lunes, 25 de septiembre de 2017

ONCE VOCES "ANTIFRANQUISTAS"

‘Andalucía en la Historia’ publica un monográfico con las biografías de once antifranquistas procedentes de distintos ámbitos e ideologías: sindicalismo urbano y rural, movimiento estudiantil, asociaciones de vecinos, movimiento minero, cristianos de base, PCE, CCOO, anarquismo, PSOE...


El año en el que se cumple el 40 aniversario de las primeras elecciones generales de la actual democracia así como de la aprobación de las distintas leyes de amnistía, la revista ‘Andalucía en la Historia’ pone el foco en el estudio del antifranquismo desde una perspectiva innovadora: la biográfica. El último número de la revista, coordinado por el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla Alberto Carrillo- Linares, recoge la semblanza de más de una decena de hombres y mujeres que, entre el 18 de julio de 1936 y hasta la aprobación de la última ley de Amnistía el 15 de octubre de 1977, se jugaron el tipo en pos de la democracia y la libertad.

Algunos fueron fusilados, como la joven anarquista almeriense Encarna Magaña (1921-1942), acusada de participar en la trama conocida como “el parte inglés”, que se encargaba de copiar y distribuir noticias reales por la provincia acerca del transcurso de la Segunda Guerra Mundial, tomando un diario gibraltareño como fuente. Otros pasaron largas temporadas en la cárcel, como Alfonso Fernández Torres, dirigente del PSOE que recorrió las cárceles de Valencia, Úbeda, Jaén y Sevilla; y Eduardo Saborido, mando del PCE que fue detenido en 13 ocasiones -la última por el célebre proceso 1.001- y protagonista de la portada de esta revista, con una fotografía de alta carga simbólica - tomada por J.J. Ruiz Benavides- el día que regresó a Andalucía tras la promulgación de la Ley de Amnistía.

También hubo paseos intimidatorios por las comisarías, multas y otras formas de presión y represión, como la sufrida por Francisco Cabral, líder campesino, impulsor de una gran huelga de jornaleros en el Marco de Jerez y diputado en las Cortes desde septiembre 1977, tras la dimisión de Alberti quien había encabezado la candidatura por Cádiz para el PCE en junio de ese mismo año.

Tres de los retratados representan la continuidad en la lucha contra la dictadura desde los días de la guerra civil hasta el final del franquismo (Alfonso Fernández Torres, Francisco Romero Marín y Concepción Gallardo Moreno). El resto, hombres y mujeres, ilustran la oposición en distintos ámbitos y con diversos protagonistas: el mundo laboral y el sindicalismo urbano (Concha Gallardo y Eduardo Saborido), el movimiento estudiantil universitario (Manuel Ramón Alarcón), las asociaciones de vecinos y los movimientos cristianos de base (Margarita Birriel Salcedo), los clubes culturales (Ignacio Vázquez Parladé) y despachos laboralistas (Filomeno Aparicio), el movimiento campesino (Francisco Cabral), el sector minero, el sector servicios, etc.

El nuevo número de la revista Andalucía en la Historia (el 57), correspondiente a los meses de julio-septiembre de 2017, dibuja así el mapa personal de “la historia de la no resignación”. Escrito por once historiadores, el monográfico en palabras de su coordinador, Alberto Carrillo-Linares, radiografía “en tres dimensiones el antifranquismo en Andalucía”.

La primera de ellas es la geográfica, ya que demuestra que la oposición a la dictadura se extendía por toda la región, estando presente en ámbitos rurales y urbanos y afectando a fábricas, universidades, colegios profesionales, espacios domésticos, asociaciones de vecinos, la Iglesia, el profesorado, etc.

La segunda es la generacional, destacando que no hubo una única edad ideal para oponerse, aunque el peso de la juventud sea un hecho constatado y lógico “que dotó de dinamismo y continuidad a la oposición”.

Por último hay que citar la dimensión política, destacando que aunque fue el PCE quien animó en mayor medida la resistencia activa a la dictadura, también hubo anarquistas, socialistas, independientes, católicos, maoístas, trotskistas, cristianos de base, etc. Una variedad de opciones ideológicas, en la que quizá se pueda encontrar “una explicación para comprender los límites de aquella oposición”, señala Carrillo-Linares.

Asimismo, el número 57 de la revista incluye varios artículos sueltos de distinto marco cronológico, entre los que se encuentran los dedicados al cruel inquisidor Lucero de Córdoba; las universidades en el Siglo de Oro; el arquitecto jiennense Francisco del Castillo, autor de la Chancillería de Granada; el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz en el 300 aniversario de su cambio; los consultorios radiofónicos de las mujeres; la biografía del ministro conservador repudiado por los suyos José Sánchez Guerra; la lucha literaria y personal de Miguel Hernández en los olivares de Jaén y una entrevista con el innovador americanista Serge Gruzinski.

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