Hoy vengo a ofrecer mi corazón.
Estoy aquí frente a ustedes con mi corazón de mujer. Estoy aquí frente a ustedes con mi corazón de chilena. Hoy estoy aquí con mis 51 años de vida, enfrentado este desafío que
ustedes me han entregado, con la misma convicción y optimismo que lo he
hecho toda mi vida, porque cuando la realidad que nos rodea no nos
gusta, cuando no nos hace bien, esa realidad está para cambiarla.
Ya lo saben, fui una niña que partió su
vida en una familia humilde, como allegada en Conchalí, una niña como
muchas que hoy con sus 5 o 10 años, quizás me ven por televisión sin
saber quien soy y porque estoy hoy aquí hablando con la emoción que me
desborda cada centímetro de piel. A esa niña hoy le vengo a ofrecer mi
corazón.
Esa niña que fui, los ojos con los que
miré el mundo que se me iba abriendo, está hoy más presente que nunca.
Pasaron los años, y con esfuerzo, con mucho esfuerzo propio, pero
también con oportunidades que otros me entregaron, pude ir creciendo en
la vida, sin perder nunca de vista que si estamos en este mundo es para
servir.
Y para servir, nos sobran bellos
ejemplos en nuestro país, desde el Padre Alberto Hurtado hasta Salvador
Allende, desde Eloísa Díaz hasta Clotario Blest, desde Luis Emilio
Recabarren y Teresa Flores hasta Manuel Bustos y Gladys Marín.
Hoy termina la primera parte de este
camino que es ofrecerle una alternativa al Chile de los próximos años.
Este camino lo hemos recorrido juntos 2 hombres y 2 mujeres que
aceptamos el desafío de construir desde posiciones propias un camino
común. Hoy quiero agradecer profundamente el esfuerzo y talentos
desplegados por Carolina Tohá, Jaime Mulet y Gonzalo Winter; sin ellos,
nada esto sería posible y es con ellos con quienes quiero seguir
transitando juntos este nuevo camino. También saludo y reconozco a los
miles de activistas y voluntarios que pusieron esfuerzo y pasión en dar a
conocer las propuestas de los 4 candidatos, en tiempos de apatía, mi
reconocimiento a su trabajo abnegado y pocas veces reconocido por la
ciudadanía. Las diferencias no son un problema, son una oportunidad.
La historia de la democracia nueva de
nuestro país, nos deja esa lección, con la labor que desarrollaron todos
los ex presidentes de Chile desde el retorno a la democracia. Hoy
también pienso en la profunda humanidad de nuestro presidente Gabriel
Boric que ha mostrado que quienes detentan el poder pueden bajar del
pedestal y ser un chileno más, como hoy que de seguro no me está
escuchando, porque tiene una tarea mucho más importante: acompañar a
Paula y acurrucar y cuidar a su hija Violeta, iniciando la más grande
historia de amor que vivimos todos quienes somos padres y madres: el
amor por nuestros hijos e hijas. Lo mejor para Chile es siempre lo mismo
que queremos para ellos. De eso se trata la buena política.
Por supuesto, no puedo hablar de ex
presidentes, sin reconocer al menos un instante el tremendo legado que
nos ha entregado la ex presidenta Michelle Bachelet, fue ella quien nos
mostró a las mujeres, que nada es imposible, con talento, con esfuerzo y
con pasión. Gracias Michelle por trazar el camino.
Hoy les agradezco principalmente a ustedes: a los jóvenes, a las
mujeres, los trabajadores y trabajadoras, a los cientos de miles que han
depositado su confianza en lo que representamos. Este es un proyecto
colectivo, en el que todos y todas han cumplido un rol importante.
Lo he dicho varias veces, no vengo a
vender promesas vacías ni soluciones facilistas. No vengo con milagros,
pero sí con la garantía de que trabajaré incansablemente por nuestro
país. El pueblo de Chile nos exige honestidad y responsabilidad. Nos
pide también que quienes estamos en política, escuchemos y respondamos a
sus demandas y urgencias; y quiero decir muy claramente cuáles serán
los énfasis de nuestro futuro gobierno: desarrollo económico con empleos
y salarios decentes, seguridad para nuestras familias y barrios, una
atención digna en salud y viviendas que permitan el buen vivir de las
familias, como ejemplos de buenas políticas públicas. A partir de mañana
nos toca construir el programa que le propondremos a Chile, y los
necesitamos a todos.
Sabre responderles con trabajo y sudor
para avanzar en estos desafíos tan sentidos y urgentes. Se la
inestabilidad que provoca no escuchar los dolores populares, las
injusticias que aún persisten. Sabre avanzar con firmeza por terminarlas
y dar respuestas con soluciones reales, sin mentira y sin hacer más de
lo mismo. Recorreré nuestro país para compartir un mensaje de esperanza,
donde el miedo y el odio no tenga cabida, procurando ofrecer un
programa de gobierno que refleje el compromiso de quienes queremos una
mejor patria. Un acuerdo de principios básicos que vaya más allá de un
solo gobierno, un acuerdo que busque que el desarrollo y el bienestar
lleguen a la mesa de cada familia, a cada rincón de nuestra patria. Un
acuerdo nacido del amor por nuestra tierra, de la esperanza de un
presente y un mañana mejor.
Chile es un país lleno de talentos,
lleno de riquezas, lleno de oportunidades. Uno de los desafíos que
pondré al centro de mis esfuerzos es el de impulsar el crecimiento
económico del país: un crecimiento económico que nos posicione a la
vanguardia de los mercados internacionales, desarrollando sectores de
exportación de alto valor agregado y contenido tecnológico; un
crecimiento económico impulsado por la ciencia y la innovación, que nos
hará sentir orgullos de los emprendedores y científicos de nuestro país;
un crecimiento económico que entiende que para ser sostenible
económicamente tiene también que ser sostenible medioambientalmente, y
acá ninguna empresa, de ningún tamaño ni sector económico se nos puede
quedar atrás: empresas más eficientes son empresas más competitivas, y
esas son las empresas que le hacen bien a Chile.
He aprendido que sacamos lo mejor de
nosotros cuando el sector público y privado colaboramos codo a codo en
pos de objetivos comunes y mi compromiso aquí es uno: alcanzar un
crecimiento económico que haga que la riqueza del país llegue a la casa
de todas las familias de Chile.
Quiero un país que le entregue dignidad a
quienes pasaron toda su vida levantando Chile, que haga justicia con
los jubilados y jubiladas. Tuvimos grandes avances durante este
gobierno, como el aumento de las pensiones que en septiembre próximo se
empezará progresivamente a pagar, o las 40 horas, La ley copago 0 y el
royalty minero. Pero aún nos falta mucho. Por ello, así como me tocó
encabezar el aumento histórico del salario mínimo, y sí fue posible,
ahora implementaremos el salario vital de 750 mil pesos, procurando que
cada familia pueda llegar de mejor forma a fin de mes. Queremos terminar
con la espera en salud, con más especialistas y equipamientos que
permitan una atención a tiempo para quien la necesite. Y enfrentaremos
el crimen organizado, con mayor control fronterizo y levantando el
secreto bancario para una persecución más eficaz del delito.
No ha sido fácil para ningún gobierno, y
tampoco lo será para el próximo, resolver los graves y nuevos problemas
que hace solo un par de décadas parecía que nunca llegarían: la
inmigración descontrolada, la industria del narcotráfico presente en
nuestro país, que trae consigo la proliferación de bandas y crimen
organizado que buscan además seducir a nuestros jóvenes con el camino
que el narco ofrece a punta de pistolas y dinero fácil. Vivimos una
crisis social y las crisis sociales las solucionamos entre todos. Yo sé
que tú no quieres vivir en un país, donde alguien que se cree dueño del
mundo deja en el hospital a Guillermo Oyarzón, un conserje de 70 años;
Finalmente se suceden ataques con armas en colegios, con nuestros niños
sometidos a la tensión permanente de ser amenazados y tener su vida en
peligro.
Recuperar la seguridad en nuestro país
queridos compatriotas está muy lejos de las soluciones de cartón que nos
ofrecen algunos. Si fuera solo un tema de voluntad sería muy fácil,
pero es eso y mucho más y las soluciones las vamos a construir entre
todos y todas, con proyectos de corto y largo plazo, poniendo siempre
como foco recuperar la tranquilidad de nuestros barrios y ciudades para
todos, chilenos y chilenas que tienen el derecho a vivir tranquilos.
Estoy segura que podemos lograr todo eso
y más, que podemos salir del clima de conflicto y odio que esparcen
algunos. Estamos en un momento difícil para el mundo entero. Hay
guerras, matanzas y sufrimiento, con un escenario económico amenazante.
No quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos
extremos, por eso mantendré una política internacional basada en la
independencia y el multilateralismo, defensora de los DDHH en cualquier
lugar del mundo donde se violen, en línea con lo que ha sido nuestra
tradición como Estado, promoviendo relaciones de intercambio comercial
con otras naciones que nos beneficien como país. Seguiremos siendo un
país libre, independiente y soberano.
Enfrentamos un escenario de ascenso de
los populismos de ultraderecha en el mundo, esos que creen que hablando
más fuerte, gritando o insultando al resto, se solucionan los problemas
que ellos mismos crearon. Nuestro país no es la excepción. Frente a nuestros ojos tenemos la amenaza de candidatos que, ocupando
los temores reales de nuestra gente, buscan el poder para hacer
retroceder los avances sociales. Así se oponen y quieren retrotraer los
avances en derechos de las mujeres. Las llamo a no soltar nuestras
manos, tenemos que estar juntas. Son nuestros adversarios políticos los que quieren destruir el Estado,
sin darse cuenta que con ello son también las policías, los derechos
sociales o los equipos de emergencia los que se debilitan; que no
entienden que lo que hay que hacer es mejorarlo, no empeorarlo. Son los
que quieren implementar medidas que solo profundizarán las
desigualdades. No podemos permitirlo. Quiero agradecer a todas y todos que se han congregado hoy aquí,
desafiando el frío y el cansancio. Quiero agradecer uno a uno a todos
quienes hoy fueron a votar, y me han entregado una responsabilidad y
honor que asumo en toda su dimensión. Les quiero prometer que pondré
todo de mi parte para ser una digna representante de un sentir y de un
proyecto que siempre tendrá por delante el bien común.
Y para finalizar, quiero en esta noche
histórica, dirigirme a quienes no votaron por mi hoy, ni siquiera
quienes votaron por alguna de las 4 opciones de la papeleta, ya sea
porque no me creen, porque no les gusta lo que saben o les han hecho
creer de mi. A ustedes chilenos y chilenas de buen corazón que están tan
preocupados como yo, del futuro de nuestros hijos, y de nuestro país,
les quiero hacer una segunda promesa -la primera era que nunca les iba a
mentir-, esa promesa es que a partir de mañana iré a su encuentro, uno a
uno, nos veremos en sus ciudades y barrios, y espero encontrarme con
ustedes, pero no para hablar yo, sino antes que todo, para escucharlos,
con su enojo o con su indiferencia, con sus propuestas o sus reclamos.
Los quiero escuchar, porque siempre que uno escucha con los sentidos
bien dispuestos, aprende algo. En la diferencia se encuentra, aunque sea
un pequeño punto en común. Estoy seguro que hoy más que nunca
necesitamos el Chile de las grandes gestas, del gran sentido de unidad
nacional, y para eso ustedes son prioritarios y a ustedes los quiero
escuchar con atención.
Muchas gracias queridos amigos y amigas
que me han acompañado y abrazo en este día tan bello como helado, tal
como lo escuchamos hace ya muchos años, les digo que vayamos a casa con
la alegría sana de la victoria alcanzada. ¡Viva Chile!
29 de junio de 2025
Fuente: Partido Comunista de Chile