El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta la exposición titulada “El Cartel Comercial Moderno de Hungría. 1924-1942”. La exposición está compuesta por más de medio centenar de carteles perteneciente a la Colección de Carteles e Impresos Efímeros de la Biblioteca Nacional Széchényi de Budapest (OSZK), y estará instalada, hasta el próximo 20 de enero de 2010, en la sede del CAAC.
Bloques temáticos:
Ha llegado a su fin el mundo de las figuras en traje de chaqueta resaltando el exotismo de fumar, el mundo de las negros estilizados y de las damas art-nouveau. El jefe publicitario de Modiano marca ahora el ritmo. El señor Stavropoulos anuncia productos prácticos y baratos para fumadores con esta marca de la compañía fabricante de papel de fumar con sede en Bologna, y contrata para ello a conocidos artistas húngaros, entre ellos, a los pintores más modernos. Los ideales formulados en tiempos del art nouveau, las exigencias sobre exquisitez, buen gusto, información y elegancia siguen vigentes, pero todo esto se realiza bajo el signo de otra concepción estética. Los carteles que anuncian el papel de fumar son señales modeladas bajo el signo de la nueva estética en la ciudad.
b) La bombilla eléctrica se impone
La fabricación de bombillas jugó un papel importante en la industria húngara ya en los años 1910. Su compañía líder, la Tungsram, disponía de laboratorios de ensayos, programas de desarrollo específico de productos y mercados extranjeros, así que pronto emprendió activas tareas de propaganda. En 1922 empezó a competir con ella la Orion. Entonces ya no solamente cuenta la novedad del producto, sino que arranca la concurrencia entre las marcas. Junto a los colores azul y rojo de la Tungsram aparece el emblema y la pareja naranja y azul de la Orion. Han desaparecido de los carteles las figuras alegóricas de los antiguos reclamos que popularizaban la iluminación eléctrica, las imágenes de salones y comedores. La iluminación eléctrica ahora irradia de las ventanas de casas modernas y de varias plantas, o aparece en los carteles bajo la forma de reclamos luminosos urbanos.
El cartel de prensa indujo a los moradores urbanos a comprar periódicos con abundantes ilustraciones a colores, historias, figuras y escenas. Los carteles que vemos aquí son concisos, no cuentan, no ilustran. En estos carteles el mundo se amplía: la revista se ve, no en las manos de un hombre sentado en casa, sino en el café, en la calle, donde la persona ávida de noticias se enfrasca ansiosa en la lectura. Es incluso más simple cuando solo vemos el título del periódico, y las posibilidades expresivas de la tipografía caracterizan al producto de prensa anunciado.
d) La comodidad del hogar moderno
El hogar moderno no es un camarín o salón repleto de muebles, cortinajes y ornamentos, sino el escenario práctico y amplio del descanso después de trabajar. Ha cambiado el concepto de lo que es el lujo, ha cambiado el gusto. Ya no importan los objetos fastuosos, sino la comodidad que hace posible la técnica, el sentido práctico, la higiene. Las doncellas y lacayos de los carteles “art nouveau” son sustituidos en los carteles por los aparatos de uso doméstico. El trabajo del ama de casa y del personal se ve facilitado gracias a la calefacción a carbón, los aparatos domésticos eléctricos o a gas, cobra importancia el cuarto de baño. El hogar nuevo no se abstrae del mundo, pues la radio le acerca el mundo entero con noticias y la música. Los nuevos objetos del equipamiento y los medios de la técnica ya no son obras de artesanía, sino productos industriales. Su creador es el diseñador, quien conjuga las exigencias tecnológicas de la fabricación en serie con las nuevas concepciones de la armonía en el arte moderno. Ganan terreno las formas simplificadas, llanas, geométricas o aerodinámicas.
e) Placeres de la vida moderna
Las diversiones, las formas de pasar el ocio, la moda, los hábitos alimentarios dicen mucho sobre una época. Según el testimonio de los carteles, a los ciudadanos de Budapest de los años 20 y 30 del siglo XX les importaba viajar –en coche propio o en barco de paseo–, asistir a las exposiciones de artes plásticas y de fotografía, leer libros científicos populares y los deportes – la natación y el tenis. Los años 30 trajeron gran prosperidad en el turismo. Haciendo conocer estas posibilidades jugó un enorme papel el cartel, presentado también en importantes exposiciones especializadas como un nuevo e importante terreno del arte. Además de las instituciones de educación estatal, el diseño de gráfica y artes aplicadas se enseñó también en escuelas privadas modernas, centros que se hacían conocer por los jóvenes intelectuales interesados también a través de los carteles. Se fue haciendo cada vez más consciente el vestir bien, el cuidado de la salud y la alimentación.
f) Propaganda estatal
El éxito del modernismo en el cartel fue tan rápido y evidente que la propaganda estatal que fomentaba el despegue de la vida económica también optó por esta forma de expresión. La coincidencia entre la apuesta nacional y los ideales de la economía moderna desembocó en una mezcla de los símbolos tradicionales de los antiguos carteles políticos y comerciales. Las trompetas que simbolizan a los anuncios en los carteles de la exposición de la radio, los símbolos de las ramas económicas (martillo – la industria, el bastón alado de Mercurio – el comercio, la espiga de trigo – agricultura) son símbolos antiguos y bien conocidos en el cartel de la Semana Laboral Nacional, los que aparecerán en los colores nacionales. Pero la perspectiva diagonal, la repetición rítmica de los elementos y el afán de simplificar el estilo son recursos tomados del arte moderno.
Con motivo de esta exposición se ha editado un catálogo que cuenta con textos de los comisarios de la misma, Katalin Bakos quien hace una amplia descripción del contenido de la muestra y László Scholtz que desgrana el momento histórico en el que se desarrolló la creación cartelística en Hungría. El libro está realizado en edición trilingüe: húngaro, español e inglés.
• Artistas: .Andor Bánhidi, Róbert Berény, Berény-Bortnyik, Zoltan Borbereki Kovács, Sándor Bortnyik, Jozsef Bottlik, László Brüner, Lajos Csabai Ékes, Tihamer Csemiczky, Ernö József Deutsch, Endre Farkas, Sándor Fenyves, György Georg Adler, István Irsai, Gyula Caes, Lajos Kassák, György Konecsni, Imre Lányi, Gyula y Janos Macskássy, György Nemes, György Radó, Imre Revés, István Sugár y Gréte Máday; Endre Vándor, Gusztáv Végh.
• Comisarios: Katalin Bakos y László Scholz.
• Fecha: del 22 de octubre al 24 de enero de 2010.
• Organiza: Museo Valenciano de la Ilustración y Modernidad (MuVIM) en coproducción con la Biblioteca Nacional Széchényi de Budapest (Hungría) y la colaboración del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
• Más información: www.caac.es
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