamiento al normalizar su
mantenimiento y la reparación en todas las ramas de la producción y
procurar que la renovación constante de los procesos y equipos
productivos garantice el nivel cuantitativo y cualitativo de los
productos.
Se deben garantizar las actividades productivas estables en los sectores principales de la economía nacional.
El Consejo de Ministros y los organismos
de dirección económica del Estado deberán analizar el cumplimiento de
todas las medidas estatales para aumentar la productividad a escala
nacional al completar incondicionalmente en la fecha prevista los planes
de reajuste y reforzamiento que las industrias básicas han de cumplir
antes del fin del año, así hallarán más elementos defectuosos y tomarán
con apremio las medidas decisivas.
Puesto que no sólo el desarrollo de la
economía sino también el del Estado y la vida social se expresan
principalmente en las construcciones, el sector de la construcción ha de
cumplir infaliblemente el plan de este año concentrándose a asegurar
estrictamente la calidad.
Hay que garantizar sin falta la calidad de las construcciones relacionadas directamente con la vida real de la población, inclusive las viviendas para 10.000 núcleos familiares
de la tercera etapa en la zona de Hwasong y las regiones rurales, y
lograr cambios notables en situar en el nivel mundial el diseño
arquitectónico y estandarizar y modernizar las máquinas y herramientas
de construcción.
Es preciso transformar como hoteles los albergues recién construidos en la ciudad de Samjiyon,
habilitar más puntos turísticos para convertirla en una zona turística
montañosa de talla mundial y al mismo tiempo impulsar constantemente la
construcción de objetos en la Zona Turística Costera de Kalma en Wonsan
para acondicionarla perfectamente y ponerla en funcionamiento el año que
viene.
Se precisa un gran empeño para
garantizar el reforzamiento de la capacidad de control y mando sobre la
economía en su conjunto al renovar decisivamente los medios y métodos
económicos que permitan mejorar la dirección y administración de la
economía nacional acorde a las exigencias de la época en desarrollo y la
realidad.
Es imprescindible conceder importancia a escala nacional a la tarea de agilizar la circulación de los productos, priorizar la creación de condiciones y ambientes favorables para las actividades de producción y gestión, basadas en la autonomía relativa de las empresas, y tomar medidas eficaces para incrementar de modo sostenible los ingresos reales de los trabajadores, precisó.
El cumplimiento del plan de la
producción cerealera no incumbe solamente al sector agrícola, sino que
es una labor política orientada a asegurar el avance triunfal del
socialismo, señaló y aclaró las vías prácticas para concluir las faenas
agrícolas de este año y preparar bien las del próximo año.
Debemos seguir con las labores del resarcimiento de daños por la inundación, llevadas a cabo hasta ahora.
Aunque disponemos de poco tiempo y son
enormes los objetos de la restauración y el volumen de la obra, no
debemos permitir jamás la mala calidad de las construcciones.
Ya que se movilizaron suficientes
fuerzas de reconstrucción y es elevado el entusiasmo de los
constructores militares y los brigadistas, la conclusión de la obra en
el plazo previsto depende del suministro de los materiales y equipos de
construcción y los medios de transporte.
El Consejo de Ministros, el Comité
Estatal de Planificación, el Ministerio del Ferrocarril y otros
ministerios y órganos centrales deben abastecer sin falta en fechas
prefijadas los materiales y equipos de construcción como acero, cemento,
combustibles, madera y vidrios y tomar medidas efectivas para aliviar
la tensión en el sector de transporte, sin entorpecer la obra.
Nos toca la tarea de terminar a tiempo y con calidad la campaña del resarcimiento de daños para asegurar una vida normal y estable
a los damnificados y elevar a su debido nivel los sectores de la
economía nacional para salir victoriosos en la lucha contra los
siniestros.
La tarea primordial que nuestro Partido y
gobierno deben conceder particular importancia e impulsar enérgicamente
es ejecutar de manera incondicional y perfecta la política del
desarrollo local de la nueva época.
Como expliqué con anterioridad, no hay
tarea revolucionaria más apremiante que esta, tanto a partir del
principio fundamental de las actividades de nuestro Partido y Estado que subordinan todos los asuntos de la revolución y la construcción a
defender incondicionalmente los derechos e intereses del pueblo y
amplían sin parar las políticas para el bienestar de éste en cualquier
condición y ambiente, como en vista de la situación actual en que los
cambios seculares de las localidades se plantea como mayor prioridad y
demanda indispensable para el desarrollo y la prosperidad integrales del
socialismo y el Estado.
No debemos tratar de evaluar las
características institucionales y las ventajas del socialismo al estilo
coreano tomando como referencia algunas avenidas levantadas nuevamente
en la capital y el nivel de vida material y cultural de los capitalinos, ni mucho menos vanagloriarnos de lo que hemos hecho hasta ahora como un gran éxito, en medio de las dificultades inauditas.
Tal punto de vista y concepción entorpecen el desarrollo de la revolución.
Se
necesita una sólida base para levantar rascacielos y altos edificios
según los principios de la ingeniería arquitectónica y la dinámica
estructural. De igual forma, para que el régimen socialista se
mantenga sólido en cualquier circunstancia, debe ser firme el terreno de
la opinión pública a favor de sus ventajas y todos los habitantes han de simpatizarse con ella a través de sus vivencias,
es decir, debe echar raíces en la voluntad de todo el pueblo de
compartir su destino con el socialismo hasta el final y defenderlo
generación tras generación.
Llevaremos adelante la política de
desarrollar de manera sustancial, material y planificada las ciudades,
distritos y zonas rurales, puntos de apoyo regionales y unidades
inferiores que forman el territorio de la RPDC y sostienen su régimen
estatal.
Puesto que el desarrollo local se ha
presentado no como un simple asunto práctico de la economía sino como el
relativo a la convicción del socialismo y como tarea importantísima y
urgente vinculada directamente al porvenir de nuestra revolución,
convoqué otra vez la sesión ampliada del Buró Político a principios de
este año tan pronto como terminara el debate de las labores en el Pleno y
presenté la “política 20×10 para el desarrollo local” atribuyendo un
carácter político muy importante a su implementación.
Y hace poco, presenté la nueva
orientación de acelerar la histórica causa de la prosperidad local al
simultanear con la construcción de las fábricas de la industria local la
obra de centros de la salud pública y de divulgación de ciencias y
tecnología y establecimientos de administración de cereales en cada
ciudad y distrito.
Puesto que este año se ha declarado el
inicio de la lucha por materializar la política del desarrollo local de
la nueva época, debemos entrar con certeza en plena fase de la
revolución de 10 años para hacer realidad el anhelo de nuestro Partido
al cumplir sin falta las tareas planeadas ampliando de continuo los
éxitos que hemos logrado hasta ahora.
A finales del año se concluirán sin
falta y simultáneamente en 20 ciudades y distritos las numerosas
fábricas de la industria local al dar acicate a esta tarea primordial en
la “política 20×10 para el desarrollo local”.
Por la dignidad del Partido y el honor
del Ejército Popular, los oficiales y soldados de las unidades de todos
los niveles, movilizadas en la obra, deben dedicarse de lleno a terminar
en el máximo nivel cualitativo la construcción de las fábricas de la
industria local.
Hasta la fecha, se han edificado el 90%
de estas plantas en 20 ciudades y distritos y por eso las entidades
encargadas de fabricar e importar los equipos deben trabajar
intensamente para cumplir satisfactoriamente las tareas asignadas y
suministrarlos a su debido tiempo.
Las fábricas centrales de la industria
ligera, los institutos superiores correspondientes y las provincias,
ciudades y distritos contribuirán mucho al cumplimiento de la política
en cuestión al cumplir cabalmente en el plazo fijado el plan de la
formación de técnicos y obreros calificados capaces de administrar y
poner en funcionamiento las plantas locales que se levantan
modernamente.
Los ministerios, los órganos centrales y
las provincias, ciudades y distritos correspondientes prepararán y
abastecerán las materias primas necesarias para normalizar la producción
en cuanto se inauguren dichas fábricas.
Para concretar la “política 20×10 para
el desarrollo local” y contribuir con su resultado al mejoramiento
sustancial de las condiciones de vida de la población local, es muy
importante que cada ciudad y distrito tengan sus propias reservas.
Por
eso, hemos tomado la nueva medida de encontrar la solución del problema
al construir primero como modelo la Empresa de Maricultura de la ciudad
de Sinpho y agilizar su funcionamiento.
Resalto la
importancia de la construcción de los tres objetos agregados a la
“política 20×10 para el desarrollo local” y propongo ampliar los centros
de divulgación de ciencias y tecnología, definido como uno de ellos,
como complejos de la vida cultural.
Los construiremos en las ciudades y
distritos no como un simple centro de divulgación de ciencias y técnicas
dotado de modernos medios informáticos, sino como un centros
culturales polivalentes y multifuncionales que cuente además con cine,
el gimnasio, la red comercial en buen estado higiénico y otras
instalaciones de servicio.
Como estos centros polivalentes son un
concepto completamente nuevo en la historia de la construcción de las
localidades, instaré a elaborar bien los bocetos y otros diseños de las
edificaciones tomando en cuenta su dimensión y peculiaridades y según
las condiciones de la zona y el número de su población y a determinar
acorde a ello el presupuesto de la construcción.
Si así renovamos cada año la fisonomía de 20 ciudades y distritos, se disminuirán notablemente las diferencias entre la ciudad y el campo,
fenómeno de larga historia, y la población de distintas localidades
disfrutará de una vida tan acomodada y civilizada como la de los
habitantes de las ciudades.
Hago hincapié en seguir impulsando enérgicamente las labores para elevar la capacidad de defensa nacional conforme a las demandas de la situación actual.
El ambiente de la seguridad militar en
torno a la RPDC se cierne sobre nosotros como una grave amenaza debido a
que el sistema del bloque militar encabezado por EE.UU. se engrosa de
manera imprudente adquiriendo un carácter basado en armas nucleares.
Estas amenazas reales engendrarán de
forma inevitable otras diversas y la tendencia de tal situación nos
obliga a tomar medidas más importantes y esforzarnos constantemente para
mantener y potenciar la supremacía militar.
De ahí sacamos la clara conclusión de que debemos perfeccionar las fuerzas nucleares de la RPDC y la disposición a usarlas correctamente en cualquier momento para preservar la seguridad nacional.
Ahora materializamos cabalmente la política de la construcción de las fuerzas armadas nucleares consistente en aumentar en progresión geométrica el número de las armas nucleares y dichas fuerzas desempeñan su papel bajo un sistema de mando y control rigurosos.
Nuestro Estado es el poseedor de armas nucleares con gran sentido de responsabilidad.
Las armas nucleares que poseemos para defendernos de la amenaza nuclear permanente y grave no constituyen amenaza para nadie.
Si
algunas fuerzas califican de amenazadoras las fuerzas armadas nucleares
de la RPDC, con ello reconocen su intención hostil de atacarla con
artefactos nucleares.
Poseer el gran potencial militar
contra las distintas amenazas de EE.UU. y sus satélites y en un
ambiente de seguridad como el nuestro, es un deber y un derecho a la
existencia que nuestro Partido y gobierno no deben desatender ni tolerar en lo más mínimo.
La fuerza poderosa, esta es la paz verdadera y la garantía absoluta del desarrollo de nuestro Estado.
Reaccionar de modo activo al ambiente de
la seguridad regional y defender con una fuerza poderosa la soberanía
del Estado y su seguridad e intereses por el aumento continuo de la
capacidad de ejecución de guerra de nuestro ejército, constituye el
asunto de suma importancia para el Partido y el gobierno y la primera
tarea de la revolución.
La RPDC seguirá potenciando
constantemente las fuerzas nucleares capaces de responder a cualquier
acción amenazadora que le impongan los países enemigos poseedores de
armas nucleares, y redoblará las medidas y esfuerzos para perfeccionar
los preparativos de combate de todas sus fuerzas armadas, incluidas las
nucleares.
Afirmo una vez más que, gracias a
nuestra aspiración y esfuerzos continuos, la capacidad militar de la
RPDC crecerá acelerada y continuamente, y no pondremos límite a su meta.
Recalco que el éxito o no de la lucha de
este año por preparar la garantía determinante de la implementación de
la resolución del Congreso partidista depende por entero de la
responsabilidad y desempeño de las organizaciones partidistas que son
estados mayores políticos de las respectivas entidades y de los cuadros
partidistas.
Hoy en día, nuestra revolución espera que las organizaciones y cuadros partidistas trabajen con más abnegación y entusiasmo que nunca.
Bien conscientes de las exigencias de la
revolución y las responsabilidades y misiones asumidas, todas las
organizaciones y funcionarios del Partido desplegarán con mayor
iniciativa las labores organizativas y políticas encaminadas a cumplir
incondicional y correctamente las tareas de este año.
Ante todo, les compete examinar en
detalles el cumplimiento de las tareas políticas dadas a sus sectores y
entidades y de las resoluciones partidistas adoptadas para llevarlas a
la práctica y tomar medidas oportunas para garantizar su correcta
ejecución.
Y han de librar con tenacidad la campaña
tridimensional y relámpago por la intensificación del control y
dirección sobre la ejecución de dichas tareas y la reasignación de
ellas.
Si todas las organizaciones y cuadros
partidistas, con la disposición de responsabilizarse totalmente de las
labores de sus sectores y unidades, despliegan de modo intensivo y
dinámico la operación y mando para conquistar de manera incondicional
las metas de la lucha de este año haciendo pleno uso de su capacidad
organizativa, directiva y ejecutiva, podrán lograr resultados
sustanciales hasta finales de este año.
Específicamente superarán el
erróneo punto de vista y actitud de entregar por completo a los
funcionarios de administración la labor por alcanzar las metas planeadas
de este año e intensificarán la labor organizativa y el control con la
posición de que el comité partidista asume la responsabilidad total de
todo.
La
combatividad y actividad de las organizaciones partidistas se evalúan
según su capacidad de movilizar la fuerza espiritual y el ingenio de las
masas.
Con alto sentido de responsabilidad y empeño, las organizaciones partidistas a todas las instancias deben animar
a todo el país y dinamizar más la campaña de la innovación colectiva en
todas las unidades por una intensa labor ideológica encaminada a poner en pleno juego el entusiasmo patriótico y creatividad de las masas productoras.
Para ese fin, es preciso
inculcar a los militantes partidistas y trabajadores la concepción de
que las tareas políticas dadas a sus sectores y unidades son las metas
realistas y posibles que se han trazado a base de una
deliberación suficiente de todas las condiciones y posibilidades de
cumplimiento, y de que deben y pueden cumplirlas sin falta en cualquier
circunstancia, de modo que ellos adquieran la confianza en sí mismos y
el coraje.
Movilizarán a los campos de lucha los
medios y fuerzas de propaganda y agitación y desplegarán sin
interrupción una intensa campaña ideológica para que el propósito y alma
de las masas se orienten a la conquista de las metas de este año y
todos los puestos de trabajo se bullan con el fervor revolucionario y
combativo.
Para concluir con éxito la lucha de este
año, resulta muy importante que los cuadros y militantes partidistas,
organizadores y ejecutores de las líneas y políticas del Partido,
trabajen con más iniciativa, creatividad y actividad.
Las organizaciones partidistas han de
intensificar la dirección sobre la vida partidista para que los cuadros
se esfuercen más por cumplir de manera sustancial y perfecta las metas
de la lucha asignadas a sus sectores y unidades con la voluntad de
responder con brillantes resultados de trabajo a la confianza del
Partido.
Los departamentos correspondientes del
CC del PTC y las organizaciones partidistas en los ministerios y órganos
centrales de todos los niveles del gobierno deberán controlar y
estimular a los cuadros directivos para que proyecten minuciosamente e
impulsen con tenacidad sus labores teniendo siempre presentes sus
responsabilidades y pensando a toda hora en cómo desempeñar bien sus
cargos según las demandas de las políticas partidistas.
A las organizaciones partidistas les
incumbe intensificar las labores organizativas y directivas sobre la
vida política para que los militantes guíen de manera revolucionaria y
activa a las masas ofreciéndose primero en los momentos más difíciles a
los trabajos más duros en los sectores de la lucha por materializar las
resoluciones partidistas y se pongan también a la cabeza en eliminar
todos los obstáculos que impiden nuestro avance.
Resulta imperioso que los funcionarios
de los órganos del Poder de todos niveles, en particular, los directivos
de asuntos económicos eleven más su sentido de responsabilidad y papel.
Falta ya poco tiempo para el fin del año en que se decide si podemos alcanzar las metas de lucha presentadas en el VIII Congreso del PTC.
En ese espacio de tiempo que puede ser
vital para el cumplimiento del Plan Quinquenal para el desarrollo de la
economía nacional, los que deben trabajar con más responsabilidad son
los directivos de asuntos económicos.
Ellos han de laborar con todo empeño
para cumplir las misiones asumidas sin pasar a la ligera ni un día ni
una hora, teniendo presente que faltan apenas 110 días para cumplir su
juramento de materializar incondicionalmente la resolución del IX Pleno
del VIII Período del CC del PTC.
Sugiero a todos los funcionarios que cultiven el espíritu de servicio abnegado a la patria y el pueblo y el optimismo revolucionario y trabajen con audacia y visión innovadora. Insto a las instituciones judiciales a mejorar por todos los medios sus funciones
y papeles para que las labores estatales en su conjunto marcharan sin
dificultad según las exigencias del Partido, la revolución, el pueblo y
de la época en cambio.
Como ya he señalado, nuestro Partido y
gobierno diseñan las labores colosales y valiosas por la prosperidad
integral del Estado y el bienestar del pueblo y las impulsan con
dinamismo.
Aunque ellas no son fáciles de realizar
ni son pocas las dificultades, debemos glorificar este año como el de
victoria brillante en la historia del desarrollo del Estado al lograr
sin falta los resultados notables con la confianza en nosotros mismos y
la voluntad perseverante.
Luchemos todos con más vigor,
llenos de honor y el orgullo de cumplir la sagrada causa por la
estabilidad y prosperidad de nuestra patria y por el bienestar de todos
los habitantes del país.
Extiendo una vez más los fervorosos votos a todo el pueblo y los felicito cordialmente por el Día de la gran patria.”