Titulo original: ¡Vampiros en La Habana!
Duración: 80 min
Año: 1987
Pais: Cuba
Director: Juan Padrón
Guión: Ernesto Padrón (dialogue), Ernesto Padrón (screen story), Juan Padrón (dialogue), Juan Padrón (screen story), Juan Padrón (screenplay)
Reparto: Carlos González, Frank González, Irela Bravo, Manuel Marín
Sinopsis de Vampiros en La Habana (1987)
¡Vampiros en La Habana! fue coproducida en 1985, por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, Radio Televisión Española y Durniock Producciones. El 4 de febrero de 2009, ocupó el lugar no. 50 en la primera encuesta mundial sobre los 100 mejores títulos del cine iberoamericano, realizada por Noticine.com —un portal dedicado a la información de cine—, además de ser la única película animada de la lista.
La película trata de una conspiración por parte de las dos bandas organizadas de vampiros (“Capa Nostra” en Estados Unidos y “Grupo Vampiro” en Europa) por apoderarse de una fórmula que les permite resistir el sol. En realidad, se trata de una crítica al capitalismo, pues es obvio como los vampiros de ambas mafias son representados por diferentes caricaturas de la burguesía, y el conflicto interimperialista entre ellos busca apoderarse de la fórmula que les permita dominar todo el mundo sin tener que esconderse de la luz.
Vampiros en La Habana (1985) es una película animada dirigida por Juan Padrón que usa los vampiros para una declaración política. La trama describe los esfuerzos de un científico (quien también es un vampiro) por inventar una fórmula antisolar, “Vampisol”. Dos grupos de vampiros quieren usarlo para sus propios intereses económicos. Un grupo de vampiros de Europa quiere obtener la receta para la fórmula y venderla para hacer dinero. Otro grupo de vampiros de los Estados Unidos quiere destruir la receta para prevenir obstáculos de su negocio de playas artificiales para los vampiros. Ajeno a los dos lados, el científico usó a su nieto, el cubano Pepe, como el sujeto de sus experimentos. Mientras tanto, Pepe forma parte de un grupo de la resistencia contra el dictador Machado.
La película se podría haberse llamado también El vampirismo capitalista, y es una sátira política que muestra la corrupción del gobierno cubano durante la época previa a la Revolución, con un gobierno servil a los intereses de las potencias económicas. El vampirismo es una representación del capitalismo: igual que un vampiro es sostenido por la vida y la sangre de sus víctimas, los Estados Unidos y Europa usaron los recursos de Cuba para su propio beneficio.
Aunque los vampiros estadounidenses y los vampiros europeos son competidores, interimperialistas, los motivos de los dos grupos son los mismos: hacer dinero a cambio de la vida y los recursos de los trabajadores y los pueblos.
Al fin de la película, Pepe decide compartir la receta de la fórmula con la comunidad de vampiros en forma de una canción por la radio. Este acto parece representar triunfo de la Revolución. En esta última escena Pepito está dando un recital de trompeta mientras su esposa Lola y su hijo vampiro lo miran. La escena termina con un narrador diciendo que ahora todos los vampiros pueden disfrutar del sol gracias a Pepito.
Además la película es una celebración de la cultura cubana: muchas de las escenas incluyen música y baile tradicional. Todos los personajes son de las raíces que también son una representación de la población cubana: blancos, negros, mulatos, y mestizos trabajan juntos contra los vampiros europeos y estadounidenses.
¡Vampiros en La Habana! se desmarca de las conjuras típicas de Hollywood. Estéticamente, deja en evidencia esta tradición, en el primer minuto la joven Lola trata de ahuyentar a los nosferatus formando un crucifijo pero ellos no solo se ríen de esto sino que, además, la ridiculizan encendiendo un puro con una cruz. Ese desmarque, también, se subraya con la ambientación, a pesar de la ficción de la obra, que está construida sobre un campo objetivo mostrando la diferenciación de clases, la pobreza de La Habana, el adulterio, la mafia y otras verdades generalmente tabúes en el cine de animación. Ya no se idealizan las situaciones, sino que se dotan de un realismo con el que la masa puede identificarse.
Fuente: Moscofilms
Vampiros en La Habana (1985) from erick benjamin on Vimeo.
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