Cena de los tractoristas
Arkadi Plastov
1951
Oleo sobre lienzo
200 x 167 cm
Museo de Arte de Irkutsk
Arkadi Plastov
1951
Oleo sobre lienzo
200 x 167 cm
Museo de Arte de Irkutsk
Plastov ha vivido siempre en el campo y todos sus lienzos los ha consagrado siempre a los campesinos y sus tareas; sin embargo, no deja de haber cierta poesía en estos cuadros, aunque haya que verla desde el campo de la épica más que de la lírica: es la poesía del trabajo o del descanso, de la vida cotidiana del campesino, del trabajo o de la fiesta popular, la fiesta de la cosecha, una concurrida feria, desbordante de alegría; en sus lienzos contrapone, particularmente en los que representan fiestas campesinas, vivas manchas de color, y sus trazos, enérgicos, tienen mucho de la fuerza y de la sencillez del verdadero realismo.
En Cena de los tractoristas, es innegable que el trabajo es el verdadero personaje del cuadro; y eso es lo nuevo que ha aportado Plastov al género campesino, diferenciándolo de sus maestros del siglo XIX y comienzos del XX. Plastov ha conservado el lirismo propio de aquéllos maestros en sus cuadros de la vida campesina y, al mismo tiempo, ha alcanzado en sus obras, que pintan lo sencillo y cotidiano de la vida del labrador, amplias síntesis que revelan en lo parcial lo común de la vida en esa faceta de la humanidad.
A diferencia de otros pintores viejos y modernos que se dedican al tema campesino, Plastov posee peculiaridades específicas que le distinguen de ellos. Sus obras no encaman todos los rasgos del tema campesino; él tiene los suyos preferidos y su propio sistema pictórico. Su talento particular le ha permitido transmitir la brillante riqueza cromática de la vida del pueblo, de los trajes y las caras, la belleza de la tierra; en cierto modo, el encanto de la vida.
Fuente: J.A. Kurz Muñoz (El Arte en Rusia. La era soviética)
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