Una visitante en la exposición 'La pintura de China', en el recién inaugurado Centro de la Cultura de China
"CHINA CABE EN 3.000 m2"
Era un proyecto que los gobiernos de China y España tenían entre manos desde 2005. Siete años después, el Centro Cultural de China ha abierto por fin sus puertas en Madrid, en un impresionante espacio de 3.000 metros cuadrados en pleno barrio de Salamanca. La sede, conformada por dos edificios conectados entre sí por un patio de manzana, en el número 73 de la calle General Pardiñas, alberga una sala de exposiciones, biblioteca, auditorio y galería de arte. En el patio se instalará, en los próximos días, una agradable terraza oriental para relajarse con un té chino. De los cuatro centros culturales que tiene el gigante asiático en Europa (Francia, Alemania, Malta y ahora España), “el de Madrid será el más grande”, dice, orgulloso, Luo Jun, director e impulsor de la institución.
La pintura de China es el nombre de la primera exposición que acoge el espacio, una exquisita muestra de 40 coloridos paisajes en su mayoría, aunque también tienen cabida algunos retratos y dibujos de animales. Pintados sobre papel de arroz, los delicados dibujos visten la sala de exposiciones colgados por unos hilos casi invisibles que provocan en las láminas un efecto de ingravidez. Los autores de las pinturas son 14 artistas miembros de la Federación de Pintores de Pekín, y la muestra se podrá visitar solamente durante esta semana.
A partir del 1 de octubre, coincidiendo con el día nacional del gigante asiático, se inaugurará una exposición ilustrativa e torno a la provincia de Zhejian, que durará un mes y se bifurca en dos vertientes: por un lado una muestra de fotografía que refleja el paisaje y las costumbres sociales de los habitantes de la provincia, y paralelamente una serie de actividades que recorren la historia de la civilización del país, entre las que destacan un desfile de moda y un concierto que ofrecerán un colectivo musical formado por mujeres para poner la línea melódica a esta armoniosa exposición oriental.
Pero no solo las artes plásticas son cultura en China. El centro se utilizará, además de como lugar de reunión e intercambio social entre españoles y chinos, para impartir talleres de otras artes clásicas y modernas, como la caligrafía, las artes marciales, la danza y el cinefórum que se celebrará semanalmente en el impresionante auditorio, que dispone de 105 butacas. “Queremos organizar un ciclo de cine cada fin de semana, pero no solo de películas chinas, sino también españolas”, explica el director del centro.
“Nuestro objetivo es el intercambio cultural, y el arte como plato fuerte: Por un lado el arte tradicional, porque es nuestra identidad, pero también queremos mostrar el arte de hoy, porque China tiene una oferta muy amplia de arte contemporáneo, de jóvenes, de niños…”, aclara Jun, efusivo al asegurar que está “muy interesado” en cómo mostrar de la mejor manera la imagen de la China de hoy.
Fuente: El País
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