miércoles, 5 de febrero de 2014
EL DEPORTE SOVIÉTICO HECHO ARTE
EXPOSICIÓN EN EL INSTITUTO RUSO DE ARTE REALISTA DE MOSCÚ CON MOTIVO DE LOS JJOO DE SOCHI
“El deporte es lírico y lleno de optimismo, un tema inagotable para el arte por su carácter democrático y popular, por sus orígenes heroicos”, son palabras de hace ya unas cuantas décadas de Alexander Deineka, destacado pintor realista soviético. Algunas de sus obras, junto a las de otros autores contemporáneos, se pueden ver del 5 de febrero al 25 de mayo en Moscú, en el Instituto Ruso de Arte Realista (calle Derbenevskaya, número 7, metro Pavelétskaya).
Aprovechando el telón de fondo de los inminentes JJOO de Sochi, el centro expone estos días una colección de 35 obras (pinturas, esculturas y grabados) sobre el deporte en la Unión Soviética. Hay imágenes de competición, pero también de la rutina del deportista en aquella época, su vida cotidiana.
Esquiadores campo a través, desfiles olímpicos, escenas rurales o simples entrenamientos. Las obras, olvidadas durante años, pertenecen a pintores rusos y cubren cuatro décadas del deporte soviético, de los años 30 a los 70.
“Los artistas soviéticos explotaban el deporte como una forma de la gente de unir a la gente y mejorarse a uno mismo, de superarse. No ha habido ningún periodo en la historia del arte tan enfocado al tema del deporte como durante la Unión Soviética. Para buscar la fuente inspiración de este movimiento debemos remontarnos a los años 20, justo después de la Revolución, cuando tanto políticos como artistas y escritores emprendieron la búsqueda de un nuevo futuro. Y así concibieron la idea de un nuevo hombre y una nueva mujer, productos del Estado socialista, los que se reflejan en esta exposición”, concluye Vickery, director del departamento de arte ruso en Sotheby’s, donde anteriormente se pudo ver esta exposición.
Mientras la pintura en el siglo XX en el resto de Europa tendía hacia la abstracción, el estilo predominante en las obras soviéticas, incluidas estas sobre deporte, era eminentemente realista, entendible para el gran público pues se concebía con afán educativo (promocionar una vida sana y el valor del trabajo en equipo) y propagandístico (exaltar los logros deportivos de la nación).
Un movimiento estilístico que dio lugar al llamado ‘realismo socialista’, criticado desde Occidente por considerarlo burdo y plano. Entre los autores expuestos destacan obras de Ilyá Mashkov o Kazimir Malévich, aunque quizá el nombre más célebre sea el de Alexander Deineka. Considerado ‘el Hopper ruso’ por su forma de enfrentarse a la figura humana, fue uno de los preferidos de Kremlin, puntal de la propaganda soviética. Nacido en 1899 en Kursk, la historia de Deineka es la de un estilo, el ‘realismo socialista’.
Sus pinturas al óleo son metáforas precisas de la utopía socialista: campesinos devotos, exaltación patriótica, mujeres felices trabajando en las fábricas… y jóvenes con cuerpos esculturales practicando deporte. Aunque hoy cuelgan de museos, sus pinturas fueron inicialmente concebidas para alegrar estancias en oficinas, fábricas o pabellones deportivos. Si visitan Moscú, no se pierdan sus mosaicos en el techo de la estación de Mayakovskaya, una de las más bonitas del metro de la ciudad.
Fuente: Rusia Hoy
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